El Día del Señor en Apocalipsis 1:10
El Día del Señor en Apocalipsis 1:10
Debates, controversias y tensiones son palabras sinónimas para el libro de Apocalipsis. Desde su inicio en la entrada del canon bíblico del Nuevo Testamento hasta las interpretaciones cuestionables en el tiempo presente, los estudiosos de este libro siempre han estado cautivados por el lenguaje codificado de sus páginas. Uno de esos pasajes controvertidos desde los tiempos de los Padres Apostólicos es Apocalipsis 1:10. El pasaje se ha usado como “munición” para varios bandos de ideologías teológicas, ambos alegando que son los intérpretes correctos del pasaje juanino.
El presente artículo pretende examinar de manera imparcial la evidencia de la expresión κυριακῇ ἡμέρᾳ (día del Señor) en las literaturas primarias y ver de cerca tres[1] teorías con mayor apoyo en los círculos eruditos hoy día. Este artículo no pretende ser exhaustivo de toda la literatura disponible, pero si cuidadosa en el uso de las fuentes primarias. El escritor tampoco pretende ofrecer una apología en favor de la teoría del sábado ni apoyar las otras dos teorías. El propósito principal es exponer la información de manera objetiva, mostrando las ventajas y desventajas de apoyar una u otra teoría. Finalmente, el escritor propondrá una sugerencia[2] que puede brindar peso hacia una de esas teorías.
La Expresión κυριακῇ ἡμέρᾳ
El sustantivo griego ἡμέρᾳ (día) es muy común en el Nuevo Testamento. Sin embargo, es el adjetivo que lo acompaña, κυριακῇ, que merece la atención del lector. Se traduce de manera consistente en la mayoría de los léxicos griegos como “que pertenece al Señor”[3] o “concerniente al Señor, del Señor”[4]. En otras palabras, la expresión κυριακῇ ἡμέρᾳ debería de entenderse como “el día perteneciente o concerniente al Señor”. Las traducciones al español lo rinden como “Día del Señor”, una traducción correcta pero sujeta a confusiones por los inexpertos al griego bíblico con el Día del Yahveh escatológico en el Antiguo Testamento. Este adjetivo solo aparece 2 veces en toda la Biblia, una aquí en Apocalipsis 1:10 y otra en 1 Corintios 11:20. En el contexto paulino, se aplica a la cena “del o concerniente al Señor”. La misma no tiene relación ni ayuda a descifrar la expresión cuando el adjetivo se aplica al “día” como en el caso de Apocalipsis 1:10.
Por estas razones consideradas arriba, se denomina la expresión κυριακῇ ἡμέρᾳ como un hápax legomenon. Esta frase, que proviene del griego, se refiere a un “término del cual solo se registra un solo caso”.[5] Es decir, el único caso en toda la Biblia donde se usa κυριακῇ ἡμέρᾳ es en Apocalipsis 1:10. Esto dificulta su interpretación, y el uso de la misma Biblia para interpretar esta frase se convierte en casi nula. No hay manera de ver sus usos en otras partes de las Escrituras, lo cual convierte el terreno de esta expresión en uno muy fértil para las especulaciones sin fundamento. Se han propuesto varias teorías, pero el escritor entiende que solamente tres merecen la atención.
La Teoría del Día del Emperador
La teoría ha sido acogida por muchos eruditos hoy en día.[6] La persona responsable de hacer esta teoría muy popular fue el teólogo alemán Adolf Deissmann.[7] Usando inscripciones y papiros contemporáneos del tiempo del Nuevo Testamento, Deissmann probó convincentemente que el adjetivo kuriakos significaba “imperial”, como por ejemplo, para las finanzas “imperiales” o la tesorería “imperial”. En el Este del Imperio había un día específico del mes y un día específico de la semana llamado hēmera Sēbaste (Día de Augusto) que forzaba a los primeros cristianos a dedicar el primer día de la semana al señor emperador. Como el Emperador de Roma era comúnmente llamado el kurios (señor), el “día del Señor” es entonces una “copia cristiana” de la práctica romana, y por lo tanto los cristianos comenzaron a darle honor y adorar a Jesús el primer día de la semana en vez del Emperador Romano.
A pesar de ser muy tentativa y convincente, también tiene algunos problemas. Primeramente, no hay ninguna referencia, ni en papiros ni inscripciones, donde κυριακῇ se aplique a un día y no “cuestiones imperiales” y ni siquiera a “un día imperial”. Relacionarlo entonces con “un día” requiere un salto a la especulación. Otro problema que se puede encontrar es que tanto los judíos y cristianos del siglo I d.C. se rehusaban a llamar al Cesar Romano como “señor”. El único Señor para los primeros cristianos-judíos era Jesús.[8] Parece improbable que Juan hubiera usado un término teológicamente “ofensivo” para sus lectores, que estos al mismo tiempo estaban sufriendo persecución por parte de las autoridades romanas.
La Teoría del Domingo
Esta es y sigue siendo la teoría más aceptada por los eruditos pasados y presentes.[9] Esta teoría clama unánimemente que Juan hacía referencia al primer día de la semana, domingo, en honor a la resurrección de Jesús el Señor. Los proponentes de esta posición se adhieren bastante a la evidencia extra-bíblica (especialmente a los Padres de la Iglesia), que aparentemente usan esta expresión en forma consistente para referirse al domingo como día de adoración y culto cristiano. Según esta posición, los primeros cristianos, incluso en tiempos de los apóstoles, abandonaron el sábado en favor del domingo. Se usan algunos textos del Nuevo Testamento (Gal 4:8–11, Col 2:16–17 y 1 Cor 11:20) para apoyar esta conclusión.
Por el lado de la evidencia extra-bíblica, se usan al menos 3 de los documentos cristianos más antiguos como evidencia del uso de κυριακῇ ἡμέρᾳ en referencia al domingo. La Didache, el “primer manual de adoración cristiana”, dice de la Iglesia Cristiana: “En el día del Señor nos reunimos para partir el pan” (14:1). El segundo documento es la carta de Ignacio de Antioquía a los Magnesios, donde el indica que los cristianos “ya no viven sabatizando, sino para el día del Señor” (A los Magnesios 9:1). En tercer lugar se usa a Melito de Sardis en su tratado Concerniente al Día del Señor donde presuntamente se hace referencia al κυριακῇ ἡμέρᾳ. Estos 3 documentos forman las referencias más tempranas (entre los siglos 1-3 d.C.) para κυριακῇ ἡμέρᾳ en referencia al domingo. Otros eruditos también apuntan al Evangelio de Pedro, la Epístola de Bernabé y a Justino Mártir como pruebas adicionales de este uso. La frase encuentra también muchas más referencias al domingo desde el siglo IV d.C. en muchos autores y escritores cristianos.
Pero aunque sea la posición más favorecida, no está exenta de problemas. El primer problema con esta posición son las referencias usadas como evidencias. Tanto las referencias de Didache, Ignacio y Melito son muy debatibles y oscuras. Esto se complica al ver que la palabra “día” (ἡμέρᾳ) está ausente en estos tres documentos y solo aparece el adjetivo κυριακῇ.[10] Los traductores introducen la palabra “día” pensando que el autor sobreentendía esto y omitió ἡμέρᾳ. Otros opinan que el surgimiento del domingo como día de culto cristiano tiene orígenes “gnósticos”[11] y por lo tanto las referencias e interpretaciones de κυριακῇ ἡμέρᾳ no son confiables. Las referencias inequívocas al domingo son más claras a partir del siglo IV d.C. en adelante, pero no antes. Además, como es de saberse, no hay evidencia alguna de κυριακῇ ἡμέρᾳ aplicado al primer día de la semana ni a ningún otro día en las Escrituras.
La Teoría del Sábado
Esta teoría no es sostenida por muchos.[12] Solo algunos cristianos con tendencias teológicas conservadoras encuentran razones válidas para considerar y apoyar esta teoría. La evidencia para esta posición viene mayormente “por la Biblia”. Reconociendo que κυριακῇ ἡμέρᾳ no tiene ninguna comparación ni semejanza en toda la Biblia, esta posición urge por enfatizar la consistencia bíblica del día de adoración que sin lugar a dudas es el sábado. El séptimo día fue santificado en la creación (Gen 2:3), es memoria de la creación (Ex 20:11) y Jesús mismo se declaró “señor del sábado” (Mat 2:28). Entonces cuando, según esta posición, cuando Juan hace referencia al “día del Señor”, se concluye que la referencia es al sábado, día de adoración de los cristianos.
También esta posición tiene algunas desventajas y problemas. La Biblia nunca usa κυριακῇ ἡμέρᾳ en ninguna otra parte, ni para referirse al sábado ni al domingo como se mencionó previamente. Tampoco hay evidencias extra-bíblicas donde algún escritor cristiano utilizare κυριακῇ ἡμέρᾳ para referirse al sábado. Otros arguyen que la muerte y resurrección de Jesús fue un evento importante que pudo suplantar la observancia del sábado a favor del domingo y que las mismas se pueden encontrar ya presuntamente en el Nuevo Testamento.
A pesar de haber varias teorías para la interpretación de la debatida expresión, la mayoría de los argumentos de un lado o del otro se basan en la evidencia “del silencio”. Esto provoca que la situación sea un poco incómoda y manipulable, donde cada cual atrae hacia su lado la ecuación teológica. A pesar de que el presente escritor reconoce las dificultades de cada una de las teorías, a continuación propone una sugerencia la cual parece indicar que puede haber una inclinación favorable por la teoría del sábado.
Una Sugerencia para el Sábado
Es reconocido que el libro de Apocalipsis está lleno de alusiones del Antiguo Testamento, y uno de los libros más citados es Ezequiel. Bastante importante para esta sugerencia es que la introducción y prólogo de Apocalipsis están llenos del lenguaje de la experiencia de Ezequiel en su llamado profético al inicio de su propio libro. Esto ha sido notado por notables eruditos.[13]
En la introducción del libro de Ezequiel, se nota que la gloria de Yahveh y la comisión divina al ministerio profético de Ezequiel ocurrieron en “el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a los cinco días del mes” (Eze 1:2). Con la tecnología moderna, la fecha puede datarse de manera precisa como un Julio 21 del año 592 a.C.[14] Más importante aún, en ese año (592 a.C.), el 21 de julio cayó un sábado. Interesantemente, lo mismo ocurre en Ezequiel 8:1 donde el profeta ubica los acontecimientos en el “sexto año, en el mes sexto, a los cinco días del mes” (Eze 8:1) de la deportación del rey Joaquín. Asumiendo que la fecha anterior es correcta, esta otra fecha cae exactamente 14 meses después en un sábado en Septiembre 7 del año 591 a.C. ¿Puede ser esto una mera coincidencia?
El presente escritor sugiere que puede haber una posible conexión entre el lenguaje y énfasis del prólogo del Apocalipsis de Juan y el lenguaje y las fechas del prólogo del profeta Ezequiel. ¿Por qué Yahveh decidió mostrar su gloria (Eze 1) y mostrarle visiones de juicio (Eze 8) en dos días exactos de la semana? A esto se le puede sumar el tema que corre por ambos profetas, el tema del juicio venidero, uno sobre Judá (Ezequiel) y otro sobre el Imperio Romano y la Iglesia apóstata. Entonces podría ser que la teoría del sábado posea otras evidencias aparte de las ya mencionadas, donde la expresión κυριακῇ ἡμέρᾳ se pueda interpretar como una referencia al sábado.
Resumen y Conclusión
Este artículo no pretende resolver un problema milenario con un par de páginas. El mismo libro fue objeto de controversias para entrar en el mismo canon. Interpretar la expresión κυριακῇ ἡμέρᾳ de manera certera es improbable hasta el presente con la falta de evidencia disponible. Es una expresión que solamente aparece una vez en toda la Biblia, imposibilitando su comparación e interpretación con otros textos bíblicos. Varias teorías se han propuesto para resolver la identificación del día del Señor. De esas, solo tres fueron consideradas en este artículo.
La teoría del Día del Emperador goza de mucha aceptación entre eruditos. El adjetivo en cuestión aparece repetidas veces en el contexto “imperial”, sin embargo no se ha encontrado relación del adjetivo κυριακῇ a un día en particular en el contexto cristiano, como ocurre con el día dedicado al emperador. Por otro lado, la teoría del Domingo sigue siendo la más aceptada tanto en el pasado como en el presente. La misma se basa en la evidencia extra-bíblica donde escritores cristianos usaban κυριακῇ ἡμέρᾳ para referirse al domingo. Pero se observó que las referencias más tempranas son problemáticas, y las referencias más claras son un poco tardías, haciendo difícil su aplicación directamente al siglo I en el tiempo de Juan. La teoría del sábado se basa, efectivamente, en la comparación y la inferencia de la propia Escritura con respecto al día de reposo, pero esto no se libra también de sus problemas y especulaciones como fue mostrado.
Pero aparte de todo esto, se presentó una sugerencia que podría iluminar el panorama debatible de esta expresión. El presente escritor cree que puede haber alguna conexión, más que textual, entre el prólogo de Ezequiel y Apocalipsis. Dos de las visiones del anterior fueron dadas en sábado y podría ser que Juan pudiera hacer referencia a lo mismo por la expresión “día del Señor”. Por lo tanto las conclusiones obtenidas aquí son tentativas y no dogmáticas. Mientras exista evidencia por descubrir, argumentos por evaluar y literatura por examinar, no se puede concluir certeramente a que se refirió Juan cuando usó la expresión “el día del Señor”
Referencias
El escritor de este artículo ha identificado al menos 5 teorías distintas sobre la interpretación del día del Señor. Las 5 son las siguientes: (1) Día Escatológico de Yahveh, (2) La “Condición Espiritual”, (3) El Día del Emperador, (4) El Domingo y (5) El Sábado. Solo las últimas tres serán consideradas en este artículo. ↩︎
Hasta donde ha investigado el presente escritor, no ha encontrado un paralelo de la sugerencia en alguna otra literatura, sea erudita o no. La sugerencia está disponible para ser evaluada y criticada de acuerdo a las evidencias. ↩︎
James Swanson, “κυριακῇ”, Diccionario De Idiomas Bı́blicos: Griego (Nuevo Testamento), Edición electrónica. (Bellingham, WA: Logos Bible Software, 1997). ↩︎
Alfred E. Tuggy, “κυριακῇ”, Lexico Griego-Español Del Nuevo Testamento (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2003), 558. ↩︎
Catherine Soanes and Angus Stevenson, Concise Oxford English Dictionary, 11th ed. (Oxford: Oxford University Press, 2004). ↩︎
Véase Walter M. Dunnett, M.A., Ph.D., Revelation, Revised 1996, 2004 (Moody Bible Institute: Chicago, IL, 1967); The Revelation of John: Volume 1, ed. William Barclay, lecturer in the University of Glasgow, The Daily Study Bible Series, Rev. ed. (Philadelphia: The Westminster Press, 2000, c1976), 43; Walter A. Elwell y Walter A. Elwell, Evangelical Dictionary of Biblical Theology, electronic ed., Baker reference library; Logos Library System (Grand Rapids: Baker Book House, 1997, c1996); A.T. Robertson, Word Pictures in the New Testament (Oak Harbor: Logos Research Systems, 1997), Re 1:10 y George R. Beasley-Murray, vol. 36, Word Biblical Commentary: John, Word Biblical Commentary (Dallas: Word, Incorporated, 2002), 385. ↩︎
Para mas información puede verse sus influyentes estudios en A. Deissmann, Light, 361–64; id., Bible Studies, 217–18 y A. Deissmann, Light From the Ancient East, trans. L. R. M. Strachan (New York: G. H. Doran Co., 1927), 357–359. ↩︎
Esto puede verse fácilmente al observar el uso de κύριος en la LXX (usado unas 8293 veces) y en el Nuevo Testamento (usado otras 748 veces). En el Antiguo Testamento se usa comúnmente para aplicarlo a Yahveh y en el Nuevo Testamento se lo aplica comúnmente a Jesús. ↩︎
La cantidad de autores y eruditos para esta posición es abrumadora. Solo algunos a manera de ejemplo sirven para expresar este punto. Vea David Noel Freedman, The Anchor Bible Dictionary (New York: Doubleday, 1996, c1992), 6:979; Alexander Roberts, James Donaldson y A. Cleveland Coxe, The Ante-Nicene Fathers Vol. VII : Translations of the Writings of the Fathers Down to A.D. 325, Fathers of the Third and Fourth Centuries: Lactantius, Venantius, Asterius, Victorinus, Dionysius, Apostolic Teaching and Constitutions, Homily and Liturgies (Oak Harbor: Logos Research Systems, 1997), 381; Walter A. Elwell y Barry J. Beitzel, Baker Encyclopedia of the Bible, Map on Lining Papers (Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1988), 1348; Werner Herman Franzmann, Bible History Commentary: New Testment, electronic ed. (Milwaukee, WI: WELS Board for Parish Education, 1998, c1989), 1395; Bibliotheca Sacra: A Quarterly Published by Dallas Theological Seminary (Dallas TX: Dallas Theological Seminary, 1996, c1955- 1995), 122; Spiros Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament, electronic ed. (Chattanooga, TN: AMG Publishers, 2000, c1992, c1993), G2960; M.G. Easton, Easton’s Bible Dictionary (Oak Harbor, WA: Logos Research Systems, Inc., 1996, c1897); John Bunyan, Five Questions About the Nature and Perpetuity of the Seventh-day Sabbath (Bellingham, WA: Logos Research Systems, Inc., 2006), 2:373-374 y Paul J. Achtemeier, Publishers Harper & Row and Society of Biblical Literature, Harper’s Bible Dictionary, Includes Index., 1st ed. (San Francisco: Harper & Row, 1985), 574. ↩︎
En la Didachē, la expresión kata kuriaken tou kuriou es muy problemática porque la palabra “día” no se encuentra. Parece ser muy redundante si se aplica a “un día”. Lo mismo se puede decir de Magnesia 9:1 en Ignacio donde algunos interpretan que se refiere a la “vida del Señor” en vez del “día del Señor” debido a la ausencia de la palabra día. ↩︎
Esto es sugerido por Aecio E. Cairus en “Gnostic Roots of Sunday-Keeping”, JATS 13/1 (Spring 2002): 67- 80. ↩︎
Ver por ejemplo a Robert Jamieson, A. R. Fausset, A. R. Fausset et al., A Commentary, Critical and Explanatory, on the Old and New Testaments, On Spine: Critical and Explanatory Commentary (Oak Harbor, WA: Logos Research Systems, Inc., 1997), Mt 12:8 y Raoul Dederen, vol. 12, Handbook of Seventh-Day Adventist Theology, electronic ed., Logos Library System; Commentary Reference Series (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association, 2001, c2000), 518. ↩︎
“La introducción de la comisión usa el lenguaje del profeta Ezequiel cuando es arrebatado en el Espíritu, dando entonces a la revelación de Juan autoridad profética como los profetas del Antiguo Testamento” en G. K. Beale and D. A. Carson, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament (Grand Rapids, MI; Nottingham, UK: Baker Academic; Apollos, 2007), 1091. ↩︎
Esta fecha es incluso tomada como referencia entre algunos eruditos en las notas de la Biblia de estudios Andrews Study Bible Notes, ed. Jon L. Dybdahl (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2010), 1044. ↩︎