¿Adoramos al dios Saturno al guardar el Sábado?
Hace poco recibimos una petición de un hermano el cual nos pedía que compartiéramos una columna acerca de Saturno (el dios) y su relación con la observancia del Sábado.
Debo decir que cuando leí por primera vez esa acusación en contra de los guardadores del sábado me llamó la atención pero nunca estudié el tema, hasta ahora por el pedido del hermano.
Antes había mencionado que el tema, aunque llamó mi atención nunca lo estudié para refutar los argumentos, ¿y por qué no lo hice? personalmente me basaba y continuo basándome en dos premisas. Primero; aunque se puede adorar a lo creado (solo por mencionar una corriente, Panteísmo) y esto no quiere decir que se daba, si creemos que Dios creó el Universo y ordenó la observancia del Séptimo Día de la semana, Sábado. No hay razón para decir que alguien que precede a Dios (no teniendo Dios principio, de tiempo) haya mandado a observar el Sábado con relación al dios Saturno, de hecho, de todo lo que leí nunca mencionaron una relación con relación al Sábado y el dios Saturno.
¿Por qué los cristianos (la mayoría) se reúnen los domingos? Leamos una famosa declaración de Justino Mártir:
El domingo es el día en el que todos tenemos nuestra asamblea común, porque es el primer día en el que Dios, después de haber obrado un cambio en las tinieblas y en la materia, hizo el mundo, y Jesucristo, nuestro Salvador, el mismo día, resucitó de entre los muertos. Porque él fue crucificado en el día anterior al de Saturno (sábado), y el día después de Saturno, que es el día del sol, habiendo aparecido a sus apóstoles y discípulos, les enseñó estas cosas.[1]
Bíblicamente no se encuentra nada especial con relación al primer día de la semana (domingo), excepto la resurrección de Jesucristo, y gloria a Dios por ello pero, según el relato bíblico el día santo y apartado es el sábado, no el domingo. Aunque Justino Mártir relaciona el Sábado (no la observancia del Sábado) con Saturno no muestra ninguna evidencia bíblica para justificar la reunión en el día domingo. Y es que no hay evidencia que muestre la transferencia de la solemnidad del sábado al domingo.
¿Quién era el dios Saturno?
Era un antiguo dios de la mitología romana llamado; protector de la agricultura e introductor de los sacrificios humanos.[2]
¿A cuál dios los israelitas le ofrecían sus hijos en el Antiguo Testamento? Así es, Moloc.
Como los fundadores de Cartago eran parientes de la reina Jezabel, no nos sorprende saber que la estatua de Saturno que había entre los cartagineses era similar a la estatua de Moloc. Los dos, Moloc y Renfán (mencionados en Hechos 7:43) representaban al planeta Saturno, al que los amonitas y otros vecinos de Israel le ofrecían sacrificios humanos.[3]
Estatua de Moloc, mostrando sincretismo
Moloc, también llamado Milcom, fue la principal deidad amanita. Esta estatua muestra el sincretismo. Adornos conectados con el dios romano Saturno mezclados con elementos que evocan la aproximada equivalencia con el griego Cronos, quien derrocó a su padre Urano. Cuando le dijeron que uno de sus hijos lo derrocaría, Cronos trató de consumir a todos sus hijos, aunque no tuvo éxito. Aun así la estatua es claramente de Moloc, cuyo culto demandaba el sacrificio infantil. Mezclar elementos religiosos griegos, romanos y locales fue algo común al principio del imperio romano oriental, y posteriormente perneó todo el imperio. (Leer Lev 18:21; 1 Rey 11:7; 2 Rey 23:10; Jer 32:35; Hech 7:43)
En el párrafo anterior se menciona algo interesante, y es que se condena la adoración a la entidad (dios) asignada a Saturno y no es para menos, solo se debe adorar a Dios. Ahora, la referencia bíblica es Hechos 7:43. En Hechos capítulo 7 se registra la magistral defensa del diácono Esteban, es uno de mis capítulos favorito de toda la Biblia, leamos que dice Hechos 7:
"cuando dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta años, casa de Israel? Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia. Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto.[4]
El contexto inmediato de esos versículos es sin lugar a dudas la idolatría y aquí daré paso a mi segunda premisa. En ocasiones hay que colocarse al mismo nivel de los argumentos de las personas y, aunque no me gusta, es necesario. Y pondré el ejemplo, así como acusan a los guardadores del Sábado de que realmente se adora a Saturno, deberían hacer lo mismo con Jesús y sus discípulos, ya que ellos observaban el Sábado. No me gusta ese argumento pero, es igual a la acusación, no tiene sentido. Sin embargo, cuando una persona quiere contradecir lo que dice la Biblia, le sobrarán "argumentos".
La idolatría de los israelitas no encontró su límite en la tierra. Ellos tenían todo un panteón de dioses (ver Dt 17:3; 2 Re 17:16; 25:3; 2 Cr 23:3, 5; Jer 8:2; 19:3). Agregándole a los baales y Astarot; también adoraban a Dagón de Filistía, a Milcom de Amón, a Astarté de Sidón, a Quemos de Moab y a Bel y Saturno de Siria.
Esteban con sus declaraciones está citando Amós 5:26. La referencia de Amós es un poco discutida entre los eruditos con relación a su asociación con el planeta Saturno. En Amós 5:26 leemos lo siguiente:
Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.[5]
Se hace referencia al dios Refán, es decir, el planeta Saturno, ése es el nombre de dicho planeta en siríaco. Aquí puede haber un poco de confusión con el nombre, en algunas versiones puede aparecer Refán y en otras Quiyún (Quiún, los asirios lo denominaban Kewan o Kaivan). Refán es el nombre que aparece en la Septuaginta.
Aunque se discute la asociación de Amós 5:26 con el planeta Saturno, la mayoría hace una conexión con el planeta:
«Quiún, la estrella de vuestros dioses que os habéis hecho» (Am. 5:26). Quiún, en heb. Qiyyún, כִּיּוּן, en árabe Kaivan, designa el planeta Saturno entre los antiguos árabes y los antiguos sirios, adorado también por los idólatras hebreos.[6]
Refán, falso dios cuyo emblema era una estrella; en el desierto, los israelitas adoraban a este ídolo (Hch. 7:43; cfr. Am. 5:25–27). Renfán se corresponde con Raiphan, que es una transcripción alterada por la LXX de kaiwãn (Kewãn), equivalente al ac. Kaimãnu, sobrenombre asirio de Saturno, asimilado al dios Quiún (Am. 5:26).[7]
La estrella de vuestro dios Renfán (to astron tou theou Rompha). También escrito como Romfan y Remfan. Se supone que es el nombre copto de Saturno, adorado por los egipcios, árabes y fenicios. Pero algunos académicos consideran que el término hebreo Kiyyoon significa estatuas, y no un nombre propio, «estatuas de vuestros dioses» llevadas en procesión, haciendo «figuras» (tupous) con el «tabernáculo» y la «estrella» que llevaban en procesión. Yo … transportaré (metoikiö).[8]
«la estrella de vuestro dios Renfán», símbolo o figura de Saturno, adorado como un dios, evidentemente el mismo que Quiún en Am 5.26 (Renfán era la deidad egipcia correspondiente a Saturno, el Quiún de los asirios); (b) en plural (Lc 21.25; Hch 27.20; Heb 11.12).[9]
El nombre Kajawanu, dios astral asociado con el planeta Saturno, podría estar mencionado en Amós 5:26 bajo la forma כִּיּוּז (en la RVA: Quiún). Pero es muy posible que aquí se haya producido una confusión de la palabra כִּיּוֹר, “pedestal”, tratándose sólo del pedestal de una imagen. Observe en la RVA el paralelismo con la palabra “tabernáculo”, también un objeto relacionado con el culto.[10]
El concepto de planeta no figura en las Escrituras. Saturno tampoco se menciona como una e. en la Biblia, pero los eruditos señalan que la deidad caldea •Quiún (Am. 5:26) se identificaba con este planeta. Es posible que las palabras de Esteban en Hch. 7:43 (“Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la e. de vuestro dios Renfán”) contenga una referencia a esta e.[11]
¿Cómo llegaron los israelitas a adorar una entidad religiosa pagana asociada con el planeta Saturno?
El posible hecho que causó el acercamiento de los israelitas con una entidad religiosa pagana asociada a Saturno pudo haber sido su vinculación con los asirios después de la caída del reino de norte.
Alfonso Ropero nos dice un poco más:
Estas divinidades aparecen en Egipto en la época temprana de las dinastías XVIII y XIX. Su semejanza con Baal y Astoret parece dar a entender que eran deidades propias de alguna tribu oriental, no fenicia ni cananea, asentada en Egipto durante el período de los reyes pastores, y quizá de origen árabe. Al parecer, los israelitas cayeron en la idolatría después de la muerte de José (cf. Jos. 24:14; Ez. 20:7, 8; 23:3). La mención de Quiún o Renfán, adorado durante la peregrinación en el desierto, fue debida, en parte, al elemento extranjero que se unió al éxodo israelita. El texto masorético de Amós 5:26 dice: «Pero vosotros llevasteis la tienda de vuestro rey y vuestra imagen Chiun, la estrella de vuestros dioses, que os hicisteis para vosotros mismos». Un ligero cambio de la palabra «rey», malkham o milkhom, daría Moloc, como interpreta la LXX: Kaí anelábete ten skenén tu Molokh, kaí to astron tu theû hymôn Rhaiphán, tus typus autôn hus epoiésate heautoîs, Καὶ ἀνελάβετε τὴν σκηνὴν τοῦ Μολόχ, καὶ τὸ ἄστρον τοῦ θεοῦ ὑμῶν Ῥαιφάν, τοὺς τύπους αὐτῶν οὕς ἐποιήσατε ἑαυτοῖς, seguida por el NT: «Más bien, llevasteis el tabernáculo de Moloc y la estrella de vuestro dios Renfán, las imágenes que hicisteis para adorarlas» (Kaí anelábete ten skenén tu Molokh, kaí to astron tu theû hymôn Rhenphán, tus typus hus epoiésate proskyneîn autoîs, Καὶ ἀνελάβετε τὴν σκηνὴν τοῦ Μολόχ, καὶ τὸ ἄστρον τοῦ θεοῦ ὑμῶν Ῥεμφάν, τοὺς τύπους οὕς ἐποιήσατε προσκυνεῖν αὐτοῖς, Hch. 7:43).[12]
El nombre de los días de la semana asociado con los planetas
Los caldeos utilizaban el nombre de un dios para cada día de la s., pero los hebreos simplemente los numeraban. Los romanos también usaban el nombre de un dios para cada día: el de la Luna (lunes); el de Marte (martes); el de Mercurio (miércoles); el de Júpiter (jueves); el de Venus (viernes); el de Saturno, se conserva en inglés “saturday”, en español se usa sábado, tomado directamente del shabat hebreo; y el del Sol, en inglés “sunday”, en español “domingo”, que viene del latín dominus die, día del Señor. Los cristianos no usaban esos nombres, sino que llamaban ordinalmente a los días “primera feria”, “segunda feria”, etcétera, como todavía se hace en portugués. En seis días se trabajaba y en el séptimo se descansaba, lo cual quedó instituido en la ley (Éx. 20:8–11). Pero la costumbre del sábado es anterior (Éx. 16:23–25). En el AT no se conocía ninguna actividad religiosa especial en el primer día de la s., cosa que aparece en el NT (Mt. 28:1; Mr. 16:2, 9; Lc. 24:1; Jn. 20:1, 19; Hch. 20:7; 1 Co. 16:2).[13]
Aquí quiero agregar algo más antes de terminar con un párrafo tomado del Comentario Bíblico Adventista. Los judíos llaman los días de la semana con relación al sábado, por ejemplo, Cinco para el Sábado (o sea, que faltan cinco días para el Sábado), Cuatro para el Sábado y así sucesivamente. Y el sexto día, sabemos que en la Biblia se lo menciona como el Día de preparación, preparación para el Sábado.
Decir que adoramos a Saturno por observar el Sábado es una acusación sin ninguna lógica, es cierto que en la antigüedad y actualmente[14] se adora un dios que representa a Saturno pero, la Biblia es clara en cuanto a las referencias de la observancia del Sábado, ¡quién lo pide, para qué y por qué!
No es, pues, necesario acudir a las Escrituras para buscar el origen del descanso en domingo. Entró en la iglesia cristiana aproximadamente medio siglo después de que muriera el último de los apóstoles. Es evidente que fueron los astrólogos del antiguo Medio Oriente los que primero dieron a los días de la semana los nombres de ciertas deidades paganas, como el Sol, la Luna y Saturno. Los historiadores llaman a esto la semana astrológica. Este sistema de señalar el tiempo poco a poco se hizo popular entre los habitantes de Roma. Las pruebas de una semana tal se encuentran en los registros de las guerras de los romanos en la 6.ª década antes de Cristo, cuando se menciona el día de Saturno. Lo mismo se halla en las ruinas de las ciudades de Herculano y Pompeya (destruidas por la erupción del Vesubio en el año 79 d. C.), y en los escritos del cristiano Justino Mártir alrededor del año 150 d. C., quien habla de que los cristianos rendían culto “en el día del sol” (Primera apología 67).[15]
Referencias
Elliot Ritzema et al., eds., 300 citas para predicadores de la iglesia temprana, trans. Juan Terranova y Juan Pablo Saju, Serie Pastorum (Bellingham, WA: Lexham Press, 2013). ↩︎
George A. Mather y Larry A. Nichols, Diccionario de creencias, religiones, sectas y ocultismo (TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 2001), 189. ↩︎
Arno J. Wolfgramm, Reyes, ed. Roland Cap Ehlke, John C. Jeske, y G. Jerome Albrecht, La Biblia Popular (Milwaukee, WI: Editorial Northwestern, 2003), 311. ↩︎
Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Hch 7.40–44." ↩︎
Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Am 5.26. ↩︎
“Mesopotamia, la ciencia de las estrellas”, en Historia. National Geographic 98 (2012), 38–47; G. Cornfeld, “Astrología y Astronomía”, en EMB I, 138–143; L. Haddad y G. Duprat, Zodíaco. Una historia del cielo y de las constelaciones (Paidós 2009); J. Lull, La astronomía en el antiguo Egipto (Pub. Universidad de Valencia, 2004); A. Leo Oppenheim, La antigua Mesopotamia (Gredos, Madrid 2003); J.V. Schiaparelli, La astronomía en el AT (Espasa-Calpe, Madrid 1969, 2ª ed.). ↩︎
Samuel Vila Ventura, Nuevo diccionario biblico ilustrado (TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1985), 1000. ↩︎
A. T. Robertson, Comentario al Texto Griego del Nuevo Testamento: Obra Completa (6 Tomos en 1) (Barcelona, España: Editorial Clie, 2003), 294. ↩︎
W.E. Vine, Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville: Editorial Caribe, 1999). ↩︎
Moisés Chávez, Diccionario de hebreo bı́blico (El Paso, Tx: Editorial Mundo Hispano, 1992), 817–818. ↩︎
Alfonso Lockward, Nuevo diccionario de la Biblia (Miami: Editorial Unilit, 1999), 375–376. ↩︎
Alfonso Ropero Berzosa, ed., Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia (Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE, 2013), 2112. ↩︎
Alfonso Lockward, Nuevo diccionario de la Biblia (Miami: Editorial Unilit, 1999), 952–953. ↩︎
Más info - Wikipedia Consultado en Marzo 17, 2017 (Nota: FRATERNITAS SATURNI (neopaganismo; satanismo). Secta pansófica, escisión de ARGENTEUM ASTRUM (AA). Sus ADEPTOS adoran al antiguo dios de la mitología romana llamado Saturno; protector de la agricultura e introductor de los SACRIFICIOS humanos. Fuente: George A. Mather y Larry A. Nichols, Diccionario de creencias, religiones, sectas y ocultismo (TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 2001), 189.) ↩︎
Francis D. Nichol y Tulio N. Peverini, eds., Hechos a Efesios, trans. Victor E. Ampuero Matta y Nancy W. de Vyhmeister, vol. 6, Comentario Biblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 53. ↩︎