El Proyecto “El Deseado de Todas las Gentes”: las conclusiones

Elena G. de White Jan 30, 2019
Juegos Cristianos

¿Hasta qué punto dependió Elena de White de fuentes literarias para escribir El Deseado de Todas las Gentes? ¿Ella realizó los préstamos literarios o esto fue hecho por sus asistentes literarios? ¿Ella pudo haber usado inconscientemente las expresiones literarias de otros autores? ¿tenía memoria fotográfica? Nuestra extensa y detallada investigación nos llevó a cinco conclusiones generales que arrojan luz sobre las amplias preguntas expuestas en la introducción de este estudio. Las conclusiones están basadas principal, pero no exclusivamente en las respuestas generadas por las 14 preguntas que utilizamos para analizar cada capítulo del texto de El Deseado de Todas las Gentes (DTG). También incluyen interpretaciones de información, y, hasta ese punto, incluyen juicios personales. Sin embargo, he intentado separar mi opinión de lo que creo que la evidencia indica como un hecho.

He intentado exponer cinco conclusiones en una manera tan concisa como la precisión me lo permita. Para comprender apropiadamente el significa expresado, el lector deberá prestar especial consideración a las explicaciones y argumentos secundarios que se presentan, sin importar lo breves que sean.

Como en el caso de las mayorías de las actividades investigativas, el proceso de extraer conclusiones provocó preguntas adicionales que, a mi manera de ver, exigen un estudio más profundo. Espero que al subrayar estas cuestiones pueda desafiar a algunos lectores a añadir sus esfuerzos a los míos y a los de otros que han intentado arrojar más luz sobre la obra y los escritos de Elena de White. Debe entenderse claramente que estas cuestiones no son mencionadas para diluir la plausibilidad de los argumentos o para sugerir que la investigación está incompleta, mucho menos para invalidar las conclusiones.

1. Elena de White utilizó fuentes literarias cuando escribió El Deseado de Todas las Gentes

El propósito de esta afirmación fundamental, que para mucho es una verdad obvia, es expresar claramente los siguientes hechos: Primero, es importante notar que Elena de White misma, no sus asistentes literarios, compusieron el contenido básico del texto del DTG. Al hacer esto, ella fue la única que tomó expresiones literarias de las obras de otros autores sin darles el crédito como sus fuentes.[1] Segundo, debe reconocerse que Elena de White utilizó los escritos de otros consciente e intencionalmente. Los paralelos literarios no son el resultado de memoria fotográfica o accidental.

Teniendo en cuenta que ella empleaba asistentes editoriales, nuestra evidencia más clara de los préstamos literarios de Elena de White provienen de sus diarios personales y manuscritos. Si deseamos establecer más precisamente los grados de dependencia literaria, sería mejor estudiar los manuscritos tal como viene de su mano, y compararlos las oraciones independientes y dependientes. Cada manuscrito debería ser tratado como un todo. Cuando tomamos el capítulo como unidad básica de composición, nos alejamos de varios pasos del trabajo básico de Elena de White.

Esta primera conclusión fundamental nunca falla en provocar nuevas preguntas acerca de sus implicaciones. Implícita o explícitamente, Elena de White y otros hablando por ella no admitieron, e incluso negaron, sus dependencias literarias.[2] A la luz de este estudio y otros estudios similares, ¿qué podemos hacer con esas negaciones? Creo que cualquier intento en abordar este problema debería incluir un análisis serie de la comprensión de inspiración de Elena de White y su rol como profeta. Un estudio tal debería ser contextualizado en términos de las ideas del siglo diecinueve sobre la inspiración, especialmente dentro del Adventismo.

2. El contenido de los comentarios de Elena de White sobre la vida y el ministerio de Cristo, El Deseado de Todas las Gentes, en su mayor parte es derivado más que original.

A la luz de la información que nuestros estudios sobre las fuentes del texto DTG proporcionaron, para algunos lectores esta conclusión puede parecer injustificada.[3] Para quienes se les ha dicho que las fuentes literarias desempeñaron un rol mínimo en las composiciones de Elena de White, esta declaración puede parecer increíble. Obviamente, esta segunda conclusión general requiere de una aclaración.

Como expliqué en el primer artículo, la dependencia de fuentes incluye más que paralelos verbales. Debemos considerar no solo lo que el texto DTG dice hoy, sino también los primeros escritos de Elena de White, la estructura temática de sus escritos, y el contenido de su material incluso cuando ninguna similitud literaria directa existe. Cuando hacemos esto, encontramos que ella dependió de sus fuentes a un grado mayor que el que las similitudes verbales del texto del DTG con esas fuentes indican.

No debemos poner demasiado peso en argumentos basados en el silencio. Pero debe notarse que el material DTG que clasificamos como independiente era, a menudo, material que trataba con temas que usualmente no son cubiertos en la vida de Cristo. Dado que nuestro estudio está mayormente limitado a este tipo de literatura, el lector debe considerar a nuestra estimación del nivel de dependencia literaria en El Deseado de Todas las Gentes como conservadora.[4]

En términos prácticos, esta conclusión declara que uno no es capaz de reconocer en los escritos de Elena de White sobre la vida de Cristo alguna categoría general de contenido o catálogo de ideas que sea único a ella. Encontramos paralelos para materiales espirituales, descriptivos, narrativos, devocionales o teológicos, ya sea en referencia al contenido bíblico o extra-bíblico.

Desde el reciente surgimiento del tema de los préstamos literarios de Elena de White, la pregunta “¿cuánto?” ha estado en el centro. Los adventistas han tendido a enfatizar la originalidad del contenido de los escritos de Elena de White. Pero en un sentido espiritual, Elena de White siempre insistió que sus obras eran derivadas. Ella recibía la información a partir de la cual escribía sus ideas mediante visiones, mediante alguna clase de impresión en su mente, y desde la Escritura. Ella se veía a sí misma como una mensajera del Señor. Yo creo que el tema que le interesaba era la autoridad y la verdad de sus mensajes, no su originalidad. Para Elena de White, toda la verdad se origina en última instancia en Dios.

Esta segunda conclusión sugiere que algunas áreas para un estudio fructífero. Incluso aunque encontramos paralelos a fuentes en todos los tipos de materiales de DTG, tal vez necesitamos hacer una comparación profunda del contenido de los paralelos y la de las secciones independientes.[5] Y puede ser que encontraremos otras distinciones cuando estudiemos otros libros publicados de sus escritos sobre la vida de Cristo: Palabras de Vida del Gran Maestro y El Discurso Maestro de Jesucristo.

También necesitamos tomar en cuenta el contenido de sus visiones. ¿Dejo ella algún registro, qué vio y cuando, que nos permita identificar el contenido independiente de las visiones de su comentario sobre la vida de Cristo que exhiben el uso de fuentes? ¿Y qué acerca de esas ocasiones cuando ella estaba impresionada a escribir? ¿Tuvo alguna experiencia reveladora además de lo que se entiende generalmente como una visión? ¿El uso de fuentes desempeñó algún rol en tales experiencias?

También está el asunto del plagio. Hemos identificado actualmente varias de las fuentes que ella utilizó. Conocemos los tipos de literatura que estas fuentes representan. Y ahora tenemos una idea de la naturaleza y la extensión de la dependencia literaria de Elena de White al nivel de sus escritos originales. Con toda esta información a mano, deberíamos ser capaces de examinar el asunto del plagio en términos de las convenciones literarias que gobiernan el uso de estas obras religiosas entre sus contemporáneos.

3. El carácter especial de los comentarios de Elena de White debe encontrarse en su uso práctico de la Escritura y su énfasis en las realidades espirituales y la devoción personal.

Aunque los escritos de Elena de White parecen haber sido mayormente derivados, no carecen de originalidad. Una evaluación justa de la evidencia no debe negar ni minimizar el grado de su dependencia, pero tampoco debe pasar por alto ni despreciar su independencia. A pesar de su falta de educación formal y su dependencia de fuentes literarias y asistentes literarios, Elena de White podía escribir. Obviamente tenía la capacidad de expresar sus pensamientos con claridad. Ella no dependía servilmente de sus fuentes, y la manera en que incorporaba su contenido muestra claramente que reconocía las construcciones literarias que eran mejores. Ella sabía cómo separar el trigo de la paja.

Tal vez no sea posible identificar las “huellas digitales” de Elena de White en el material que Marian Davis editó, pero ciertas características de su trabajo son fácilmente evidentes. Ella no se aproximaba al texto bíblico como una exégeta académica. Más bien se aproximaba al texto desde un punto de vista práctico, tomando el significado obvio, casi literal. Ella le daba a Marian Davis la responsabilidad de decidir si la publicación previa necesita ser mejorada. En algunos casos, la revisión incluía un cambio en el orden de los eventos para traer sus escritos más en armonía con el texto de la Escritura.

Otra característica distinta de su obra es el énfasis sobre lo que yo he llamado “realidades espirituales”. Ella difería de sus fuentes en el énfasis que les daba a las descripciones de las actividades o puntos de vista de Dios y sus ángeles y el de Satanás y sus ángeles. Ella parecía estar mucho más informada y cómoda que sus fuentes cuando discutía el “otro mundo”, el mundo real, aunque invisible, de los seres espirituales en el universo. Su preocupación por la realidad también es evidente cuando reemplaza las expresiones de probabilidad, suposición e imaginación que se encontraban en sus fuentes con relatos factuales dados con el estudio de una reportera o testigo ocular.

La “firma” de Elena de White también se encuentra en la proporción de los comentarios dedicados a llamados morales o devocionales o a lecciones que usualmente aparecen al final de un capítulo. Esta característica naturalmente encaja con el propósito evangelístico que motivó sus escritos sobre la vida de Cristo. Es entre sus comentarios devocionales y a lo largo de sus presentaciones de lo que yo llamo “realidades espirituales” que tenemos mayor probabilidad de encontrar su mano independiente en acción.

La independencia de Elena de White también puede verse en su selectividad. Las fuentes eran sus esclavas, no sus amas. Estudios futuros harán bien en comparar sus textos con el de las fuentes y prestar atención cómo ella seleccionó, condensó, parafraseó, y, en general, reacomodó mucho del material que utilizó.

Nuestro estudio provocó otra pregunta cuestión que amerita más atención: ¿Elena de White les debía a sus fuentes sus comentarios devocionales o espirituales? Encontramos varios paralelos en una o dos obras de este tipo, pero nuestra investigación no analizó suficiente de estas obras para establecer si su aparente independencia se debe a su originalidad o a los límites de nuestra investigación. Cuando extendemos el estudio de posibles fuentes a sermones y literatura devocional, seremos capaces de decir cuán precisa es nuestra información de su independencia y traer un foco más atento simplemente cuánto de sus secciones de comentarios corresponde o difiere de las fuentes que ella utilizó.

No hay duda que una mirada minuciosa del uso de la Escritura que Elena de White hacía también será de utilidad. ¿Está la interpretación bíblica actual limitada a un enfoque práctico? ¿Hay lugar para una exégesis cuidadosa? Si hay más de un enfoque legítimo para el estudio de la Escritura, ¿deberían las ideas de Elena de White controlar la interpretación adventista de la Escritura?

Finalmente, acerca del contenido, ¿cómo se comparan los escritos de Elena de White sobre la vida de Cristo entre ellos mismos? Ya no podemos preguntarle a Elena de White o a quienes la conocieron que expliquen lo que ella quiso decir cuando escribía. Para ser justos con ella y evitar un uso equivocado de su autoridad, debemos ser cuidadosos en cómo representamos lo que ella escribió y cómo establecemos cuál era su posición sobre un tema dado. Mi estudio de sus escritos sobre la vida de Cristo me ha dado la impresión de que algunas de sus ideas cambiaron con el paso del tiempo. El mismo hecho de que el texto del DTG representa una revisión de sus pobras tempranas, sugiere que sus escritos forman una tradición textual.

Si la investigación continuada indica que hay algún desarrollo en sus ideas, ¿no sugeriría esto que sus comentarios necesitan ser considerados en términos de “tiempo y lugar” no solo dentro de su propia experiencia de vida y tradición textual, sino también con respecto a un trasfondo general de sus tiempos, tanto dentro como fuera de la Iglesia Adventista? Tal vez necesitamos que historiadores adventistas y/o el Patrimonio White proporcione instrucciones para sus escritos en manera similar a lo que encontramos útil al estudiar los escritos del AT y el NT. En cualquier caso, puede ser que no encontremos necesariamente su opinión al reunir una armonía de todos sus escritos sobre un tema dado. Sus opiniones tardías pueden ser una corrección, o al menos una modificación, de sus ideas más tempranas.

4. Elena de White utilizó un mínimo de 23 fuentes de varios tipos de literatura, incluyendo ficción, en sus escritos sobre la vida de Cristo.[6] En realidad, no tenemos manera de saber cuántas fuentes están representadas en la obra de Elena de White sobre la vida de Cristo. Además de los restantes 72 capítulos del texto del DTG, hay otros dos libros para revisar: Palabras de Vida del Gran Maestro y El Discurso Maestro de Jesucristo. Estos 23 escritores son suficientes, sin embargo, para responder las cuestiones que muchos se han preguntado: ¿de qué escritores Elena de White copió? ¿Qué clases de libros estaba escribiendo?

El espacio no nos permite estudiar aquí los 23 autores. Pero no hay necesidad de analizar todo el grupo, dado que la mayoría cae bajo la categoría de “vidas de Cristo de la era victoriana”. Los libros en esta categoría nunca tuvieron la intención de ser biografías. Hoy en día serían clasificadas como ficción histórica.

Un relato obviamente ficcional es The Prince of the House of David [El príncipe de la Casa de David] de Ingraham, una obra que Albert Schweitzer describió como un “romance edificador sobre la vida de Jesús destinado a las lecturas familiares”.[7] Ingraham presenta su obra como una colección de cartas escritas por un testigo ocular en Palestina a su padre en Egipto.

La popular obra de Willima Hanna fue descrita como “práctica y devocional”.[8] Eso explica porque se encuentran paralelos de Hanna en 13 de los 15 capítulos del DTG que investigamos.

Los libros en la biblioteca de Elena de White en el tiempo de su muerte parecen corroborar lo que sus escritos revelan. Ella leyó muchas obras de diferentes géneros literarios, perspectivas teológicas y profundidad académica.

5. Los asistentes literarios de Elena de White, especialmente Marian David, son responsables por la forma publicada final de El Deseado de Todas las Gentes.

El rol de los asistentes literarios de Elena de White no era un interés importante de este estudio. Pero este tema no puede ser excluido completamente de cualquier intento serio de analizar su uso de fuentes. Su método de escribir incluía intrínsecamente el trabajo de sus secretarias, especialmente el de su “hacedora de libros”. Una parte significativa de la introducción al informe de la investigación cubre este aspecto interesante de la obra literaria de Elena de White.

En su tiempo, indudablemente ella era conocida más por su rol de oradora pública más que por sus escritos. Ella amaba predicar, aprovechaba cada oportunidad para hablar en público, y tenía confianza en sus capacidades de oratoria. Pero no pasaba lo mismo con su escritura. Aunque ella sentía la responsabilidad de escribir, su confianza en su capacidad como escritura no era fuerte. Ella sabía que su falta de educación no la calificaba para escribir publicaciones.

La evidencia sugiere que ella escribía día a día en sus diarios, moviéndose de un tema a otro según el tiempo y las oportunidades se lo permitían. Indudablemente ella trabajaba con una fuente por un tiempo y luego se movía a otra fuente y a otro tema. Estas anotaciones eran copiadas y se corregía su gramática, sintaxis y ortografía, a medida que le pasaba sus diarios uno a uno a sus secretarias. Varios diarios estarían activos al mismo tiempo.

De estas colecciones, sus asistentes compondrían artículos para revistas adventistas. Parecería que publicaciones más grandes eran producidas de colecciones de materiales reunidas en libros de recortes. Al menos parece que esa fue la manera en que los capítulos de El Deseado de Todas las Gentes fueron compilados. Aparentemente sus asistentes a veces desarrollaron manuscritos de entradas de sus diarios. Algunos de los manuscritos consistían principalmente en fragmento de escritos previos y no poseían la firma de Elena de White.

Nuestra comparación de los manuscritos con un texto terminado y nuestro estudio de las cartas que Elena de White y Marian Davis escribieron que revelan los pasos requeridos para preparar el texto para ser publicado, claramente muestra que Marian Davis tenía la libertad de modificar la estructura de las oraciones, reacomodar párrafos y establecer el largo de los capítulos. Elena de White estaba más interesada en el contenido general del libro, el costo, y que sea accesible al público lo antes posible. Ella también tenía un profundo interés en el diseño y las ilustraciones usadas para acompañar sus escritos.

No he encontrado evidencia que indique que Marian Davis estaba involucrada en la composición original de algún texto de Elena de White. Pero sin los manuscritos originales, es difícil probar esto no pasó con alguna porción del texto de El Deseado de Todas las Gentes. Sería útil hacer un estudio estilístico de las cartas de Marian Davis y los materiales manuscritos de Elena de White. Si sus “huellas” emergen, entonces tendríamos alguna base para determinar más precisamente el nivel de involucramiento que Marian Davis tuvo en su rol como “encuadernadora”. Es posible que ella merezca algo de reconocimiento público por sus servicios en este sentido.

Como una declaración final del proyecto de investigación, creo que es justo decir que el texto de El Deseado de Todas las Gentes, es tanto original como derivado. Estudios futuros indudablemente traerán nuestra atención no solo a más fuentes sino a una mejor comprensión del rol creativo de Elena de White. Con la ayuda de sus asistentes literarios, ella no construyó una réplica del trabajo de otro, sino una composición literaria personalizada que refleja la fe particular y la esperanza cristiana a la que ella estaba llamada a compartir con sus hermanos adventistas y con la comunidad cristiana en general.

Tal vez sea más preciso y útil hablar de su uso independiente y creativo de sus escritos y de los de otros más que minimizar su dependencia de los escritos de otros. Ya sea una oración, un párrafo, un capítulo o un libro, es el producto terminado lo que debería ser considerado en el análisis final. Una lectura del reporte completo revelará fácilmente que los múltiples aspectos de la dependencia literaria o independencia, especialmente de grandes porciones de texto, a menudo son sutiles, demasiado entretejidas o demasiado complejas para ser evaluadas con precisión y consistencia.

Autor: Fred Veltman | Este artículo fue publicado por primera vez por Ministry Magazine, en diciembre de 1990 bajo el título “The Desire of Ages project: the conclusions”| Traducido por Eric Richter.

“The Desire of Ages project: the conclusions" by Fred Veltman published in the December 1990 issue of Ministry. Appeared in the December 1990 issue of Ministry,® International Journal for Pastors, www.MinistryMagazine.org. Used by permission.

Referencias:


  1. No estoy afirmando que sus secretarios no copiaron de las fuentes. Mi punto es que no encontré evidencia de que compusieron el texto usando fuentes literarias, y hay mucha evidencia en los manuscritos de Elena de White para mostrar que ella lo hizo. ↩︎

  2. Véase la sección “Personal Postscript” en el informe final para la referencia de la declaración de El Conflicto de los Siglos sobre esta cuestión. ↩︎

  3. Veáse las preguntas 5, 6, y 7 en el primer artículos de esta serie: "The Desire of Ages Project: the Data”, Ministry, octubre de 1990. ↩︎

  4. Por ejemplo, el capítulo 56 “Blessing the Children” incluye muchos comentarios sobre la maternidad, la paternidad y la familia. Hasta que analicemos la literatura que sabemos que Elena de White leía sobre esos temas, no podemos estar seguro de que las oraciones de este capítulo en realidad merecen la clasificación de “independientes” que les hemos dado. ↩︎

  5. Por un buen ejemplo de un análisis de contenido, véase, Tim Poirier's "Sources Clarify Ellen White's Christology," Ministry, diciembre de 1989, pp. 7-9. ↩︎

  6. El resumen en el primer artículo enumera 28 escritores y 32 fuentes para los textos DTG y pre-DTG. Llegué al número 23 al omitir las duplicaciones entre los dos estudios textuales y, en un esfuerzo para estar segura de que teníamos fuentes bonafide, eliminando del número todas las fuentes que proporcionaran menos de cinco paralelos para cualquiera de los capítulos. ↩︎

  7. Albert Schweitzer, The Quest of the Historical Jesus (London: A. and C. Black, Ltd., 1910), p. 328, nota 1. ↩︎

  8. Daniel L. Pals, The Victorian "Lives" of Christ (San Antonio: Trinity University Press, 1982), p. 69. ↩︎

Publicar en DA

Tags

DA

DA es una herramienta digital que ofrece diversos recursos para la ayuda en su estudio bíblico.