Lucas 18:8... ¿hallará fe en la tierra?
Una de las declaraciones de Jesús que más ha llamado mi atención en los últimos años es la registrada en el Evangelio según Lucas:
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?[1]
Es increíble como esa declaración la he podido entender tristemente con la vida de muchas personas a mi alrededor, incluso, en ocasiones aún con mi propia experiencia y es que, podríamos decir que estamos en el Arca, esperando que llueva y no llueve, en otras palabras, esperamos a Cristo y no viene… Como a mí, al escribir estás líneas sé que a muchos vendrá a la mente el versículo de Pedro:
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.[2]
Sí, ese mismo, y es que, lo sabemos de memoria, sin embargo, me he puesto a pensar y hablar con el Señor sobre ese versículo. Mientras esperamos en esa promesa, que la creo y es mi esperanza, muchos dentro de la iglesia se apartan para literalmente no volver, claro, no soy Dios para saber que cuando alguien se aparta de Dios no volverá a él, y no me refiero a si Dios perdonará sus pecados pasados, sabemos que lo hace, me refiero a si esa persona le dará nuevamente la oportunidad al Espíritu Santo en su mente, si se dejará convencer de su pecado o en su rebeldía se apartará eternamente.
Jesús hace la declaración en forma de pregunta: “¿hallará fe en la tierra?”. Ahora pregunto yo, ¿puede alguno de nosotros responder a esa pregunta? Difícilmente, aunque alguno osadamente dirá que sí pero, la realidad es que esa pregunta la podemos responder únicamente con nuestro estilo de vida, con nuestro carácter, el cual refleja realmente lo que somos, lo que creemos y esperamos. Creo que lo resumiría en una simple pregunta: ¿Dónde está puesta nuestra confianza, el dinero, las personas…? Creo que la responderían nuestros frutos.[3]
Creo firmemente en que vivimos en la antesala de la segunda venida de Cristo y el mismo Cristo profetizó muchos males para este mundo, donde viven sus hijos que le esperan. Lo podemos leer en Mateo Caps. 24 y 25 y en el mismo evangelio de Lucas Cap. 21. Y no es para nadie un secreto en la condición actual en que vivimos. El mundo está agonizando, el materialismo está arropando las mentes de los cristianos y los no cristianos. Leí en twitter una frase que llamó mucho mi atención, decía: Ya no vivimos en el post-modernismo, sino en el post-cristianismo. Esa frase me puso a pensar mucho y a preguntarme, ¿será que el profeso mundo cristiano está reflejando esa frase en su manera de vivir?
La Palabra dice: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.[4] Solo mediante la santificación podremos seguir de pie en este mundo, la santificación no es otra cosa que dedicarse enteramente para Cristo, y eso es un trabajo diario. Entregarle nuestro yo a Cristo, vivir para Cristo para que entonces, y solo entonces Cristo viva en nosotros, que podamos decir como escribió el apóstol Pablo:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.[5]
Pablo, de acuerdo al versículo, también vivía por fe, y es que, en cuatro[6] lugares diferente de la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento podemos leer la siguiente declaración: Mas el justo por la fe vivirá.
La fe no viene por sí sola, hay que alimentarla, hay que alimentar el espíritu, porque la carne desde nuestro nacimiento ya viene sin necesidad de añadirle nada. ¿quieres aumentar tu fe? Ora y estudia la Biblia, ahí está la clave. La fe viene por el oír de la Palabra de Dios escribió Pablo[7], si sabemos eso, por qué no lo ponemos en práctica. Algo que me ha ayudado mucho en lo personal, es tratar por todo los medios posibles de hacer mi curso personal matutino antes de hacer cualquier otra cosa. No hay una mejor manera de alimentar el espíritu que haciendo del estudio de la Biblia y la oración lo primero que hagas en el día.
Te animo a confiar y a esperar en el Señor, nada fuera de él en este mundo vale la pena. Debemos vivir por fe, tenemos que aprender a vivir por fe.
Referencias