La Trinidad y los Pioneros Adventistas

Recientemente, muchos adventistas considerados los “históricos conservadores”, están promoviendo la idea de que la Iglesia Adventista del Sétimo Día adoptó la doctrina de la Trinidad en el año 1931, y que esto es el comienzo de la apostasía. Esto me ha motivado a escribir este artículo usando fuentes fidedignas y compilaciones de la iglesia. Sus argumentos son mayormente históricos con su concentración y ojos puestos sobre muchos comentarios de nuestros pioneros, especialmente sobre Jaime White y su esposa Elena G. White. Los que pertenecemos hoy día a la iglesia, damos por entendido que el concepto de la Trinidad ha formado parte de las doctrinas fundamentales de la iglesia por siempre:

La Trinidad

Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión humana, aunque se lo puede conocer por medio de su autorrevelación. Dios, que es amor, es digno, para siempre, de reverencia, adoración y servicio por parte de toda la creación. (Gén. 1:26; Deut. 6:4; Isa. 6:8; Mat. 28:19; Juan 3:16; 2 Cor. 1:21, 22; 13:14; Efe. 4:4-6; 1 Ped. 1:2) Creencias de de los Adventistas del Séptimo Día

Pero, ¿tienen razón estos adventistas con sus argumentos anti-trinitarios?

Mitos y realidades sobre la Trinidad en la Iglesia Adventista

1. “Todos nuestros pioneros, incluyendo a Elena White fueron anti-trinitarios”. (Fred Allaback, No New Leaders... No New Gods)

El argumento es cierto, que al principio, la mayoría de nuestros pioneros manifestaron conceptos anti-trinitarios. Por ejemplo, Jaime White provenía de la conexión cristiana antes de pertenecer al pequeño movimiento de los observadores del sábado (todavía la iglesia adventista no se había organizado) y en este grupo predominaban ideas arrianas. El concepto de la Deidad que ellos entendían se basaba en lo siguiente:

• Hubo un tiempo, en la eternidad, cuando Cristo no existió.
• Cristo recibió la Deidad del Padre y por lo tanto era inferior a Él.
• El Espíritu Santo no es la tercera persona de la Deidad, sino es el
poder o la influencia de Dios y Cristo.

Esto con el tiempo, y su posterior luz sobre el asunto, cambió.

A- En 1846, Jaime White se refirió al antiguo credo trinitario no Escritural que Jesús es el eterno Dios,( The Day Star, enero 21, 1846). Pero en 1876 escribió que: “los adventistas del séptimo día mantienen la Deidad de Cristo tan cerca con los trinitarios que nos paramos de juzgar aquí”.( Review & Herald, octubre 12, 1876).

Y un año después declaró su creencia de la igualdad del Hijo con el Padre y condenó cualquier posición como errónea que “hace a Cristo inferior al Padre”. (Review & Herald, noviembre 29, 1877).

Esto claramente derrumba la idea de que los pioneros siempre fueron anti-trinitarios, pero hay más ejemplos.

B - Originalmente, Urías Smith y otros enseñaban que Cristo fue el primer ser creado. Luego adoptó la posición de que Cristo era el unigénito no creado.

C - En 1896, W.W. Prescott escribió: “Como Cristo nació dos veces, una vez en la eternidad, el unigénito Hijo del Padre, y otra vez en la carne, de este modo, uniendo lo divino con lo humano en el segundo nacimiento, así que nosotros que hemos nacido una vez ya en la carne, estamos para tener el segundo nacimiento habiendo renacido en el espíritu”.( Review & Herald, abril 14, 1896).

23 años después en la Conferencia Bíblica de 1919 durante una discusión sobre la Deidad de Cristo admitió: “Yo estaba en el mismo lugar que el hermano Daniels y había enseñado las mismas cosas (que Cristo era el principio de la obra creadora de Dios, que hablar de la tercera persona de la Deidad o Trinidad era herética) por autoridad y sin hacer mi propio pensar o estudio, yo supongo que estaba en lo correcto, pero encontré algo diferente”. Transcripciones de la Conferencia Bíblica, julio 6, 1919.

Cuando hizo la pregunta ¿Podemos creer en la deidad de Cristo sin creer en la eternidad de Cristo? Uno de los participantes contestó: “Me la he hecho por años”. A esto Prescott replicó: “Esa es la misma posición que hemos usado en términos en que acomodando el sentido no hay realmente armonía con las enseñanzas de las Escrituras. Creímos por mucho tiempo que Cristo era un ser creado, a pesar de lo que dicen las Escrituras. Yo digo esto que pasando por alto la experiencia que ha pasado por mí en este asunto, este uso acomodaticio de términos que hace la deidad sin eternidad, no es mi concepto ahora del evangelio de Cristo. Pienso que queda corto toda la idea expresada en las Escrituras y nos deja, no con la clase de Salvador que creo ahora, sino una especie de un ser semihumano. Como lo veo, la deidad envuelve la eternidad. La misma expresión la involucra, tu no puedes leer las Escrituras y tener la idea de la deidad sin eternidad.”( Transcripciones de la Conferencia Bíblica, julio 6, 1919).

Podemos observar que los pioneros cambiaron su posición con el correr del tiempo y no mantuvieron una mente cerrada al asunto. Uno de los factores que condujeron al principio al rechazo de la trinidad fue conceptos erróneos de la misma como por ejemplo, enseñaban que la Trinidad era 3 personas en una, o de que Jesús y el Padre eran uno y el mismo.

2. Sólo después de la muerte de Elena White, fue que se introdujo a la iglesia la doctrina de la Trinidad. (Fred Allaback, No New Leaders... No New Gods, pág. 11).

Este es el argumento favorito de los anti-trinitarios y se basan en un sin número de citas de Elena G. White que “supuestamente” apoyan el concepto anti-trinitario. Pero la historia refuta esta posición.

En 1897 y 1898, Elena White enseñó que “En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra”. (Mensajes Selectos, tomo 1, pág 348).

La cita es clara, Cristo no fue creado y tiene vida original, contradiciendo así lo que sostienen los anti-trinitarios hoy día.

Con relación al Espíritu Santo, enseñó a los estudiantes de Avondale Collage en 1899 lo siguiente:

Necesitamos comprender que el Espíritu Santo, que es una persona así como Dios es persona, anda en estos terrenos (Manuscrito 66, 1899. [Extracto de un discurso dado a los alumnos del Colegio de Avondale, Australia.]).

El Espíritu Santo es una persona, porque testifica en nuestros espíritus que somos Hijos de Dios. Cuando se da este testimonio lleva consigo su propia evidencia. En esas ocasiones creemos y estamos seguros de que somos los Hijos de Dios. . .

El Espíritu Santo tiene una personalidad, de lo contrario no podría dar testimonio a nuestros espíritus y con nuestros espíritus de que somos Hijos de Dios. Debe ser una persona divina, además, porque en caso contrario no podría escudriñar los secretos que están ocultos en la mente de Dios. “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Cor. 2: 11) (Manuscrito 20, 1906).

El príncipe del poder del mal puede ser mantenido en jaque únicamente por el poder de Dios en la tercera persona de la Deidad, el Espíritu Santo (Special Testimonies, Serie A, No 10, pág. 37. Año 1897). (El Evangelismo, págs. 447-448)

En el contexto de la crisis de Kellog en 1905 Elena White escribió una advertencia a los obreros conectados con la obra médica en la cual ella, sin ambigüedad apoyaba la doctrina de la Trinidad (Evangelismo, pág. 446):

El Padre es toda la plenitud de la Deidad corporalmente, y es invisible para los ojos mortales.

El Hijo es toda plenitud de la Deidad manifestada. La Palabra de Dios declara que él es “la imagen misma de su sustancia” (Heb. 1: 3). “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 16). Aquí se muestra la personalidad del Padre.

El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Deidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo (Special Testimonies, Serie B, No 7, págs. 62, 63. Año 1905).

Un caso más interesante es este:

M. L. Andreasen recuenta: “Recuerdo cuan asombrado estábamos cuando fue publicado por primera vez el Deseado de Todas las Gentes, porque contenía algunas cosas que creíamos eran increíbles. Entre otras cosas, la doctrina de la Trinidad, la cual no era generalmente aceptada por los adventistas de entonces”. (The Doctrine of the Trinity in the Seventh Day Adventist Denomination, pág. 20).

Durante el año 1909, Andreasen pasó 3 meses en Elmshaven donde pudo mirar los manuscritos escritos por ella. El escribió: “En su propio manuscrito ví las declaraciones que yo estaba seguro que ella no había escrito, que no podría haber escrito. Especialmente cuando fui golpeado con la nueva cita, ahora familiar del Deseado de Todas las Gentes pág. 489 “En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra.”

Esta declaración en ese tiempo fue revolucionaria y me obligó a una completa revisión de mi posición y de la denominación sobre la Deidad de Cristo.” (Testimony of M.L Andreasen, octubre 15, 1953).

Esto, claramente tomó lugar mucho antes de la muerte de Elena White (la cual fue en 1915). De este modo, la acusación de que sólo después de la muerte de Elena White fue introducida en la iglesia la doctrina de la Trinidad, no tiene fundamento.

3. El libro El Evangelismo ha sido manipulado para apoyar la Trinidad.

Los cambios que se hicieron nunca alteraron el significado original.

Necesitamos comprender que el Espíritu Santo, que es una persona así como Dios es persona, anda en estos terrenos (Manuscrito 66, 1899. [Extracto de un discurso dado a los alumnos del Colegio de Avondale, Australia.] ). (El Evangelismo, pág 447).

Fred Allaback reclama el hecho de que la oración en el libro El Evangelismo comienza en el medio de la oración original y de que la coma después de la palabra “terrenos” es reemplazada por un período, cambiando el significado de la declaración. Además identifica al Espíritu Santo con el Señor Dios y rechaza aceptar que hay dos personas referidas en esta cita. De hecho, en su folleto, da al Espíritu Santo tres identidades separadas o distintas en un vano intento de probar que no tiene existencia personal.

Identifica al Espíritu Santo con Cristo, luego identifica al Espíritu Santo con el Padre, y más adelante identifica al Espíritu Santo con los ángeles.

La Inspiración dice:

El Padre es toda la plenitud de la Deidad corporalmente, y es invisible para los ojos mortales.

El Hijo es toda plenitud de la Deidad manifestada.

El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Deidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo (Special Testimonies, Serie B, No 7, págs. 62, 63. Año 1905).

En esta cita, Fred Allaback dice que significa que hay un trío de 3 dioses vivientes en la familia divina. Es triste ver cuán perfectamente simple es la oración en español reinterpretándola con un sentido diferente a lo que realmente dice.

4. La Trinidad es una doctrina pagana

La trinidad es un concepto Bíblico y no está basado en rituales paganos ni en filosofías. Hay varios ejemplos de la “Trinidad” en las creencias paganas como por ejemplo:

Brahma, Siva y Vishnu del Hinduismo.
Osiris, Isis y Horus en la religión egipcia.
Nimrod, Ishtar y Tamuz en Babilonia.

De igual manera, el concepto de “tres” se encuentra en Apocalipsis 14 y el mensaje de los tres ángeles el cual encuentra su paralelismo falso con los “tres” espíritus inmundos de Apocalipsis 16 (el dragón, la bestia y el falso profeta).

5. La trinidad es de origen católico

Otro de los argumentos favoritos de los anti-trinitarios. El registro histórico nos da un cuadro diferente. Aunque el concepto de la Trinidad es Escritural, la doctrina fue formulada en el Concilio de Nicea en el año 325 d.C.

El Concilio convocado por el emperador Constantino, se reunió en Nicea (Asia Menor) para tratar con la controversia arriana.

De los 318 obispos, sólo 6 venían del occidente, y el resto venían de las iglesias orientales donde el obispo de Roma tenía muy poca influencia. El mismo obispo de Roma no estuvo presente, pero envió dos sacerdotes que lo representaran. Esto claramente contradice el reclamo de que la Trinidad es una doctrina de origen católico.

Conclusión

Los primeros pioneros adventistas fueron antitrinitarios. A finales del 1890, Elena White publicó artículos y libros donde hizo fuertes declaraciones apoyando el concepto de la Trinidad, aunque nunca usó la palabra “Trinidad”.

Ya que muchos en la iglesia se opusieron a ello, más de 3 décadas se tomaron para que la iglesia en general aceptara la doctrina.

En 1931, el anuario adventista contenía una declaración de 22 creencias fundamentales, una de las cuales era la Trinidad.

En 1980 en Dallas, las creencias fundamentales fueron reiteradas de que hay un Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de 3 personas coeternas.

Los adventistas modernos que se oponen a la Trinidad buscan recuperar la herencia de sus pioneros con referencia a la Trinidad.

Creen que sólo después de la muerte de Elena White, la doctrina de la Trinidad entró a la iglesia y que sus libros fueron manipulados y cambiados.

Como hemos visto tales evidencias no apoyan esas acusaciones. Elena de White escribió que:

“No es esencial para nosotros ser capaces de definir con precisión qué es el Espíritu Santo... La naturaleza del Espíritu Santo es un misterio. Los hombres no pueden explicarla, porque el Señor no se la ha revelado. Los hombres de conceptos fantásticos pueden reunir pasajes de las Escrituras y darles interpretación humana; pero la aceptación de esos conceptos no fortalecerá a la iglesia. En cuanto a estos misterios, demasiado profundos para el entendimiento humano, el silencio es oro” (HA, 43-44, 1911).

Mientras que la Trinidad es un misterio divino y ningún mortal podrá entenderla plenamente, las Escrituras claramente indican la igualdad y la coexistencia eterna de las 3 personas de la Deidad. Mientras que la razón humana no puede entenderlo, por fe podemos creerlo.

Que la paz de nuestro Señor Jesucristo sea con cada uno de ustedes.