El principio de día por año
Es en la descripción del cuerno pequeño donde aparece la primera profecía apocalíptica de tiempo. De acuerdo con Daniel 7:25, los santos “serán entregados en su mano [es decir, en la del cuerno pequeño] hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. Es casi universalmente reconocido por los eruditos bíblicos (no solo los eruditos adventistas) que este período representa tres años y medio. Como un ejemplo, la King James Study Bible de Thomas Nelson interpreta Daniel 7:25 como sigue:
Un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo es una expresión utilizada en Daniel y Apocalipsis para referirse a tres años y medio, o 1,260 días, ó 42 meses (Daniel 12:7; Apocalipsis 11:2; 12:6, 14; 13:5)
Apocalipsis 12:6, 14 y 13:5 afirman que el papado ejercería el control sobre el mundo cristiano durante 1,260 años. Los registros históricos revelan que el poder papal dominó el mundo, no durante 1,260 días literales, sino durante 1,260 años, desde 538 hasta 1798 D.C. La profecía tiene sentido solamente cuando se la interpreta siguiendo el principio día por año.
La Biblia y el principio de día por año
En las Sagradas Escrituras abundan las evidencias que favorecen el principio de día por año. El libro de Génesis mismo constituye un buen comienzo. En la que podríamos denominar primera profecía temporal, aparece un indicio de este principio. Dentro del contexto del diluvio anunciado, Jehová dijo:
No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. (Génesis 6:3)
Aunque se trata solamente de características del idioma (hebreo), la unión entre días y años está presente. Pero eso no es todo.
Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años. (Genesis 5:23; 9:29 )
Esta fórmula, en sí misma (aparece numerosas veces en la primera página de la Biblia) difícilmente puede probar el principio de día por año, pero indiscutiblemente provee un indicio de unión entre días y años. Existe el conocido pasaje de Números 14:34, el cual no respalda por sí mismo el principio de día por año, pero juntamente con otras evidencias, incuestionablemente contribuye a respaldar dicho principio:
Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día, y conoceréis mi castigo. (Números 14:34)
Los conocidos versículos que siguen también apoyan nuestro caso:
Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la casa de Israel. Cumplidos estos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta *días;*días por años te lo he dado. (Ezequiel 4:5, 6)
Existen, además, textos bíblicos en los cuales, aunque la palabra se ha traducido por “días”, el significado obvio es “año”. En el contexto de la Pascua, la cual se celebraba de año en año, Éxodo 13:10 dice: “Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de año en año”, aunque la frase “de año en año” se ha traducido de la frase en hebreo literal, “de días en días”. En idioma Hebreo la expresión “cada año” significa literalmente “de días a días”. De igual modo, “anualmente” significa “los días”.
…porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio de los días (anual). (1 Samuel 20:6)
Repetimos, aunque éstas son sólo expresiones idiomáticas, no por eso dejan de demostrar la existencia de una conexión semántica entre los conceptos de días y años.
Elena G. White y el principio de día por año
La nota predominante de la predicación de Cristo era: ‘El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está cerca: arrepentíos y creed al Evangelio’ [Mar. 1:15]. Así el mensaje evangélico, tal como lo daba el Salvador mismo, se basaba en las profecías. El ‘tiempo’ que el declaraba cumplido, era el período dado a conocer a Daniel por el ángel Gabriel. ‘Setenta semanas -dijo el ángel- están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos’. En la profecía, un día representa un año. Las setenta semanas, o cuatrocientos noventa días, representaban cuatrocientos noventa años. (El Deseado de Todas las Gentes, Págs. 199, 200)
La Historia y el principio de día por año
– Akiba – rabino.
– Benjamín Nahawendi – (judío persa) primero en identificar los 2,300 días como 2,300 años.
– Johannan Petri (1718-1792)- (reformador alemán y pastor). El primero en dar comienzo a las 70 semanas y los 2300 días en forma sincronizada.
– Francois du Jon (1545-1602)- (Líder hugonote, abogado, teólogo, predicador).
– Georg Nigrinus (1530-1602)- (Teólogo evangélico y maestro exégeta de las profecías.
– John Napier (1550-1617) – Matemático escocés, inventor del logaritmo.
– John Cotton (1584-1652) – De Massachusetts, primer expositor Puritano del Nuevo Mundo.
– Aaron Burr (1716-1757) – Ministro presbiteriano de Connecticut.
– Porfirio (232-303) – Un neoplatónico opuesto al cristianismo.
– Adam Hood Burwell (1790-1849) – Un misionero del Canada.
– Alexander Keith (1791-1880) – Un escocés, versado en las profecías.
– Isaac Newton
– Martín Lutero
El principio es bíblico, no adventista
El principio día por año no es una invención de los adventistas. Ha sido reconocido por exégetas judíos y cristianos cientos de años antes de la existencia de los adventistas. Esos mismo exégetas aplicaron dicho principio a las mismas profecías que nosotros interpretamos. Aunque esto no pruebe la validez del principio de día por año, ciertamente demuestra que otros, mucho antes que William Miller o de Elena y Jaime White, comprendieron la evidencia bíblica para dicho principio, de modo que no se trata nada mas que de una invención adventista o millerita.
Más sobre el principio de día por año en la historia
El principio día por año y su veracidad histórica. Veamos que no es un invento “adventista”. Veamos si solo dependemos de dos versículos o el principio es de la Biblia misma.
Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de días en días (año en año). (Éxodo 13: 10)
Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación. (Génesis 47:9)
…porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio de los días (anual). (1 Samuel 20:6)
Primera pregunta
- ¿Qué relación hay entre días y años según esos versículos?
Este principio es viejo aun antes de Cristo. Veamos:
Fué el, Joaquín de Floris (1132-1202), quien en 1190, aplicó el principio a los 1260 días. Su discípulo, el científico y médico Arnoldo de Villanova (1297), estuvo de acuerdo con Joaquín en aplicar el principio a los 2300 días.
Drue Cressener fue el primero en datar los 1260 años desde Justiniano, identificando en 1689, 100 años antes de la Revolución Francesa, al papado como dominando los 1260 años. Después de 1798, la identificación de los 1260 años con el papado se hizo común entre los protestantes
Segunda pregunta
¿Porque ahora un grupo de detractores (no ustedes necesariamente) dicen que esto es un invento “de los adventistas? ¿Por qué los protestantes lo usaban?
Benjamín ben Moisés Nehavendí, un judío persa, primero en identificar los 2300 días como 2300 años, (s. 9.). Otros judíos siguieron su misma línea de pensamiento aunque variaban en cuanto a las fechas
Johann Petri (1718-1792) Reformador alemán y pastor y el primero en dar comienzo a las 70 semanas y los 2300 días en forma sincronizada. Algunas de sus fechas no concordaban con las de otros.
Francois du Jon (1545-1602). Líder hugonote, abogado, teólogo, predicador. Dio su interpretación acerca del principio: “los días son comúnmente tomados como años utilizando el ejemplo de los profetas Ezequiel y Daniel”.
Georg Nigrinus (1530-1602). Teólogo evangélico y maestro exégeta de las profecías. En sus discusiones con los jesuitas respecto a los 3 ½ años ó 1260 años citaba a Tertuliano, indicando que Roma pagana daba paso al Anticristo. Combatió a los jesuitas porque enseñaban que el papado había existido por siglos y no era posible identificarlo con el Anticristo de la profecía. Decía: “los periodos proféticos de 42 meses,1260 días, 1,2,½ tiempos de acuerdo con Ezequiel 4, un día equivale a un año.”
John Napier (1550-1617). Matemático escocés, inventor del logaritmo, introdujo el uso del punto decimal, inventó mecanismos para la multiplicación, la división, la raíz cuadrada, la raíz cúbica. Decía acerca del principio de día por año: “los días proféticos, semanas, meses y años comunes en las profecías deben tomarse como días/años.” Un matemático de excelencia dijo eso, ¿es acaso un invento adventista?
John Cotton (1584-1652). De Massachusetts, primer expositor Puritano del Nuevo Mundo, con él la interpretación profética comenzó en Estados Unidos con un claro reconocimiento del principio día/año.
Aaron Burr (1716-1757). Ministro presbiteriano de Connecticut, escribió: “Los números 1260 días, 42 meses, 3 ½ años son como escalera que conduce al mismo evento, la duración del poder perseguidor de la bestia… Mientras la iglesia está en el desierto los ministros fieles de Dios predicarán la profecía vestidos de silicio.”
Los reformadores protestantes
– Estaban bien establecidos en la verdad del principio de día/año.
– La Contrarreforma Católica atacó directamente este principio.
– Robert Bellarmine, Jesuita, Cardenal y teólogo, opositor de la Reforma y sus doctrinas. Reconocido por la iglesia católica como su máximo defensor. Robert Bellarmine entró en la sociedad de Jesús en 1560, Bellarmine atacó directamente el principio día/año. La mayoría de los ataques contra este principio, hoy tienen sus raíces en él y sus argumentos. Lo más increíble ha sido que hoy son los protestantes quienes aceptan sus posiciones (y algunos detractores por ahí)
– Porfirio (232-303). Un neoplatónico opuesto al cristianismo es el primero que dató en el siglo 2 el libro de Daniel utilizando el principio día/año. Porfirio introdujo la idea de que el cuerno pequeño de Dan. 7 era Antíoco Epífanes, del siglo 2 a. C.
– Jerónimo, traductor de la Vulgata, último que expuso las profecías de Daniel antes de la Edad Media. Jerónimo, escribió en el siglo V para refutar los argumentos de Porfirio, identificó a las bestias de Dan. 7 con los metales de Dan. 2 mencionó por nombre a varias de las divisiones de Roma: los vándalos, los sajones, los burgundios, los alemanes etc. Declaró que el cuerno pequeño no era Antíoco, sino el anticristo Desde la época de la Reforma protestante hasta el siglo 19 este era el método aceptado para la interpretación del Apocalipsis y Daniel
Y tú te acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa de Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos. Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la casa de Israel. Cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado. (Ezequiel 4: 4-6)
En este texto vemos el principio es día por año
Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. (Números 14: 33-34)
En este texto el juicio profético ha sido dado en términos del principio año/día.
Un día en el pasado representa un año en el futuro. Independientemente de esta diferencia el texto establece una relación bíblica entre días y años. Levítico 25: 1-7 es de los primeros textos que aplican el principio día/año:
Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. (Levítico 25:3, 4)
Año sabático
Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra. (Levítico 25:2, 4, 5)
El año sabático utiliza solo un día a la vez estableciendo una relación entre día/año.
Para 1800, el principio día/año estaba definitivamente aceptado:
Adam Hood Burwell (1790-1849), un misionero del Canadá, decía que no era necesario discutirlo o tratar de probarlo. Para 1826, comenzaron los ataques contra este principio, solo que eran los propios protestantes atacándolo en sus iglesias porque deseaban regresar a Roma
Alexander Keith (1791-1880). Un escocés, versado en las profecías escribió en respuesta de estos ataques, una de las más interesantes defensas del principio día/año para combatir los engaños del futurismo.
Día/año en el movimiento Adventista. Thomas R. Birks (1810-1883), teólogo, produjo el más importante trabajo sobre el principio día/año durante el gran despertar del siglo 19
William Miller (1782-1849). Entre 1816-1818, dedicó estos años a estudiar las profecías de las 70 semanas, los 1260 días, etc. utilizando el principio día/año. Los adventistas y Miller no estaban solos en esto estaban utilizando los principios que se usaban en el mundo cristiano durante siglos.
Por último, Newton:
– Sostenía que “los días de Daniel son años”.
– El aplicó este principio a las 70 semanas y a los “tres tiempos y medio” de apostasía.
– Newton aclara que el “día profético” es “un año solar”, y que un “tiempo” en la profecía también es equivalente a un año solar.
Aunque dijo otras cosas que no todos están de acuerdo pero es interesante lo que dijo una mente maestra sobre los días/años.
Nota: En este estudio colaboraron Joel E. Lisboa y Galvin Misael. También tenemos un estudio elaborado por William Shea sobre el mismo tema, muy recomendado.