Prohibiciones de Prácticas Homosexuales en Levítico 18 y 20: ¿Leyes morales o ceremoniales?

Feb 26, 2017
Juegos Cristianos

Prohibiciones de Prácticas Homosexuales en Levítico 18 y 20: ¿Leyes morales o ceremoniales?[1]

El Libro de Levítico contiene las siguientes leyes acerca de la actividad homo-erótica:

“No te acostarás con varón como con mujer; es abominación” (18:22).[2]

“Si alguien se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos: sobre ellos caerá su sangre.” (20:13).

Levítico 18:22 es una prohibición categórica apodíctica dirigida al varón israelita acerca de una acción que él (el sujeto) no debería hacer con otro varón (como objeto directo). Siguiendo esta prohibición hay una expresión de la evaluación del Señor acerca de ese acto: “es abominación”. Levítico 20:13 expresa la misma idea en una formulación casuística. Especificando que los dos hombres que (voluntariamente) se involucren en esto –el sujeto activo y el pasivo- han cometido una abominación, y añade la pena capital como castigo bajo la jurisprudencia teocrática israelita.[3]

La palabra hebrea to‘ebah, traducida como “abominación” en estos pasajes, puede referirse a una amplia variedad de males que son abominables para el Señor.[4] Así que no deberíamos aislar la actividad homo-erótica como si fuera la única abominación.[5] En lo que se refiere a la legislación acerca de las ofensas sexuales serias, Levítico 18 y 20 no ofrecen calificaciones, factores culturales limitantes, o circunstancias mitigantes, tales como una relación romántica, monógama y comprometida. Simplemente prohíbe involucrarse en un acto homosexual, independientemente de las intenciones de uno. Obviamente, la pena de muerte que era aplicada bajo la teocracia israelita, que ya no existe, no puede ser aplicada basándonos en la autoridad de Levítico en un estado secular. Sin embargo, esta pena nos muestra cual es la actitud de Dios hacia este acto, que debía ser completamente excluida de la comunidad de su pueblo. Además, aquellos que deliberadamente violaban cualquier ley en Levítico 18 son adicionalmente condenados a un castigo inflingido divinamente de ser “cortado” (v. 29), el cual Dios mismo puede llevar a cabo en cualquier tiempo y cualquier lugar. Alguien que es “cortado” pierde su vida futura, lo cual puede ocurrir mediante la extirpación de su línea de descendientes.[6]

En Levítico 18:22 y 20:13, el elemento que define el acto homo-erótico es descrito como (literalmente): “acostarse (verbo de la raíz škb)[7] con otro hombre como se acuesta (plural de miškab) con una mujer”. En Números 31:17, 18 y 35 y en Jueces 21:11, 12 “acotarse con un varón” es lo que una mujer experimenta cuando tiene relaciones sexuales con un hombre.[8] Según esta luz, “acostarse como con una mujer” en Levítico 18:22 y 20:13 describiría lo que un hombre experimenta cuando tiene sexo con una mujer. Así que el punto es que un hombre no debería tener la clase de experiencia sexual con otro hombre que tendría con una mujer.

La expresión en Levítico 18 y 20 es clarificada aún más en Génesis 49:4, donde Jacob se dirige a Rubén, su hijo mayor, acerca de su incesto con Bilha, la concubina de Jacob, (literalmente): “... porque tu subiste a las camas (plural de miškab)de tu padre”. El problema real no era la ubicación de este acto sobre una cama. i.e. un lugar donde acostarse que le pertenecía a Jacob, sino el hecho de que Rubén usurpó la prerrogativa acerca de Bilha, i.e, acostarse con ella, que pertenecía exclusivamente a Jacob. Esta prerrogativa es expresada por el plural de miškab (posiblemente abstracto), el significado del cual se corresponde fuertemente al de la misma palabra en Levítico 18:22 y 20:13, donde “acostarse (también plural de miškab) como con una mujer” es legítimo que un hombre lo experimente con la mujer correcta, pero nunca con otro hombre.[9]

El significado de las leyes bíblicas acerca de la actividad homo-erótica es clara, pero ¿a qué grupos de personas aplican? La legislación en Levítico 18 y 20 está principalmente dirigida a los israelitas, pero también aplica a los extranjeros viviendo entre ellos (18:2, 26: 20:2). De acuerdo al marco narrativo de Levítico, el Señor les dio estas leyes antes de que entraran en la Tierra Prometida, y Él no restringió su aplicabilidad a esa tierra.[10] En Levítico 18:3, los israelitas no debían comportarse como los egipcios ni como los habitantes de Canaán, indicando que Dios no aprobaba las maneras en las cuales estas personas violan sus principios de moralidad. La desaprobación divina de prácticas gentiles se hicieron más explícitas en los versículos 24, 25 y 27, 28, donde el Señor dice que el está expulsando a los habitantes de Canaán de la tierra (cf. 20:22, 23) porque ellos la han contaminado al hacer las abominaciones prohibidas anteriormente en el capítulo, lo cual incluye la actividad homosexual (18:22). Así que tanto israelitas como gentiles deben rendirles cuentas a Dios, ya que deberían entender los principios básicos de la moralidad sexual de la revelación general (cf. Rom 1:18–32; 1 Cor 5:1).[11]

El hecho de que Levítico 18 se refiere a las actividades sexuales ilícitas contaminado (raíz tm’) a aquellos que se involucraban en ellas y también a su tierra (vers. 20, 23–25, 27, 28, 30) no significa que las prohibiciones son leyes ceremoniales que regulan la impureza ritual física.[12] Una impureza ceremonial/ritual es conocible por el hecho de que (1) es generada por una sustancia o condición física, lo cual explica que pueda ser transferida mediante contacto físico en muchos casos; (2) incurrir en ella no constituye un pecado –es decir, una violación del mandato divino (e.g., 12:6-8, no hay necesidad de perdón; cf. Cap. 4), a menos que contraerla esté prohibido (e.g., 11:43, 44; Núm. 6:6- 7); (3) su propósito es evitar la impureza de la santa esfera centrada en el santuario (Lev. 7:20, 21; 15:31; Núm. 5:1-4); y (4) tiene una solución ritual, como un ablución o un sacrificio (e.g. Lev. 14, 15).

Las contaminaciones en Levítico 18 pertenecen a otra categoría: la impureza moral que resulta de una acción pecaminosa seria, no puede contaminar a otra persona mediante el contado físico, contamina tanto al pecador como a la tierra, y no puede ser remediada mediante rituales.[13] Tales contaminaciones morales son generadas mediante ofensas sexuales (cap. 18), idolatría (18:21; cf. v. 24), y asesinato (Núm. 35:31-34), los cuales violan los principios morales divinos (cf. Éxodo 20:3-6, 13, 14) y están prohibidas tanto para los israelitas y extranjeros morando entre ellos (Lev. 18:2, 26; Núm. 35:15).

El contexto de las leyes contra la práctica homosexual en Levítico 18 y 20 refuerza la idea de que su aplicación es permanente. Las leyes en Levítico 18 acerca del incesto (V. 6-17), la bigamia incestuosa (v. 18), las relaciones sexuales durante la menstruación (v. 19), el adulterio (v. 20), entregar niños al Dios Moloch (v. 21), la actividad homosexual (v. 22), la bestialidad masculina y femenina (v. 23). Levítico 20 trata sobre la adoración a Moloch (v. 1-5), el ocultismo (v. 6), maldecir al padre o a la madre de uno (v. 9), el adulterio (v. 10), el incesto (v. 11-12), la actividad homosexual (v. 13), el incesto (v.14), la bestialidad masculina y femenina (v. 15:16), el incesto (v. 17), las relaciones sexuales durante la menstruación (v. 18), el incesto (v. 19-21), carnes “puras” (apropiadas para comer) e “impuras” (inapropiadas para comer) (v. 25), y el ocultismo (v. 27).

Principios de varios de los Diez Mandamientos aparecen en Levítico 18 y 20: la adoración a Moloch y las prácticas ocultas violan el primer (y posiblemente también el segundo) mandamiento (Éx. 20:3-6), maldecir a los padre viola el quinto mandamiento (v. 12), y el adulterio contradice el séptimo mandamiento (v. 14). Así que al menos algunas de las leyes en estos capítulos expresan o aplican principios permanentes.[14] Sin embargo, esto solo no prueba de todas las otras leyes en otros capítulos son permanentes. Comparen Levítico 19, lo cual reitera algunos de los Diez Mandamientos (e.g., v. 3, 4, 11, 12, 30) pero también contiene algunas leyes rituales que no puede permanecer siendo aplicables porque dependen de las funciones del santuario/templo sobre la tierra (e.g., v. 5-8, 20-22), que no ha existido desde el año 71 d.C. Sin embargo, Levítico 18 y 20 no contiene ninguna ley ceremonial que requiere el santuario/templo.[15] Las leyes acerca de la sexualidad en Levítico 18 establecen límites para salvaguardar la pureza moral de las personas (v. 4, 5, 24-30) en maneras que van más allá de la prohibición ejemplar del adulterio en el séptimo mandamiento (Éx. 20:14), pero que están basadas en el principio de la sexualidad expresado en Génesis 2:24: “Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne”. Levítico 20 añade una motivación general: obtener santidad del Señor que emula su santo carácter (v. 7, 8, 26). Las leyes en este capítulo tratan acerca de la santidad personal en relación a Dios. Por lo tanto, sus principios son morales y permanentes, aunque Levítico 20 añade algunas penalidades civiles para ser aplicadas bajo la teocracia (v. 2, 9-16, 27)[16]

Difícilmente alguien podría argumentar que las leyes bíblicas contra el incesto, la bigamia y la bestialidad en Levítico son morales en naturaleza. Sin embargo, los cristianos generalmente no entienden que las leyes contra las relaciones sexuales deliberadas durante la menstruación (18:19; 20:18) también son morales[17], lo cual explica porque el no acercase sexualmente a una mujer durante su período aparece en Ezequiel 18:6 entre una lista de virtudes morales.[18] El hecho de que la prohibición contra el sexo durante la menstruación constituye un requisito moral debilita la fuerza del argumento de que los cristianos no lo observan porque es ceremonial, y por lo tanto, las leyes contra la actividad homosexual, uno pocos versículo más adelante, ya no están en vigor. El hecho es que los cristianos deberían evitar el sexo durante la menstruación. Su violación de este requisito, al pasarlo por alto en forma ignorante o inconsistente, no justifica violar la prohibición de la actividad homosexual.[19]

Hemos encontrado que las leyes contra la actividad homosexual en Levíticos 18:22 y 20:13 aparecen en un contexto que exclusivamente consisten en leyes morales que guían al pueblo de Dios en una vida moralmente pura y santa, lo cual indica que estas leyes son permanentes. El Nuevo Testamento afirma la aplicabilidad continua de las leyes de santidad de Levítico. El Concilio de Jerusalén establece requisitos sobre el estilo de vida para los cristianos gentiles de la siguiente manera: “que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; si os guardáis de estas cosas, bien haréis.” (Hechos 15:29; cf. V. 20). La lista resume los grupos de prohibiciones en Levítico 17 y 18.[20] Estas leyes fueron claramente aplicables a gentiles porque en Levítico los extranjeros viviendo entre los israelitas se les exigía que las guardaran (17:8, 10, 12, 13, 15; 18:26). En Hechos 15:20, 29, la palabra griega porneia, para “fornicación” en general, encaja con el rango de ofensas sexuales prohibidas en Levítico 18.[21]

Autor: Roy E. Gane es Profesor de Hebreo Bíblico y Lenguas del Antiguo Cercano Oriente en el Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día en la Universidad de Andrews | Biblical Research Institute of the General Conference of Seventh-day Adventist | Traducido por Eric Richter para DA

Referencias


  1. Fragmento de un documento titulado “Old Testament Principles Relevant to Consensual Homoerotic Activity” (Principios del Antiguo Testamento Relevantes a la Actividad Consensual Homo- Erótica) presentado en “ ‘In God’s Image:’ Scripture, Sexuality, and Society,” (A la Imagen de Dios: Escritura, Sexualidad y Sociedad) conferencia organizada por la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, Cape Town, Sudáfrica 17-20 de Marzo de 2014. ↩︎

  2. A menos que se indique otra cosa, las citas bíblicas han sido tomadas de la Reina Valera de 1995. ↩︎

  3. Aquellos que los ejecutaban no tenían culpa debido a que los compañeros sexuales les caía su sangre sobre ellos, es decir, la responsabilidad por sus propias muertes. ↩︎

  4. Sobre este término hebreo y su rango semántico, ver H.D. Preuss, “tô‘ēbâ; t‘b,” en el Theological Dictionary of the Old Testament (ed. G. Johannes Botterweck, Helmer Ringgren, y Heinz- Josef Fabry; trad. David E. Green; Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2006), 15:591–604. Preuss resume: “Dentro del AT, por lo tanto, tô‘ēbâ se refiere a algo en la dimensión humana que es éticamente abominable, ya sea como idea o como acción; sobre todo es irreconciliable con Yahweh, contrario a su carácter y su voluntad como una expresión de su carácter, un tabú ético o cúltico. Llamar a algo como tô‘ēbâ es caracterizarlo como caótico y extraño, y por lo tanto peligroso, dentro del orden social y cósmico... Debido a que el sustantivos (al igual que el verbo) goza de un amplio rango de uso en el AT, es difícil llegar a una única raíz que exprese el significa de todo lo que caracteriza a tô‘ēbâ. El material legal y sapiensal, así como el material cúltico, contiene la mayor cantidad de casos” (602). ↩︎

  5. En Levítico 18, sin embargo, donde la misma palabra en plural (tô‘ēbot) caracteriza a todas las ofensas prohibidas anteriormente en el mismo capítulo (vers. 26, 27, 29 y 30), el única caso individual etiquetado como una “abominación” (tô‘ēbâh) es la actividad homosexual masculina (v. 22). Además, solo este tipo de actividad es llamada una “abominación” en Levítico 20 (v. 13). ↩︎

  6. Cf. Donald Wold, “The Meaning of the Biblical Penalty Kareth” (disertación doctoral, University of California en Berkeley, 1978), 251–255; Jacob Milgrom, Leviticus 1–16: A New Translation with Introduction and Commentary (Anchor Bible 3; New York, NY: Doubleday, 1991), 457–460; Baruch Schwartz, “The Bearing of Sin in the Priestly Literature,” en Pomegranates y Golden Bells: Studies in Biblical, Jewish, and Near Eastern Ritual, Law, and Literature in Honor of Jacob Milgrom (ed. David P. Wright, David N. Freedman, y Avi Hurvitz; Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 1995), 13. 4 ↩︎

  7. Aquí el término hebreo ’et es aparentemente el marcador del objeto directo, pero alternativamente, puede ser entendida como la preposición “con”, en cuyo caso la traducción sería “acostarse con un varón”. ↩︎

  8. “Acostarse” es la traducción del singular de miškab, literalmente, “cama” o “acostado”. ↩︎

  9. Contra la interpretación de Jacob Milgrom, que interpreta el plural de miškab como un modismo solo para uniones heterosexuales ilícitas, y por lo tanto, limitando las prohibiciones en Lev. 18:22;20:13 a actividades homosexuales incestuosas ((Leviticus 17–22: A New Translation with Introduction and Commentary [Anchor Bible 3A; New York, NY: Doubleday, 2000], 1569, 1786; citando a David Stewart), ver Roy E. Gane, Leviticus, Numbers (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2004), 326–328). En Levítico 18, versículo 22 está separado de las leyes del incesto (vers. 6-18). Si el versículo 22 estuviera implícitamente limitado al inceso, uno podría argumentar lo mismo acerca de las leyes acerca del sexo durante la menstruación (v. 19), adulterio (v. 20) y la adoración a Moloch (v. 21). Esto no tendría sentido porque el sexo incestuoso durante la menstruación y el adulterio incestuoso ya son descartadas por las leyes anteriores acerca del incesto, y todo el adulterio y la adoración a Moloch ya están categóricamente prohibidas por los Diez Mandamientos (Ex. 20:3-6, 14). ↩︎

  10. Contrastar 14:34; 19:23; 23:10; 25:2, acerca de las leyes que comenzaron a ser aplicadas cuando los israelitas estuvieron instalados en Canaán. ↩︎

  11. Cf. James R. White and Jeffrey D. Niell, The Same Sex Controversy: Defending and Clarifying the Bible’s Message About Homosexuality (Minneapolis, MN: Bethany House, 2002), 66. ↩︎

  12. Roy E. Gane, “Same-sex Love in the ‘Body of Christ?’” en Christianity and Homosexuality (ed. David Ferguson, Fritz Guy, and David Larson; Roseville, CA: Adventist Forum, 2008), part 4, pp. 66, 67 en respuesta a John R. Jones, “‘In Christ There is Neither...’: Toward the Unity of the Body of Christ,” in Christianity and Homosexuality, part 4, p. 5. ↩︎

  13. Milgrom, Leviticus 17–22, 1326; Jonathan Klawans, Impurity and Sin in Ancient Judaism (Oxford: Oxford University Press, 2000), 21–31; Jay Sklar, Sin, Impurity, Sacrifice, Atonement: The Priestly Conceptions (Sheffield: Sheffield Phoenix Press, 2005), 139–153. Es verdad que una emisión de semen generada una impureza física ritual (Lev. 15:16-18), pero esta estaba separada de la cuestión moral de si estaba permitido incurrir la impureza en una situación dada. ↩︎

  14. Dios originalmente les dio los Diez Mandamientos a los israelitas (Éx. 19, 20; cf. Deu. 5). Sin embargo, de acuerdo al Nuevo Testamento, tienen una aplicación continua para los cristianos, sean judíos o gentiles, y vivan dentro o fuera de la tierra de Israel (Rom. 7:7, 12; 13:9; Stg. 2:11; cf. Mat. 19:18, 19). ↩︎

  15. Incluso las distinciones básicas entre carnes “puras” (apropiadas para comer” e “impuras” (inapropiadas para comer), de las cuales Levítico 20 provee un recordatorio (v. 25; cf. 11:1-23, 29, 30, 40-45) no son ceremoniales porque un animal impuro no puede ser hecho puro mediante remedios rituales y no hay un remedio ritual para una persona que viola una objeción categórica en contra de comer un animal impuro (comparar con v. 24-28, 31-40, que proveen una purificación ritual del contacto con varias clases de cadáveres de animales, o al comer un animal puro que murió por su cuenta). El propósito de estas distinciones es mantener la pureza de la gente, independientemente del santuario, en armonía con su santidad persona en relación a Dios (11:43–45; cf. Dan. 1:8—fuera de la destrucción del templo; Gane, Leviticus, Numbers, 206–209, 215). ↩︎

  16. Sobre la ley moral fuera de los Diez Mandamientos y los principios morales/éticos permanentes en las leyes civiles, ver Gane Leviticus, Numbers, 307, 308. Noten que cuando a Jesús se le preguntó que identifique el mandamiento más grande en la Torah, él no se refirió a uno de los Diez Mandamientos, sino que Citó Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18, leyes morales permanentes dadas a través de Moisés que resumen las responsabilidades morales generales del amor por Dios y por otros seres humanos (Mat. 22:36-40). ↩︎

  17. Así como generalmente tampoco son entendidas como un requerimiento moral (basado en el respeto por la vida, el principio detrás de Éxodo 20:13 –“No matarás”), incluso para los cristianos gentiles, como una prueba de membresía, abstenerse de comer la carne de un animal si su sangre no fue extraída en el momento de su muerte (Hechos 15:20, 29; cf. Gen. 9:4; Lev. 17:10–12). ↩︎

  18. Es verdad que en Levítico 15:24 hay un remedio ritual para un hombre que ha tenido sexo con una mujer durante su período, pero o esto se refiere a un caso accidental/inadvertido o a la preocupación aquí solo es con la naturaleza de la impureza física ritual, independientemente de alguna pena por incurrir en él (Milgrom, Leviticus 1–16, 940, 941). ↩︎

  19. Gane, Leviticus, Numbers, 324–326, respondiendo a William J. Webb, Slaves, Women & Homosexuals: Exploring the Hermeneutics of Cultural Analysis (Downers Grove, IL: InterVarsity, 2001), 168–170. ↩︎

  20. Lev 17:3-9 ofrendas de bienestar, de la cual el oferente come, sacrificado a demonios; 17:10- 14, comer sangre en carne matada inapropiadamente; cap. 18 inmoralidad sexual en general. ↩︎

  21. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, porneia incluye el incesto (1 Co. 5:1). El Nuevo Testamento concuerda con que Lev. 18 y 20 al condenar explícitamente el incesto (1 Co. 5:1) y la actividad homosexualidad masculina (Rom. 1:27; 1 Co. 6:9; 1 Tim. 1:10). ↩︎

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