El crecimiento Adventista entre los Católicos Romanos de Sudamérica: Los desafíos del inicio y las oportunidades

La[1] gran comisión dada por Cristo a sus discípulos puede ser considerada el mayor desafío de sus vidas. El desafío era enorme, pues su equipo era reducido; su conocimiento limitado y sus recursos escasos. Además, el blanco propuesto, desanimaría a los más optimistas: “Hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.” (Mt 28:19-20). A pesar de eso, la Iglesia Primitiva cumplió fielmente con esta noble tarea, pues el Señor prometió: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mt 28:20).

Cumpliendo la Gran Comisión

Cristo no excluyó a nadie en la gran comisión. Gente de diferentes naciones, pueblos, lenguas, y creencias, deberían ser alcanzadas por el mensaje de salvación. (Vea Hc 1:8; 2:8-12; Ap 14:6-12). La Iglesia Adventista del Séptimo Día, acepta totalmente la gran comisión, tal como Jesús se lo dio a sus primeros discípulos[2]. Cree que su misión es “proclamar el evangelio eterno a todas las gentes, en el contexto del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12, llevándolas a aceptar a Jesús como su Salvador personal y a unirse a su iglesia, fortaleciéndoles en su preparación para Su pronto regreso.”[3]

Después de su organización en 1863[4], la iglesia expandió sus actividades principalmente en regiones protestantes: Estados Unidos, Canadá, Europa protestante, entre otros. Incluso, el primer misionero ultramar fue enviado a Suiza, un país protestante[5].

Pero, a fines del siglo XIX, el mensaje pasó a ser proclamado a las regiones católicas, como Sudamérica y otras[6]. Según Floyd Greenleaf, “fue durante la década de 1890 que los adventistas del séptimo día entraron de veras en Sudamérica.”[7] Después de un inicio difícil, este campo se tornó uno de los más prósperos para la iglesia, poseyendo actualmente 12% de sus miembros.[8]

Cuando los misioneros adventistas llegaron, Sudamérica presentaba muchos contrastes. Sin embargo, el elemento común y distintivo de esta región era su religión: católica apostólica romana.[9] Hasta hoy, Sudamérica sigue siendo una zona extremamente católica. En base a esto, el presente artículo reflexiona brevemente sobre los desafíos enfrentados por misioneros de antaño, y las oportunidades para nosotros hoy, al trabajar con los católicos de este continente.

Los desafíos del inicio

La entrada del Adventismo en Sudamérica fue bien documentada.[10] Se provee seguidamente descripciones de algunos retos enfrentados por los misioneros que incursionaran en estas tierras. Samuel Antonio presenta, en su libro Breve Historia de las Raíces del Adventismo en Bolivia[11], la experiencia del primer misionero adventista en este país, enviado en 1897. Según Antonio, después de aceptar las doctrinas adventistas, el chileno Juan Sebastián Pereira “pasó a ser un colportor activo y arriesgado”.[12]

Activo, porque él penetró arduamente en Bolivia, dedicándose a “vender libros como Patriarcas y Profetas y El Camino a Cristo.” Arriesgado, porque, por el año 1903, “la severa persecución le impidió hacer más por la gente.” Su dependencia de Dios, perseverancia y valentía lograron que Pereira permaneciera en Bolivia, predicando el evangelio. A pesar de todas las persecuciones severas que sufrió, la semilla plantada daría frutos posteriormente.[13] Pereira no fue solamente perseguido, sino condenado a la pena de muerte, siendo salvo por el Dr. Suárez, quien se tornó posteriormente el primero en aceptar las doctrinas adventistas.[14]

Emma Howell narra la triste historia del pionero Tomás H. Davis, quien inició la obra en Ecuador. En 1904 llegó a Guayaquil, y colportó en todas las ciudades y pueblos situados a lo largo del ferrocarril desde esta ciudad hasta llegar a Quito.[15]

En aquellos tiempos los sacerdotes ejercían gran influencia sobre el pueblo, al punto de que, cuando la esposa del Sr. Davis murió en Ambato, se opusieron a sepultarla en el cementerio de la ciudad. Así que solo, la cargó a una quebrada solitaria, cavó con sus propias manos una fosa y la sepultó en una tumba que únicamente los ángeles custodios conocen.[16]

Además de la persecución, este incidente, al igual que otros semejantes, revela que la oposición de los líderes católicos causaba inúmeros trastornos para los evangelistas. Sin embargo, ni siempre la influencia clerical impedía la obra. En 1910, Eduardo Thomann ofreció en venta nuestros periódicos, mientras esperaba el tren en Riobamba, Ecuador. Cuando alguien dijo: “Esa revista está prohibida por el sacerdote,” Thomann empezó a gritar: “Aquí está el periódico prohibido por el sacerdote”, vendiendo todos sus periódicos.[17]

Otro problema en aquel tiempo era el ridículo y las críticas infundadas a los que aceptaban el mensaje adventista. Un ejemplo con un final feliz sucedió en Argentina.

En 1886, un diario que ridiculizaba una escena bautismal de los adventistas en Neuchatel, Suiza, llegó a las manos del católico Pedro Peverini, que vivía en Las Garzas, norte de Argentina. Aunque el periódico ridiculizaba el bautismo y a los creyentes, despertó la curiosidad y produjo tal convicción a los miembros de la familia Peverini, que ellos solicitaron literatura de los adventistas de Suiza, recibiendo el periódico en francés durante tres años, y como resultado decidieran abrazar la verdad alrededor de 1889.[18]

La obra adventista inició en Brasil en 1884, con los protestantes[19]. Después que los adventistas empezaron a predicar a la comunidad católica, los misioneros y sus simpatizantes comenzaron a sufrir como víctimas del pre-concepto religioso, por insultos, amenazas y agresiones. En la región Nordeste, por ejemplo, los creyentes recibían el apodo de chivos. Sus adversarios, como señal de desprecio, tenían la costumbre de balar como chivos afrontándolos públicamente. Los misioneros y pastores eran llamados “chivos mayores” dándonos una pálida idea del grado de humillación que sufrieron los que tomaban la decisión de seguir a Cristo y predicar Su Palabra[20]. Sin embargo el sufrir por amor a Cristo, produjo una gran cosecha de almas[21] y a pesar de que Brasil es un país extremadamente, católico, se convirtió por muchos años en el mayor país adventista.[22]

Elbio Pereyra, en la obra Eduardo Francisco Forga[23] narra el motivo para las actitudes intolerantes presentadas anteriormente. Sucede que a fines del siglo XIX, todos los países citados eran católicos en su constitución. La unión Iglesia-Estado favorecía el clero católico a adoptar oficialmente todo tipo de medidas restrictivas a los intentos de proselitismo protestante.[24] Sin lugar a dudas, este era el mayor desafío para los misioneros adventistas, pues era la base para la acción general de la Iglesia Católica y sus líderes. Además, favorecía el prejuicio y fanatismo en muchos casos en la propia población católica. Citando un ejemplo, Pereyra aclara que:

La Iglesia Católica es todavía fuerte en el Perú, es la religión del Estado. Pero gracias a la dirección del Señor y de hombres dedicados que han servido y sirven a la Iglesia Adventista peruana... los avances y las conquistas del mensaje del tercer ángel han sido sorprendentes.[25]

Los desafíos iniciales representados por la persecución, la oposición de los líderes católicos, el ridículo y el prejuicio religioso disminuyeron con la promulgación de la libertad de cultos en Sudamérica[26]. Posteriormente, fueron superados completamente en la segunda mitad del siglo XX, después del Concilio Vaticano II (1962-1965), con sus propuestas ecuménicas.[27]

Las oportunidades actuales

Predicar el adventismo en la Sudamérica de nuestros días es mucho más fácil que en el siglo XIX. Esta última sección ejemplifica algunas de las oportunidades actuales para evangelizar los amigos católicos, que siempre fueron la mayoría[28] y actualmente viven en una onda ecuménica, demostrando una gran sed de Dios que debe ser aprovechada.

Libertad para predicar. Diferente del pasado, los gobiernos, actualmente garantizan la libertad de cultos y actividades misioneras en todos los países sudamericanos. La Iglesia Católica ya no detiene fuerza estatal para perseguir aquellos que desean alcanzar sus miembros. La oración que escuchamos frecuentemente: “Gracias Señor por la libertad que tenemos de reunirnos en Tu nombre”, debería ser más valorada, pues vivimos en tiempos de paz. Sabiendo que el futuro reserva persecuciones más severas[29], debemos aprovechar la situación favorable en la actualidad para expandir el Evangelio Eterno en el medio católico.

Los católicos desean conocer mejor la Biblia. Según Efraín Choque, los católicos, en su mayoría, adoptan una religión nominal.[30] Esa falta de compromiso espiritual se debe a su falta de conocimiento bíblico. Esa ausencia de conocimiento, lleva el cristiano romano a no conocer o no poseer argumentos sólidos para defender su fe. Cuando se les presenta la harmonía de la verdad, ellos reconocen la contradicción de sus enseñanzas, aceptando alegremente la fe bíblica. Según el pastor Adonirán Alomía, una parcela considerable de estos fieles “están chasqueados con la enseñanza del Catolicismo, fuera del contexto bíblico.” Esa ansiedad por encontrar coherencia entre la enseñanza de su Iglesia y la Escritura, los lleva a ingresar a la Iglesia Adventista para vivir estas verdades[31].

Los católicos son receptivos. Desde las primeras iniciativas en este continente[32], católicos, al entender la Biblia, fueron receptivos a su mensaje, aunque contradijera su antigua fe. Hoy día esta apertura es mayor. Según Elena de White:

...Hay verdaderos cristianos en la iglesia católica romana. En ella, millares de personas sirven a Dios según las mejores luces que tienen. Les es prohibido leer su Palabra, debido a lo cual no pueden discernir la verdad. Nunca han visto el contraste que existe entre el culto o servicio vivo rendido con el corazón y una serie de meras formas y ceremonias. Dios mira con tierna misericordia a esas almas educadas en una fe engañosa e insuficiente. Hará penetrar rayos de luz a través de las tinieblas que las rodean. Les revelará la verdad tal cual es en Jesús y muchos se unirán aún a su pueblo.[33]

Un católico fiel se vuelve un fiel adventista. Los adventistas en Sudamérica proceden mayormente de la religión católica.[34] Cuando un miembro de esta iglesia, acepta el adventismo, no solamente deja su antigua doctrina y estilo de vida, sino adhiere sinceramente a la nueva creencia y forma de vivir. En la mayoría de los casos se tornan consagrados adventistas y actuantes misioneros. La experiencia comprueba que las personas que tenían un compromiso religioso con Dios y su comunidad religiosa, repetirán ese compromiso en su misma iglesia.[35] Además, si antes eran católicos activos, seguirán con ese fervor misionero, trabajando especialmente por sus antiguos hermanos.

Somos especialistas en evangelizar católicos. En una visita a Bolivia, el pastor Alberto Timm dice que nos tornamos “especialistas en evangelizar a los católicos.” De todos los que se bautizan en la División Sudamericana, 64,4% proceden del Catolicismo.[36] A lo largo de su trayectoria en Sudamérica, la iglesia ha adquirido experiencia en evangelizar católicos. Se han preparado diversos materiales de apoyo para aquellos que están dispuestos a hacer esa buena obra. En las últimas décadas, nuevos materiales aparecieron[37]. La serie de videos El Gran Conflicto [38], con el pastor Luis Gonçalves, es uno de las mejores herramientas para auxiliar a los instructores bíblicos.

Finalizando la Gran Comisión

No hemos terminado con la abarcarte misión, a pesar de que como iglesia, hemos predicando por más de un siglo y medio. En algunas regiones del mundo la obra avanza rápidamente, mientras que en otras a paso lento.[39] Algunos programas de evangelismo, considerados como “osados”, han comenzado a implementarse en la División Sudamericana durante los últimos años.[40] Como resultado, sin lugar a duda, estos programas están alcanzando a muchos católicos, que se regocijan en la salvación.

“Hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la católica romana.”[41] Cuando se dé el último pregón, un sin número de estos sinceros hijos de Dios (católicos y otros)[42], romperán las ligaduras que los tenían sujetos. No importando lo fuerte que hayan sido sus lazos familiares, tradiciones y relaciones con la iglesia, todo será impotente para detenerlos. La verdad les será más preciosa que cualquier otra cosa.[43] Se unirán a nosotros.

Autor: Pr. Ribamar Diniz

Referencias


  1. Este artículo fue publicado con anterioridad en la Revista Doxa, Año 2 Nro 1 (2012). ↩︎

  2. Vea las tesis, P. Gerard Damsteegt, Foundations of the Seventh-day Adventist Message and Mission (Gran Rapids, MI: Eerdmans, 1977) y Borge Schantz, “The Development of Seventh-day Adventist Missionary Thought: Contemporary Appraisal” (tesis de Ph.D., Fuller Theological Seminary, 1983). ↩︎

  3. Misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, adoptada en la primavera de 1993, por el Comité Ejecutivo de la Asociación General. ↩︎

  4. Richard W. Schwarz e Floyd Greenleaf, Portadores de Luz: Historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora sudamericana, 2002), 93. ↩︎

  5. Ibíd., 130-145. Vea Alberto R. Timm, “Missiologia adventista do sétimo dia, 1844-2010: breve panorama histórico”, en Elias Brasil de Souza, ed., Teologia e metodologia da missão (Cachoeira, Bahia: Centro de Pesquisa em Literatura Bíblica, 2011), 6-16; Departamento de Educación de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, La historia de nuestra iglesia (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1963), capítulos 39-48 y Dr. Werner Vyhmeister, Misión de la Iglesia Adventista, (Lima, Perú: Seminario Adventista Latinoamericano, 1981), 38-50. ↩︎

  6. Schwarz e Greenleaf, Portadores de Luz, 220-22. Timm, “Missiologia adventista do sétimo dia, 1844-2010”, en Souza, Teologia e metodologia da missão, 13. Historia de nuestra iglesia, 260-291; Emma E. Howell, El Gran Movimiento Adventista (Buenos Aires, Argentina: Casa Editora Sudamericana). 195-237. ↩︎

  7. Greenleaf, Tier r a de Esper a nza : el crecimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Sudamérica (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2011), 13. ↩︎

  8. Rubens Lesa, ed., Revista Adventista Edición especial, año 110 (Buenos Aires, Argentina: Casa Editora Sudamericana), 6. ↩︎

  9. Vea Juan Carlos Vieira, La Iglesia y el mundo: una perspectiva de la misión de la iglesia en el contexto latinoamericano (Brasilia, Buenos Aires, Lima, Santiago: Ediciones SALT, 1990), 154-155 y los capítulos 9-17 de Daniel Hammerly Dupuy, Defensores latinoamericanos de una gran esperanza (Buenos Aires, Argentina: Casa Editora Sudamericana, 1955). ↩︎

  10. Una exposición completa aparece en Greenleaf, Tierra de Esperanza, 21-49. ↩︎

  11. Pr. Samuel Antonio Chávez, Breve Historia de los Raíces del Adventismo en Bolivia 1897-1927, 1a ed., (Vinto, Cochabamba: Ediciones Nuevo tiempo, 2007). Para un análisis más exhaustivo del desarrollo histórico de la iglesia adventista en Bolivia vea Miguel A. Salomón, Estudio histórico de los factores que incidieron en el desarrollo de la iglesia adventista del séptimo día en Bolivia (1907-2007): Educación, obra médica, publicaciones, evangelismo, finanzas (tesis de Doctor en Teología (Lima, Perú: Universidad Peruana Unión, 2005). Sobre los métodos empleados en su evangelización al principio vea Chávez, Estrategias para el cumplimiento de la misión: orígenes del Adventismo en Bolivia, 1897-1927, en Revista Evangelio, año 4, No 1., 2001 (Vinto, Cochabamba: Ediciones Nuevo tiempo, 2007), 40- 77. ↩︎

  12. Chávez, Breve Historia de los Raíces del Adventismo en Bolivia 1897-1927,18. ↩︎

  13. Ibíd., 18-19. ↩︎

  14. Ibíd. ↩︎

  15. Howell, El Gran Movimiento Adventista, 216. ↩︎

  16. Ibíd. ↩︎

  17. Ibíd., 217. ↩︎

  18. Howell, El Gran Movimiento Adventista, 195. ↩︎

  19. Sobre la llegada y primórdios Del adventismo en Brasil vea Michelson Borges, A chegada do adventismo ao Brasil (Tatuí, São Paulo: CASA, 2000) e Ruy Carlos de Camargo Vieira, Vida e obra de Guilherme Stein Jr.: raízes da Igreja Adventista do Sétimo Dia no Brasil (Tatuí, São Paulo: CASA, 1995) y Revista Adventista [Brasil], Enero de 2005, 13-14. ↩︎

  20. Vea Ribamar Diniz, O Adventism1o na Terra do Padre Cícero: uma história de fé, perseguição e milagres (Brasília: Sociedade Criacionista Brasileira, 2012), 48-50. ↩︎

  21. Lo mismo fue sentido en todo la División Sudamericana. Greenleaf, Tierra de esperanza, 541. ↩︎

  22. Recientemente India superó a Brasil en número de miembros, vea General Conference of Seventh-day Adventists, Seventh-Da y Adventist Church, Year book 2011 (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association, 2011), 263, 341. ↩︎

  23. Elbio Pereyra, Eduardo Francisco Forga: el pionero olvidado del continente descuidado (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2004). ↩︎

  24. Ibíd., 23-38. ↩︎

  25. Ibíd., 32. ↩︎

  26. Vea Pereyra, Eduardo Francisco Forga, 38; Chávez, Breve Historia de los Raíces del Adventismo en Bolivia 1897-1927, 20-25; Greenleaf, Tierra de Esperanza, 13-20. ↩︎

  27. Jaime A. Lima, Que povo é esse? história dos batistas regulares no Brasil, 1a ed., (São Paulo: Editora Batista Regular, 1997), 40; Vieira, La Iglesia y el mundo, 154-155. ↩︎

  28. Según el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas), el número de católicos disminuyó 10 puntos porcentuales entre 2000 y 2010 en este país, debido a la influencia de las iglesias evangélicas. La expectativa es que el número de evangélicos siga creciendo en Brasil, Bolivia y otros países sudamericanos en los próximos años. “A ascensão dos evangélicos no Brasil, o país mais católico do mundo”, site da revista Veja. http://veja.abril.com.br/noticia/brasil/a-ascensao-dos-evangelicos-no-brasil-o-pais-mais-catolico-do- mundo (Acceso: 06 de agosto, 2012). ↩︎

  29. Elena G. de White, El Conflicto de los siglos (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1993), 627-638, 666. ↩︎

  30. Entrevista al pastor Efrain Choque, Rector de la Universidad Adventista de Bolivia, 24 de abril de 2012, Cochabamba, Bolivia. ↩︎

  31. Entrevista al pastor Adoniran Alomía, director del Ministerio Personal de la Unión Boliviana, 24 de abril de 2012, Cochabamba, Bolivia. ↩︎

  32. Un estudio reciente comprobó que en Bolivia, los católicos son receptivos al mensaje adventista. Efraín Choque Quispe, Factores evangelísticos, eclesiásticos y de liderazgo asociados con la permanencia de los miembros en las iglesias de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz en el período 1998-2007 (tesis para Doctor en Teología (Lima, Perú: Universidad Peruana Unión, 2011). ↩︎

  33. White, El Gran Conflicto, 621. ↩︎

  34. Secretaria de la División Sudamericana, octubre de 2011, citado en Revista Adventista, enero de 2012, 3. ↩︎

  35. Entrevista ao pastor Cláudio do Nascimento, Febrero de 2006, Maracanaú, Ceará, Brasil. ↩︎

  36. Secretaria de la División Sudamericana, octubre de 2011, citado en Revista Adventista, enero de 2012, 3. ↩︎

  37. Vea Paulo Cilas da Silva, Séries de estudos bíblicos da Igreja Adventista do Sétimo Dia no Brasil: Breve história e análise comparativa do seu conteúdo (Engenheiro Coelho: Imprensa Universitária Adventista, 2003). Daniel Belvedere (a la página 83), autor de la serie “Revelaciones del Apocalipsis”, una de las series más famosas, dice que el material fue preparado con el objetivo de atingir y convertir a los católicos. ↩︎

  38. DVD El Gran Conflicto , con el pastor Luís Gonçalves, División Sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. ↩︎

  39. Uno de los mayores desafíos del adventismo contemporáneo son los países representados por la ventana 10x40. Lessa, Revista Adventista Edición especial, 7 y el libro Cheryl Doss, ed., Pasaporte para la misión, 2a ed., (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009), 10-15. ↩︎

  40. Timm, “Missiologia adventista do sétimo dia, 1844-2010”, en Souza, Teologia e metodologia da missão, 25. ↩︎

  41. White, El Gran Conflicto, 502. ↩︎

  42. Según Ángel Manuel Rodríguez “Dios tiene un pueblo en la Babilonia figurada, y es nuestra misión llamarlo a salir y formar parte del remanente escatológico de Dios del tiempo del fin (Ap. 18:4). Estos son cristianos sinceros que sirven a Dios en diferentes denominaciones cristianas e incluso entre las religiones mundiales.” “El remanente del tiempo del fin”, Revista Adventista, mayo de 2010, 8. ↩︎

  43. White, El Gran Conflicto, 670. ↩︎