Implicaciones del Método histórico-crítico

Jun 1, 2016
Juegos Cristianos

La determinación conceptual definitiva de un pasaje depende del método de interpretación que se escoja para hacer dicho análisis. La edad contemporánea está marcada principalmente por una expansión e inmersión de la razón por encima de lo que siempre se ha creído, en otras palabras, es la puntualización de la duda en los Escritos Bíblicos. La crítica discursiva, el análisis diacrónico, el rechazo de la inspiración divina y la duda metódica y conjuntiva son los puntos claves en el método histórico-crítico al momento de protagonizar una interpretación. Hasel puntualiza muy bien el momento del comienzo de la crítica moderna de la Biblia cuando declara que “el periodo crítico de interpretación de la Biblia comienza con la fuerte influencia de la Ilustración y el Racionalismo en el Siglo XIX temprano”[1], siendo tal evento el comienzo del cartesianismo y el determinismo científico, pues “desde la Ilustración hubo una búsqueda para un matiz histórico fijado y de forma permanente a lo que podría ser apelado para determinar lo que es verdad, real, racional, recto y bueno”[2], y todo bajo la influencia de René Descartes, padre del Racionalismo moderno. La influencia de la Reforma Protestante en cuanto a hermenéutica se refiere, quedó eclipsada por las presuposiciones racionalistas y filosóficas que contraía. Donkor haciendo un contraste con el pensamiento alterno del criticismo moderno arguye: “Las Escrituras son el depósito escrito de la Revelación el cual Dios comunicó a los profetas y apóstoles por medio de la inspiración del Espíritu Santo. Dios fue el autor real de las Escrituras; los escritores humanos fueron los instrumentos los cuales Dios usó para producir la Biblia”[3]. Tal concepto de la trascendencia de la Deidad y a la vez inmanencia directa para con el ser humano queda acobijado bajo la nube dudosa que propone el movimiento del Criticismo. Harvey nos permite dilucidar un poco sobre la premisa clave del Criticismo Bíblico cuando manifiesta que ésta línea propugna que “nuestros juicios no pueden ser simplemente clasificados como verdad o falso sino deben ser vistos y puestos bajo la probabilidad de estar siempre abiertos a la revisión”[4]. Tal pensamiento estimula hacia una revisión racionalista impuesta a los Escritos Bíblicos, y por extensión crea un sisma en donde la duda metódica y racional son las vertientes de determinación conceptual.

Premisas del Método histórico-Crítico según Bankouwer.

Siendo el Criticismo la forma moderna de interpretación, y siendo un sistema por cuanto tiene matices, formas, y énfasis sistémico, éste a su vez está regido bajo tres parámetros o principios[5] para poder establecer una premisa de interpretación o exégesis propiamente dicha.

  • Principio de Criticismo: Toda evidencia está sujeta a verificación, y por lo tanto todo está bajo probabilidades.

  • Principio por Analogía: Los eventos o instituciones del pasado tiene su contraparte en el presente, y por lo tanto la interpretación de un texto no puede ser dado si no se entiende su semi-cumplimiento en el pasado para traerlo al presente y proporcionar una explicación de forma actual.

  • Principio por Correlación: Los eventos en el mismo plano histórico van correlacionados mutuamente, teniendo la participación e implicaciones de un evento sobre un evento paralelo o allende a éste.

El Racionalismo es la actuación rebelde ante el tradicionalismo ejecutante del momento. El lente racionalista es el principal método para buscar respuestas a las preguntas siendo el ser humano el agente último de las respuestas a las postulaciones. Tal consideración tiene correlación con el humanismo, corriente filosófica promovida por Locke, la cual supone o propugna la exaltación del hombre como agente de liberación de las ataduras propuestas por siglos de tradición cultural, política y social. El humanismo y el método histórico-crítico tienen raíces en sí mismas. Tal premisa es constatada por Prior cuando postula que “el humanismo también dio surgimiento a la disciplina ahora llamada Criticismo histórico… El estudio de la naturaleza usando los principios de observación, evaluación y análisis de resultados condujeron a conclusiones que contradicen diferentes relatos bíblicos”[6]. El Criticismo Bíblico y sus formas son una respuesta insurreccionista hacia los planteamientos bíblicos, siendo ésta última en su forma gnoseológica un compendio fideísta para la salvación del hombre, y por lo tanto basado en la fe; el Criticismo bíblico es un intento para derribar la fe, y por lo tanto excluir la sobrenaturalidad de las Escrituras. Law en última instancia corroborando lacónicamente lo anterior manifiesta que “la investigación histórica de los textos bíblicos es también promovido por los conflictos entre los relatos bíblicos y seculares de los mismos eventos históricos, o cuando discrepancias surgen entre relatos bíblicos y la evidencia arqueológica”[7]. De esta manera puede decirse que el método histórico-gramatical es el instrumento de interpretación CIENTIFICA por excelencia, pues detalla la observación como pilar fundamental para la interpretación hermenéutica y exegética final de cualquier texto. Tal postulación es lícita en labios de un crítico bíblico como lo es Fitmzyer, que a su vez escribe: “Se han reconocido los descubrimientos históricos, arqueológicos y científicos del Siglo XIX, el cual afectó profundamente la interpretación de la Biblia. Por ejemplo, el descubrimiento de la Piedra de Roseta reveló los tesoros de la literatura Egipcia, vecinos del Israel Antiguo en Occidente, y ese de la Piedra Bisitun, el cual reveló la literatura de los Asirios y Babilonios, vecinos del Oriente Israelita… El resultado de tales descubrimientos hicieron clarificar que la Biblia no provino del cielo, y que no podría ser más interpretada sin serias consideraciones de las formas literarias similares y parecidas encontradas en la literatura Asiria, Egipcia y Babilónica…”[8]. Este método ha sido tan influyente, ha matizado titánicamente, y ha sido precisado de forma tan indiscutible que Oeming declara que “el método histórico-crítico con el cual cada estudiante de Teología debe aprender en la Academia. La interpretación académica de la Biblia es casi sinónimo con la interpretación histórica-crítica”[9]. La verificación a través de la observación y por intermedio de instrumentos verosímiles en la investigación de las cosas ciertas, se ha convertido prácticamente en el método ampliamente aceptado. En las Universidades que enseñan teología, excepto Adventistas, se enseña con el método histórico-crítico. Tal consecuencia es el sisma provocado por la Ilustración, y por extensión la proliferación del pensamiento filosófico-racionalista que permea el mundo de la academia[10]; la matematización puso en evidencia que todo lo natural puede pasarse por el lente de la observación y verificación.

Como se ha dicho anteriormente, el evento de la Ilustración produjo un gran sisma en lo que respecta a la Teología. El racionalismo llegó a ser tan grande que el primer legado de tal desarrollo fue el método histórico-crítico[11]; también se desarrolló el cartesianismo en su forma primaria, y posteriormente evolucionaron los instrumentos con los cuales se llegaban a “verdades precisas”. Tal evento fue crucial para que existiesen en nuestro medio las ciencias reales y las formales, las cuales son los pilares de la ciencia moderna propiamente dicha. En este respecto Brown, Profesor de Teología en Washington University of America, menciona “… También uno escucha de vez en cuando la afirmación de que la Iglesia y los cristianos leyeron la Biblia sin el método histórico-crítico por 1700 años y por lo tanto no puede ser un método esencial”. Sin embargo, a continuación plantea que el método histórico-gramatical lo precede solamente por dos siglos, y esto no quiere decir que sea confiable[12]. La afirmación de Brown tendría sentido si el método histórico-crítico creyera en la veracidad completa de la inspiración divina sobre el pensamiento de los autores al momento de redactar los escritos bíblicos. Sin embargo, no es así. Peterson describe muy bien la situación actual de tal método cuando menciona que “consistiendo de un conjunto de problemas tradicionales, métodos y soluciones (hipótesis, teorías y reconstrucciones históricas), esta tradición constituye el paradigma científico fundamental de los estudios bíblicos”[13]. Es interesante detectar que casi siempre cuando se habla del Criticismo Bíblico en los escritos contemporáneos se tiende a vincularlo con el cientificismo. Tal conceptualización es esencial para entender tal procedimiento hermenéutico de la Biblia, pues se promueve entonces al creencia en la Biblia solamente si hay verificación demostrable, o sea, científica. La extracción de la enseñanza de los métodos en antagónica discusión se puede observar como sigue[14]:

Método Histórico-GramaticalMétodo Histórico-Crítico
Cree en la inmersión de la sobrenaturalidad en los Escritos CanónicosExcluye vínculos sobrenaturales
Cree en eventos registrados a través del estado fideísta.No cree en lo registrado por temor a tradicionalismo, sino prefiere creen en evidencias tangibles.
Proporciona una interpretación diacrónica.Proporciona una interpretación sincrónica.
Cree que cada pasaje tiene una sola interpretación.Multiplicidad de interpretaciones a los pasajes bíblicos.
Incluye la proyección apocalíptica.Vincula situaciones de tipo simbólico con eventos, instituciones o personas literales-históricas.
Cree en Cristo como creador de todo, y por lo tanto es Dios.Sugiere, siguiendo a Spinoza, que Cristo fue solamente un filósofo de su época, y un orador por excelencia.
Atribuye valor de la canonicidad propuesta por el Cristianismo y JudaísmoDesprecia el valor de la canonicidad propuesta por el Cristianismo y Judaísmo
 

Conclusiones

La creencia en tal método contrae problemas escatológicos, proféticos y soteriológicos. La distracción de tal método ha traído consecuencias insalvables para el campo de la Teología. La argumentación actual en las distinguidas Universidad de enseñanza teológica no adventistas están permeadas por el método histórico-crítico, y tal proceder hace perder confiabilidad en la Biblia desde el punto de vista fideísta. El pensamiento racionalista no es compatible con las enseñanzas de la Biblia. Cuando las presuposiciones filosóficas están de acuerdo con la Biblia pues se aceptan, de lo contrario no se aceptan.

Autor: Richard Andrey Bolaños


Referencias


  1. Hasel, Gherard. Biblical Interpretation Today. College View Printers. Eastern Avenue, USA. 1985. Pág. 5 ↩︎

  2. Donkor, Kwabena. Hermeneutics Today. Article, Pág. 3. ↩︎

  3. Donkor, Kwabena. Contemporary Responses to Sola Scriptura: Implications for Adventist Theology. Article, pag. 1. Printed from Biblical Research Institute General Conference of Seventh-day Adventists. ↩︎

  4. Harvey, Vond A. Introduction to the Bible. Cambridge University Press. Printed in United States of America. 2004. Pág. 56. ↩︎

  5. Bankouwer, Phillips. Biblical Interpretation: An Approach to Hermeneutics Methods. Article from Interview Biblical Institute. Pág. 76. ↩︎

  6. Prior, Joseph A. The Historical-Critical Method in Catholic Exegesis. Editrice Pontificia Universitá Gregoriana. Rome, Italy. 2001. Pág. 12. ↩︎

  7. Law, David R. The Historical-Critical Method: A Guide for the Perplexed. Published by T&T Clark International. York Road, London. 2012. Pág. 30. ↩︎

  8. Fitmzyer, Joseph. The Interpretation of Scripture: In defense of Historical-Critical Method. Paulist Press. New York, Mahwah. N.J. United States of America. 2008. Pág. 72. ↩︎

  9. Oeming, Manfred. Contemporary Biblical Hermeneutics: An Introduction. ASHGATE Publishing Limited. USA. 2006. Pág. 36. ↩︎

  10. Childs, Brevard. Biblical Theology of the Old and New Testaments: Theological Reflection on the Christian Bible. Fortress Press. Minneapolis, Minneapolis. Printed in USA. 1993. Pág. 533. ↩︎

  11. Craver, Richard. The Historical-Critical Method- its Necessity and Limitations. University of Zululand. 1975. Pág. 15. ↩︎

  12. Brown, Raymond. The Critical Meaning of the Bible. Paulist Press. New York, Ramsey. 1981. Pág. 25 ↩︎

  13. Peterson, Norman R. Literary Criticism for New Testament Critics. Wipf and Stock Pubishers. United States of America. 1978. Pág. 9. ↩︎

  14. Summarize from Article by Davinson, Richard M. Interpreting Scripture According to the Scriptures: Toward an Understanding of Seventh-day Adventist Hermeneutics. Andrews University. Geneva, USA. 2003. Pág. 10-11. ↩︎

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