No es bueno que el ser humano esté solo

Jul 5, 2016
Juegos Cristianos

El siguiente tema tiene el propósito de responder dos inquietudes:

¿Por qué somos una comunidad?

¿Qué propósitos tiene una comunidad?

Aunque la especie “ser humano” fue creada como individuos con sus diferencias y singularidades, operan en comunidad. Este es un aspecto a enfatizar seguidamente. Su importancia radica en que refleja de esa forma la imagen de Dios.

La Biblia contiene respuestas interesantes a estas preguntas en el libro de Génesis.

¿Por qué el ser humano es una comunidad?
Génesis 1

El capítulo 1 de Génesis explica en forma sencilla cómo Dios creó el mundo. Los veas. 26 al 28 resaltan un aspecto particular de la creación del “ser humano”,

y dijo [Dios]: «Hagamos al ser humano [en hebreo: adam] a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.» Y Dios creó al ser humano [adam] a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre [varón] y mujer los creó. y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo.»

Nótese que la Divinidad como “comunidad divina”, pues se expresa en forma plural (“hagamos”), tenía la intención de que la siguiente creación reflejara su imagen y semejanza.

En la última frase, el término traducido como hombre, no es el término  hebreo adam sino zacar, que significa “varón”, y también “macho” cuando se usa para los animales. El término empleado para mujer [nekebah] también se usa para designar “hembra” en los animales.

La lectura de este pasaje se puede resumir como sigue: “Hagamos a la especie administradora de la Tierra a nuestra imagen”. Y curiosamente, creó la especie en pareja, o de a dos.

Génesis 5:2 reitera este concepto en forma peculiar:

Los creó hombre [o varón] y mujer, y los bendijo. El día que fueron creados los llamó «seres humanos» [o Adam].

Notemos que Dios le puso nombre a la especie creada en pareja. El término “adam” no es nombre propio como el que recibe cualquier persona, como Pablo, Pedro, Juana, Andrea, etc. Corresponde a la denominación de una especie “ser humano”. Deriva de  “adamah” que significa “tierra fértil”. Es decir que el nombre que recibieron los primeros seres humanos fue: “ser humanos”, aunque la expresión más literal sería “hechos de la tierra”. Por lo tanto, el término “adam” es una transliteración de la palabra hebrea que designa la especie “ser humano”. Al no tener un nombre, el primer ser humano conservó esta denominación, ya que, como se sabe, el segundo ser humano sí recibió un nombre. No obstante, al comienzo ambos llevaban esta designación de “Adam”.

Nótese cómo termina el capítulo 1:

Genesis 1:31 Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sexto día.

Después de crear a la especie ser humano en dos individuos, varón y mujer, Dios sintió que todo merecía ahora la calificación de muy bueno o excelente. Es importante esta declaración, porque es la que da inicio al capítulo 2 que describe la creación específica de la especie ser humano, donde aparece un calificativo de “no bueno” en determinado momento.

Génesis 2

Génesis 2 es más específico al explicar cómo Dios creó a la especie “ser humano” a su imagen, para que manifestaran el carácter de Dios.

Nótese cómo lo dice el relato.

Dios el SEÑOR tomó al hombre (Génesis 2:15-17)

Dice en realidad Adam o “ser humano”. Esto quiere decir que le otorga importancia a la especie, no al género. Y sigue diciendo el versículo,

y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»

Después que dio instrucciones a la especie ser humano sobre sus actividades y funciones administrativas, le dio también leyes. Y el relato sigue:

Gn 2:18 Luego Dios el SEÑOR dijo: «No es bueno que el ser humano [o Adam] esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»

Aquí es donde aparece lo “no bueno” de la creación. Algo faltaba para que la creación completa fuera declarada “excelente”. Además, la traducción literal para lo que se traduce “solo”[1] puede incluir también “sea una parte” o “único”. Para entender un poco mejor el significado de la frase se podría decir: “No es bueno que el ser humano sea único (o un individuo)”. Esta frase refleja más plenamente lo que Dios desea resaltar en el contexto inmediato: la creación del segundo ser humano que completa la especie creada a imagen de Dios.

Seguidamente, Dios presenta ante el primer ser humano los animales que había creado para que les pusiera nombre.

Gn 2:19-20 Entonces Dios el SEÑOR formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo, y se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre (ser humano o Adam) les puso nombre a todos los seres vivos, y con ese nombre se les conoce. Así el hombre (ser humano o Adam) fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre (o ser humano, Adam).

Al presentarle otras especies creadas, Dios generó conciencia en este “ser humano” de que entre todas las especies creadas de la “tierra” no se encontraba un igual en especie que fuera ayuda adecuada para los desafíos de gobernar y administrar.

Y Dios había declarado, “No es bueno que el ser humano [Adam] esté solo”.

La administración de la Tierra no debía hacerla un ser humano solo, sino en comunidad, como se especifica en Gn 1:28. Un único ser humano no podría cumplir el mandato de fructificarse y multiplicarse, para realizar su función de servir a toda la Tierra que se encontraba en plena expansión y crecimiento.

¿De qué forma fue creada la “otra parte” de esa “parte” primera del ser humano?

Nótense al menos cuatro detalles.

Primer detalle de creación del segundo ser humano

El ser humano mujer fue formado de un costado del ser humano varón, estableciendo así su relación de igualdad de especie y de función.

“Y el SEÑOR Dios hizo caer sueño sobre el hombre, y se adormeció; entonces tomó de uno de sus costados, y cerró la carne en su lugar; y edificó el SEÑOR Dios lo que tomó del costado del hombre, en mujer, y la trajo al hombre.” (Génesis 2:21-22, versión Biblia del Jubileo)

Se hace mención en este pasaje bíblico de que el ser humano entraba dentro de la clasificación de seres creados con simetría bilateral (o Bilateria), es decir, criaturas con lados izquierdo y derecho como opuestos a seres creados como circulares (por ejemplo: esponjas, medusas).

El término hebreo para “costado” es tsela, y también significa “lado”. La traducción histórica como “costilla” se debe a un posible error que se ha reiterado a lo largo del tiempo. Actualmente el auxilio de la tecnología permite hacer mejores estudios lingüísticos de los términos bíblicos.

El término tsela, que aparece en Gn 2:21-22 es la única vez que se lo traduce así como “costilla” en la Biblia. En los otros 39 lugares en que aparece el término, se lo traduce como uno de los dos lados de un elemento. Por ejemplo: el otro lado de una puerta (1 R 6:15; 33, 34); los dos lados del arca (Éx 37:3); cuartos de un lado y del otro (norte y sur; Ez 41:5, 11); el costado defectuoso de Jacob, etc.  El término “lado” o “costado” da más sentido a la mujer como “ser humano”; no es una pequeña parte del hombre.

En este estado sueño o visión es que pudo observar cómo un pedazo de uno de sus lados se transformaba en una mujer que poco después le fue presentada. Dios le reveló en ese sueño que la mujer era parte de sí, su igual en condición. No en expresión individual. Cada uno hace a la comunidad un aporte desde su individualidad. Este aporte de habilidades individuales completa las necesidades de la comunidad.

Por lo tanto, el relato dice que Dios creó a individuos independientes o autónomos que debían aprender a vivir en común-unidad. La plenitud del crecimiento como especie “ser humano” y como individuo se alcanza en la vida de interrelación en una comunidad. La comunidad no anula la individualidad, la ayuda a crecer plenamente para su función de servicio.

Además el relato especifica que el ser humano mujer, NO era un ser más creado de la Tierra como el resto de los animales que trajo ante él, según Gn 2:19-20.

Así, el ser humano varón reconoció que el ser humano mujer era su igual, pero con una diferencia que no restringía esa igualdad: otro género. Ahora la especie “ser humano” estaba plenamente habilitada para responder a su cometido de fructificar y multiplicarse. El primer ser humano “Adán” dijo:

(Génesis 2:23 Biblia del Jubileo)  “Esta es, hueso de mis huesos, y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del Varón fue tomada”.

Se observa que al ver al segundo ser humano mujer, el varón dijo que no solo era hueso de él sino carne, es decir, más que solo una costilla. El sueño dado al primer ser humano varón no es una explicación científica del origen del ser humano mujer, sino una visión que Dios le dio sobre el lugar que ocupaba la mujer en el orden de la creación. Ya que la mujer fue en realidad parte de un costado del primer ser humano varón, que fue su génesis, es decir de dónde provino, y se transformó en un ser completo, 100 %, y no en una mitad. A partir de allí, la especie humana quedó completa.

Lo que se enseña entonces en Génesis, es que los seres humanos fueron creados por Dios, a su imagen y semejanza, para vivir en comunidad. De allí que se considere a Dios su Padre. Y que la única manera en que los seres humanos pueden cumplir la orden y el propósito de reflejar la semejanza divina es reproduciéndose, creando una comunidad mayor y operando el funcionamiento de la Tierra para el bienestar de todos los seres creados que viven en ella. Así como la Divinidad se expresa creando nuevas especies y aumenta la comunidad cósmica.

Convengamos que la Tierra es extensa y que dos seres humanos solos serían insuficientes para atender todas las necesidades de cuidado que se requerían.[2] Dios les dio la capacidad de reproducirse para ser creadores de una comunidad de custodios de la Tierra.

El cumplimiento de la orden divina de gobierno solo se lograría mediante una relación estrecha y de igualdad entre los dos primeros seres humanos que como modelo trasladarían esto a los siguientes miembros de la comunidad que surgirían como producto de cumplir la orden de multiplicarse. Todos ellos llegarían a ser reflejos cada vez más plenos de la imagen de Dios.

Segundo detalle de creación del segundo ser humano

El ser humano mujer comenzó su vida en forma comunitaria con otro ser humano varón. Es probable que en ese momento en que estaban juntos, Dios, con una gran alegría y placer, les explicara otros detalles ahora de su vida en común. Dios comunicó a ambos la descripción de su trabajo: cuidar del jardín y servir a las criaturas que lo habitaban, comer de todo árbol excepto uno, y todo lo demás (Gn 1:26-27).

Tercer detalle de creación del segundo ser humano

La mujer estaba completa desde su mismo comienzo. A diferencia del primer ser humano varón, la mujer nunca careció de compañía. Dios había creado un medio ambiente perfecto, repleto de animales, plantas, comida, propósito de vida, y una compañía antes de crearla a ella.

Cuarto detalle de creación del segundo ser humano

El ser humano mujer completó la creación de la especie a imagen de Dios. Dios calificó como “muy bueno” lo que hizo cuando terminó de crear a la especie ser humano varón y mujer (Gn 1:31). Durante los siete días de la creación, solo una vez Dios describió su obra creadora en forma superlativa y eso fue después que creó a ambos seres humanos. Dios no hace las cosas en forma mediocre, sino excelente.

Considerar a la mujer inferior en calidad que el varón cuando Dios consideró “muy bueno” la creación de ambos es desmerecer el carácter de Dios, que buscó dar lo más excelente, aquello que realmente lo representaba como semejante a sí mismo, como un ser capacitado plenamente para gestar vida como él, y de ayudar como él.

Fue tal la admiración de Adán cuando vio las capacidades de la mujer que la llamó “Eva” [hawwah]. Este vocablo se relaciona con el término hebreo “hayah” que significa “vivir”. Con este calificativo asoció a la mujer como la madre de todos los vivientes (Gn 3:20).

Se podría decir que la mujer era una expresión directa del carácter sustentador, dador de vida y de compañía de Dios. Y el varón también tenía esas capacidades cuando estaba en relación con la mujer.

Entonces, ¿qué se puede extraer hasta aquí?

La Divinidad como comunidad, considera “no bueno” que la especie “ser humano” estuviera conformada por un solo individuo. Por eso los crea como comunidad. Por eso Dios creó a los seres humanos como una sociedad que fundaría una comunidad mayor para que eso “no bueno” no se hiciera presente.

Es decir, es parte del carácter de Dios, vivir en comunidad. Por eso, llena el universo que creó de criaturas que sean felices para disfrutar de la vida que les provee mientras las gobierna en comunidad.

La individualidad y particularidades de cada sujeto dentro de la comunidad debe expresarse en beneficio de la comunidad. De no ser así, el individuo no sentirá que es plenamente feliz, que su vida sirve y tiene un propósito. Fue creado para reflejar de esa manera la imagen de Dios, sirviendo con un propósito a una comunidad.

Por eso dijo Dios “No es bueno que el ser humano” estuviera conformado por un solo individuo. La fórmula varón-mujer permitía que la especie ser humano reflejara la imagen de Dios como creadora de otros individuos en la comunidad. Así como Dios da vida, dio el don a los seres humanos también de darla y sostenerla. Esa es una capacidad que refleja también la imagen de Dios.

Por eso dijo Dios “No es bueno que el ser humano sea uno solo”.

Y ahora respondemos la segunda pregunta.

¿Qué propósitos tiene una comunidad?

La vida en comunidad es la expresión del carácter de Dios cuando existe respeto, cuidado y servicio de uno por el otro. Pues la primera ley del cielo es el servicio por amor.

El tener una vislumbre del carácter de Dios como un ser que disfruta viviendo en comunidad y sirviendo a sus seres creados con alegría, permite entender el propósito de Dios al crear al ser humano varón y mujer como una expresión de sí mismo, como una comunidad.

Por eso dijo Dios “No es bueno que el ser humano sea uno solo”.

Y, ¿por qué no es bueno ser uno solo?

Hace poco escuché una palabra: “autofilia”. Es el amor a uno mismo, que deriva en amar la soledad. La persona disfruta de su propia compañía. Aprendió a hacerlo cuando percibió la frustración de no encajar a pesar de que existían muchas personas a su alrededor. El corazón de la persona se va volviendo vacío e insensible, con todo extraño a su alrededor. Le cuesta conseguir amigos que muestren comprensión y en quien confiar. Esto, por supuesto, deriva en otras patologías mentales y sociales.

La realidad muestrar que no es del agrado de la mayoría el estar solo, y mucho menos cuando esto es producto de sentirse incomprendido.

La forma de entender esto es notar lo que pasó después de la entrada del pecado. El andar separado y tomar decisiones en forma unilateral se registra como un mal que hace que las personas tengan sentimientos negativos y que NO les ayude a tomar decisiones acertadas.

Nótese ejemplos de cómo algunos problemas de la soledad se podrían haber solucionado con el auxilio de expresiones comunitarias, en unos casos, y, en otros, cómo se arreglaron con el auxilio de la comunidad.

Primer ejemplo

El primer ejemplo negativo es el de los dos primeros seres humanos. Aunque el registro bíblico es muy sintético, se pueden vislumbren algunos detalles. Parece evidente que ambos se distrajeron en sus labores cotidianas, y quedaron apartados uno del otro. Eva fue así fácil presa de la tentación y del pecado, pues tomó una decisión importante para la comunidad sin consultar con su otra parte. Y Adam no supo dar un auxilio comunitario adecuado cuando notó la decisión unilateral de Eva. Una parte que aún permanecía fuerte contra la tentación debería haber ayudado a la que se había debilitado.[3] Sin embargo, al perder la referencia de una parte de su propia comunidad, y al olvidarse de consultar con la comunidad de la Divinidad, también tomó una decisión desacertada. Esta decisión de la primera comunidad de seres humanos, afectó al resto de la comunidad que generarían. Los primeros seres humanos fallaron en reflejar el carácter de Dios como comunidad. Las consecuencias de este “tomar decisiones en soledad” y sin tener en cuenta a la comunidad Divina, se perciben actualmente como sociedad. Los resultados de la caída se han instalado en la comunidad de sus descendientes.

“No es bueno que el ser humano sea uno solo”. La comunidad de creyentes tiene que aprender a expresar el apoyo correcto en cada circunstancia. Es una cuestión de aprendizaje continuo en estrecha relación con su originador, Dios. Si no se aprende esto, no se está reflejando el carácter de Dios. Las decisiones que se toman como individuos, también afectan a la comunidad.

Segundo ejemplo

Job anhelaba estar solo por la incomprensión que sufría por parte de sus amigos. La angustia que Job padeció por la gran pérdida familiar, material y de salud, lo llevó a exclamar:

(Job 19:19) “Todos mis íntimos amigos me aborrecen; los que yo amo se vuelven contra mí”.

Job deseó aislarse de la compañía humana, no le hacía bien. La comunidad no cumplió su rol de ayuda, de contención, de comprensión. Y Dios se acercó a Job para darle una respuesta cierta de su compañía y bendición. Finalmente el relato dice que la comunidad de los amigos de Job estuvo en riesgo de recibir los juicios de Dios por no representar su imagen (Job 42:7). Dios le dio a Job la tarea de restaurar a la comunidad al interceder por ellos, y, a la vez, lo restaura como miembro de la comunidad (Job 42:8-17).

“No es bueno que el ser humano esté solo”. La comunidad de creyentes tiene que aprender a expresar el apoyo correcto en cada circunstancia. Sino, NO refleja el carácter de Dios.

Tercer ejemplo

El exceso de trabajo, el cansancio laboral o el estar constantemente con personas, dejó abrumado y agotado a Moisés. Fue a Dios y noten lo que le dijo:

“Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí! Si éste es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!”. (Números 11:14-15)

La angustia de llevar solo el liderazgo, hizo que prefiriera la muerte a seguir viviendo.

Ya antes había recibido un consejo de su suegro al respecto (Éx 18:18). Esta situación estresante la recordó en su discurso final antes de su muerte (Dt 1:9).

Dios le respondió:

“Tráeme a setenta ancianos de Israel, y asegúrate de que sean ancianos y gobernantes del pueblo. Llévalos a la Tienda de reunión, y haz que esperen allí contigo. Yo descenderé para hablar contigo, y compartiré con ellos el Espíritu que está sobre ti, para que te ayuden a llevar la carga que te significa este pueblo. Así no tendrás que llevarla tú solo”. (Nm 11:16-17).

“No es bueno que el ser humano” haga las cosas solo. Tampoco es bueno ser un líder que quiere llevar solo adelante la obra de Dios y, en algunos casos, hasta impidiendo el crecimiento y la manifestación de los dones de Dios en otras personas.

Dios estuvo para ayudar a Moisés a comprender esto. Le hizo entender que debía aprender a vivir en comunidad, para atender a la comunidad recibiendo ayuda de consejeros que también tenían del Espíritu de Dios. De la misma forma que sugirieron los apóstoles en Hechos 6 cuando se nombró a siete servidores para que los ayudaran en la atención de la comunidad que se había expandido exponencialmente. Dios se manifiesta con su Espíritu en muchos. Y cuanto más individuos en la comunidad de creyentes llenos del Espíritu de Dios, más plenitud de la manifestación del carácter y la presencia de Dios (Ef 4:1-16; 1 Co 12).

Otro ejemplo

El profeta Elías estaba realizando una tarea no común ni popular. Se sentía incomprendido y solo. Nótese lo que dijo en un momento:

“Yo soy el único que ha quedado de los profetas del SEÑOR; en cambio, Baal cuenta con cuatrocientos cincuenta profetas”, (1 R 18:22)

y en otro momento dijo también

(1 R 19:10) “Me consume mi amor por ti, SEÑOR, Dios Todopoderoso. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!”.

Dios tuvo que aclararle que no era así, que existían otras personas que también eran fieles a él. Los sentimientos de incomprensión y soledad pueden nublar nuestra mente.

“No es bueno que el ser humano esté solo”. Dios estuvo con Elías para recordarle que aunque no podía disfrutar de estar junto a la comunidad de creyentes que existían en ese momento y que lo contuviera cuando se sentía incomprendido en sus tareas para Dios, Dios sí estaba a su lado en su angustia. Cristo también pasó por este tipo de sentimientos de sentirse solo por la incomprensión, sin embargo nótese lo que pudo afirmar con certeza

(Jn 8:29) “no me ha dejado solo el Padre”.

Aunque los hombres lo abandonasen sabía que “el Padre está conmigo” (Jn 16:32).

Esto permite recordar que, mientras se esté en la etapa de pecado, o de la historia después de la caída, en esa parte de la historia, no todas las situaciones a enfrentar se harán disfrutando de la compañía de una comunidad de creyentes. Es admirable el valor de esos misioneros que fueron a tierras alejadas de toda comunidad de creyentes para mostrar el carácter de Dios. No obstante, lograron generar una extensión de la comunidad de creyentes donde fueron. Colocaron un rayo de luz del reino de amor de Dios, y empezaron a disipar las tinieblas.

Como en el caso de Elías, aunque a veces no se disfrute de la compañía de una comunidad de creyentes, Dios, ciertamente, NO fallará en brindar su compañía.

Hay otros ejemplos más de varones y mujeres a quienes Dios ayudó a ver su compañía y a quienes proveyó apoyo mediante la comunidad de creyentes. Seguidamente sigue el análisis de lo que pasa actualmente.

¿Qué pasa actualmente?

Hay estadísticas que muestran que en las últimas décadas han aumentado las dificultades de las comunidades para atender la cantidad de personas que se sienten solas y están solas.

La dificultad por entender la importancia de la comunidad más básica de la sociedad: la familia, hace que muchos niños y adolescentes se sientan solos e incomprendidos. Quienes deben ayudarlos a crecer como miembros en una comunidad, no cumplen adecuadamente ese cometido.

Los adultos reaccionan de diferentes formas al estar solos o no bien integrados a una comunidad. Sentirse incomprendido fragmenta al individuo y a la comunidad. El apóstol Pablo dice que si un miembro padece, toda la comunidad se duele con él (1 Co 12:26).

La soledad e incomprensión producen rupturas de relaciones en la comunidad, en muchos casos donde se ve afectado el núcleo básico de esa comunidad: la familia.

Resultado: una comunidad que tiene muchos desajustes y no funciona adecuadamente como comunidad.

En las grandes ciudades, la gente va y viene ocupada en sus cosas y muchas veces sin tiempo para mirar al otro. Una sociedad en la que muchas veces no se conoce plenamente quien vive en la casa de al lado, y donde la ciencia y la tecnología comunican, pero también deja aislados. Donde en muchas ocasiones el individualismo reina supremo, y toma decisiones que van en contra del bienestar de la comunidad.

Esto quiere decir que si el objetivo es reflejar la imagen de Dios, como comunidad de creyentes es necesario aprender primero cómo actuar unos con otros de acuerdo al propósito de Dios.

Es importante recordar que Jesús dijo que esta es la forma en que realmente la comunidad de creyentes daba testimonio al mundo confundido respecto al verdadero carácter de Dios. Ese testimonio era la demostración de la imagen de Dios en el individuo dentro de la comunidad de creyentes: amándose unos a otros como él los amó (Jn 15:12, 17) y siendo aprendan a ser “uno” como lo es la Divinidad (Jn 17:21).

¿Sería muy pretencioso que velar para que ninguno en la comunidad tenga que padecer sentimientos de no sentirse integrado?, ¿o que al no estar integrado a la comunidad sus sentimientos lo lleven a tomar decisiones equivocadas?

“No es bueno que el ser humano esté solo”. NO, no estaba la idea de un ser aislado de una comunidad de semejantes en el plan de Dios.

Porque cuando Dios creó a la humanidad, la creó como comunidad, inicialmente de a dos, para que tuvieran abundantes relaciones con todo tipo de criaturas, también entre sí como semejantes y, por sobre todo, con su Creador. Una comunidad que se relaciona con otras comunidades. El pecado de los seres humanos se entendió como una expresión de rechazo a reflejar la imagen del Dios que los había creado.

Génesis 3, presenta justamente que el engaño de la serpiente consistió en hacerles creer que podrían lograr esa imagen de Dios no haciendo caso a las leyes de Dios previstas para vivir en comunidad con el Creador.

Pero Dios, como ser comunitario, decidió no aislarse o separarse como comunidad y permitir así que el quiebre que se produjo entre la comunidad “ser humano” y la comunidad divina sea permanente. NO abandonó al ser humano a los resultados de su elección. Dios hizo un sacrificio tremendo para volver a integrar nuevamente a los seres humanos a la comunidad cósmica. Dios es un ejemplo como restaurador de relaciones y como un ser que vive en comunidad. Porque eso es parte de su carácter.

Qué medios empleó Dios para invitar otra vez a los seres humanos a reflejar su imagen?

Los primeros seres humanos que se multiplicaron después de la entrada del pecado fueron perdiendo su capacidad de reflejar a Dios en forma comunitaria. Dios tuvo que tomar una decisión drástica pero se salvó una pequeña comunidad que aún mantenía el deseo de ser una comunidad que se relacionaba con la comunidad Divina en Noé y su familia.

Con el correr del tiempo, otra vez se fue perdiendo la imagen de Dios. Dios decidió crear una comunidad en Abrahán y sus descendiente a la que le confió descripciones de su carácter que se expresan en sus leyes de convivencia en comunidad (reveladas nuevamente a Moisés quien las puso por escrito en el Pentateuco). Segundo, les comunicó lo que él haría para restaurar a los seres humanos a la comunidad cósmica expresado en sus pactos y en el plan de salvación en el santuario.

Pero lo más importante que hizo, fue cumplir esa promesa de restauración al enviar a Cristo. Dios mostró su deseo de integración completa del ser humano con la Divinidad y la comunidad cósmica, al asumir en Cristo la naturaleza humana. ¡Dios se hizo miembro también de la comunidad de seres humanos!

Dios es un ser comunitario y capaz de hacer sacrificios increíbles para mantenerse en comunión con sus criaturas.

Dios está obrando para restaurar las cosas a su forma original, para que vuelva a existir comunión entre la comunidad ser humano y la comunidad divina (Jn 17).

¿Cuál es el desafío actualmente para la comunidad de creyentes?

La comunidad de creyentes debe entrenarse para reflejar la imagen de Dios combatiendo lo que Dios consideró “no bueno”.

Para que todos se sientan parte de una comunidad que disfrutan de la mutua compañía se debe hacer lo que Dios hizo al crear a los seres humanos, y que ejemplificó también en la vida de Cristo:

  1. Cuando restauró el quiebre entre las comunidades Divina y humana.

  2. Cuando derramó de su Espíritu a la primera comunidad de creyentes en ese proceso de restauración.

Se deben eliminar toda tipo de barreras existentes que produzcan separación entre los creyentes. Todos somos iguales ante Dios. Es decir, continuar la restauración que Dios implementó en Cristo entre quienes aceptan reflejar su imagen.

Barreras que no limiten la plena expresión de los dones del Espíritu que Cristo concede a la comunidad de creyentes. Dones del Espíritu que evidencian la presencia de Dios en la comunidad. Dones del Espíritu, como los dados a la primera pareja de seres humanos. Dones para la administración aquí y ahora para acompañar el crecimiento fructífero de una comunidad que se relaciona adecuadamente consigo misma y con Dios, con el propósito de ser parte de quienes se brindan en servicio por amor a todos los seres creados por él. Porque eso es reflejar la imagen de Dios.

Este es el ideal.

Para alcanzarlo, hay que revisar qué cosas limitan la plena comprensión de la voluntad de Dios.

¿Se excluye o no se trata bien a algunos miembros de la comunidad para que se expresen plenamente como ser creado a la imagen de Dios por alguna barrera racial?

¿Se excluye o no se trata bien a algunos miembros de la comunidad para que se expresen plenamente como ser creado a la imagen de Dios por alguna barrera de condición social?

¿Se excluye o no se trata bien a algunos miembros de la comunidad para que se expresen plenamente como ser creado a la imagen de Dios por alguna barrera de género?

No se debe permitir que estos sean motivos que impidan a la comunidad de creyentes entender plenamente la voluntad de Dios para reflejar su imagen.

Es decir, las barreras que se levantan entre los miembros de una comunidad limitan la plena expresión del carácter de Dios.

Porque es en la comunidad de creyentes que los cristianos tienen que alcanzar su pleno potencial como personas que empiezan a entender cómo reflejar la imagen de Dios para extender su carácter al mundo.

Históricamente, la incomprensión de este hecho hizo que muchos no desearan formar parte de la comunidad de creyentes. Se los perseguía, se los maltrataba en nombre de estas barreras sociales, raciales y genéricas dentro del mismo seno de la comunidad de creyentes.

Aún hay lugares donde la raza es un factor de maltrato social y religioso, donde el género es una cuestión de maltrato social y religioso. ¿Por qué? Pues, varios de esos conceptos surgieron en la sociedad porque la comunidad de creyentes no cumplió plenamente en mostrar cuál era la voluntad de Dios y cómo esa comunidad debía reflejar su imagen. Incluso hubo períodos en que fue generadora de esos conceptos de exclusión.

Por lo tanto, todo lo que provoque el aislamiento, la incomprensión y levante barreras en el seno de la comunidad de creyentes, NO PROVIENE DE DIOS. Y Dios mismo dijo que era producto del pecado, como por ejemplo: cuando profetizó que un producto del pecado sería la intención de un género por ejercer domino sobre el otro (Gn 3:16, “A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará»”). Por lo tanto, el dolor, el dominio de un ser humano a otro es producto del pecado que Dios se propuso eliminar al cumplir su promesa de restauración en Cristo.

Conclusión

La primera pregunta que dio inicio a este tema fue ¿por qué el ser humano es una comunidad?

Dios se manifiesta en comunidad para el servicio por amor a sus criaturas. Su creación GRITA, PROCLAMA esta realidad. Y eso pidió a la especie “ser humano” que creó a su imagen: que fuera una comunidad que sirviera por amor en el lugar que había creado como su lugar de habitación, la Tierra.

No es bueno generar separación, porque Dios nos creó para vivir en relación. Y sobre todo de igualdad con aquellos que son semejantes y portadores de la imagen de Dios: varón y mujer, blanco y negro, pobre o rico.

La segunda pregunta fue ¿qué propósitos tiene una comunidad?

En síntesis, liberar de los problemas del hacer las cosas como un solo individuo, lo “no bueno”. Hoy, más que nunca, la sociedad necesita desesperadamente que la comunidad de creyentes proclamen la liberación de todas esas barreras impuestas por conceptos errados acerca del carácter de Dios.

El último libro de la Biblia, el Apocalipsis expresa que Dios desea salvar a una comunidad. Por eso, su mensaje se dirige a la comunidad de creyentes, en el simbolismo de las 7 iglesias. La promesa que Dios hace a la última comunidad-iglesia, Laodicea, en Ap 3:20, impacta profundamente. Los que venzan se sentarán en el trono con Cristo.  Y aunque lo dice al individuo, lo dice al individuo que vive en comunidad.

¿Por qué esa promesa? Por que estar ante el trono de Dios no es poca cosa. Apocalipsis 4, dice que ante el trono se encuentran muchos seres creados por Dios. Los 4 seres vivientes, Cristo (Cordero como inmolado), los siete espíritus de Dios, los 24 ancianos, los ángeles, y esa comunidad cósmica se completa, según Ap 7, con la multitud de los redimidos de la Tierra. En esa comunidad redimida no hay discriminación de raza, género o condición para recibir la salvación.

Apocalipsis describe la intensa actividad de Dios a favor de la comunidad de los seres humanos para que pronto puedan estar reintegrados a la comunidad cósmica.

Apocalipsis registra que no hay dificultad que Dios no ayude a sortear ni enemigo que Dios no conquiste por amor a los miembros de esa comunidad de creyentes. Todos los recursos que Dios empleó con éxito en el pasado por proteger a la comunidad que refleja su imagen, se encuentran presentes como símbolos en Apocalipsis para asegurar que, así como aconteció en el pasado, será también en el futuro hasta que Dios restaure todas las cosas.

Por eso, es en la comunidad de creyentes donde se debería empezar a disfrutar de la vida en comunidad, de crear los lazos relacionales que durarán por la eternidad, y no solo hasta que la muerte nos separe.

Es en la comunidad de creyentes donde se empieza a practicar en forma anticipada la convivencia en igualdad, como seres creados a la imagen de Dios, en la eternidad. Seres destinados a vivir ante su presencia por siempre.

“No es bueno que el ser humano esté solo”.

El salmista expresó uno de los resultados de la vida en comunidad:

(Salmo 133:1) Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía!

Autor: Dra. Silvia C. Scholtus de Roscher

Referencias


  1. Este término hebreo “bad” aparece unas 231 en el AT. En Éx 35:16 y otros pasajes se lo usa para designar a las varas o apartados para llevar el arca; o el lino fino de la ropa de los sacerdotes, Éx 39:28. En algunos casos se traduce “además” (por ej.: Lv 23:38). Se emplea para indicar “separar, apartar, sin contar” (por ej.: Gn 21:28, 29; 30:40, 41; 43:32; 46:26; Éx 12:37; 26:9). Y también tiene el significado de “solo, único” (por ej.: Gn 42:38; 44:20; Éx 12:16; 18:18; 22:19, 26; 24:2; Nm 11:14; Dt 1:9, 12; 4:35; 8:3; 22:25). ↩︎

  2. Elena de White dice: “El huerto del Edén era una representación de lo que Dios deseaba que llegase a ser toda la tierra, y su propósito era que, a medida que la familia humana creciera en número, estableciese otros hogares y escuelas semejantes a los que él había dado” (La educación [1998], 22). ↩︎

  3. Como dice Pablo, que el fuerte ayude al débil, Ro 14:10-15; 1 Co 8:7-13. ↩︎

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