Del Sábado al Domingo: Un análisis bíblico e histórico
No pretendemos ser académicos ni mucho menos abarcar todos los problemas relacionados a la cuestión del cambio del día de adoración en el mundo cristiano. Este artículo, en efecto, intentará explicar la historicidad del día sábado en contraposición del día domingo e intentará determinar en qué parte de la historia el día sábado fue cambiado por el domingo y adoptado como el santo día del Señor. Comenzaremos desde el Antiguo Testamento estableciendo sus orígenes y constitución mosaica; por consiguiente, iremos poniendo en contexto el sábado en el Nuevo Testamento y haremos una exégesis de los textos que la mayoría de los defensores del domingo toman para demostrar que en el NT ya se hablaba de un cambio en el día de adoración. De esa forma, podremos vislumbrar el plano general que se haya en la Biblia. Por último, analizaremos dónde y en qué parte de la historia el cristianismo cambió el día establecido por Dios y qué implicancias tuvo en las generaciones sucesivas del mundo cristiano.
El sábado en el Antiguo Testamento
Sólo tomaremos dos ejemplos destacados para entender la confiabilidad del sábado en el Antiguo Testamento. La razón de esto es muy sencilla, el origen y la institución sabática en el código mosaico dan una perspectiva notable en el entendimiento del sábado para los hebreos y provee una ayuda significativa para saber si sólo es una institución hebraica o trasciende fronteras.
1- El origen del Sábado (Gen. 2:1-3)
Se reconoce por todos los teólogos que esta es la primera referencia que se hace del día sábado:
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.[1]
Aunque no aparece el nombre hebreo para sábado, shabbat, sí encontramos la etimología de aquel día en la unión semántica que hay con el sustantivo shabbat. La morfología del verbo “reposar” (v.2) es bastante interesante. La forma vayyishbot (“y reposó”) que es un verbo con waw consecutiva, indica que el imperfecto del verbo[2] deba considerarse como “la continuación temporal o lógica de las acciones, eventos, o estados mencionados previamente.”[3] Es decir, el “reposo” del séptimo día tiene una correspondencia secuencial y temporal con la obra creadora. El reposo es una continuación lógica de la narrativa del Génesis sobre la creación del universo, es un día y evento cronológico en relación a la creación.
A pesar de que no se nombre un mandato explícito para “guardar” u observar el día séptimo, sí vemos, mucho después, en la institución mosaica que Dios les advierte a “recordar” el día séptimo.
2- El día sábado en los diez mandamientos (Éx. 20:8)
El cuarto mandamiento arguye como un imperativo a recordar el dìa sábado:
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo.”
Lo interesante del texto hebreo es que el verbo “acordar” no es un imperativo ni mucho menos un “mandato”. El verbo “acuérdate” en hebreo es un Infinitivo Absoluto, esto indica que a veces es usado “con el valor de una forma finita del verbo, especialmente un imperativo[4]. Es decir, a veces el verbo en infinitivo absoluto puede ser usado para enfatizar la idea de un imperativo. Pero si tradujéramos textualmente el verbo zākôr, sería obviamente “acordar”, incluso el texto podría decir, “acordarte has del día sábado para santificarlo” (RV 1865). Esto da dos ideas: la primera es prospectiva del verbo, es decir, que apunta hacia el futuro; mientras que la otra, es retrospectiva, que apunta hacia el pasado. Por lo tanto, la idea del texto no es solamente que el verbo apunte hacia el pasado, sino que también hacia el futuro. Por ejemplo, en Éxo. 13:13 usa el mismo verbo en la misma forma (infinitivo absoluto): “Tened memoria (zākôr) de este día, en el cual habéis salido de Egipto”. Así, la pascua debía ser un recordatorio del pasado para ellos, porque Dios los había liberado, pero debía ser, también, una verdad presente que anunciaba la primera venida de Jesús; de la misma forma que el sábado los hebreos debían “acordarse” del día séptimo por la creación de Dios, pero para ellos debía ser una verdad presente que apuntaba hacia el futuro.
El sábado en el Nuevo Testamento
En esta ocasión traeremos a colación los textos claves que los defensores del domingo usan para justificar un cambio de sábado a domingo. Aunque son tres en específico, uno de ellos (Apoc. 1:10) es tratado en un artículo en específico en este volumen. De modo que los dos restantes los analizaremos a continuación.
1- Hechos 20:7-11
Pablo en su viaje a Macedonia (v.3) se dirige a Troas ya que ahí estaban algunos discípulos esperándolo (v.3, 4), cuando se reúnen, deciden quedarse siete días en Troas (v.6). La argumentación pro-domingo se haya en el v.7 donde se nos informa que “el primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”. “El primer día de la semana” equivaldría a lo que hoy conocemos como “día domingo”, por ende, se argumenta que los primeros cristianos ya habían dejado de reunirse en sábado.[5] Para entender esto, debemos primeramente, saber qué tipo de cálculo usó el autor de Hechos. Si bien es cierto, el cálculo judío de “puesta de sol a puesta de sol” para el cómputo de los años arrojaría que el “primer día de la semana” sería en efecto el día sábado por la noche, ya que, la narración cuenta que Pablo “alargó el discurso hasta la medianoche (μέχρι μεσονυκτίου)” (v.7). Por otro lado, Pablo y sus amigos, iban a emprender su viaje al siguiente día (τῇ ἐπαύριον). Dicho adverbio, τῇ ἐπαύριον, en el libro de Hechos generalmente se traduce como “día siguiente”, “al otro día”, etc. (10:9,23,24; 14:20; 21:8; 22:30; 23:32; 25:6,23), lo que indicaría que el autor de Hechos habla de un quiebre de día. Los traductores de este texto, vieron que el autor de Hechos usó el cómputo Romano para los días de “media noche a media noche”. Sin embargo, el adverbio ἐπαύριον es equivalente a ἐπ᾽ αὔριον (al día siguiente), que sería paralelo estructuralmente hablando al “primer día de la semana” (v.7a). Lucas, el autor de Hechos, no pudo haber usado un cómputo Romano para el cálculo de los días, puesto que en Lucas 23:24 leemos del texto que “era el día de la preparación y estaba para comenzar el día sábado”. Esto nos indica que el autor de Hechos tenía en mente el cómputo judío de “puesta de sol a puesta de sol”. Esta premisa es apoyada por el mismo texto, pues, el v.6 dice que pasaron siete días. Si su cómputo no es inclusivo entonces el día séptimo fue el sábado (su último día de estadía en Troas), y al declarar “en el primer día de la semana”, está arguyendo un sábado por la noche y no precisamente a un domingo por la noche; la media noche, por defecto, sería la media noche del sábado, que en el cómputo judío ya es el primer día de la semana.
De esa forma, no encontramos indicios de que haya un encuentro eclesiástico en el “día domingo” en este texto, ni mucho menos una institución que haga un cambio de sábado a domingo.[6]
2- 1 Corintios 16:1-3
3- Robertson y A. Plummer, afirman: “Esto es la evidencia más antigua respetando la consagración del primer día de la semana por la iglesia apostólica”.[7] Otros, argumentan apoyando la idea de arriba que: “[el primer día de la semana] ya había sido santificado por los cristianos como el día de la resurrección del Señor, el día inaugural tanto de la creación física como de la nueva creación espiritual; gradualmente sustituía el séptimo día al sábado judáico”.[8]
Sin embargo, y en primer lugar, Pablo no está invitando a los corintios a que “cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo” como un servicio eclesiástico de apartar las ofrendas en un día de adoración. En segundo lugar no hay indicios de que el texto de indicios de una celebración o reunión entre hermanos para la adoración. Es más, el mandato es ἕκαστος ὑμῶν “cada uno de vosotros” y no a la comunidad eclesiástica como un todo. “El texto en sí, (…) no indica que su selección se basó en el carácter sagrado del día”.[9] Por otro lado, algunos argumentan que el día de pago en el período Imperial de Roma fue el primer día de la semana. Si fuese así, sería una buena razón para que los cristianos apartasen primeramente sus ofrendas personales en sus hogares.[10]
Del Sábado al Domingo en la Historia
Como vimos anteriormente, el Nuevo Testamento no arguye un cambio de día en la adoración, aunque muchos lo han querido ver de esa forma. Por ende, debemos seguir buscando para determinar cuándo fue el cambio que ocurrió en la historia del cristianismo. En esta sección, expondremos brevemente las propuestas que se han dado para intentar explicar el surgimiento del domingo, estas están son “la tesis de Adriano” y “la tesis del Imperio Romano”.[11]
La Tesis de Adriano (Jerusalen después del 70 D.C)
Se baraja la posibilidad de que el surgimiento del día domingo entre los cristianos, especialmente, judíos, se dio a causa del sentimiento antisemita de Adriano.
Adriano destruyó por completo la ciudad de Jerusalén en el 135 D.C., y prohibió a los judíos guardar su religión, sobre todo guardar el sábado y la circuncisión:
“El emperador, después de aplastar sin piedad la rebelión de Barkokeba (AD 132-135), reconstruye sobre las ruinas de Jerusalén una nueva ciudad romana, Aelia Capitolina. En este momento duras restricciones fueron impuestas a los Judios. Ellos fueron expulsados de la ciudad, se prohíbe categóricamente que vuelvan a entrar en él y prohíbe practicar su religión, en particular sus dos costumbres características, el Sábado y la circuncisión.”[12]
“El gobernador romano ha emitido un decreto que no deben estudiar la Torah y que no deben circuncidar a sus hijos y que deberían profanar el sábado”.[13]
La creación de la “nueva” ciudad, y además, de cancelar toda la observancia religiosa judía, en especial el sábado, dio pie para que se creara una nueva iglesia compuesta por gentiles. Además, hubo siempre una oposición a estas prácticas paganas que se realizaron en esta localidad, los temas controversiales fueron, el sábado y la celebración de la pascua. Esta controversia, comenta Epifanio, se provocó “al introducir el Domingo de Pascua”.[14]
Entonces, y en base a esta información, podríamos concluir que posiblemente bajo estas circunstancias, después de la destrucción de Jerusalén por parte de Adriano y la suspensión de la religión judía, incentivaron a sincretizar un cambio en el día de adoración; un cambio del sábado al domingo. No obstante, es improbable que esto haya ocurrido primeramente en Jerusalén, pues no tenemos evidencia suficiente para dar una respuesta conclusiva.
La Tesis del Imperio Romano
Para algunos, el primer indicio del surgimiento del día domingo fue hecho por Justino Mártir mediante una apología,[15] no obstante, otros creen que el cap.67 de la Primera Apología de Justino, donde se encuentra la declaración del domingo, es una interpolación y falsificación.[16] Este artículo, por consiguiente, toma la posición de que la declaración de Justino es falsa por las evidencias presentadas en el artículo citado anteriormente. Por lo tanto, creemos que para apoyar el surgimiento del domingo por medio de las declaraciones de Justino es ambiguo. Quizás no pueda demostrarse en qué punto de la historia hubo un cambio del sábado al domingo de forma concreta, más bien, el cambio del día sábado al domingo fue un proceso gradual dentro de los primeros siglos del cristianismo. Pretender encontrar un punto para establecer un eje en la historia; entre el sábado y el domingo: es antojadizo. Por medio de las evidencias que tenemos, podemos saber que el domingo comenzó a surgir primeramente en la iglesia de Roma, su auge, quizás se vio prontamente con la conversión de Constantino, y la unión de la iglesia con el estado. Samuel Bacchiocchi y Keneth Strand proveen fuertes argumentos para demostrar que el domingo comenzó a implantarse en la iglesia de Roma y cómo influyó la unión de estado e iglesia en el cristianismo primitivo.
Su surgimiento, puede verse reflejado en el anti judaísmo de aquella época y por la introducción de un ayuno sabático semanal. Bacchiocchi comenta: “La Iglesia de Roma, cuyos miembros, principalmente de origen pagano, experimentaron un quiebre por parte de los judíos antes que en Oriente, y donde la impopularidad de los judíos fue sostenida principalmente, parece haber jugado un rol principal induciendo la adopción de la observancia del Domingo, así como en la degradación del Sábado por el ‘ayuno Sabático’ semanal”.[17]
Conclusión
El sábado es el día que Dios escogió como señal para el pueblo de Israel (Eze. 20:20). Aunque muchos arguyen que es una observancia judaica, su proyección que se da por medio de la forma verbal usada en el cuarto mandamiento: “acuérdate”. Indican que el sábado es retrospectivo y prospectivo, es decir, apunta hacia el pasado y hacia el futuro.
De esa forma, comprendemos que el sábado del AT no sufrió variación alguna. Por otro lado, en el NT tampoco encontramos que hay fuertes evidencias -aunque muchos han querido demostrarlo-, que indiquen un cambio en el día de adoración. Por consiguiente, la Biblia en su totalidad, no provee una justificación para un cambio.
La historia establece que dicho cambio, comenzó a surgir en la iglesia de Roma, dentro de los primeros siglos de nuestra era. La causa primaria, fue en efecto, el anti judaísmo de aquella época que aunó la observancia del sábado en oposición a los judíos.
Creemos, por lo tanto, que la Biblia no habla de un cambio, ni mucho menos establece un mandato para justificar el surgimiento del domingo. Querer encontrar en la Biblia una justificación para sostener que el día domingo es el día del Señor, es ante todo, antojadizo. El sábado, sigue siendo el día santo y glorioso de Jehová (Is. 58:13); el sábado es un santuario en el tiempo que ha perdurado desde los días de la creación.
Referencias
Se usará en todas las citas bíblicas la versión Reina Valera 60 a menos que se indique lo contrario. ↩︎
El Imperfecto hebreo da la idea de una acción no completada, en cuanto al “tiempo” casi siempre indica futuro. Ver, por ejemplo, J. Paul Tanner. Hebrew Syntax: A Quick-Reference Manual for use in Hebre Exegesis (s/f, 10 th Rev. ed. Published, 2011), 7-11. ↩︎
E. Kautzsch, editor, Gesenius’ Hebrew Grammar, 2ª edición, 17ª impresión, traducido por A. E. Cowley, (Oxford: Clarendon Press, 1983), §§ 111. ↩︎
A. B. Davidson. An Introductory Hebrew Grammar with Progressive Exercises in Reading and Writing and Pointing (Edinburgh: T. & T. Clark, 1962), 87 ↩︎
Uno de los principales exegetas que apoya esta teoría es MacGregor en “Exegesis of the Acts of the Apostoles”, IB, 9:267. Citado por Walter F. Specht, “Sunday in the New Testament” en The Sabbath in Scripture and History ed. Kenneth Strand (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing, 1982), 123. ↩︎
Otro factor importante de considerar es la frase “partir el pan” (v.7). Se especula que esto sería una alusión a la Cena del Señor (1 Cor.11:20). Aunque, subrayamos, no se puede concluir taxativamente sobre esta teoría. ↩︎
Archibald Robertson, Alfred Plummer. A Critical and Exegetical Commentary on the First Epistle of St. Paul to the Corinthians (Edimburg, T & T Clark Ltd, 1911), 348. ↩︎
Jamieson, R., Fausset, A. R., & Brown, D. Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia – Tomo 2: El Nuevo Testamento (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2002), 404. ↩︎
Ángel Manuel Rodriguez. “The Biblical Sabbath: The Adventist Perspective” (Adventist Biblical Research Institute), 19. ↩︎
Walter F. Specht, “Sunday in the New Testament”, 125. ↩︎
Los títulos de estas propuestas son etiquetados por el autor de este artículo para entender y diferenciar la temática que conlleva. ↩︎
Samual Bacchiocchi. From Sabbath to Sunday: A Historical Investigation of the Rise of Sunday Observance in Early Christianity (Rome, 1977),148. ↩︎
B. Talmud, Rosh ha-Shana 19a Ed. [Soncino]. Citado en nota 22 por Samuel Bacchiocchi. “The Rise Sunday Observance in early Cristianity” en The Sabbath in Scripture and History ed. Kenneth Strand (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing, 1982), 146. ↩︎
Bacchiocchi. “The Rise Sunday”, 135. ↩︎
S. Bacchiocchi, From Sabbath to Sunday: A Historical Investigation of the Rise of Sunday Observance in Early Christianity (Rome, 1977), 230-232; K. A. Strand, “The Sabbath and Sunday from the Second Through Fifth Centuries,” The Sabbath in Scripture and History, (Washington, D. C., 1982), 323. ↩︎
William H. Shea. “Justin Martyr’s Sunday Worship Statement: A Forged Appendix”. (Journal of the Adventist Theological Society, 12/2, Autumn 2001), 1-15. ↩︎
Bacchiochi, “The Rise of Sunday”, 139. ↩︎