El sábado en el Nuevo Testamento
En el mundo cristiano la enseñanza que establece que el mandamiento del sábado ha sido abolido y que pertenecía únicamente al pueblo judío, es muy común y altamente difundido. Uno de los argumentos más utilizado consiste en afirmar que el Nuevo Testamento en ningún momento menciona que la cristiandad deba observar el séptimo día. Este argumento es fácilmente discutido tomando en cuenta que tampoco menciona que no debamos guardarlo. En el presente escrito analizaremos las afirmaciones sobre el sábado contenidas en el Nuevo Testamento y las implicaciones en nuestra doctrina sobre el día de reposo.
Mateo 24:20
“Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado”
Jesús, en este contexto, habla acerca de la destrucción de Jerusalén por los romanos. Aconsejó a sus discípulos a orar para no huir en temporada invernal o en sábado. Aunque muchas versiones lo traducen como “día de reposo”, la palabra griega usada por Mateo aquí es σαββάτῳ y evidentemente se refiere al séptimo día de la semana. La huida de los cristianos de Jerusalén antes de su destrucción fue en el año 66 d.C más de 30 años después de que Cristo pronunciara dichas palabras. Esto quiere decir que para Cristo, el séptimo día seguiría vigente aun después de su resurrección.
Muchos argumentan que Jesús previno a sus discípulos de no huir en sábado porque las puertas de Jerusalén se cerraban los sábados y entonces no podrían salir. Sin embargo, sus palabras no se limitan a la ciudad, porque también alerto lo siguiente: “el que esté en el campo no vuelva atrás a tomar su manto”. Es decir, los que no se encontraban tras los muros de Jerusalén.
Mateo 12:8
“Porque el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado.”
Juan, en Apocalipsis 1:10 menciona el “día del Señor”, sin embargo, su identificación seria imposible sin el versículo de Mateo ya citado. Jesús expreso de manera explícita cual es su día: el sábado.
Este versículo tiene paralelismo con el mismo cuarto mandamiento de la ley, que dice:
pero el séptimo día es el sábado del Señor tu Dios (Éxodo 20:10)
Es decir, Jesús se declaro enfáticamente como el creador del sábado. Si el sábado hubiera sido abolido en la cruz, entonces esta cita no tendría el mas mínimo sentido. Simplemente se hubiera omitido. Pero al parecer, para los evangelistas, esta declaración de Jesús con respecto al día de reposo era de máxima importancia. Revela que el sábado seguía vigente para el tiempo en que se empezaron a escribir los evangelios.
Marcos 2:27-28
También les dijo: El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Así que el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado
Jesús declara que el sábado fue hecho “por causa del hombre”, es decir, para la humanidad. En ningún momento las Escrituras declaran que el mandamiento del sábado es exclusivamente para judíos. Jesús aquí desecha por completo esta teoría. Es imposible que un Dios amoroso excluya a al pueblo cristiano de las bendiciones y beneficios que el descanso sabático tuvo en el pueblo judío.
Jesús concluye de la misma manera que el versículo anteriormente citado, declarando solemnemente al sábado como su día.
Lucas 23:54-56
Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento.
Estos versículos tienen muchas implicaciones en nuestra teología sobre el día de reposo. Las mujeres, después de poner a Jesús en un sepulcro, descansaron el sábado “conforme al mandamiento”. Es evidente que “el mandamiento” al que hace referencia es al que se encuentra en los diez mandamientos, la ley de Dios.
El Evangelio de Lucas se escribió hacia el 58 d.C, poco mas de 20 años después de la resurrección de Jesús, y sin embargo, describe al descanso sabático como un mandamiento, que incluso Jesús guardo al descansar en la tumba.
Hebreos 4:9
“Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.”
En todo el capítulo 4 se menciona la palabra “reposo”, que en griego es κατάπαυσις, sin embargo, en el versículo 9, el autor utiliza otra palabra griega: σαββατισμὸς (sabatismos). Esto es una amalgama de una palabra hebrea (Sabbat “sábado”) y un sufijo griego (ismos “el mantenimiento” o “el acto de”). Entonces una traducción literal sería:
Por tanto, permanece el mantenimiento del sábado para el pueblo de Dios.
Esto es un mandato explicito sobre la observancia del sábado para el mundo cristiano. Aunque las malas traducciones no dejan ver su verdadero significado, observando los manuscritos antiguos en su idioma original, nos damos cuenta de lo importante de dicha afirmación en nuestra comprensión del día de reposo bíblico.
El ejemplo de Jesús y los apóstoles
También las Escrituras revelan lo que acostumbraban hacer Jesús y los apóstoles los sábados. Jesús acostumbraba ir a la sinagoga los sábados (Lucas 4:16). Pablo y Bernabé predicaron en Antioquía el sábado (Hechos 13:14), los gentiles les rogaron que volvieran a predicar el siguiente sábado (vers. 42), y Pablo predicaba a los judíos los sábados (Hechos 17: 1, 2; 18:4).
Si el sábado hubiese sido abolido para el tiempo en que se escribió el Nuevo Testamento, hubiese sido innecesario mencionar que día hacían Jesús y sus apóstoles las actividades ya descritas. Pero el que haya sido registrado nos indica que el sábado seguía teniendo mucha importancia para los cristianos del primer siglo.
Muchos argumentan que el apóstol Pablo entraba los sábados en la sinagoga únicamente para debatir con los judíos sobre teología. Sin embargo, Hechos 16:13 menciona como Pablo y otros acompañantes salieron de la ciudad de Filipos y se fueron junto a un río cercano para adorar en oración. En ese lugar no había ninguna sinagoga judía, sin embargo Hechos registra el día exacto en que sucedió esto, indicando que el sábado no era de ninguna manera un día dedicado al debate con los judíos, sino a la oración y a la predicación.
Conclusión
Todas nuestras enseñanzas respecto al día de reposo podrían fácilmente ser formuladas basándose únicamente en los escritos del Nuevo Testamento. No obstante, la Biblia es una unidad. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento son la base de toda la doctrina. El presente escrito tuvo como propósito, y lo cumplió, el mostrar cómo el sábado fue un día considerado por los primeros cristianos como “el día del Señor” y “el día de reposo”. Sin duda alguna, jamás consideraron que la muerte de Jesús en la cruz abolió el cuarto mandamiento. Por el contrario, siguieron observándolo, en cumplimiento de la eterna ley de Dios.
Autor: Emilio Villa