Lucas
Como doctor en medicina, Lucas sabía la importancia de ser minucioso. Utilizó sus habilidades de observación y análisis para investigar a fondo las historias sobre la vida de Jesús. ¿Cuál fue su diagnóstico? ¡El evangelio de Jesucristo es verdadero!—Life Application Study Bible.
Estamos en deuda con el difunto doctor A. T. Robertson por la siguiente biografía concisa de Lucas.
La leyenda de que Lucas fue uno de los Setenta enviados por Jesús (Epifanio, Haer., ii. 51, 11) es pura conjetura, así como también lo es la historia de que Lucas fue uno de los griegos que acudieron a Felipe para que él les presentara a Jesús (Juan 12:20s), o el compañero de Cleofas en el camino a Emaús (Lucas 24:13). La clara insinuación de Lucas 1:2 es que el mismo Lucas no fue un testigo ocular del ministerio de Jesús.
En Colosenses 4:14 Lucas es distinguido por Pablo de aquellos “de la circuncisión” (Aristarco, Marcos, Jesús el Justo); Epafras, Lucas, Demas del grupo de los gentiles. Los primeros escritores cristianos creían que había venido directamente desde el paganismo al cristianismo. Puede haber sido o no un prosélito judío. Su primera aparición con Pablo en Troas (ver las secciones expresadas como “nosotros,” Hechos 16:10–12) armoniza con esta idea. La clásica introducción al Evangelio [de Lucas] (1:1–4) muestra que fue un hombre culto (compárese Apolo y Pablo). Era un hombre de escuela y su griego tenía el sabor literario al que sólo se aproximan en el Nuevo Testamento los escritos de Pablo y la Epístola a los Hebreos.
Su procedencia es muy incierta. El texto de D (Códice de Beza) y varias autoridades latinas tienen un pasaje de “nosotros” en Hechos 11:27. Si esta lectura, el presunto texto B de Blass, es el original, entonces Lucas estuvo en Antioquía y pudo haber estado presente en el gran acontecimiento registrado en Hechos 12:1s. Pero es posible que el texto Occidental sea una interpolación. De todos modos, no es probable que Lucas sea la misma persona que el Lucio de Hechos 13:1. Ramsay (St. Paul the Traveller [San Pablo, el viajero], 389s) piensa que Eusebio (HE, III, iv, 6) no quiere decir que Lucas fuera natural de Antioquía, sino que solamente tenía conexiones familiares con personas de Antioquía. Jerónimo lo llama Lucas medicus Antichuensis. Ciertamente, él muestra un interés por Antioquía (compárese Hechos 11:19–27; 13:1; 14:26; 14:22, 23, 30,35; 18:22). Antioquía, desde luego, jugó un gran papel en las primeras tareas de Pablo. Otras historias tienen a Lucas como que vivió en Alejandría y en Acaya y narran que murió en Acaya o en Bitinia. Pero nosotros sabemos que él vivió en Filipos durante un período considerable.
Se encuentra por primera vez con Pablo en Troas antes de la visión del Hombre de Macedonia (Hechos 16:10–12), y la conversación con Pablo acerca de la tarea en Macedonia bien pudo haber sido el motivo humano de esa visión y ese llamado. Lucas se queda en Filipos cuando Pablo y Silas se van (Hechos 16:40, “Después se fueron”). Allí estaba cuando Pablo regresa de su tercer viaje con rumbo a Jerusalén (Hechos 20:3–5). También muestra él un orgullo natural en las reivindicaciones de Filipos por la primacía en la provincia, como contra Anfípolis y Tesalónica (Hechos 16:12, “una ciudad principal de ese distrito”). En general, entonces, podemos considerar que Filipos era el hogar de Lucas, aunque probablemente habría viajado mucho, y pudo haber estado con Pablo en Galacia antes de ir a Troas. Allí pudo haber servido a Pablo durante su enfermedad (Gálatas 4:14). Pasó sus últimos años principalmente con Pablo, lejos de Filipos (compárese Hechos 20:3–28:31, camino a Jerusalén en Cesarea, en el viaje a Roma y en Roma).
Pablo (Colosenses 4:14) lo llamó expresamente “el médico amado.” Fue el consejero médico de Pablo, e indudablemente prolongó su vida y lo rescató de muchas enfermedades graves. Fue un médico misionero y probablemente continuó practicando la medicina general en conexión con su trabajo en Roma (compárese Zahn, Intro., III, 1). Probablemente haya practicado la medicina en Malta (Hechos 28:9s). En sus libros muestra con naturalidad su afición por los términos médicos (compárese Hobart, The Medical Language of St. Luke [El lenguaje médico de San Lucas]; Harnack, NT Studies: Luke the Physician [Estudios del NT: Lucas el médico], 175–98).
Lucas fue el consejero médico de Pablo, e indudablemente prolongó su vida y lo rescató de muchas enfermedades graves.
Es posible, y aun probable (véase el artículo de Souter en DCG), que en 2 Corintios 8:18 “al hermano” sea equivalente a “el hermano” de Tito recién mencionado, es decir, “su hermano.” Si fue así, deberíamos saber que Pablo tomó contacto con Lucas en Filipos en camino a Corinto durante su segundo viaje (compárese también 2 Corintios 12:18). Así se explicaría por qué no se encuentra el nombre de Tito en Hechos, ya que él es el hermano de Lucas, el autor del libro.
Si la lectura de D en Hechos 11:27s es correcta, Lucas conoció a Pablo en Antioquía antes del primer viaje misionero. De otra manera, puede no haber ocurrido sino hasta el segundo viaje, en Troas. Pero él es más o menos el compañero constante de Pablo, desde Filipos en la vuelta hacia Jerusalén en el tercer viaje, hasta los dos años en Roma en el final de Hechos. Aparentemente no estaba con Pablo cuando escribió Filipenses (2:20), aunque, como hemos visto, estuvo con Pablo en Roma cuando escribió Colosenses y Filemón. Por un tiempo, fue el único compañero de Pablo durante su segundo encarcelamiento en Roma (2 Timoteo 4:11). Su dedicación a Pablo en este período de peligro es hermosa.
Una leyenda respecto a Lucas es que él era pintor. Plummer (Comm. on Luke [Com. sobre Lucas], xxif) opina que la leyenda es más vieja de lo que a veces se supone, y que tiene un fuerte componente de veracidad. Es cierto que ha pintado vívidas escenas con sus palabras. Los primeros artistas fueron especialmente aficionados a pintar escenas del Evangelio de Lucas. La figura alegórica del buey o becerro en Ezequiel 1 y en Apocalipsis 4 ha sido aplicada al Evangelio de Lucas.
Literatura.—Diccionarios bíblicos, comentarios, vidas de Pablo, intros. Véase también Harnack, “Lukas, der Artz, der Verfasser” (1906); NT Studies: Luke the Physician (1907); Ramsay, Luke the Physician (1908); Selwyn, St. Luke the Prophet [San Lucas el profeta] (1901); Hobart, The Medical Language of St. Luke (1882); Ramsay, Was Christ Born in Bethlehem? A Study in the Credibility of St. Luke [¿Nació Cristo en Belén? Un estudio de la credibilidad de San Lucas] (1898); Maclachlan, St. John, Evangelist and Historian [San Juan, evangelista e historiador] (1912).
El Rev. J. A. Fitzmyer, erudito católico, aclara el estilo de los escritos de San Lucas:
Una tradición que puede ser rastreada hasta Ireneo (c. 185) considera a Lucas como el autor del tercer Evangelio. Esta atribución probablemente también fue conocida por Justino a mediados del siglo segundo. El canon muratoriano le atribuye a Lucas el tercer Evangelio y el libro de Hechos. La autoría lucana de ambos libros es aceptada en general (aunque no universalmente) por los eruditos modernos.
Lucas pertenecía a los círculos helenistas cultos, donde aprendió a escribir con facilidad y correctamente el griego idiomático. Sus escritos revelan un conocimiento de los métodos históricos de la época y los “semitismos” que brillan a lo largo de su estilo griego son a veces sorprendentes. Era un escritor perceptivo y sensible, con talento para contar una historia y representar una escena, y su Evangelio ha sido descrito como “el libro más hermoso” que se haya escrito jamás. Sus dos libros constituyen la historia más temprana de la iglesia cristiana.
El prólogo anti marcionita documenta que Lucas escribió su Evangelio en Grecia, que no se casó y que murió en Beocia (¿o Bitinia?) a los 84 años. Pero los detalles más recientes sobre su vida posterior provienen de las tradiciones o leyendas más tardías.
Muerte y entierro de Lucas
Mary Sharp resume la tradición católica: “Los relatos difieren en cuanto al modo de su muerte; algunos dicen que él murió pacíficamente en Beocia, y otros, que fue crucificado con San Andrés en Patrás o en Elaia en el Peloponeso. En los años 356–357 Constancio II hizo que llevaran sus reliquias desde Tebas en Beocia a Constantinopla y las colocaran en la Iglesia de los Apóstoles, la cual fue construida poco tiempo después. Se dice que más tarde su cabeza fue llevada a Roma, donde está enterrada en la Basílica de San Pedro.”
En 1685 Dorman Newman en su Lives and Deaths of the Holy Apostles dijo con seguridad que “Lucas está enterrado en Constantinopla en esa iglesia grande y famosa dedicada a la memoria de los Apóstoles.” Jerónimo confirma esto, escribiendo que Lucas “fue enterrado en Constantinopla a cual ciudad fueron trasladados sus huesos junto con los restos de Andrés el Apóstol, en el año vigésimo de Constantino.”
Lucas escriba
Muchas personas han intentado escribir un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros. Se valieron de los informes que circulan entre nosotros dados por testigos oculares, los primeros discípulos. Después de investigar todo con esmero desde el principio, yo también decidí escribir un relato cuidadoso para ti ... para que puedas estar seguro de la veracidad de todo lo que te han enseñado. Lucas 1:1–4.
He visitado Tebas, en Grecia central, donde, dentro de la iglesia de un cementerio, todavía se puede ver la tumba original de Lucas. Es el típico sarcófago romano tallado en mármol blanco pentélico de las canteras de mármol que no quedan lejos de allí, las cuales todavía se utilizan. En la iglesia donde se encuentra este sarcófago hay muchos símbolos, inscripciones y recordatorios que confirman que en realidad fue en este antiguo cementerio griego donde Lucas fue enterrado por primera vez. Sin embargo, los encargados de la iglesia parecen no saber acerca del hecho de que el cuerpo fue trasladado a Constantinopla en el siglo cuarto.
En Roma, la cabeza de Lucas está enterrada en un altar importante frente al altar mayor que está puesto sobre la tumba de Pedro. Se le presta poca atención, ya que su eminencia es ensombrecida por los restos mucho más publicitados de Pedro y de otros apóstoles que descansan cerca.
Autor: Dr. William Steuart McBirnie