La marca de la bestia y el sello de Dios
Uno de los temas que se leen y escuchan con alarmismo es el de la marca de la bestia de donde se sacan conclusiones, algunas acertadas, otras no tanto, pues sobre este tema se especula demasiado; lo cierto es que las impresiones colectivas hallan bastante cabida en el pensamiento de los lectores, y es materia de preocupación que esas impresiones o comentarios sean la motivación para acercarse al tema. Es bueno recordar que en asuntos bíblicos la opinión de la mayoría no tiene mucha relevancia, incluso en el interior del adventismo popularidad no es sinónimo de veracidad; de manera que en palabras de Elena White “es necesario hacer de la Biblia nuestra única salvaguardia”.
Algunas creencias bíblicas gozan de bastante respaldo por parte de la Escritura, es decir enseñanzas como la resurrección, la caída y el pecado, la segunda venida de Cristo, entre otras. Pero vemos algunos casos en donde la enseñanza bíblica se ve solo en un capítulo de la Biblia, como es el caso de los mil años en el cielo. También el asunto de la marca de la bestia es un tema que se ve con claridad meramente en Apocalipsis 13, por esa razón es absolutamente indispensable comprender el contexto en que se encuentra el capítulo.
Breve Marco contextual
Ranko Stefanovic asegura que el libro de Apocalipsis gira en torno a la verdadera y falsa adoración, cuyo eje central se encuentra en el capítulo 14. Es evidente el quiasmo que presenta el libro, en donde se puede observar claramente las diferentes funciones en el santuario celestial.
Tampoco es ajena la explicación dada por Maxwell respecto a las secciones denominadas históricas, y la de eventos finales. Maxwell explica que la sección histórica corresponde a las siete iglesias 1-3; los siete sellos 6; las siete trompetas 8-9, cada sección cuenta con interludios como los capítulos 4, 5, 7, 10 y 11. Maxwell ubica los capítulos 12 la 22 en la sección de eventos finales. Sin necesidad de que se comparta plenamente su posición podemos aseverar que los capítulos 12 al 14 son una transición de la sección histórica a la escatológica, en este sentido confirmamos que estos capítulos son el corazón del libro.
Teniendo todo esto claro, ahora veremos el contexto inmediato del capítulo 13 del libro: lo precede el capítulo 12, mencionando la mujer encinta y el dragón, la batalla en el cielo y la huída de la mujer. Hans LaRondelle explica que esta mujer representa al pueblo de Dios del Antiguo Testamento, de donde nace el Hijo varón que regirá a todas las naciones con vara de hierro; es decir Jesucristo durante su ministerio aquí en la tierra. Seguidamente el versículo presenta el interludio de la batalla en el cielo que da como resultado la expulsión de Satanás del cielo a la tierra; ahora está enfurecido y persigue a la mujer con furor al saber que le queda poco tiempo. Se cierra el interludio y se regresa a la escena en la que la mujer huye al desierto, y en donde es ayudada por la tierra; damos por sentado que el lector está familiarizado con estas figuras y está identificando la profecía de los 1260 días como el periodo de supremacía papal que comenzó en 538 y terminó en 1798; finalizando el periodo, Estados Unidos se levanta como nación en favor del derecho a la libertad, incluso la de cultos, y es en este lugar donde el protestantismo encuentra no solo un alivio sino también fue de allí de donde surgió el grupo millerita que pregonaba el mensaje de los tres ángeles registrado en Apocalipsis 14. Este grupo tiene las características de Apoc. 12:17: guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús. Este grupo también predicó que la cosecha final de la tierra y de la uva estaba cerca.
El capítulo que sucede al 13 es aquel que contiene el mensaje de los tres ángeles. Ediciones anteriores de esta revista han comentado este asunto en el que observamos que este capítulo es respuesta al capítulo 13, y da algunas características de quiénes son los que reciben la marca de la bestia y quiénes no. El Señor hace una advertencia para no ser engañados y como prevención invita a mantener el evangelio eterno, un evangelio inalterado que haga énfasis en un Dios creador, en la inminencia de un juicio, y tales lecciones sirven como vacuna para no ser engañados por las últimas trampas de Satanás.
La bestia que sube del mar
En el capítulo 13 Juan ve que el dragón hace subir a una bestia desde el mar, en profecía entendemos que a la luz de Daniel 7 una bestia equivale a un poder político, y el mar representa a multitud de personas. Esta bestia tiene las características de tener siete cabezas y diez cuernos, además esta bestia era semejante a un leopardo, sus pies como de oso, y su boca como boca de León. Esta descripción de Apocalipsis 13 está estrechamente ligada a Daniel 7. Daniel vio a un León, a un Oso, a un Leopardo y a una Bestia espantosa; Juan ve una bestia con las características de Daniel 7 pero de forma inversa.
Esto se debe a que están viendo en direcciones contrarias, mientras Daniel ve desde pasado a futuro, Juan ve desde su presente hacia el pasado; además Juan aparentemente no ve a una bestia espantosa, pero la descripción de la bestia que está viendo, causa espanto, es una bestia con las características de las anteriores. El imperio romano ejerció el dominio sobre la mayoría del territorio conocido durante la vida de Juan, su caída llegó en el año 476 D.C, pero hacía más de un siglo que el cristianismo se había convertido en la religión oficial del estado, los cristianos ortodoxos comenzaron a reemplazar el vacío que se presentó por la ausencia del emperador, en especial el obispo de Roma adquirió una relevancia especial, y ahora, se vestían como los antiguos emperadores romanos. En el 538 el poder papal comenzó a crecer, y su influencia fue aumentando con tal intensidad que las opiniones del obispo de Roma eran de vital importancia para las demás naciones. Quizás la vida de Lutero les recuerde lo complicado que podía ser desacatar una opinión de la iglesia. Este poder o esta bestia tuvo autoridad sobre toda tribu, lengua y pueblo. La iglesia católica ocupó un lugar que no le correspondía al ponerse como obstáculo para la salvación de los hombres, innumerables herejías se introdujeron al cristianismo, adoración a los santos, a María, las indulgencias, el celibato, la misa y la transubstanciación entre otras; estas falsas enseñaran confundieron y aterrorizaron a los creyentes; ahora la iglesia católica era la encargada de determinar quién iba al infierno y quién no, de modo que los creyentes con tal de no ir al infierno presionaban a sus gobiernos a que se sujetaran al poder papal; esta opresión llegó a su fin en 1798 con el archiconocido suceso de la revolución francesa.
La marca de la bestia
Curiosamente al tiempo que caía una bestia, había otra que iba tomando forma, con la paradoja de que su fuerza se la propinaron aquellos desterrados por parte de la primera bestia: “la tierra ayudó a la mujer” (Apoc 12:16) y al comienzo hablaba con voz “de cordero” (Apoc 13:11). La libertad fue una de las insignias de esta nueva nación, libertad religiosa, libertad en todos los aspectos. Estados Unidos abrió las puertas a los inmigrantes, y cuando tuvo la oportunidad se convirtió en la principal potencia del mundo; pero de manera progresiva las cosas han ido cambiando: se le han cerrado las puertas a los inmigrantes, aquella religión que ocasionó el destierro de muchos inmigrantes ha conquistado a los habitantes y gobernantes de Norteamérica, las libertades se han restringido, ahora ellos pueden incursionar en otro territorio con la excusa de prevenir el terrorismo, ahora se puede violentar la libertad de un periodista con el pretexto de seguridad nacional; se está gestando una violación a la libertad religiosa en procura de el orden y la paz mundial.
Bajo estas condiciones se está preparando todo para que se pueda legislar sobre normas que obliguen a la persona a ejercer una adoración a la primera bestia, cuando la segunda bestia se porte como la primera se habrá formado una imagen de esta, y con el apoyo de organismos internacionales se podrá fomentar una reglamentación de carácter mundial en donde cada nación se verá involucrada. Ahora en contra de las leyes el creyente deberá tomar una decisión. Quienes se dejen arrastrar nuevamente por los poderes humanos estarán recibiendo la marca de la bestia bien sea a la fuerza, o por convicción, es por esa razón que el número 666 hace énfasis en la humanidad.
El sello de Dios y el sábado
El capítulo 14, presenta de inmediato a quienes no recibieron la marca de la bestia, estos tienen el nombre del Cordero y de su Padre escrito solo en su frente, pues el sello de Dios no se puede recibir a la fuerza. Este grupo de verdaderos adores poseen la característica de ser portavoces del mensaje de los tres ángeles, particularmente el primero que invita a reconocer a Dios como creador, a adorar a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas (Apocalipsis 14:6-7), estas palabras presentan gran paralelismo con el mandamiento registrado en Éxodo 20:8.
Conclusión
La marca de la Bestia es un tema que acompleja a la mayoría de los cristianos. Para tener un conocimiento acabado de este tema, es preciso ante todo manejar el contexto del Apocalipsis y además de las fuerzas que ejercen como promotoras tanto del bien y del mal. Solo así podremos conocer perfectamente lo que implica la “marca de la bestia”.
Juan ve a una bestia, un poder religioso surgir del mar, que instauraría una imagen y colocaría una marca en la frente y en la mano de sus seguidores. Esta “marca”, se antepone a la marca de Dios, una marca implícita en el mensaje del primer ángel: el sábado. Podríamos concluir que la marca de la bestia, es un día en oposición al día de adoración escogido por Dios, un día en el cual todos han sido influenciados, en el cual no hay oposición, salvo por una minoría que “guarda los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apoc.12:14).