Darío el Medo | Parte I
ANÁLISIS HISTÓRICO A LA APARENTE CONTRADICCIÓN DEL LIBRO DE DANIEL
Varias son las interpretaciones que se dan en Vlos ámbitos teológicos para solucionar el problema de Darío el Medo (Dan. 5:31; 6:1-29; 9:1; 11:1)[1] ; la causa de esto es debido a la falta de fuentes históricas, la incertidumbre del nombre “Darío” en la corte real de los Medos y, por supuesto, las pocas veces que Daniel menciona a este rey. Todo ello hace que lo implicado en la identificación de Darío el Medo, sea un verdadero enigma y la razón por la cual aún no hay respuestas certeras y concretas en los estudiantes de las Escrituras, incluso dentro de nuestra misma denominación adventista.
Por otro lado, la llamada “tesis macabea”, intenta echar por tierra la inspiración divina del libro de Daniel. Uno de sus argumentos en relación a este tema, es que Darío el Medo es una prueba de la ignorancia en la comprensión histórica de quien compiló las historias en el período intertestamentario, por esa razón se ve al libro de Daniel como uno pseudoepigráfico, es decir, compuesto por un autor tardío que toma un pseudónimo de un personaje bíblico y, claramente, con conocimientos limitados. Sin embargo, la tesis opuesta, intenta argumentar la inspiración divina del libro; se ha etiquetado como “la tesis del exilio”; entre sus argumentos que se encuentran en relación a Darío, vemos una propuesta de ver el nombre “Darío” como un atributo más que un nombre propio. Por ende, la identidad de este “rey” está sujeta a presuposiciones e interpretaciones basadas en los hechos históricos que tenemos disponibles. Debido a esto se posiciona al libro en un período neo-babilónico y escrito, por consiguiente, por el mismo Daniel.
El investigador de esta obra, apoya la tesis del exilio y por ende, intentará vindicar la inspiración divina demostrando que los datos históricos que tenemos disponibles hoy en día, pueden proveer una posible solución al problema de Darío[2]. Se estudiarán las Crónicas de Nabonido[3] y se compararán con las descripciones bíblicas narradas en el libro del profeta Daniel, además, analizaremos las fuentes de las distintas posiciones que se dan en relación a Darío el Medo. Es decir, se traerá a colación todas las fuentes posibles para que el mismo lector pueda sacar sus propias conclusiones.
Incluso, traeremos a colación un problema mucho más controversial, no sólo por el hecho ya mencionado en líneas anteriores, sino que va más allá, ya que envuelve varios problemas relacionados específicamente con Ellen G. White.[4] Puesto que ella misma identifica, en varios de sus escritos, a este rey con rasgos bastante discrepantes, los cuales veremos más abajo. El resultado de ello, varía en la confiabilidad de los escritos de Elena White y a la vez, pone en duda su autoría. Sin embargo, esta investigación, tiene como objetivo principal, presentar una solución al problema de Darío el Medo y reconciliar las citas de Ellen White con la interpretación propuesta en esta obra.
INTERPRETACIONES SOBRE LA IDENTIDAD DE DARÍO EL MEDO
Propuestas interpretativas de Darío el Medo
Dentro de los estudios que se han hecho sobre este tema, se proponen por lo menos más de dos alternativas para desenmascarar la identidad de este rey, y que, ahora intentaremos analizar brevemente.[5]
a) Que Darío el Medo sea Ciro
Se intenta identificar a Darío el Medo en la persona de Ciro. Los seguidores de esta teoría arguyen que Ciro tiene doble identidad en el libro de Daniel, y que a su vez, la waw de 6:28 tendría una traducción epexegética (explicativa) más que copulativa.[6] D. J. Wiseman, distinguido Astrólogo que publicó las crónicas de los primeros años de Nabucodonosor II,[7] parece ser el mayor exponente de esta teoría.
No obstante, Wiseman no consideró muy bien las Crónicas de Nabonido donde se vierte la historia de la conquista babilónica, demostrando claramente que el mismo Ciro constituyó a un vasallo para conquistar Babilonia mientras él mismo luchaba contra Nabonido en otra localidad. Esto concuerda muy bien con la declaración de 9:1[8] y con la narrativa del cap.5.
b) Que Darío el Medo sea Gobrias o Ugbaru
La interpretación de que Darío el Medo sea Gobrias, ha sido, quizás, mayormente defendida y sostenida por John C. Whitcomb.[9] Encuentra su base (aunque no del todo) en las Crónicas de Nabonido,[10] pero fundamentalmente en los escritores clásicos, ya que estos hablan de un general de Ciro, puesto por él mismo como gobernador de Babilonia cuando ésta fue conquistada. De esa forma concordaría con el Gobrias de Jenofonte.[11] No obstante, la crónica habla de un vasallo llamado Ugbaru y no Gobrias donde quizás sólo pueden ser diferencias de pronunciación, escritura o simplemente son diferentes sujetos. Eventualmente, como decíamos, hay otra sugerencia que se aprecia en las Crónicas de Nabonido, la cual tiene su correspondencia entre Ugbaru y Darío; esta posición como veremos más abajo es sostenida por el erudito adventista William H. Shea y en la cual el autor de esta obra se ha basado con un análisis minucioso y analítico de esta postura. Ya que parece ser la opción más llamativa y con evidencias más interesantes y concluyentes que las demás.[12]
DARÍO EL MEDO EN LAS CRÓNICAS DE NABONIDO Y EN DANIEL
Un vasallo en las crónicas de Nabonido
Las Crónicas de Nabonido hablan de un general llamado Ugbaru, puesto bajo el mando de Ciro para conquistar Babilonia. Este evento tomó lugar en el año 538 a.C. La línea 15 de la columna III en la Crónica de Nabonido, reza lo siguiente:
“En el día 16 (de Tishri) Ugbaru, el gobernador de Guitium, y las fuerzas de Ciro entraron a Babilonia sin una batalla”.[13]
Esta declaración concuerda al parecer con la conquista registrada en la Biblia por parte de las tropas medo-persas. De hecho, Belsasar, por ese tiempo rey de Babilonia,[14] había realizado una orgía en la cual estaban envueltos todos los principales de la corte real. Esto dio pie para que los conquistadores Medos y Persas entraran sin una resistencia de por medio (véase. Dan. 5). También, por otro lado, concuerda con el relato de Herodoto y el cruce por el Eufrates.[15]
Otro factor muy destacable, es la siguiente declaración encontrada en la línea 18:
“Nada fue establecido mientras (y) el tiempo señalado no había pasado”.[16]
El texto es bastante interesante puesto que alude directamente a un tiempo que “no había pasado [nada] ”. La crónica no hace mención a qué se debió, pero, ¿no parecería lógico vincularlo con la narración que anuncia una prueba que Daniel tuvo que enfrentar en aquél tiempo producto de un decreto religioso (véase Dan. 6)?
Evidentemente que todo apunta a un mismo evento (caps. 5-6), y sin embargo, todavía nos enfrentamos a un problema mucho más grande. La crónica dice que este gobernador, llamado Ugbaru, fue muerto poco tiempo después de haber conquistado Babilonia (menos de un mes), y, ¿cómo lo relacionaríamos con la declaración de Daniel en 9:1 y la de Gabriel en 11:1 que dice “en el año primero de Darío el Medo”? ¿Será el año ascensional de Darío, o, el año de reinado? Si fuera el año ascensional al que Gabriel se refiere, no habría mayores dificultades, pero, si hace mención a su año de reinado, esto, sería aún más problemático y echaría por tierra la identidad de Darío el Medo en la persona de Ugbaru.
El primer año de Darío el Medo en Daniel
En varios vs. encontramos que Darío toma el reino y que a su vez se fecha su primer año (5:31; 6:1, 28; 9:1; 11:1). Sin embargo, la única vez que se usa un verbo para designar el “reinado” de Darío es en 9:1 donde dice que éste “vino a ser rey”. Aquel verbo se usa en voz pasiva; de hecho, la raíz está en la estructura Hophal; esta estructura conlleva la idea de una acción “causativa pasiva”. Por ende, se puede traducir como “hacer rey” o “puesto como rey”. Esta conclusion es apoyada por varias traducciones; por ejemplo, la Versión Moderna traduce “fue constituido rey”, la Nueva Versión Internacional y la Nácar Colunga dicen “llegó a ser rey”, y por último, la King James Version traduce como “was made king” [fue hecho rey]”.
Como se aprecia, la correcta traducción de 9:1 apunta a que Darío “fue hecho rey” y no que era ya un rey. Es más, en 5:31[17] se dice que “Darío tomó el reino” aquella noche de orgía en el palacio de Babilonia, y no obstante, el verbo “tomar” viene de la raíz que Geneniu’s lo traduce también como “recibir”.[18] Lo que implicaría no una acción que viene de parte de Darío como Rey, sino que él recibe o toma el reino debido a la acción de alguien más sobre él. Esto concuerda plenamente con las Crónicas de Nabonido acerca de Ugbaru quién sitió a Babilonia y fue puesto como gobernador sobre ella.
Con esto podemos al menos saber que Darío el Medo “recibió” el reino y a la vez “fue puesto como rey” sobre Babilonia. Toda la evidencia nos lleva a concluir que Darío no era un rey en el sentido estricto de la palabra, más bien, según lo presentado en base a la Biblia, parece ser que Darío era un vasallo que fue constituido como rey sobre Babilonia; después de todo, 9:1 concluye que Darío fue puesto sólo como rey sobre “los caldeos”.
Por lo tanto, podríamos concluir que Darío no fue un rey sino un gobernador que fue puesto bajo el mando de Babilonia, y por consiguiente, su primer año sería, por defecto, cuando subió a gobernar a los “caldeos”, es decir, su año ascensional; lo que indicaría un cómputo inclusivo en su forma de cálculo al momento de decir “el año primero de Darío”.
La muerte de Ugbaru en las Crónicas de Nabonido
Uno de los aparentes problemas que nos enfrentamos y, que mencionamos arriba, es al analizar la siguiente declaración en concordancia con las Escrituras:
Line (22): “En el mes de Arahsamnu, en la noche del día 11, Ugbaru muere en Babilonia.” [19]
Lo paradójico de esto es ver que Ugbaru sólo alcanzó a estar como gobernador vasallo un mes. Y la pregunta lógica sería, ¿cómo armonizar el relato bíblico? Puesto que Dan. 6 habla de un decreto promulgado, además del cap. 9 que habla de una oración de Daniel en el mismo año de reinado de Darío. Todo esto, aparentemente llevaría un tiempo suficientemente amplio para desarrollar los eventos dados en dichos capítulos. Sin embargo, William H. Shea provee una solución a esta aparente contradicción formulando un esquema basado en las crónicas y su relato que traemos a colación ahora[20]:
- Ugbaru/Darío “recibió” el reino de Babilonia por la conquista (Dan 5:31). Él estableció la paz como gobernador militar (Crónica, col. III, línea 15).
- Ciro llega a Babilonia, recibido por multitudes (Crónica, col. III, línea 18b-19).
- Ugbaru/Darío es puesto rey por Ciro (Dan 9:1). Ugbaru/Darío es “confirmado” por Gabriel (Dan
11:1a). - Ciro dejó a Babilonia en la búsqueda de Nabonido.
- Ugbaru coloca gobernadores (Crónica, col. III, línea 20). Darío coloca gobernadores (Dan 6:1-2). Darío planeó hacer jefe de gobernador a Daniel (Dan 6:3).
- Viendo el nombramiento de Daniel próximo, los demás gobernadores conspiraron contra él (Dan 6:4-5). Darío emitió su decreto en contra de la oración (Dan 6:6-9).
- Daniel, es atrapado orando, y fue reportado a Darío y echado a los leones (Dan 6:10-17). Darío fue fortalecido por Gabriel aquella noche (Dan 11:1b).
- Daniel fue liberado en la mañana (Dan 6:19-23). Los oficiales de la conspiración fueron asesinados en el foso de los leones (Dan 6:24). El decreto de Darío en favor del Dios de Daniel (Dan 6:25-27).
- Complot a Darío por parte de los sacerdotes y oficiales sobrevivientes.
- En el sacrificio de la tarde la oración de Daniel fue contestada (Dan 9:1-27). El complot en contra de Darío se llevó a cabo con un sacrificio envenenado. Ugbaru/Darío muere aquella noche (Crónica, col. III, línea 22b).
- Los treinta días del decreto de Darío finalizan (Dan 6:7). Los dioses vuelven a sus sitios (Crónica, col. III, línea 21-22c).
Como se aprecia, la secuencia sería bastante obvia con el relato bíblico y no dejaría dudas al respecto. Además, es interesante notar que a Darío sólo se lo nombra en su primer año, nunca en su tercero, ni segundo, etc. Por ende, suponemos que su reinado como gobernador de Babilonia (“[de] los caldeos”, 9:1) se restringe a un tiempo netamente corto y que como vimos más arriba, es computado por Daniel en base el método inclusivo. Por lo tanto, lo lógico sería que los eventos relacionados en la crónica se pueden asociar muy bien con los presentados en la Biblia.
Marina atha
Referencias
Para las diferentes posturas ver Francis Nichol. Comentario Bíblico Adventista (Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 4:841-844. Y para una posición más actualizada de la IASD ver Gerhard F. Hasel, “Establishing a Date For the Book of Daniel” en Symposium on Daniel (Washington, D.C: Biblical Research Intitute, 1986): 111-117. ↩︎
Nótese que no intentamos dar una solución, sino más bien una posible solución. ↩︎
Como nota aclaratoria, el autor de esta monografía no posee las Crónicas de Nabonido, pero en base a lo expuesto por el erudito William H. Shea en sus journals es que el autor se ha basado. ↩︎
Uno de ellos es el concepto de revelación que algunos mal interpretan y debido a ello sobreentienden lo que el profeta, en este caso E. White, quiso decir. ↩︎
Sólo analizaremos dos posturas, de las cuales son las más usadas y sostenidas por los eruditos actuales, debido a que la tercera se analizará más profundamente en la segunda parte. ↩︎
William H. Shea, “Darius the Mede in His Persian-Babylonian Setting,” (AUSS 29 1991): 235-257. D. J. Wiseman, “Some Historical Problems in the Book of Daniel”, Notes on Some Problems in the Book of Daniel (London: The Tyndale Press, 1965): 9-18. El mismo Wiseman cita a Gesenius-Kautsch, Hebrew Grammar, §154a, n.1b. Para argumentar que su traducción de la waw es una mejor opción que tomarla como copulativa. ↩︎
D. J. Wiseman, Chronicles of Chaldean Kings (626-556 B.C.) in the British Museum (London: British Museum, 1956). ↩︎
Nota que 9:1 dice “En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos”. El texto es claro en decir que Darío fue constituido rey sólo sobre los caldeos. Sobre una correcta traducción de este v., véase más abajo. ↩︎
John C. Whitcomb, Darius the Mede (The Presbyteraian and Reformed Publishing Co., 1975), citado por Evis Carballosa, Daniel y el Reino Mesiánico (Michigan, Grand Rapids: Editorial Portavoz, 1999): 122. ↩︎
Volumes 55, 56, and 57 of the British Museum publication, Cuneiform Texts From the Babylonian Tablets in the British Museum (CT) (London: British Museum, 1959), citado por William Shea en “The Search for Darius the Mede (Concluded), or, The Time of the Answer to Daniel’s Prayer and the Date of the Death of Darius the Mede”. (JATS, 12/1 Spring 2001): 97. ↩︎
Aunque, sin embargo, algunos enfatizan que el Ugbaru de las Crónicas de Nabonido con el Gobrias hablado por los historiadores clásicos son totalmente diferentes. Ver: Herbert Owen, “The Enigma of Darius the Mede: a Way to its Final Solution,” (Journal of the Transactions of the Victoria Institute 74, 1942): 72-98. Esta monografía, apoya la conclusión de Owen en cuanto a que no hay posible concordancia entre Ugbaru y Gobrias. ↩︎
Hay una tercera interpretación de Darío el Medo que discutiremos ampliamente en la parte II, ya que, en mayor grado tiene que ver con la interpretación de los pioneros adventistas y con la señora Ellen G. White. ↩︎
Citado por William Shea en “Nabonidus Chronicle: New Readings and the Identity of Darius the Mede” (JATS, 7/1 Spring 1996): 4. ↩︎
Ya que, por la misma crónica se sabe que Nabonido estaba luchando, primero en la Rivera del río Tigris, Opis, y en Sipar contra el mismo Ciro. Por lo que, por ese mismo motivo quedó Belzazar en el trono de Babilonia como rey. ↩︎
Sobre la creencia de los historiadores clásicos [Herodoto y Jenofonte], la discutiremos en la segunda parte de este artículo, además de compararla con la de Josefo. ↩︎
Shea, Ibíd., 6. ↩︎
En la Biblia Hebrea, específicamente en la BHS es 6:1. ↩︎
Samuel Prideauz Tregelles. Geseniu’s Hebrew and Chaldee Lexicon to the Old Testament Scriptures (London: Samuel Bagster & Soons Limited, 1846): DCCXXI. Varias traducciones también parecen apoyar esta traducción más que “tomar”. ↩︎
William Shea. “Nabonidus Chronicle”, 11. ↩︎
William Shea. “The Search for Darius the Mede (Concluded), or, The Time of the Answer to Daniel’s Prayer and the Date of the Death of Darius the Mede”. (JATS, 12/1 Spring 2001): 104. ↩︎