La Danza en el Culto
En muchas iglesias cristianas se ha incorporado la danza al culto de adoración. Para justificar tal acción apelan a la danza de los tiempos del Antiguo Testamento.
Sorpresivamente, no hacen un análisis serio de los pasajes donde la danza era utilizada por los israelitas. Ignoran que la danza nunca fue permitida en los servicios religiosos del santuario, del templo, de la sinagoga y ni siquiera fue parte del culto de la iglesia primitiva. Solamente al realizar un análisis de los versículos donde la danza aparece en la Biblia, se podrá entender el papel que esta jugaba en Israel en los tiempos del Antiguo Testamento.
La primera ocasión en que se menciona la danza en la Biblia fue cuando los israelitas cruzaron el Mar Rojo. Éxodo 15:20, 21 dice: “Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía: Cantad á Jehová; porque en extremo se ha engrandecido, Echando en la mar al caballo, y al que en él subía.” Es interesante notar que esta actividad ocurrió al aire libre, como una celebración por el aniquilamiento del ejército egipcio en el Mar Rojo. Solamente las mujeres danzaron. Los hombres junto a Moisés cantaron un cántico a Jehová (Éxodo 15:1-19). No se registra que ellos danzasen. Los Rabinos judíos Abraham Ben Isaiah y Benjamín Sharfman en su obra “The Pentateuch and Rashi's Commentary”, comentan que los panderos que María y las mujeres tocaron en aquella ocasión, fueron traídos de Egipto. La música y el baile formaban parte de los servicios sagrados de los egipcios (“A Commentary” de Jamieson, Fausset y Brown).
La tercera ocasión en que se menciona la danza en Israel se registra en Jueces 11:29-35, donde la hija de Jefté salió a recibir al ejército victorioso con panderos y danzas. En Jueces 21:16-24 se menciona una solemne fiesta de Jehová en Silo donde las hijas de Silo salían a danzar en corros por las viñas. En 1 Samuel 18:6-8, dice que las mujeres de todas las ciudades de Israel salieron cantando y danzando para recibir al rey Saúl con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música: “Y cantaban las mujeres que danzaban y decían: Saúl hirió a sus miles y David a sus diez miles” (vers. 8). Al igual que en Israel, era costumbre de los pueblos orientales de entonces celebrar las victorias en batalla con cantos y danzas. Por tal razón, mientras David endechaba a Saúl y a Jonatán dijo: “No lo anunciéis en Gat, ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón; para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos” (2 Samuel 1:20). El comentario bíblico “The Interpreter's Bible”, dice que las hijas de los filisteos, al igual que lo hacían las hijas de Israel, saldrían cantando y danzando para darle la bienvenida a los guerreros del ejército que regresaban a casa luego de su victoria en batalla. Esta celebración era parte de su cultura.
En 2 Samuel capítulo 6. David juntó hombres escogidos de Israel con el objetivo de trasladar el arca del pacto desde la casa de Abinadab, donde permaneció por cerca de cincuenta años, a Jerusalén. El versículo cinco dice: “Y David y toda la casa de Israel se regocijaron delante de Jehová con toda suerte de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, adufes, flautas y címbalos.” Mientras marchaban, Uzá extendió su mano al arca del pacto para evitar que cayera al suelo “y cayó allí muerto junto al arca de Dios.” Temiendo David correr la misma suerte que Uzá, hizo llevar el arca a la casa de Obed-edom geteo (vers. 10). El arca permaneció tres meses en la casa de Obed-edom y bendijo Dios toda su casa (vers. 11). David entonces llevó con alegría el arca de Jehová a Jerusalén. “Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová, vestido sólo con un efod de lino” (vers. 14). Cuando Mical, su esposa salió a recibirle, le dijo: “...¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose (desnudándose) hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!” (vers. 20). David tuvo un intercambio de palabras con Mical y luego le dijo: “Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado” (vers. 22). A partir de ese momento Mical no tuvo ya hijos hasta el día de su muerte.
En Salmo 68:24-27 se presenta la imagen de un cortejo que se encaminaba al santuario. "Los cantores iban delante, los músicos detrás; en medio las doncellas con panderos." En Salmo 42:4 se presenta una imagen similar: "...De cómo yo iba con la multitud, y la conducía hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y alabanza del pueblo en fiesta." Estos dos pasajes son cónsonos con el hecho de que estas procesiones festivas donde el pueblo danzaba y cantaba, ocurrían al aire libre y no en el templo. En el templo, sólo los levitas cantaban las alabanzas y tocaban instrumentos musicales (1 Crónicas 15:16, 19-24; 16:4; 25:6,7; 2 Crónicas 7:6; 29:25; Esdras 3:10,11). En ninguno de esos casos la danza se utilizó en el santuario, o en el templo. La danza siempre fue al aire libre y estaba asociada con la victoria de Israel sobre sus enemigos y con las celebraciones religioso/festivas de Israel. Al parecer, al analizar la mención de la danza en Éxodo y en Jueces, se puede deducir que en estos corros de danzas festivas los hombres danzaban con los hombres y las mujeres con las mujeres ("Smith's Dictionary of the Bible", Pág. 538). En la Mishna, bajo el tópico "Succah" (v.3,4), se implica que en el judaísmo posterior, la danza fue incluida en algunas celebraciones religiosas (ejemplo: La fiesta de los Tabernáculos). En estas celebraciones solo los hombres eran los actores. En "El Deseado de todas las gentes", se menciona el hecho que en los tiempos de Jesús, al celebrarse la Fiesta de las Cabañas: "Los hombres canosos, los sacerdotes del templo y los dirigentes del pueblo, se unían en danzas festivas al sonido de la música instrumental y el canto de los levitas" (Pág. 428). Este hecho confirma lo que Smith afirma en su diccionario de la Biblia.
En Salmo 149:3 dice: “Alaben su nombre con danzas; con pandero y arpa le canten.” y en Salmo 150:4 dice: “Alabadle con pandero y danza...” Algunos apelan a estos dos versículos para apoyar el uso de la danza en el culto en la iglesia. Lo cierto es que la palabra hebrea que se traduce por danza en estos dos versículos es “MACHOWL” (Strong 4234), a diferencia de la palabra que se traduce por danza en Éxodo 15:20, “MECHOWLAH” (Strong 4246). Según muchos eruditos, la palabra hebrea “MACHOWL” se deriva de “CHUWL”, que además de traducirse como "torcer, o girar en una forma espiral, o circular, también se traduce como “pipa” (instrumento musical de viento) ("Smith's Dictionary of the Bible", vol. I, Pág. 538). En la obra erudita "The Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament", la palabra Hebrea "MECHOWLAH" significa "también un instrumento musical", además de "bailar en un anillo", o en círculos. Los Targumistas traducían la palabra מָחוֹל (machol) como un instrumento musical. Por ejemplo, en Éxodo 15:20, Onkelos vierte esta palabra con la palabra aramea que significa "arpa”.
Según Jamieson, Fausset y Brown en su comentario sobre estos versículos, el idioma hebreo permite esta traducción. Por tal razón, algunos eruditos, tales como Samuele Bacchiocchi, afirman que los Salmos 149:3 y 150:4 hacen alusión a un instrumento musical y no a la danza. Según Bacchiocchi, el Salmo 150 menciona una lista de ocho instrumentos musicales que se utilizan en la alabanza a Dios. Por lo tanto es razonable concluir que חוֹל (chol) se refiera a otro instrumento musical que forma parte de esa lista de instrumentos y no a la danza (Adventists Affirm, Vol. 14, Num. 2, Summer 2000). La versión inglesa “King James” tiene una referencia marginal donde traduce la palabra hebrea מָחוֹל (machowl) de Salmo 149:3 y 150:4 como “pipe” (pipa - instrumento musical). Joel Brill, en su segundo prefacio a los "Salmos de Mendelssohn" dice: "Es evidente en el pasaje que la expresión: Alabadle con תֹּף (tof) y מָחוֹל (machol), que machol debe significar aquí algún instrumento musical y esta es la opinión de la mayoría de los eruditos" ("Smith's Dictionary of the Bible", Pág. 539). Según Bacchiocchi, otra importante consideración que se debe tener en cuenta es el hecho del uso del lenguaje figurativo en Salmo 149, donde se nos invita a cantar sobre nuestras camas (vers. 5), lo que implica claramente que no se refiere directamente al culto en el templo. Además, se nos invita a alabar a Dios con espadas de dos filos en las manos en un contexto de guerra (vers. 6-8).
El Salmo 150 también es altamente figurativo ya que nos invita a alabar a Dios en el firmamento, un lugar donde no podemos ir. Estos dos salmos no son una invitación a danzar en los cultos de adoración, sino que son un llamado a alabar a Dios donde quiera que nos encontremos. Con razón el apóstol Pablo dijo: “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones.” Y “...cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos, himnos y cánticos espirituales” (Colosenses3:16). Además, en Santiago 5:13 dice: “... ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.” Ese es el mensaje de los salmos antes mencionados.
La música en el culto del santuario fue institucionalizada por David y solamente los levitas tocaban los instrumentos y cantaban durante el culto (1 Crónicas 15:16). El pueblo escuchaba la alabanza y una vez que el coro y la orquesta de levitas terminaba de alabar, exclamaban: “Amén” (1 Crónicas 16:36). Ese también fue el responso en los tiempos del Nuevo Testamento (1 Corintios 14:16). Los himnos que el coro de levitas cantaba fueron compuestos por David y los instrumentos musicales que se utilizaron entonces, fueron construidos por David (2 Crónicas 7:6). El hecho de que el rey David no incluyera la danza en el culto dentro del santuario implica que él distinguía entre la música secular tocada en sus celebraciones festivas (como el cántico y la danza cuando Saúl y David regresaron luego de derrotar a Goliat) y la música del templo.
Israel era una teocracia, un gobierno establecido por Dios. Toda su vivencia giraba en torno a Dios. Sus cánticos y sus celebraciones culturales se centralizaban en Jehová. Por tal razón, cuando las mujeres salían a danzar, glorificaban a Dios por darle la victoria a su pueblo sobre el enemigo. Además, las mujeres de Israel danzaban en ocasión de los festivales anuales en las afueras del templo.
Algunas veces los hombres y los niños también se unían a ellas. Lo cierto es que las mujeres eran las que más danzaban. Estas danzarinas eran excluidas de los servicios del templo porque su estilo de música estaba asociado con el baile y el entretenimiento (Bacchiocchi). Por cierto, los instrumentos de percusión que eran utilizados en las danzas, no fueron considerados por David cuando institucionalizó la música para el culto (1 Crón. 16:42; 2 Crón. 5:13; Nehemías 12:27). Se menciona en la Biblia que los levitas utilizaron el címbalo (instrumento de percusión) (1 Crónicas 15:19; 25:1; Esdras3:10; Nehemías 12:27). Según "The International Standard Bible Encyclopaedia", estos se utilizaban sólo para marcar el tiempo (Vol. III, Pág. 2101).
Los instrumentos de percusión, tales como los panderos y los tambores que eran utilizados en las danzas, fueron claramente excluidos del culto. Los címbalos se utilizaron para marcar la transición entre las estrofas de los himnos y no para acompañar al coro (Bacchiocchi). La lira, o cítara, fue el instrumento que David y los levitas consideraron el instrumento más noble de todos (The Interpreter's Dictionary of the Bible (vol.3, Pág. 474). Es interesante notar que en el libro de Apocalipsis, cuando se hace mención de la alabanza en el cielo, se mencionan arpas (5:8; 14:2; 15:2).
Durante la inauguración del templo de Salomón no se utilizó la percusión en las alabanzas (2 Cron. 29:25), ni durante la inauguración del templo en los días de Esdras y Nehemías (Esdras 3:10; Nehemías 12:27, 36). Definitivamente, hay que establecer una clara diferencia entre la música que se tocaba en ocasión de estas celebraciones que ocurrían fuera del templo y la música que se tocaba en el culto en el templo.
En Éxodo 32 se relata un episodio donde la danza formó parte de un falso culto de adoración. Un becerro de oro fue construido por Aarón a petición del pueblo. Los israelitas pensaron que Moisés no regresaría del monte Sinaí y le pidieron a Aarón que construyese dioses que fuesen delante de ellos (vers. 1). Aarón construyó un becerro de oro con los zarcillos que los israelitas trajeron de Egipto y edificó un altar delante del becerro. Entonces Aarón pregonó fiesta a Jehová (vers. 5). Al otro día, los israelitas madrugaron y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz. El pueblo se levantó a comer, a beber y a regocijarse (vers. 6). Jehová no aceptó tal adoración y Moisés tuvo que descender del monte Sinaí. Moisés y Josué observaron que el pueblo gritaba, cantaba y danzaba (vers. 17-19). Este sistema de danza pagana fue aprendido por los israelitas en Egipto. Ellos incorporaron el becerro de oro y sus danzas al culto a Jehová al frente del altar. Este culto de adoración fue rechazado por Dios, quién dijo que los israelitas se habían corrompido al apartarse del camino que él les mandó (vers. 7, 8).
Los adoradores de Baal danzaban en sus cultos. En 1 Reyes 18:26 dice: “Y ellos tomaron el buey que les fue dado, y aprestáronlo, é invocaron en el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Mas no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho.” La expresión “andaban saltando” implica un tipo de baile ceremonial (Spiros Zodhiates, “Key Study Bible). La palabra hebrea פָּסַח (pasach), según Strong, significa literalmente; “cojear”, “danzar”. Los adoradores de Baal danzaban en sus cultos, a diferencia de Elías, cuyo culto se centralizaba en el sacrificio ofrecido a Dios (1 Reyes 18:31-37). En el Antiguo Testamento no dice que la danza formase parte del culto a Dios en el Santuario, o en el templo.
Plinio el Joven, quien escribió una Carta al Emperador Trajano en el año 112 de la era cristiana, dijo que los cristianos se reunían en un día fijo antes del amanecer y cantaban himnos a Cristo como Dios ("Jewish New Testament Commentary", Pág. 153).
El culto de la iglesia primitiva se centralizaba en la persona de Cristo y no en el adorador. El culto en los tiempos del Nuevo Testamento encontraba su foco en el bautismo, la predicación, la cena del Señor y en el Cristo resucitado. El culto consistía en la oración pública y al concluir sus oraciones la congregación recitaba vigorosamente el "Amén". Ellos cantaban salmos, leían las Escrituras, dedicaban tiempo a la instrucción y a las devociones privadas (The Interpreter's Dictionary of the Bible", Pág. 883). En la iglesia del Nuevo Testamento no se danzaba en los cultos y se cantaba a cappella. Los instrumentos musicales en el culto fueron introducidos muchos siglos después, pues se asociaba a estos con la música popular (IBID, pp. 468,469).
Hoy en día se ha introducido una danza mundana al culto de Jehová. No sólo la música que se incorpora al culto de adoración y alabanza deja mucho que desear, sino también los movimientos sensuales y en algunas ocasiones, la inapropiada vestimenta de las danzarinas. Tal culto de alabanza es abominación a Jehová. A Jehová se adora en sus términos, no en los nuestros. No existe autoridad bíblica para justificar la danza en nuestro culto a Dios en la iglesia y mucho menos, la danza mundana, que en mucho difiere de la danza de Israel.
El mensaje de la Biblia es muy claro al respecto.