Relatos de Creación y Diluvios

Arqueología bíblica Aug 8, 2012
Juegos Cristianos

Enuma Elish, épica de la creación:

enuma-elish

  • Tamaño: 21.30 cm. (8.38 pul.) de alto; 6.35 cm. (2.5 pul) de ancho.
  • Escritura: Lenguaje Acadio en escritura cuneiforme
  • Origen: Nínive (Kuyunjik, en lo que es hoy Irak)
  • Fecha: Siglo VII a.C.
  • Ubicación Actual: Museo Británico (cuarto 55)

El Enuma Elish ha sido llamado la Épica Babilónica de la Creación y es probablemente el relato de creación más conocido en la antigua Mesopotamia. El relato de la creación es incidental dentro de la historia relatada en el texto. El propósito del relato no era relatar la historia de la creación, sino describir y justificar el levantamiento de Marduk a la posición del dios principal del panteón babilónico. El título por lo cual el relato es conocido, Enuma Elish, proviene de las dos palabras con las que empieza el texto y se traducen como “cuando en lo alto”.

El relato de Enuma Elish consiste aproximadamente de 1100 líneas de texto en siete tabletas. Copias del texto han sido descubiertas en varios lugares de la antigua Mesopotamia (incluyendo Nínive, Ashur, Uruk y Kish) y en Sultantepe en Turquía. Mientras que la copia más antigua del texto es del 900 a.C., la fecha actual de la composición del Enuma Elish no está clara. Anteriormente muchos eruditos argumentaron a favor de una composición durante el Antiguo Periodo Babilónico (2017-1595 a.C.); ahora, sin embargo, la mayoría lo fechan más tarde, algún tiempo entre el siglo 14 y el siglo 11 a.C.

Desde que se descubrió en Elam la estatua de Marduk durante el reinado de Nabucodonosor I (1126-1105 a.C.), algunos eruditos han argumentado que el relato fue compuesto durante su reinado. Parte de la historia relatada en Enuma Elish parece haberse adoptado de un mito Acadio anterior, el Mito de Anzu. La tableta mostrada en el Museo Británico (ME K3473) es una de las varias tabletas de Enuma Elish en propiedad del museo. Es parte de una colección de tabletas de Enuma Elish descubiertas a mediados del siglo 19 en el lugar de la librería de Asurbanipal en la antigua Nínive. Esta tabla en particular, rota en cuatro piezas con piezas adicionales perdidas, es la tableta tres de las siete que cuentan el relato de la creación. El texto, escrito en ambos lados de la tableta, tiene un total de 138 líneas. Fue copiado durante el reinado de Asurbanipal en el siglo VII a.C. El mito comienza con una descripción de la creación de los dioses por Apsu (el agua debajo de la tierra) y Tiamat (el mar):

1 Cuando en lo alto, el Cielo no había sido aún nombrado,

2 y debajo, la Tierra no había sido mencionada por nombre,

3 nada existía excepto Apsu, el antiguo, su creador,

4 y el caos, Tiamat, del que todo fue generado.

5 Las aguas se agitaban en un solo conjunto

6 y los pastos no se habían aún formado ni existían los cañaverales.

7 Cuando aún ningún dios había sido generado,

8 ninguno tenía un nombre cuando los destinos no se habían aún establecido.

9 Entonces, los dioses fueron hechos visibles en medio del cielo

Cuatro generaciones de deidades fueron producidas. Los dioses que fueron creados eran muy ruidosos, sin embargo, el perturbado Apsu conspiró erradicarlos. Cuando los dioses escucharon del complot,  uno de ellos, Ea, asesinó a Apsu y construyó su morada sobre él.  En su morada, nació Marduk, hijo de Ea. Pronto Marduk, mientras jugaba con los cuatro vientos que su abuelo Anu había formado y dado, creó una ola turbulenta que perturbó a Tiamat y molestó algunos de los otros dioses. Instigado por algunos de estos dioses, Tiamat dio a luz monstruosas criaturas para hacer guerra contra Marduk y los otros dioses que estaban junto a él. Tiamat tomó a Qingu (o Kingu) como su nuevo consorte, le confió la tableta de los destinos, y lo hizo rey sobre todos los dioses. Cuando Ea y Anu terminaron de combatir contra Tiamat, Marduk se paró en frente y accedió a combatir contra ella (Tiamat) con la condición de que Marduk sería reconocido como el dios supremo del panteón.  Cuando el consejo de dioses acordó esta condición, Marduk confrontó a Tiamat y sus fuerzas. Tiamat no fue rival del poderoso Marduk. Después de derrotar a Tiamat, Marduk venció a las monstruosas criaturas y a las fuerzas alineadas con Tiamat, incluyendo a Qingu, de quién tomó la tableta de los destinos. Marduk devolvió el cuerpo de Tiamat, y de su cuerpo, creó el universo.

En el cielo, el cual formó de la mitad del cuerpo de Tiamat, Marduk colocó las estrellas y la luna. Con la otra mitad el formó la tierra: de sus ojos, el hizo el Tigris y Éufrates, y de sus ubres formó las montañas. Todos los dioses proclamaron la soberanía de Marduk, quién seguidamente propuso crear a los seres humanos para hacer labor para los dioses, para que así los dioses pudieran descansar. Los humanos debían proveer comida cada día para los dioses. Ea sugirió  que uno de los dioses podría ser muerto para usar sus despojos para formar a los humanos. Ese plan fue adoptado, Qingu fue asesinado, y Ea usó la sangre de Qingu para crear a los humanos. En apreciación por lo que Marduk había realizado, los dioses construyeron su templo en Babilonia, y cuando fue completado Marduk organizó un banquete para todos los dioses. Durante ese banquete los otros dioses alabaron a Marduk y le prometieron lealtad a él otorgándole cincuenta nombres de honor.

Relevancia Bíblica

Varios aspectos de Enuma Elish han sido aclamados como paralelos y hasta fuentes para el relato bíblico de la creación. Muchos de los presuntos paralelos han sido refutados al examinarlos cuidadosamente. Los eruditos modernos, aunque admitiendo el “sabor” Mesopotámico de la historia de la creación en la Biblia, son muy cuidadosos acerca de alegar dependencia literaria (especialmente dependencia directa) de los escritores bíblicos y los mitos de Mesopotamia. Incluso así, hay algunas interesantes similitudes entre Enuma Elish y la versión bíblica de la creación. Los dos relatos parecen comenzar de manera semejante:

“Cuando en lo alto, el Cielo no había sido aún nombrado” (Enuma Elish)

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. (Gén 1:1); “…el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese (Gén 2:5 R60) (Gén 2:4b-5 )

En Enuma Elish, Marduk creó el mundo al dividir Tiamat. Con la mitad de ella, Marduk creó la cubierta que es el cielo. En Génesis 1:6-8, Dios separa las aguas por medio del cielo o la “expansión”:

“Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. (Gen 1:6-8)

La Creación en Enuma Elish culmina con la creación de los seres humanos. En Génesis 1:26-2:3, los humanos son el acto final de la creación y después Dios descansa en el séptimo día. Los escritores bíblicos estuvieron consientes de estos relatos y se alega que pudieron haber sido “influenciados”. Sin embargo, más importante que las similitudes, las diferencias deben ser recalcadas. La violencia de Enuma Elish está ausente en la historia de Génesis, donde Dios crea por decretos divinos. La creación de los seres humanos en Génesis (especialmente en Salmos 8) es un acto para ser celebrado. Los humanos son la corona de la creación de Dios. En Enuma Elish, los humanos son creados para ser esclavos para los dioses. Finalmente, el punto de vista monoteísta (a diferencia del henoteísmo, creencia en muchos dioses, pero solo uno se adora) de los escritores bíblicos requería que solo el Dios de Israel solamente, no muchos dioses, fue el responsable de crear el mundo a los seres humanos.

Nota del editor: Es importante que todo estudioso de las Escrituras esté familiarizado con las diversas literaturas contemporáneas a la Biblia y su historia. Al ver estas épicas paganas en las diversas civilizaciones, se puede apreciar la manera de como Moisés desmitificó estos relatos con la historia verdadera encontrada en Génesis. Sin duda hay similitudes, que en vez de mostrar dependencia literaria, muestra que existió una fuente en común para todos los relatos de creación encontrados en diversas culturas.

Autor: Fant, Clyde E. y Mitchell G. Reddish. Lost Treasures of the Bible: Understanding the Bible Through Archaeological Artifacts in World Museums. Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2008) | Traducido y adaptado por Joel Lisboa.

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