El sueño de Elena White sobre su difunto esposo

Sydney Cleveland, uno de los principales detractores del ministerio profético de la Hna. White, la acusó en su tema: Do God’s Prophets Take Advice from the Dead?
De recibir orientación de parte de su esposo ya muerto. “Rematándola” citando Isaías 8:19, 20 y Deuteronomio 18:10-12, versículos que condenan la práctica de la comunicación con los muertos. El Dr. Jud Lake, hace una muy buena apología sobre la acusación de Cleveland, presentando todo el background de la época al escribirse la carta y a quien iba dirigida.

La consecuencia mas amarga del pecado sin lugar a duda es la muerte. Sin embargo, fue lo primero que el enemigo de las almas dijo a nuestros primeros padres que no iba a ocurrir, la primera mentira: “No moriréis.”[1] La perdida de un ser querido no tiene comparación en cuanto al dolor que causa con otras consecuencias producto del pecado. Nadie[2] quiere morir, desde los egipcios hasta Juan Ponce de León y podemos seguir nombrando en nuestros días, el deseo latente de una vida eterna vive en la mente de todo mortal. Varios hermanos[3] desde hace tiempo nos habían pedido una columna sobre el tema, lamentablemente el tiempo a veces es nuestro mayor obstáculo para escribir.

Uno de los consejos al estudiar los escritos de la Hna. White es: “Estudie toda la información disponible sobre un tema. Arthur White, nieto y biógrafo de Elena White destacó este tema cuando escribió que ‘muchos han errado en la interpretación del significado de los testimonios al tomar declaraciones aisladas fuera de contexto como base de sus creencias. Algunos siguen este curso de acción aun cuando hay otras citas que, al considerarse con cuidado, mostrarían que la postura tomada sobre la base de la declaración aislada es insostenible.’”[4] Esa regla es muy importante, que si bien se pasa mucho por alto por los mismos adventistas, cuánto mas por los detractores del ministerio de Ellen. G. White. Sin embargo, argumentare mas adelante sobre eso.

Hay algo que desconozco si es como personas o como adventistas que no hemos querido comprendido aun, y es que, la Hna. White no dejó de ser un ser humano, es mas, ninguno de los patriarcas, profetas y discípulos dejaron de serlo. El mismo Maestro “lloró”[5] y no era para menos, “debía ser en todo semejante a sus hermanos.”[6]

La Hna. White comenta sobre el relato de Lázaro[7] lo siguiente:

¿Dónde le pusisteis? –preguntó.– Dícenle: Señor, ven y ve.” Juntos se dirigieron a la tumba. Era una escena triste. Lázaro había sido muy querido, y sus hermanas le lloraban con corazones quebrantados, mientras que los que habían sido sus amigos mezclaban sus lágrimas con las de las hermanas enlutadas. A la vista de esta angustia humana, y por el hecho de que los amigos afligidos pudiesen llorar a sus muertos mientras el Salvador del mundo estaba al lado, “lloró Jesús.” Aunque era Hijo de Dios, había tomado sobre sí la naturaleza humana y le conmovía el pesar humano. Su corazón compasivo y tierno se conmueve siempre de simpatía hacia los dolientes. Llora con los que lloran y se regocija con los que se regocijan.

Con ojo profético, Cristo vio la enemistad de los fariseos y saduceos. Sabía que estaban premeditando su muerte. Sabía que algunos de los que ahora manifestaban aparentemente tanta simpatía, no tardarían en cerrarse la puerta de la esperanza y los portales de la ciudad de Dios. Estaba por producirse, en su humillación y crucifixión, una escena que traería como resultado la destrucción de Jerusalén, y en esa ocasión nadie lloraría los muertos. La retribución que iba a caer sobre Jerusalén quedó plenamente retratada delante de él. Vio a Jerusalén rodeada por las legiones romanas. Sabía que muchos de los que estaban llorando a Lázaro morirían en el sitio de la ciudad, y sin esperanza. No lloró Cristo sólo por la escena que tenía delante de sí. Descansaba sobre él el peso de la tristeza de los siglos. Vio los terribles efectos de la transgresión de la ley de Dios. Vio que en la historia del mundo, empezando con la muerte de Abel, había existido sin cesar el conflicto entre lo bueno y lo malo. Mirando a través de los años venideros, vio los sufrimientos y el pesar, las lágrimas y la muerte que habían de ser la suerte de los hombres. Su corazón fue traspasado por el dolor de la familia humana de todos los siglos y de todos los países. Los ayes de la raza pecaminosa pesaban sobre su alma, y la fuente de sus lágrimas estalló mientras anhelaba aliviar toda su angustia.[8]

La Pitonisa de Endor[9]

Este relato es uno de los más interesantes y controvertibles en cuanto a este tema del estado de los muertos, el mismo se encuentra en 1 Samuel capítulo 28.[10] Lo que hace interesante este relato es que contiene todos los elementos de una sesión espiritista incluyendo al “supuesto” espíritu del muerto que aparece para dar sus consejos. Esto último es lo que mas consterna a aquellos que entienden que si la Biblia enseña que los muertos están en un estado de inconciencia por qué entonces el profeta Samuel aparece consiente y prediciendo cosas que realmente ocurrieron posteriormente.

En el meollo del relato vemos al que necesita la consulta representado por el rey apóstata Saúl, al médium espiritista (la Pitonisa del Endor) y al espíritu al cual quieren consultar (el espíritu del difunto profeta Samuel). La trama se desarrolla cuando el rey Saúl se encuentra angustiado porque está próximo a enfrentarse en una batalla contra sus acérrimos enemigos (los filisteos).[11] Saúl había tratado infructuosamente de conseguir la dirección de Jehová pero Dios no le responde.[12] Ahora, si este rey apóstata se había alejado tanto de los caminos de Dios entonces debemos preguntarnos ¿con quién andaba? ¿Quién estaba a su lado dispuesto a aconsejarle? Sino era Dios entonces ya sabemos quién era. Debemos recordar que en esta guerra cósmica entre el bien y el mal no podemos asumir una posición neutral.[13]

Ahora el rey, en su desesperación, busca en los caminos tenebrosos lo que no pudo conseguir en la luz admirable; recurre a una mujer con espíritu de adivinación (pitonisa) o médium espiritista para consultar el espíritu del profeta Samuel. Hay que señalar que este acto era claramente condenado por Dios[14] y Saúl estaba muy consciente de ello.[15] Saúl estaba tan consiente de esto que salió con guardaespaldas, de noche y disfrazado para no ser reconocido.[16]

Hay dos versos que se destacan durante esta sesión espiritista en los cuales se enfocan los que alegan que el espíritu que se aparece era en realidad el del difunto Samuel. Veamos el pasaje: Y viendo la mujer a Samuel*, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra. El le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia* (1Samuel 28:12-14). En el verso 12 se dice que la mujer vio a Samuel. Debemos recordar que una cosa es lo que uno ve y otra cosa puede ser lo que realmente es eso que estamos viendo. No debemos extrañarnos que espíritus de demonios se hagan pasar por seres queridos, esto es lo que a diario ocurre durante las sesiones espiritistas alrededor de todo el mundo. El apóstol Pablo nos previno acerca de esto[17] y la mensajera de Dios también nos advierte sobre este particular.[18] Saúl cosechó lo que sembró ya que anduvo en tinieblas y recibió consejo tenebroso, y llegó disfrazado para entrevistarse con otro disfrazado.

En el verso 14, luego que la pitonisa le describe a Saúl el personaje que ve, éste entendió que se trataba de Samuel. Tampoco aquí se dice que en realidad era Samuel sino que así lo percibió Saúl. Cabe señalar que la versión bíblica de habla inglesa King James aquí utiliza la palabra “perceived”, la cual significa precisamente percibió en otras versiones se usa la palabra “entendió”, y todos alguna vez hemos entendido lo que no es.

El texto clave que se pasa por alto en este pasaje y que arroja mucha luz en este asunto es el que se encuentra precisamente en el medio, el verso 13, cuando Saúl le pregunta a la mujer por lo que ha visto y ella responde: He visto dioses que suben de la tierra. Las Sagradas Escrituras afirman que sólo hay un Dios[19] y está en el cielo.[20] Estos dioses que suben de la tierra son claramente espíritus de demonios que aparecen con el sólo propósito de engañar, pues es lo mejor que saben hacer.

Hay un par de declaraciones que le hace el supuesto Samuel a Saúl las cuales han inquietado a varios porque entienden que fueron predicciones que se cumplieron y que por lo tanto venían de parte de Dios: Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos – 1Sa 28:19. En este sentido tenemos que señalar varias cosas; aunque los demonios que no son omnipresentes ni omnisapientes ellos sí pueden:

• Estar presentes en lugares dónde la gente hace planes en secreto y cree que nadie los ve.

• Comunicarse entre ellos y contarse unos a otros lo que han visto en diversos lugares para llevar a cabo sus planes.

Estas dos acciones les permiten el poder predecir acertadamente en algunas ocasiones eventos que habrán de suceder a corto y tal vez a mediano plazo. Comunicar cosas a personas que están sucediendo para hacer que las personas crean en ellos.  De hecho, esto fue lo que pasó con la pitonisa ya que cuando el espíritu se le aparece lo primero que hace es comunicarle que el disfrazado que tenía ella de frente era el rey Saúl y cuando ella desenmascara a Saúl. Este acto de desenmascarar a Saúl de seguro aumentó la confianza de él en ella y lo que estaba haciendo. Cosa que ocurre muy a menudo en las sesiones espiritistas modernas cuando un supuesto familiar declara a través del médium cosas secretas que sólo el incauto cree que sabe.

Volviendo al asunto de la predicción de los eventos tenemos que reconocer que no había que ser muy sabio para saber el resultado de la batalla entre Saúl y los filisteos cuando el propio demonio sabía que éste se había alejado de Jehová.[21] Además no podemos pasar por alto el fenómeno de la autosugestión, donde una persona presiente que algo le va a ocurrir y ella misma precipita el evento con sus propias acciones.  Pero lo que resulta más interesante de esta predicción hecha por el supuesto Samuel es: … y mañana estaréis conmigo. Es cierto que los demonios nos quieren aniquilar a todos pero eso ocurre solo si Dios se los permite. Pero el punto que quiero traer es que el supuesto Samuel le dijo que iba a estar con él. Siendo que Samuel fue un hombre de Dios, profeta de Jehová, debió haber estado en el cielo si es que los muertos van al cielo o al infierno inmediatamente. No debemos olvidar que estos dioses subían de la tierra. Por otro lado, si Saúl se había apartado de Jehová merecía ir al infierno. ¿Cómo entonces ambos iban a estar juntos al día siguiente, si uno merecía el cielo y el otro en el infierno?

Satanás apela a los sentimientos

Un consejo que dejamos pasar mucho por alto es el cuidado de las avenidas del alma, que son nuestros sentidos[22]. La Hna. White nos aconseja: “Los que no quieren ser víctimas de las trampas de Satanás deben guardar bien las avenidas del alma; deben evitar el leer, mirar u oír lo que puede sugerir pensamientos impuros. No debe permitirse que la mente se espacie al azar en cualquier tema que sugiera el enemigo de nuestras almas.”[23] El apóstol Pablo dice: “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay alguna virtud, si alguna alabanza, en esto pensad.”[24] Y Pedro dice: “Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos… no conformándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación.”[25]

Nuestro Dios, no es un Dios de sentimientos, sino real, y no podemos depender de lo externo, hace poco escribí una columna[26] donde trato un poco el tema. Ni corto ni perezoso Satanás aprovecha nuestro sentimentalismo y ayudado por nuestro descuido con las avenidas del alma ha obtenido mucho éxito. No en vano apelará a nuestros sentimientos por medio de nuestros familiares muertos, la sierva del Señor escribió: “Satanás puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos fallecidos. La imitación es perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono son reproducidos con una exactitud maravillosa… Muchos tendrán que vérselas con espíritus de demonios que personificarán a parientes o amigos queridos y que proclamarán las herejías más peligrosas. Estos espíritus apelarán a nuestros más tiernos sentimientos de simpatía y harán milagros con el fin de sostener sus asertos.”[27]

Me encanta esta línea que sigue:

Debemos estar listos para resistirles con la verdad bíblica de que los muertos no saben nada y de que los que aparecen como tales son espíritus de demonios.[28]

Creo personalmente que el capítulo 35 de El Conflicto de los Siglos, ¿Pueden Hablarnos Nuestros Muertos?, presenta una posición muy definida y sin dejar laguna alguna en relación a lo que creía la Hna. White con respecto a la inmortalidad del alma y el estado de los muertos.

Desarrollo Doctrinal: La inmortalidad condicional[29]

La doctrina adventista distintiva final es la de la inmortalidad condicional. La mayoría de los cristianos a través de la historia ha creído, siguiendo la filosofía griega, que las personas nacen siendo inmortales. Por eso, cuando su cuerpo muere, su espíritu o algo va al cielo a vivir con Dios, o a un infierno que arde eternamente. En otras palabras, las personas tienen una inmortalidad innata. Es imposible que se mueran de verdad dejando de existir.

Muchos eruditos bíblicos a través de la historia, al mirar el tema desde un punto de vista hebreo en vez de griego, han negado la enseñanza de la inmortalidad innata. Uno de ellos era George Storrs. Después de tres anos de estudio bíblico intenso, este ministro metodista llegó a la conclusión en 1840 de que los seres humanos no poseen inmortalidad inherente. La inmortalidad, sostenía, pertenece a aquellos que siguen a Cristo, y, por lo tanto, es condicional. Quienes aceptan a Cristo, por fe tendrán la inmortalidad, mientras que quieres lo rechazan siguen siendo mortales.

Esa enseñanza, por supuesto, tiene implicaciones directas para el destino de los impíos. En resumen, si los impíos no son inmortales, no pueden arder por siempre. Serán consumidos en el fuego del infierno, y el resultado será eterno. De esta forma, Storrs comienza a predicar el “aniquilacionismo”. Creer en algo diferente, sostenía, era impugnar el carácter amoroso de Dios.

En 1844, Storrs se unió al adventismo millerita y pronto se convirtió en uno de los principales activistas y escritores. En el otoño de 1844… llegó a ser uno de los principales defensores del movimiento del séptimo mes. Mientras tanto, uno de sus primeros conversos entre el cuerpo pastoral fue Charles Fitch. “Apreciado hermano Storrs –escribió Fitch el 25 de enero de 1844-, como lleva mucho tiempo luchando en solitario las batallas del Señor, en lo referente al tema del estado de los muertos y del destino final de los malvados, le escribo esto para decirle que, después de mucha reflexión y oración, y de una profunda convicción de mi deber para con Dios, estoy dispuesto a ponerme de su parte” (Charles Fitch a George Storrs, 25 de enero de 1844).

Los tres fundadores del adventismo del séptimo día –Joseph Bates y Jaime y Elena G. de White- aceptaron la enseñanza de la inmortalidad condicional. Para ellos no solo tenía sentido bíblico, sino que parecía ser necesaria para su teología. Después de todo, la creencia de las almas inmortales que ya están en el cielo o en el infierno parecía echar por tierra la necesidad de las resurrecciones anteriores y posteriores al milenio descritas en el Nuevo Testamento. Además, si la gente ya tenía su recompensa, ¿por qué tener un juicio previo al advenimiento, o incluso una segunda venida? De este modo, la inmortalidad condicional formaba un eslabón integral en una teología centrada en el ministerio de Cristo en el santuario celestial.

Para comienzos de 1848 los lideres adventistas observadores del sábado, por medio de un estudio amplio y detallado de la Biblia, habían llegado a un acuerdo básico en al menos cinco puntos doctrinales; 1. el regreso personal, visible y premilenario de Jesús; 2. la purificación del santuario, habiéndose iniciado el ministerio de Cristo en el segundo departamento el 22 de octubre de 1844: el comienzo del día de la expiación antitípico; 3. la validez del don de profecía, considerando cada vez más creyentes que el ministerio de Elena G. de White era una manifestación moderna de ese don; 4. la obligatoriedad de la observancia del sábado como día de reposo y el papel del sábado en el gran conflicto del fin del tiempo profetizado en Apocalipsis 11 al 14; y 5. que la inmortalidad no es una cualidad inherente del ser humano, sino algo que las personas reciben únicamente a través de la fe en Cristo.

Los adventistas observadores del sábado, y luego los adventistas del séptimo día, llegaron a considerar esas cinco doctrinas como “hitos” o “pilares”. En su conjunto, separaban esta rama del adventismo no solo de otros cuerpos milleritas, sino también de otros cristianos en general. Esas cinco doctrinas distintivas permanecieron en el corazón del adventismo sabático en desarrollo e hizo de ellos un pueblo peculiar. Como tal, el pueblo del sábado valoraba mucho estas creencias y las predicaba ávidamente.

El sueño de Elena White sobre su difunto esposo[30]

Elena White sueña con su esposo muy pronto después de su muerte.

Pocos días después, yo estaba rogando al Señor por luz en lo que respecta a mi deber. Durante la noche soñé que estaba en el carruaje, conduciendo, sentada a la derecha. Papá (refiriéndose a James White, su difunto esposo) estaba en la carreta, sentado a mi mano izquierda. Estaba muy pálido, pero sereno y tranquilo. “¿Por qué Padre?”, exclamé, “¡Estoy tan feliz de tenerte a mi lado una vez más! He sentido que la mitad de mí se ha ido. Padre, te vi morir, te vi enterrado. ¿Ha tenido compasión de mí el Señor y ha permitido que vuelvas a mí otra vez, para que trabajemos juntos como antes?

Se le veía muy triste. Él dijo: “El Señor sabe lo que es mejor para ti y para mí. Mi trabajo era muy apreciado para mí, pero he cometido un error. Hemos asistido a las invitaciones de esas reuniones importantes que nuestros hermanos demandaban. No teníamos corazón para rechazar las invitaciones, y estas reuniones nos han desgastado mucho más de lo que estábamos conscientes. Nuestros buenos hermanos quedaron satisfechos, pero no se dieron cuenta que en estas reuniones tomamos sobre nosotros una carga mayor que la que nuestra edad nos permite llevar en forma segura. Nunca sabrán las consecuencias de esta continua carga sobre nosotros. Dios les hubiera tenido que dar a ellos las cargas que nosotros soportamos durante años. Nuestras energías nerviosas han sido sobrecargadas, y luego nuestros hermanos nos han juzgado mal y no se han dado cuenta de que nuestras cargas han debilitado las acciones de nuestro corazón. He cometido errores, el más grande de los cuales fue en permitir que mis simpatías por el pueblo de Dios me llevaran a tomar un trabajo sobre mí que los demás deberían haber desempeñado.

Ahora, Elena, las llamadas se harán como lo han sido, con el deseo de que tú asistas a las reuniones importantes, como siempre ha sido en el pasado. Pero pon este asunto delante de Dios y no respondas ni a las invitaciones más importantes. Tú vida pende de un hilo. Tú debes descansar en tranquilidad, libre de toda excitación y de todo compromiso desagradable. Podríamos haber hecho una gran labor durante años con nuestras plumas, presentando al pueblo la luz que tenemos sobre ciertos temas que ellos necesitan y no tienen luz. De esa manera podrás trabajar cuando recuperes las fuerzas, y podrás hacer mucho más con tu pluma que con tu voz.

Me miró suplicante y dijo: Tu no vas a olvidar estas precauciones, ¿Verdad Elena? Nuestro pueblo nunca sabrá bajo las dolencias que hemos trabajado para servirlos, porque nuestras vidas fueron entrelazadas con el progreso de la obra, pero Dios conoce todo. Lamento que haya sentido tan a pecho mi función y haya trabajado irracionalmente en situaciones de emergencia, sin importarme las leyes de la vida y la salud. El Señor no requería de nosotros que llevemos tantas cargas pesadas y que nuestros hermanos lleven solamente algunas. Deberíamos habernos ido a la costa del Pacífico antes, y dedicado nuestro tiempo y energías a escribir. ¿Harás esto ahora? ¿Lo harás? Mientras recobras tus fuerzas, ¿Tomarás tu pluma y escribirás las cosas que durante tanto tiempo hemos anticipado y demorado en escribir? Existen cosas importantes que el pueblo necesita. Haz esto tu primera tarea. Tendrás que hablar un poco a la gente, pero evitar las responsabilidades que nos han agobiado.

Bien -dije-, James, quédate conmigo ahora y trabajaremos juntos. Él dijo: Me quedé en Battle Creek demasiado tiempo. Debería haberme ido a California hace más de un año atrás. Pero quise ayudar en la labor y en las instituciones de Battle Creek. He cometido un error. Tu corazón es sensible y estarás inclinada a cometer los mismos errores que he hecho. Tu vida puede ser de utilidad para la causa de Dios. ¡Oh, esos temas preciosos que el Señor me hubiera dado para presentarlos ante el pueblo, piedras preciosas de luz!

Me desperté. Pero este sueño parecía tan real. Ahora tú puedes ver y entender por qué no siento el deber de ir a Battle Creek con el propósito de asumir las responsabilidades en la Conferencia General. No tengo ninguna obligación de permanecer en la Conferencia General. El Señor me lo prohíbe. Eso es suficiente.

Los sueños son involuntarios, no decidimos antes de quedar dormido con qué vamos a soñar, realmente no fue una consulta espiritista como en el caso del rey Saúl, sino un sueño. Dicen que rara vez uno sueña con lo mas seguido que está pensando antes de quedarse dormido. La muerte es un duro golpe, es difícil aceptar y entender que una persona que ha compartido tanto con uno ya no estará. La Hna. White por mas profeta que fuera tenía sentimientos, y obviamente la pérdida de su esposo no fue algo liviano. Cuando mi papá murió, recuerdo que soñé con el, y era adventista. Puedo decir y escribir lo mismo que escribió la Hna. White, ese “sueño parecía tan real”. Pero, no era mas que eso, un sueño. Bastante escribió la Hna. White en contra de esas prácticas, para creer en las eiségesis que hacen con ese escrito sus detractores modernos, pero con “argumentos” viejos.

Les recomiendo la lectura del libro del Dr. Jud Lake: Ellen White Under Fire: Identifying the Mistakes of Her Critics.

Dios nos guarde mis amados, y no perdamos la confianza en el ministerio profético de la Hna. White en estos tiempos, pero sobre todo, estudiemos la Palabra de Dios cada día, nuestra regla de FE. Bendiciones de lo Alto.

Referencias


  1. Génesis 3:4. ↩︎

  2. http://youtu.be/T9k5TaCIwCE. ↩︎

  3. En especial la estimada Hna. N. Piccatto. Esperamos en el Señor que ésta columna sea lo que necesite. Igual le recomiendo la apología que hizo el Dr. Jud Lake. ↩︎

  4. http://defensaadventista.com/como-leer-a-elena-white-en-el-siglo-xxi. ↩︎

  5. Juan 11:35; Lucas 19:41. ↩︎

  6. Hebreos 2:17a ↩︎

  7. Juan 11 ↩︎

  8. White, Ellen. El Deseado de todas las Gentes, pp. 490, 491. ↩︎

  9. Tomado del artículo de Fernando Dávila, lo puedes leer completo desde aquí: http://defensaadventista.com/articulos_file/Estadodelosmuertos.pdf ↩︎

  10. White, Ellen. La Historia de los Patriarcas y Profetas, pp. 731-737. ↩︎

  11. 1 Samuel 28:5: “Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos,  tuvo miedo,  y se turbó su corazón en gran manera.” ↩︎

  12. 1 Samuel 28:6: “Y consultó Saúl a Jehová;  pero Jehová no le respondió ni por sueños,  ni por Urim, ni por profetas.” ↩︎

  13. 1 Reyes 18:21: “Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.” ↩︎

  14. Deuteronomio 18:10-12: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.” ↩︎

  15. 1 Samuel 28:9: “Y la mujer le dijo: He aquí tú sabes** lo que Saúl ha hecho, cómo ha cortado de la tierra a los evocadores y a los adivinos.** ¿Por qué, pues, pones tropiezo a mi vida, para hacerme morir?” ↩︎

  16. 1 Samuel 28:8: “Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere.” ↩︎

  17. 2 Corintios 11:13-15: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el **mismo Satanás se disfraza **como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.” ↩︎

  18. Satanás puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos fallecidos. La imitación es perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono son reproducidos con una exactitud maravillosa. Muchas personas se consuelan con la seguridad de que sus seres queridos están gozando de las delicias del cielo; y sin sospechar ningún peligro, dan oídos a “espíritus seductores, y a enseñanzas de demonios.” El Conflicto de los Siglos; Ellen G. White; Asociación Publicadora Interamericana; FL, Estados Unidos de N.A.; 1995 p.609. ↩︎

  19. Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” ↩︎

  20. Eclesiastés 5:2b  “… porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.” ↩︎

  21. 1 Samuel 28:16: “Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha apartado de ti y es tu enemigo?” ↩︎

  22. White, Ellen. Joyas de los testimonios, tomo 1, p. 425. “Todos deben custodiar los sentidos, no sea que Satanás obtenga la victoria sobre ellos; porque son las avenidas del alma.” ↩︎

  23. _________. El Hogar Cristiano, p. 366. ↩︎

  24. Filipenses 4:8. ↩︎

  25. 1 Pedro 1:13-15. ↩︎

  26. http://defensaadventista.com/gritad-en-alta-voz-porque-dios-es-quiza-esta-meditando/. ↩︎

  27. White Ellen. El Conflicto de los Siglos, pp. 608, 616. ↩︎

  28. ________. ¡MARANATA: El Señor viene! p. 165 ↩︎

  29. Knight, George K. Serie el legado adventista: Nuestra iglesia. Momentos históricos decisivos, pp. 47-49. ↩︎

  30. Lo puedes leer en ingles desde aquí: http://egwtext.whiteestate.org/publication.php?pubtype=Book&bookCode=RY&lang=en&collection=2&section=all&pagenumber=161. También lo puedes leer en el libro: La Edad Dorada de Ellen White, pp. 192-195. Ver también: Letter 17, 1881, pages 2-4; published in Arthur White, Ellen G. White, The Retirement Years, 161-162, and Manuscript Releases: Vol. 10, 38-40. ↩︎