¿Tiene que ver la renuncia de Benedicto XVI con alguna profecía bíblica?
Con la renuncia del papa Benedicto XVI de su cargo “Sumo Pontífice” (quizás en otro tiempo lo llamarían “Pontifex Maximus”), se han esgrimido un sinfín de teorías amén de sensacionalistas y fundamentalistas; y por qué no, de conspiración. Por lo mismo decidí escribir algo sobre todo este lío que ha generado la renuncia del papa. No es mi intención, por otro lado, argumentar exegéticamente ni mucho menos interpretar el texto de Apoc.17, más bien, mi objetivo en este escrito es poder comprender que encontrar papas en uno de los capítulos más difíciles de Apocalipsis es por sobre todo risorio. Pues, si bien es cierto, Apoc.17 habla del papado y su obra en la escatología pero, interpretar las “cabezas” de la “bestia” como siete “papas” después de 1929, ¿será bíblicamente correcto?, más aún, ¿tendrá que ver algo la abdicación de Joseph Aloisius Ratzinger con la interpretación del cap. en cuestión?
Pues bien, comencemos a poner en contexto el cap.17 de Apocalipsis (usaré como base el texto Griego del Nuevo Testamento de Barbara Aland, Kurt Aland, Matthew Black ,etc):
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En primer lugar tenemos que el cap.17 aparece en secuencia progresiva y “recapitulatoria” con las siete plagas, el v.1 comienza diciendo que Καὶ ἦλθεν εἷς ἐκ τῶν ἑπτὰ ἀγγέλων τῶν ἐχόντων τὰς ἑπτὰ φιάλας, “Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas”. Lo que da a entender, es que su contenido apunta a la escatología; a una progresión y amplificación de la condenación de “Babilonia” en la séptima plaga (16:17-20).
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En segundo lugar tenemos que la palabra Βαβυλὼν, “Babilonia”, aparece 6 veces en el libro de Apoc. (14:8; 16:19; 17:5; 18:2, 10, 21). Todas las veces en que esta palabra aparece, se encuentra relacionada con una condenación. De modo que, el que su nombre vuelva a aparecer en este cap. otra vez, indica que ya hay una condenación de por medio. Esto lo evidencia 17:8 donde dice que la bestia está para salir e ir a “perdición”.
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En tercer lugar, es interesante notar que la frase “subir del abismo” (11:7 cf. 17:8), aparezca sólo dos veces en todo el libro. La única diferencia en el texto original está en el verbo ἀναβαίνω (subir), pues el primero (11:7) es un participio presente, lo que indica un movimiento continuo en la acción, está “subiendo” del abismo (ἀναβαῖνον ἐκ τῆς ἀβύσσου); mientras que el segundo (17:8) está en infinitivo presente, lo que indica un estado en la acción, está lista para “subir del abismo” (ἀναβαίνειν ἐκ τῆς ἀβύσσου). Debemos tener presente esta correlación de 11:7 con la de 17:8, pues a la hora de interpretar el texto es menester entenderlo en base a su conexión lingüística.
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En cuarto lugar tenemos a la γυνὴ (mujer), que aparece s 6 veces en el libro de Apocalipsis (12:1,6; 17:4, 8,18; 19:7). En la cual podemos hacer un contraste entre la mujer “pura” (12:1) y la γυνὴ prostituta (17:4). Dando a entender que hay un paralelo antitético entre “mujeres”.
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En quinto lugar tenemos que τὴν γυναῖκα μεθύουσαν ἐκ τοῦ αἵματος τῶν ἁγίων καὶ ἐκ τοῦ αἵματος τῶν μαρτύρων Ἰησοῦ, “la mujer está ebria de la sangre de los santos y de los testigos de Jesús” (v.6). El verbo μεθύουσαν está en participio presente, lo que indica una borrachera continua, ya está embriagada de la sangre, su persecución a los “mártires de Jesús” (NVI) ya terminó y su consecuencia fue la embriaguez. Comprender que la mujer no está “bebiendo” la sangre, sino que ya está “ebria”, nos abre un campo sustancialmente amplio para dilucidar lo que hay envuelto en la interpretación de este capítulo y nos sitúa temporalmente.
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En sexto lugar, tenemos la frase Τὸ θηρίον ὃ εἶδες ἦν καὶ οὐκ ἔστιν καὶ μέλλει ἀναβαίνειν ἐκ τῆς ἀβύσσου, “La bestia que viste era y no es, y está para subir del abismo” (v.8). Es interesante constatar que la bestia “no es”, pero ya está lista para salir del abismo. La bestia (θηρίον) en que la mujer ebria está sentada, está en el ἀβύσσου (abismo), es por ello que el texto nos dice que οὐκ ἔστιν (no es), pero ya se encuentra lista para salir del abismo. Por lo tanto, esta bestia está preparada para salir por un poco de tiempo. Quizás la misma bestia que estaba subiendo del abismo (11:7) mandó al abismo a esta bestia (17:8).
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En séptimo y último lugar tenemos que el ángel interpreta las “cabezas” como siete montes y siete reyes. ὧδε ὁ νοῦς ὁ ἔχων σοφίαν. Αἱ ἑπτὰ κεφαλαὶ ἑπτὰ ὄρη εἰσίν, ὅπου ἡ γυνὴ κάθηται ἐπ᾽ αὐτῶν. καὶ βασιλεῖς ἑπτά εἰσιν· οἱ πέντε ἔπεσαν, ὁ εἷς ἔστιν, ὁ ἄλλος οὔπω ἦλθεν, καὶ ὅταν ἔλθῃ ὀλίγον αὐτὸν δεῖ μεῖναι, “Esto, para la mente que tenga sabiduría; las siete cabezas son siete montes sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes: cinco han caído, uno es, y otro aún no ha venido, y cuando venga es necesario que dure breve tiempo”. Es pertinente que debamos tener presente que la bestia está en el abismo, pero hay una cabeza que está reinando, pues aunque la bestia οὐκ ἔστιν (no es), sí una de sus cabezas ὁ εἷς ἔστιν (una es). Lo cual nos da una perspectiva paradójica. La bestia que quizás persiguió a los santos junto con la mujer ebria, “no es” y está siendo gobernada por una cabeza diferente, la NVI traduce esta frase como “uno está gobernando”. Quizás podemos aventurarnos a vincular el reinado de la bestia que salió del abismo en capítulos anteriores y que por ende el “uno es”, es la bestia de 11:7.
Tener presente estos siete puntos a la hora de interpretar el texto de Apoc.17, no causaría problemas para los legos que interpretan el texto como siete papas. Quizás sea hora de que todos debamos volver a la Sola Scriptura, y dejar que la Biblia nos hable, antes que estudiarla con preconceptos. Y mucho peor, estudiarla tratando de encontrar teorías de conspiración y alarmistas como es la interpretación de los “siete papas”. Por lo tanto, la renuncia del papa, no tiene nada que ver con la interpretación de Apocalipsis 17, ni mucho menos con otra profecía de la Biblia.