El Sábado en Hechos 4:24
“Cuando lo oyeron, alzaron unánimes la voz en oración a Dios: «Soberano Señor, creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo lo que hay en ellos,” (Hechos 4:24)
Introducción
El contexto del verso citado anteriormente consiste en que Pedro y Juan habían sido usados por Dios para curar a un paralítico mientras iban al templo a adorar (ver Hechos 3:1-10). Después de predicar a la gente acerca de que Jesús resucitara a sus seres queridos que habían muertos y los traerá a la vida en el día final.[1]
Debido a esto ellos fueron arrestados y pasaron una noche en la cárcel. Al día siguiente ellos tuvieron que responder por lo que habían hecho ante los líderes religiosos y dieron una clara y audaz respuesta declarando que el poder para curar vino de Jesucristo, a quien los líderes habían crucificado pero Dios trajo de nuevo a la vida al tercer día.
Cuando Pedro y Juan regresaron al grupo de creyentes, ellos estaban unidos en oración alabando a Dios por lo que había hecho hasta ahora y pidiendo que su nombre sea honorado y alabado. Ellos estaban buscando usar el lenguaje más exaltado y devoto al decir esto: “Señor soberano,… tu hiciste los cielos y la tierra y el mar, y todo en ellos” (Hch. 4:24)
Ellos estaban citando las Escrituras
Cuando los discípulos dijeron lo que se encuentra en el vers. 24 no estaban siendo originales. Ellos estaban citando la Escritura. ¿Qué parte de la Escritura estaban citando? Resulta que estaban citando Ex. 20:11. Esa es una parte del cuarto mandamiento de la ley, la que habla acerca de la observancia del sábado. Pongamos los dos versículos lado a lado. Lo haré primero en español, después en la traducción griega del Antiguo Testamento que el autor de Hechos usa cuando citó a la Biblia de aquel tiempo.[2]
“…hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos…” (Ex. 20:11)
“…Soberano Señor, creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo lo que hay en ellos,” (Hch. 4:24)
Las diferencias son menores: (1) “El Señor” (Éxodo), “Señor Soberano” (Hechos); (2) “hizo” (Éxodo), “creador” (Hechos); “todo” (Éxodo); “de todo” (Hechos). Ahora hagámoslo en griego. El griego era el lenguaje que Lucas utilizó al escribir el libro de Hechos. Cuando nosotros leemos los libros del Nuevo Testamento, estamos leyendo una traducción del griego.
Te mostraré esto a ti en las letras originales, que se van a ver raras para ti, y después en letras latinas (las que se usan en el alfabeto español) para que veas que sonidos son. No necesitas saber que significan las palabras. Solo observa que ellas son las mismas:
ἐποίησεν κύριος τὸν οὐρανὸν καὶ τὴν γῆν καὶ τὴν θάλασσαν καὶ πάντα τὰ ἐν αὐτοῖς (Éxodo 20:11)
συ ο ποιησας τον ουρανον και την γην και την θαλασσαν και παντα τα εν αυτοις (Hechos 4:24)
Estas son las letras originales. Ahora aquí están las mismas dos líneas en letras latinas para que puedan tener una idea de los sonidos:
Epoiesen kurios ton ouranon kai ten gen kai ten thalassan kai panta ta en autois (Éxodo 20:11)
Ou o poiesas ton ouranon kai ten gen kai ten thalassan kai panta ta en autois (Hechos 4:24)
Observa donde están las diferencias ahora. Están solo en la primeras dos o tres palabras: “El Señor hizo” (Éxodo), “Tu qué hiciste” (Hechos). El resto es igual. Quiero decir que son exactamente iguales.
En español los traductores le dan el mismo sentido, pero en griego el autor de Hechos usa exactamente las mismas palabras. Los discípulos no estaban solo recordando vagamente lo que Éxodo 20:11 dice y luego diciendo algo similar. Ellos estaban citando ese pasaje. Empezando con “ton ouranon (el cielo)” cada letra del griego es exactamente la misma en ambas letras.[3] Cada acento es igual, no hay diferencias. Esto es una cita.
¿Por qué los discípulos citaron este determinado pasaje?
Si la pregunta es porque los discípulos citaron este determinado pasaje –y lo citaron en vez de solo decir algo con el mismo sentido- tenemos que preguntarnos porque ellos están diciendo algo para empezar. ¿Por qué estaban orando en esa ocasión? Y cuando ellos dijeron que estaban orando para dar alabanza a Dios, ¿Qué le estaban agradeciendo? ¿Por qué querían expresarse como lo hicieron?
Empecemos con lo que ellos no estaban tratando de decir y sigamos desde allí. Ellos no estaban intentando que aquellos que estaban presentes guardaran el sábado. Una razón para pensar esto es que ellos ya lo estaban guardando. Si esto hubiera sido su intención ellos podrían haber incluido alguna de las tres cláusulas del mismo versículo: (1) “Por qué en seis días…”; es una de las que ellos pudieran haber mencionado, pero no lo hicieron. (2) La siguiente cláusula similar es “pero Él descansó en el séptimo día”. Ellos la dejaron fuera. (3) Y finalmente ellos pudieron haber añadido “Por lo tanto el Señor bendijo el Sábado y lo santificó”. Por algún motivo ellos no sintieron que era necesario incluir algunas de esas cláusulas del versículo 11. Así que eso no era lo que intentaban hacer.
Como dijimos antes, lo que los discípulos intentaban hacer era alabar a Dios. Ellos querían hacer esto en la manera más profunda y reverente posible, así que eligieron Éxodo 20:11 –el último versículo del cuarto mandamiento- como la mejor fuente de expresar en palabras las ideas que tenían en la mente. ¿Por qué ellos eligieron ese versículo?
El hecho es que el sábado existe con el propósito de recordarnos quien es Dios y de traernos a una comunión más cercana con Él. Dice cosas acerca de Dios que solo nos provocan a alabarlo como santo e indescriptiblemente poderoso. El creó los cielos y la tierra, y todo en ella. Él es Aquel que hizo esas cosas. Él creó los mares y las fuentes de agua. Todos ellos tienen su origen en su amorosa mente. Así como nosotros. Le debemos nuestra existencia a Dios también. Esa es la razón por la cual lo adoramos y puedo añadir que esta es la única razón.
La obra creadora de Dios es la única razón por la cual está mal adorar ídolos. Ellos no nos crearon, el Señor lo hizo.
Así que este es el contexto. Cuando los discípulos querían alabar a Dios de la manera más exaltada y devota que podían imaginar, ellos citaron el mandamiento del sábado. ¿Es algo que necesitamos cambiar? ¿Dios merecía nuestra alabanza y adoración en ese entonces, pero no ahora? ¿Esto es así? ¿Murió Cristo en la cruz para cambiar su condición como Creador? ¿Acaso antes de la cruz Él era nuestro Creador (vers. Juan 1:1-4, 10), pero después Él ya no lo es más? ¿Hay algo mal con esta imagen? En las palabras de Jesús “Un enemigo ha hecho esto” (Mat. 13:28). Algo, en algún momento, salió mal. Realmente mal.
Hay otro pasaje
En otra ocasión en el libro de Hechos alguien cita Éxodo 20:11 –y lo cita exactamente. Esto es en Hechos 14:15. Observa cual es el contexto allí. Es completamente diferente al que encontramos en Hechos 4:24. Uno podría decir que los contextos son opuestos lógicos el uno del otro. Aquí está el versículo:
“Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres mortales como ustedes. Las buenas nuevas que les anunciamos es que dejen estas cosas sin valor y se vuelvan al Dios viviente, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.” (Hechos 14:15)
En español tenemos “el cielo, la tierra, el mar” por un lado (Hechos 14:15) y “del cielo y de la tierra, del mar” por el otro (Hechos. 4:24). Eso es en español. En griego, sin embargo, la última parte de la línea, la parte acerca del “cielo y la tierra y el mar y todo lo que hay en ellos” es completamente idéntica en Éxodo 20:11 (LXX), Hechos 4:24, y Hechos 14:15 –letra por letra, acento por acento.
El contexto consiste en que Pablo y Bernabé habían llegado a una ciudad pagana donde las personas no tenían idea de quien era Dios. Ellos fueron allí a predicar a Cristo. En el proceso sanaron a alguien. Entonces la gente pensó que Pablo y Bernabé no era hombres, sino dioses. Ellos les trajeron un toro para sacrificárselo y estaban a punto de matarlo en una plaza pública cuando Pablo les dijo lo que estaba pasando y se apuró a detenerlos. Pablo citó al cuarto mandamiento aquí porque su propósito era llevar a estas personas que no sabían nada acerca de Dios a adorar al único y verdadero Dios del cielo en vez de adorar rocas, arboles, el son y la luna, ídolos –o a otras personas como ellos mismos.
Conclusión
Pedro no citó el mandamiento del sábado en Hechos 4 para que la gente guarde el sábado. En ese tiempo él estaba rodeado por cristianos comprometido que ya lo estaban guardando. El cita el mandamiento debido a que quería alabar a Dios de la manera más exaltada posible. ¿Acaso tomó las palabras fuera de contexto? No, para eso el sábado fue diseñado. Fue diseñado para elevar al Creador, para alabarlo en el fundamento de su inmenso poder que se muestra alrededor de nosotros en la naturaleza.
Igualmente, Pablo no cita el mandamiento para decirles a las personas que guarden el sábado, aunque si se hubiera quedado en Listra por algún tiempo ellos hubieran visto por su ejemplo que él lo guardaba. Aun cuando él cita el mismo mandamiento en circunstancias tan diferentes, él llega a la esencia de todo lo que el sábado es. Existe para preservar a la gente de adorar cualquier cosa. Existe para recordarnos que Dios nos hizo y que debido a esto solo Él es merecedor de nuestra adoración.
Las razones por la cual el sábado era necesario antes aún están con nosotros hoy. Dios aun es nuestro Creador. Todavía necesitamos recordar quien es Él. El aun merece nuestra adoración y nuestra alabanza. El Hijo es aun el Único mediante quien Dios hizo nuestro mundo (ver Juan 1:1-3), y todos los otros mundos (ver Hebreos 1:1-3). Todas estas cosas aún son verdad. Y el sábado aún es santo. Estas son razones bastantes buenas para observarlo hoy. Algunas cosas no cambian.
Autor: Dr. Frank W. Hardy | Quien desee leerle el artículo original en inglés puede hacerlo en el siguiente link | Traducido por Eric Richter para DA
Referencias
Ver http://www.thebooklet.org/Documents/NavBibleActs04a.pdf ↩︎
Esto fue sólo dentro de un período de semanas desde que Jesús había regresado al cielo. El Nuevo Testamento no había sido escrito en este momento. La única Biblia que tenían los primeros cristianos – antes de que fueran llamados “cristianos” (ver Hechos 11:26) – era el Antiguo Testamento. ↩︎
Tenga en cuenta que el pasaje del Antiguo Testamento es en sí mismo una traducción. El Antiguo Testamento fue escrito originalmente en hebreo, a excepción de algunos pasajes y capítulos completos que están escritas en arameo. Tanto el hebreo y el arameo son lenguas semíticas habladas por judíos en los siglos antes de Cristo. ↩︎