Se descubre el primer cementerio filisteo en Ascalón
La arqueóloga Kathyn Marklein desentierra una sepulture del sigo X o IX a.C. en el cementerio filisteo de Ascalón el primer cementerio filisteo descubierto por arqueólogos.
El primer y único cementerio filisteo descubierto hasta la fecha fue encontrado fuera de los muros de la antigua Ascalón. Como una de las principales ciudades-estado filisteas durante la Edad de Hierro, Ascalón fue un importante puerto mediterráneo que presumía de un próspero mercado. Las excavaciones en Ascalón han revelado muchos detalles acerca de cómo vivían los filisteos, la clase de casas que construían, la comida que consumían, los jarrones y vasijas que fabricaba, las herramientas y armas que usaban, la joyería que ostentaban, las mercancías que compraban, la ropa que usaban, y muchas otras cosas más.
Ahora Ascalón nos ha mostrado a los filisteos mismos.
La expedición Leon Levy en Ascalón, dirigida por Lawrence E. Stager, Profesor emérito de arqueología israelita en la Universidad Harvard y Daniel M. Master, Profesor de arqueología en Wheaton College, descubrió un cementerio de la Edad de Hierro en 2013 y comenzó a excavarlo extensamente en 2014. Tres temporadas de significativa investigación han revelado detalles previamente desconocidos sobre la vida, y la muerte, de los filisteos. Primero que todo, el cementerio proporcionó un vistazo a las prácticas funerarias de los filisteos.
“El 99% de los artículos y capítulos escritos acerca de las costumbres funerarias filisteas deberán ser revisados o descartados ahora que se ha encontrado el primer y único cementerio filisteo en las afueras de la ciudad de Tel Ascalón, una de las cinco ciudades principales de los filisteos”, dijo Lawrence E. Stager.
Se han propuesto varias teorías acerca de las prácticas funerarias filisteas: algunos pensaban que los filisteos eran cremados, al igual que Patroclo y otros personajes de la Ilíada de Homero. Otros conectaban las cerámicas egipcias del siglo XIII a.C. con forma de ataúdes a los filisteos. Aunque se había encontrado un cementerio en Azor (fechado en la Edad de Hierro 1), ubicado en la frontera norte de Palestina, el cementerio de Ascalón es el primero en ser encontrado en corazón de Filistea, y en ser inequívocamente filisteo. Y como tal es el estándar para medir todas las otras sepulturas que se sospecha que son filisteas, como las tumbas encontradas en Tel Farah y cerca de Tel Eitun, las cuales fueron encontradas fuera de los límites de Filistea, pero que algunos suponen que pertenecieron a los filisteos. Todas estas sepulturas y prácticas funerarias “filisteas” tendrán que ser reevaluadas a la luz del cementerio de Ascalón, así como tal vez los cementerios encontrados en Ruqeish (que data en la Edad de Hierro 2) y Erani (Edad de Hierro 1-2), ubicados en la frontera meridional y oriental de Filistea respectivamente.
Adam Aja, Sherry Fox y Daniel Master, miembros del staff, discuten un tumba del sihlo X a.C del cementerio de Ascalón.
Más de 210 individuos han estado excavando el cementerio de Ascalón. Sus sepulturas han variado de simples entierros en pozos y cremaciones en jarros, a entierros en tumbas de ladrillo, aunque los entierros en pozos son los más comunes. Elementos funerarios fechados entre los siglos XI y VIII a.C. acompañaban algunas de las tumbas filisteas. Los elementos más comunes en las tumbas eran pequeñas jarras. Vasijas, cuencos y jarras se han encontrado junto a varios cadáveres; usualmente con una vasija con un cuenco sobre su abertura y una pequeña jarra dentro del cuenco.
Tumbas construídas con ladrillos del cementerio de Ascalón.
Muchas de las jarras decoradas encontradas en el cementerio fueron importadas de Fenicia. Esto no es sorprendente dado que los filisteos tenían fuertes lazos con las ciudades fenicias de la costa central del Líbano, como Tiro, Sidón y Biblos. Esta relación cercana es reflejada en la Biblia hebrea (ver, e.g. Jeremías 47:4). Gracias a otras áreas excavadas en Tel Ascalón fechadas entre los siglos XII y VII a.C. (Edad de Hierro), sabemos que muchos de los bienes importados de Ascalón provenían de Fenicia.
Además de los numerosos recipientes de cerámica, también se encontraron piezas de joyería, amuletos y armas en el cementerio de Ascalón. Algunos cadáveres tenían delicados aros de platas, así como collares de bronce, brazaletes, aretes y anillos. También se encontraron brazaletes de bronce y cornalina, y collares con cuentas de cornalina y conchas de mar; aunque las cuerdas que los conectaban se habían deteriorado, las cuentas permanecían en su posición original.
Adam Aja, supervisor de la excavación, examina un cuerpo del siglo X a.C. durante la excavación del cementerio filisteo. Una pequeña jarra descansa en la mejilla del filisteo.
Amuletos, escarabajos y armas fueron encontradas con algunos cuerpos. Curiosamente, un guerrero fue enterrado con un carcaj lleno de flechas de bronce. Este descubrimiento fue realizado por Adam Aja, Curador asistente de colecciones en el Museo Semítico de Harvard y Director asistente de la expedición, que supervisaba la excavación del cementerio filisteo en Ascalón. Aunque el cementerio ha producido una gran cantidad de elementos funerarios, la mayoría de los filisteos fueron enterrados sin posesiones personales.
Las diferentes entre las sepulturas filisteas y otras tumbas de la región son llamativas. Los primeros cananeos, al igual que los israelitas de la Edad de Hierro, enterraban a sus muertos en dos pasos. Primero dejaban a sus muertos en una tumba y esperaban que el cuerpo se descomponga. Luego, alrededor de un año después, juntaban los huesos del fallecido y los ponían en nichos, donde los huesos se mezclaban con los de sus antepasados. Pero este proceso no pudo ser atestiguado en el cementerio filisteo de Ascalón, en el cual se pudieron encontrar una gran cantidad de esqueletos completamente articulados. A veces los pozos de entierro eran cavados nuevamente, y se colocaban nuevos cuerpos encima de los antiguos –con sus respectivos elementos funerarios-, pero los cuerpos anteriores no eran perturbados intencionalmente. Actualmente se está investigando cuál es la relación entre los cadáveres sepultados en un mismo pozo de entierro.
El cementerio de Ascalón no solo arrojó luz sobre las prácticas funerarias filisteas, sino también sobre los filisteos como grupo humano.
“Después de décadas de estudiar lo que los filisteos nos habían dejado, nos hemos finalmente encontrado cara a cara con ellos” dijo Daniel M. Master, Co-director de la expedición a Ascalón. “Con este descubrimiento estamos más cerca de descifrar los secretos de sus orígenes”.
La Biblia registra que los filisteos, los archienemigos de Israel, provenían de Caftor (ver, e.g., Amos 9:7). Muchos relacionan a Caftor con la isla de Creta. Una herencia egea para los filisteos se alinea muy bien con los hallazgos arqueológicos de Filistea. Las excavaciones modernas en los sitios filisteos de Asdod, Ecrón, Ascalón y Gat (Tell es-Safi), cuatro ciudades-estado de la Pentápolis filistea- han demostrado que los filisteos trajeron sus propios tipos distintivos de cerámica, construcción, armas, joyería y tejido cuando se asentaron en la costa sur de Israel alrededor del siglo XII a.C.
El cementerio de Ascalón apoya las diferencias filistea comparados con sus vecinos y puede ayudar a conectarlos con las poblaciones similares en el mundo egeo. Muestras de los huesos del cementerio serán testeadas con pruebas de ADN, fechado de radiocarcono, y estudios biológicos (el grado de similitud genético con otras poblaciones). Los resultados de estas investigaciones puedan darnos una mejor imagen de la herencia filistea, el tiempo en que se usó el cementerio y la relación entre la población de Ascalón con otros grupos étnicos.
Calaveera de una tumba filistea del cementerio de Ascalón fechado en el siglo X.
Sherry Fox, la antropóloga forense en jefe que analiza las tumbas filisteas de Ascalón, ya ha identificado algunas de las enfermedades y plagas que azotaron a los filisteos. Su estudio del material ciertamente resultará en muchos otros descubrimientos acerca de los filisteos, como sus rasgos comunes y su promedio de vida. Aunque sus investigaciones recién están empezando, Fox y su equipo han notado un fenómeno curioso: la vasta mayoría de los cuerpos encontrados son adultos. Solo un pequeño porcentaje consiste de niños y bebes. En una cultura que seguramente experimentaba elevadas tasas de mortalidad infantil esto es sorprendente. ¿Dónde enterraban a todos sus bebes? Esta pregunta asegura más investigación.
Autor: Megan Sauter | BAS | Traducido por Eric Richter