La unidad de la iglesia

Apr 6, 2017
Juegos Cristianos

La hermosa armonía que había en el universo fue quebrantada cuando Lucifer se reveló contra el gobierno de Dios en el cielo, luego la rebelión se trasladó a la tierra y como resultado se produjo la alienación del ser humano. A partir de allí lograr la unidad y mantenerla ha sido una lucha. La historia del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento y de la iglesia cristiana en el Nuevo Testamento describe este conflicto, y esa realidad es tan cierta hoy como entonces. Desde los comienzos de nuestra iglesia el enemigo de las almas ha tratado por todos los medios posibles de derribar lo que el Señor ha estado edificando. La incipiente iglesia tuvo que enfrentar la deserción de individuos y grupos que intentaban remover los fundamentos de nuestra fe. Esta situación hoy no ha cambiado, la disidencia siempre ha querido fragmentar el cuerpo de Cristo. La unidad de la iglesia siempre ha estado bajo amenaza. El Señor Jesús sabe cuán importante es que nos mantengamos en armonía, por eso Él oró por este propósito.

"Para que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti. Que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”.[1]

Nosotros debemos procurar la unidad

Esta debe ser una de nuestras prioridades como pueblo, y esa una de las preocupaciones del apóstol Pablo, el capítulo cuatro de su carta a los cristianos de Éfeso comienza diciendo: “Así, yo, preso en el Señor, os ruego”, y luego en el versículo 3 encontramos que parte de su ruego era que los miembros de la iglesia se mantuvieran unidos.

“solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.[2]

No hay dudas de que para el Señor Jesús la unidad era importante, y también lo era para el apóstol Pablo.

Unidad en qué

“Hay un solo cuerpo, y un solo Espíritu, como también fuisteis llamados a una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos, y en todos”.[3]

Por esta unidad también oraba Elena G. de White:

“Solíamos reunirnos, con el alma cargada, orando que fuéramos hechos uno en fe y doctrina; porque sabíamos que Cristo no está dividido”.[4]

Generalmente estos movimientos separatistas son gestados por líderes carismáticos que pretenden tener más luz y mejor vivencia de la verdad, pero en el fondo subyace un deseo no siempre manifiesto de ser prominentes y muchas veces cargado con una alta cuota de resentimiento. No son ignorantes, son personas ilustradas que influyen sobre un sector de la iglesia, divulgan su inconformidad y se presentan como víctimas. Esto nos recuerda a Judas Iscariote quien parecía ser el más aventajado entre los doce, ejercía cierta influencia sobre sus compañeros y estaba inconforme por la manera como Jesús dirigía la obra. No es coincidencia, pero este fue el mismo accionar de Lucifer en el cielo, era el más brillante de todos los ángeles, tenía gran influencia sobre ellos y no estaba de acuerdo como el Rey del cielo gobernaba el universo.

Dios nos ayude. Nadie es inmune, cualquiera puede caer en una tentación similar casi sin percatarse. El enemigo de las almas es hábil y astuto, fabrica tentaciones específicas para cada creyente según sus debilidades, y en este aspecto ha tenido mucho éxito. Por lo tanto conviene tener en cuenta la advertencia del Señor cuando dijo "Mirad que nadie os engañe”. Mateo 24:4.También el apóstol Pablo nos alertó: el que piensa estar firme, mire que no caiga”. 1 Corintios 10:12. Muchas veces cuando se ha sostenido y divulgado una idea por mucho tiempo, y más tarde se comprueba que es incorrecta, es muy difícil admitir el error, se necesita una alta dosis de humildad para reconocer la equivocación y cambiar el curso de acción. Algunos predicadores piensan que lo valioso está en la novedad. Pero cuando creemos tener una nueva luz o conocimiento, debemos seguir el ejemplo de los dos discípulos que iban camino a Emaús el domingo de resurrección. Después que se encontraron con Jesús resucitado, lo primero que hicieron fue regresar a los dirigentes de la iglesia.

“Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, Entonces ellos contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo lo reconocieron al partir el pan”.[5]

Cuando alguien nos presente una nueva doctrina, aunque parezca muy acertada, debemos tener mucho cuidado. Tomemos en consideración la manera como actuó la mujer samaritana después que se encontró con Jesús en el pozo de Jacob. El Señor le presentó argumentos muy poderosos y convincentes, y por la conversación que sostuvo con el Señor, se evidencia que esta mujer no tenía criterios claros para identificar si Jesús era el Mesías prometido, su teología era muy escasa, pero con los argumentos que le presentó el Señor regresó a la ciudad diciendo:

"¡Venid a ver a un hombre que me dijo todo cuanto hice! ¿No será el Cristo?"[6]

Esta pregunta hecha con tacto indica que aún existía la posibilidad de que Jesús no fuera el Mesías. El hallazgo de la samaritana era una información que debía ser verificada, en este caso por los hombres de Sicar.

El caso contrario es Eva, a quien el enemigo también le presentó argumentos poderosos y convincentes, y en vez de contarle a su esposo, decidió aceptar lo que la serpiente le dijo.

“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y codiciable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. Y también dio a su esposo, que comió igual que ella”.[7]

Si Eva hubiera hecho como hizo la mujer samaritana siglos más tarde, hubiera buscado a Adán para decirle: “he encontrado a una serpiente que me ha dicho cosas maravillosas, ¿no será esto cierto? Seguramente hoy no seriamos protagonistas de esta historia de pecado, miseria y muerte. Lamentablemente no fue así. También tenemos el caso de Judas Iscariote quien sin consultar la opinión de sus compañeros decidió fraguar un plan para entregar al Señor y forzarlo a declararse el Rey de Israel. El resultado fue el fracaso y la destrucción. El contexto es diferente pero el principio es el mismo. En esta línea de decisiones equivocadas encontramos también a Ananías y Safira (Hechos 5:1-10), quienes si después de vender la heredad y antes de decidir tomar parte del precio, se hubieran acercado a los apóstoles diciendo: “Hemos contemplado la posibilidad de tomar parte del dinero para gastos propios, queremos saber si esto es correcto”.

Aun sabiendo ellos que su proceder era incorrecto, si hubieran consultado habrían recibido la orientación adecuada y con ella la posibilidad de cambiar su curso de acción. La infortunada consecuencia de su decisión equivocada fue la muerte y con ella la perdición eterna. Tal parece que actuar de manera independiente y sin consultar trae siempre resultados desastrosos. La historia muestra que es así.

¿Por qué tanto cuidado?

Porque tenemos un enemigo que no perdonará el rebaño. (Ver Hechos 20:29 y 30)Todo esfuerzo que hagamos para mantener la unidad de la iglesia en la fe, en la doctrina y en la organización, no será suficiente. Solamente unidos podremos cumplir la misión que el cielo nos ha encomendado.

Es peligroso presentar opiniones personales y posiciones teológicas extremas que se apartan de la posición oficial de la iglesia porque esto puede hacer germinar la semilla de la división aunque ésta no haya sido la intención original. Las nuevas ideas deben ser analizadas y debatidas antes de ser publicadas. Dios no está dirigiendo a ramas independientes, sino a un pueblo. Por lo tanto conviene prestar mucho cuidado a las advertencias que nos da la Biblia.

“Os ruego hermanos, por el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa y que no haya entre vosotros divisiones. Antes estad perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer”.[8]

“Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que causan divisiones y tropiezos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”.[9]

También el Espíritu de Profecía tiene mucho que decir en cuanto a la necesidad de ser cuidadosos y mantenernos unidos. A continuación presento algunas citas de los Testimonios que aunque fueron tomados de diferentes libros y artículos, se aplican a contextos amplios. Examinemos la evidencia.

“Amonesto a la Iglesia Adventista a ser cuidadosa en la forma como recibe cada nuevo concepto, y también a los que pretenden poseer gran luz. El carácter de su obra parece consistir en acusar y en destruir”.[10]

“Dios no ha pasado por alto a su pueblo ni ha elegido a un hombre solitario aquí y otro allí como los únicos dignos de que se les confíe su verdad. No da a un hombre una nueva luz contraria a la fe establecida del cuerpo... la única seguridad para cualquiera de nosotros consiste en no recibir ninguna nueva doctrina, ninguna nueva interpretación de las Escrituras, sin someterla primero a hermanos de experiencia.[11]

El error no está sólo en las enseñanzas nuevas y extrañas que tienen estas personas, sino en que ellos quieren imponerlas a la iglesia, y como no se las aceptan, terminan apartándose y engrosando las filas de la oposición y la crítica. Esas personas conocen la Biblia y el Espíritu de profecía, pero ignoran voluntariamente que el Señor no está dirigiendo dos o varias organizaciones sino una.

“Necesitamos mantener firmes las líneas para que no haya ninguna ruptura del sistema de organización y orden que ha sido estructurado por una labor sabia y cuidadosa. No debe darse licencia para trabajar a elementos desordenados que desean controlar la obra en este tiempo”.[12]

La tentación a actuar de manera independiente a la fe del cuerpo debería estrellarse con la prudencia. Ilustramos esto de la siguiente manera: Cuando queremos comprar un producto medicinal debemos tener en cuenta algunos requisitos para no resultar perjudicados. ¿Y cuáles son esos requisitos? Que se distribuya en sitios autorizados, que tenga registro INVIMA (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos), que la fecha de expiración no esté vencida. Igualmente cuando nos enfrentamos a nuevas enseñanzas debemos preguntarnos qué organización está detrás de esto, y `someterla primero a hermanos de experiencia” porque “en la multitud de consejos hay seguridad”. (Proverbios 11:14), que no sea una “luz contraria a la fe establecida del cuerpo”. Esto no significa que debemos creer ciegamente lo que otros dicen, dependiendo siempre de conclusiones ajenas, que no debamos estudiar la Biblia por nosotros mismos o que Dios no nos pueda revelar más de las grandes verdades que hay en su Palabra, significa que Dios no es Dios de confusión y que una nueva verdad no contradice una verdad que ya fue revelada. No existen dos verdades opuestas sobre un mismo tema. La verdad y el error son excluyentes.

El trigo y la cizaña

Es característica de los disidentes señalar los errores de los miembros de la iglesia, especialmente de los dirigentes. Ellos olvidan que el Señor Jesucristo dijo que habría trigo y cizaña en la iglesia hasta el fin del tiempo (Mateo 13:24-40), lamentablemente estas personas no ven el trigo, sólo ven la cizaña. En la iglesia primitiva como ahora también hubo cizaña, es el caso de Diótrefes, (3 Juan 9,10); y trigo como Demetrio, (3 Juan 12). En vez de tratar de arrancar la cizaña o separarnos para hacer “rancho aparte”, más bien deberíamos seguirla instrucción que da el apóstol en el versículo 11, “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno”. También hubo cizaña entre los primeros dirigentes de la iglesia, y Judas Iscariote es ejemplo de esto, sin embargo en ningún caso la iglesia fue descalificada por la presencia de elementos discordantes dentro de ella. Individuos caerán, pero no la iglesia.

En su misericordia Dios ha decidido trabajar por medio de una iglesia imperfecta; la iglesia de Adventista del Séptimo Día encaja perfectamente en la descripción que el libro de Apocalipsis3:14-19 hace de la iglesia de Laodicea. Sin embargo aunque hay severas amonestaciones para la iglesia, también hay promesas que han sido un punto de apoyo en medio de las crisis.

“Puede parecer que la iglesia está por caer, pero no caerá. Ella permanece en pie, mientras los pecadores que hay en Sion son tamizados, mientras la paja es separada del trigo precioso. Es una prueba terrible, y sin embargo tiene que ocurrir”.[13]

Mientras estemos de este lado de la eternidad habrá crisis, desánimo y caídas, el peligro siempre será latente, pero también tenemos las seguras y grandiosas promesas de Dios iluminando el camino de la iglesia militante hasta el día final cuando la iglesia triunfe y las puertas de la ciudad eterna se abran para ella.
Los que son dados a criticar a la iglesia y a sus líderes, a adherirse a otras organizaciones y a establecer enseñanzas y doctrinas paralelas a la fe del cuerpo, deberían prestar cuidadosa atención a las siguientes amonestaciones del Espíritu de profecía:

“Dios ha investido a su iglesia con especial autoridad y poder que nadie puede sentirse justificado de desatender o despreciar, porque al hacerlo desprecia la voz de Dios”.[14]

“Dios ha otorgado a su iglesia el más elevado poder bajo el cielo. Es la voz de Dios en su pueblo unido como iglesia, la cual debe ser respetada”.[15]

“No hay necesidad de dudar ni de temer que la obra no tenga éxito. Dios encabeza la obra y él pondrá en orden todas las cosas. Si hay que realizar ajustes en la plana directiva de la obra, Dios se ocupará de eso y enderezará todo lo que esté torcido. Tengamos fe en que Dios conducirá con seguridad hasta el puerto el noble barco que lleva al pueblo de Dios”.[16]

“La iglesia, debilitada y deficiente, que necesita ser reprendida, amonestada y aconsejada, es el único objeto de esta tierra al cual Cristo concede su consideración suprema”.[17]

Quienes quieren actuar independiente del cuerpo ignoran las amonestaciones dadas por la Biblia y el Espíritu de Profecía, y siempre van a tener excusas para justificar su línea de acción, es posible que tengan razón al criticar la conducta de los miembros de la iglesia, pero por muy convincentes que parezcan sus argumentos, nada justifica su proceder, porque cuando son confrontados con la Palabra de Dios, quedan desenmascarados. Una cosa es el actuar de la cizaña dentro de nuestra filas y otra muy diferente son las doctrinas de la iglesia. El apóstol Pedro y Bernabé de quienes jamás podríamos pensar que eran cizaña, indudablemente ellos eran parte del trigo de la iglesia, sin embargo hubo momentos en que actuaron de manera contraria a la fe, (Ver por ejemplo Gálatas 2.11-13), no porque fueran cizaña. Ellos eran trigo, pero eran humanos, tenían naturaleza caída, y Jesús sabía eso. Sin embargo los críticos de la iglesia parecen ignorar esto. Dios no nos ha llamado a criticar y a juzgar sino a restaurar. Ignoran voluntariamente que la iglesia militante no es la iglesia triunfante.

¿Es lo mismo?

Algunos miembros de la iglesia piensan que no hay peligro en relacionarse doctrinalmente con grupos disidentes, no le dan mucha importancia porque según dicen, es lo mismo, porque se reúnen en sábado, son vegetarianos y usan la Biblia y los escritos del Espíritu de Profecía. Este es un peligroso error porque los grupos disidentes interpretan la Biblia y los testimonios de manera diferente a como los interpreta la Iglesia Adventista Del Séptimo Día. Si fuera lo mismo no tuvieran una organización diferente, no se reunieran aparte, no criticarían mordazmente a la iglesia y no tuvieran doctrinas que aunque parecidas son distintas a las nuestras. Es característica de los disidentes camuflarse entre los miembros de la iglesia y presentarse como adventistas, toman el nombre de la iglesia, aunque no aceptan sus doctrinas ni su organización. Es como una pareja de esposos que viven bajo el mismo techo pero tienen separación de cuerpo, de bienes e intereses diferentes. Esta práctica es una ilustración de lo que dice Isaías 4:1: "Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestra ropa. Permítenos sólo llevar tu nombre”.

Como no aceptan la organización de la iglesia, tampoco la apoyan ni con sus talentos, ni con sus recursos. Sus diezmos y ofrendas son usados para apoyar ministerios independientes que no tienen ninguna relación con el cuerpo organizado de la iglesia, ignorando voluntariamente lo que dice el Señor en Malaquías3:10"Traed el diezmo íntegro al templo, y haya alimento en mi casa”. De este texto se entiende claramente que el diezmo debe ser traído a la tesorería de la iglesia y que el Señor no tiene dos casas, tiene una, una sola iglesia. También el Espíritu de profecía amonesta:

“Vosotros, que habéis estado reteniendo vuestros medios de la casa de Dios, leed el libro de Malaquías y ved lo que se dice allí con respecto a los diezmos y a las ofrendas. ¿No podéis ver que no es bueno, bajo ninguna circunstancia retener vuestros diezmos y ofrendas, aunque no estéis de acuerdo con todo lo que vuestros hermanos hacen?”

“Haced vuestra parte, mis hermanos y hermanas. Dios os ama, y Él está en el timón. Si los asuntos de la Asociación no se manejan de acuerdo con las indicaciones del Señor, el pecado es responsabilidad de quien lo comete; el Señor no os hace responsable por ello, si hacéis todo lo que podéis para corregir el mal. Pero no pequéis vosotros también reteniendo lo que pertenece al Señor”.[18]

El interés y la amabilidad que estas personas muestran tienen el propósito de conquistar a las almas y cambiarlas de redil. En la práctica aunque no siempre con la voz llaman a la iglesia Babilonia. Es la escena del lobo rapaz con la oveja incauta y distraída. Estos grupos aseveran tener la verdad, pero en vez de predicarla al mundo (como nos comisionó el Señor en Mateo 28:19, 20), se sienten llamados a “reformar” la iglesia. Su método es la crítica. Necesitamos de Dios el colirio espiritual para ver nuestra condición y para discernir el error de la verdad. El error cuanto más se parece a la verdad más capacidad tiene de engañar.

Ignorando el contexto

Otra característica de los que causan división es citar la Biblia y los escritos del Espíritu de Profecía fuera de contexto. Estas personas amontonan versículos bíblicos y partes de los testimonios para apoyar sus ideas sin tener en cuenta la más mínima regla de interpretación. Generalmente citan y aprenden de memoria las amonestaciones que la Biblia y los Testimonios dan a la iglesia remanente, pero lo hacen con el único objeto de descalificar al pueblo de Dios y minar la confianza en sus líderes y en su organización, nunca para edificar. No consideran otras declaraciones de los escritos inspirados que darían el equilibrio a los textos que están citando. Esto no es justo ni honesto. De esta manera los escritores bíblicos y Elena de White son calumniados cuando se los hace decir algo que no está en la intención original del texto.

No es garantía citar la Biblia y el Espíritu de profecía, muchos lo hacen, el mismo Satanás citó la Santa Escritura cuando tentó al Señor. (Ver Mateo 4:6). Definitivamente hay que poner las declaraciones inspiradas en su contexto.

Es costumbre de los disidentes basar sus ideas en los escritos de Elena de White más que en la Biblia, la cual pasa a un segundo plano. Éste es un error muy grande, pues la Biblia solamente debe ser nuestra regla de fe, ella es el fundamento de todas nuestras doctrinas y enseñanzas. Lo que no podamos sostener con la Biblia, no podremos sostenerlo con ninguna otra cosa. Isaías 8:20: ¡”A la Ley y al Testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no les ha amanecido”.

Con la Escritura era que los judíos de Berea verificaban las enseñanzas de Pablo, Hechos 17:11.En 2 Timoteo 4:2el apóstol le dice a Timoteo “que prediques la Palabra”, y antes le había dicho que usara bien la Palabra de verdad, 2 Timoteo 2:15.Esa fue la consigna de Martín Lutero que sentó las bases para la Reforma Protestante del siglo XVI: La Sola Escritura.

Esta idea armoniza perfectamente con el pensamiento de Elena de White quien escribió:

“Recomiendo al amable lector la Palabra de Dios como regla de fe y práctica. El Señor desea que estudiéis vuestras Biblias. Él no ha dado ninguna luz adicional para tomar el lugar de la Palabra. En el trabajo público no hagáis prominente ni citéis lo que la Hna. White ha escrito, como autoridad para sostener vuestra posición”.[19]

“Pero no os pido que toméis mis palabras. Poned a la Hna. White a un lado. No citéis mis palabras de nuevo en toda vuestra vida hasta que obedezcáis la Biblia... Exalto la preciosa Palabra delante de vosotros hoy. No repitáis lo que yo he dicho: "La Hna. White ha dicho así", y "La Hna. White ha dicho asá". Descubrid lo que el Señor de Israel ha dicho, y entonces haced lo que él ordena.”[20]

Conclusión

Las divisiones son señales de inmadurez espiritual no importa cuánto conocimiento se tenga, son ataques del enemigo, son trampas que tienen por objetivo distraernos, crear problemas en la iglesia y hacernos fracasar. Si con sinceridad de corazón buscamos al Señor y ponemos las cosas en la perspectiva correcta, nos daremos cuenta que no hay necesidad de separarse, solamente unidos venceremos. Deberíamos usar nuestros conocimientos, nuestros talentos, tiempo y recursos para edificar el cuerpo de Cristo y mantenerlo unido. Unámonos para cumplir la misión que el Señor nos ha encomendado en tanto que el tiempo dura. Es un privilegio que el Cielo nos ha dado.

Autor: Ernesto García | Lic. En Teología | Universidad Adventista de Colombia

Referencias


  1. Juan 17:21 ↩︎

  2. Efesios 4:3 ↩︎

  3. Efesios 4:4-6 ↩︎

  4. White, Ellen. Testimonios para los Ministerio, p. 24. ↩︎

  5. Lucas 24:33 ↩︎

  6. Juan 4:29 ↩︎

  7. Génesis 3:6 ↩︎

  8. 1Corintios 1:10 ↩︎

  9. Romanos 16:17 ↩︎

  10. White, Ellen. Mensajes Selectos t. 2, p. 78. ↩︎

  11. _________. Eventos de los últimos días, pp. 92, 93 ↩︎

  12. _________. Mensajes Selectos, t. 3, p. 28 ↩︎

  13. _____________. Mensajes Selectos t. 2, p. 436 ↩︎

  14. -3T 417(1875) ↩︎

  15. White, Ellen. Eventos de los últimos días, pp. 48, 49. ↩︎

  16. 2MS 449 (1892). ↩︎

  17. TM 45, 49 (1893). ↩︎

  18. White, Ellen. Ministerio Pastoral, p. 297. ↩︎

  19. ___________. Mensajes Selectos t. 3, p. 31. ↩︎

  20. Ibid. p. 35. ↩︎

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