Análisis Teológico de Gálatas

Introducción

El presente artículo tiene como fin introducir al lector a los aspectos más importantes de la estructura y teología de Gálatas. Por lo mismo, se debe hacer hincapié en que esto es solo una breve introducción a los estudios literarios que se han desarrollado sobre esta epístola, puesto que, el bagaje investigativo es inmenso y ameritaría páginas y páginas de estudio para poder abarcar todo lo referente a ello.

Sumado a lo dicho anteriormente, se analizará de manera simple y abreviada los aspectos más trascendentales para la teología del libro; también se comparará el libro de Gálatas con las epístolas paulinas, más específicamente con Romanos, dada su íntima relación no solo en contenido sino también en aspectos lingüísticos. Otro punto destacable en este breve análisis será el uso que Pablo hace de Cristo en la epístola, más precisamente el rol que el Maestro cumple al “revelar” el evangelio al apóstol. Finalmente se verá una aplicación práctica para la vida cotidiana del cristiano y su valor intrínseco que puede ser hallado en esta carta tan interesante como lo es Gálatas.

Estructura literaria de Gálatas

Varios autores han discutido la estructura de Gálatas, entre ellos cabe mencionar ciertas obras por su valor y legado teológico, por ejemplo destacan las de John Bligh[1] donde se propone un quiasmo con centro en los cap.4:1-10; por otro lado, Douglas Mangum, Derek R. Brown[2], R. Alan Cole[3] y Martinus C. de Boer[4] solo proponen una estructura tripartita del libro sin dar mayor énfasis en el aspecto literario; sin embargo, Hans Dieter Betz,[5] es mucho más exhaustivo en la propuesta literaria y estructural del libro dividiéndola en siete partes. Sin embargo, este introduce un nuevo método exegético para el análisis literario. En efecto, Betz toma la retórica clásica (criticismo retórico)[6] como punto de partida para entender el estilo literario del libro.

Por todo lo anterior, solo se analizarán las propuestas de H. D. Betz y J. Bligh con el objetivo de llegar a un consenso de tipo estructural para efectos de este artículo. A continuación, me permito citar las dos estructuras que se discutirán más abajo.

Estructura de John Bligh:

Estructura de Hans Dieter Betz[7]:

I. Salutation (1:1–5)
II. No other Gospel (1:6–10)
III. Autobiographical Sketch: Paul’s independent Gospel (1:11–2:14)
IV. Faith Receives the Promise (2:15–5:1)

Es innegable que las dos estructuras propuestas por estos eruditos son muy sugestivas. En primer lugar, Bligh reconoce que el centro de Gálatas debe ser hallado en 4:1-10, dado que Pablo a menudo utiliza el quiasmo como estilo retórico de sus epístolas. En segundo lugar, la estructura propuesta por Hans Dieter Betz para el libro, está basada en una lectura del género apologético, donde incluye: (i) epistolary prescript (1:1–5); (ii) exordium (1:6–11); (iii) narratio (1:12–2:14); (iv) propositio (2:15–21); (v) probatio (3:1–4:31); (vi) exhortatio (5:1–6:10); (vii) epistolary postscript or conclusio (6:11–18).[8] Aunque es muy difícil desmarcarse de estas dos propuestas literarias para la estructura del libro, es digno de destacar que quizás H. D. Betz esté en lo correcto al afirmar que Gálatas pertenece más al género apologético epistolar utilizando el criticismo retórico como método exegético. De hecho, este género surge cuatro siglos a. E. C. con Platón y su Apología de Sócrates.[9]

Pese a ello, y producto de los estudios retóricos en las epístolas, han surgido críticas respecto a utilizar el criticismo retórico para entender textos neotestamentarios, en específico, las epístolas paulinas, debido a la incertidumbre de saber si Pablo conocía de estos estilos helenísticos o no. Sin embargo, Hans-Josef Klauck da buenos argumentos en favor de que Pablo posiblemente sí sabía de este estilo retórico y por ende era consciente de su uso y familiarizado con la literatura clásica.[10]

Al analizar detalladamente la propuesta de Betz, es evidente la intención del apóstol en contrarrestar apologéticamente el actuar de distintas problemáticas de forma discursiva y persuasiva. Es por todo lo anteriormente dicho que, esta epístola, se convierte en una verdadera belleza literaria y teológica que merece mucha más atención de lo que se le ha dado en este breve apartado. Por lo mismo, para nuestros efectos, y quizá para futuros estudios retóricos sobre la carta de Gálatas, aceptaremos la propuesta realizada por H. D. Betz en que hallamos un discurso apologético en la epístola que se remonta en estilo a los escritores clásicos sin que por ello se desprecie el contenido epistolar.

Teología en Gálatas

Sin duda el libro de Gálatas ha generado un impacto significativo en el cristianismo, sobre todo en el protestantismo. Recordemos que Romanos y Gálatas fueron las epístolas paulinas claves para que Lutero iniciase su reforma. Por lo que, la riqueza teológica de esta epístola merecería de más profundidad y seriedad en cuanto a análisis se requiere, aunque dado el poco espacio para desarrollar ideas más profundas, me permitiré ahondar en los aspectos trascendentales que podemos hallar en el libro de Gálatas.

El valor teológico que posee esta epístola es sin duda alguna de suma importancia para el cristiano que acepta a Cristo por fe. El apóstol parte desarrollando su carta diciendo τὸ εὐαγγέλιον τὸ εὐαγγελισθὲν ὑπʼ ἐμοῦ ὅτι οὐκ ἔστιν κατὰ ἄνθρωπον[11] (“que el evangelio anunciado por mí no es según hombres”) como parte de un exordium, y que, por ende, tampoco lo recibió de hombre (οὐδὲ γὰρ ἐγὼ παρὰ ἀνθρώπου παρέλαβον αὐτὸ ⸀οὔτε ἐδιδάχθην),[12] sino específicamente por ἀποκαλύψεως Ἰησοῦ Χριστοῦ,[13] es decir, que toda la riqueza del evangelio de Pablo no fue enseñada ni aprendida en alguna escuela rabínica, sino que fue una revelación misma del Maestro.

Por otro lado, es interesante ver cómo Pablo reprende a Pedro, entablando una apología al evangelio que había sido revelado por Cristo Jesús, el cual no discriminaba por nacionalidades, ni estaba restringida al pueblo judío, este le reprende a Pedro en el inicio de su propositio:

Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado (2:14b-16).

Es obvio que para Pablo la verdad del evangelio no estaba limitaba entre judíos y gentiles, sino que la salvación era simplemente por fe en el sacrificio de Cristo sin importar la procedencia del creyente, por ende, las obras de la ley no serían suficientes para alcanzarla. Es en este contexto que Pablo reprende justamente a Pedro, puesto que “por las obras de la ley nadie será justificado”.

Por último, interesante es destacar que el probatio (3:1-4:31) del apóstol se centra en elementos persuasivos aludiendo a dos relatos Veterotestamentarios, entre ellos merecen ser destacados el pacto de Dios con el padre Abraham (3:6-18) y la mención de Sara y Agar (4:21-31), aunque el elemento clave discursivo de Pablo se halla en la ley (3:19-4:20). Y es así como el apóstol termina con un exhortatio, donde quizás el elemento teológico más importante del apóstol se halle en 5:14: “[p]orque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”[14]

Gálatas y Romanos

Sin importar cuándo fue escrito el libro de Gálatas,[15] me permitiré evaluar las similitudes lingüísticas que tienen implicancias teológicas y que solo se encuentran en Gálatas y Romanos. De hecho, el argumento de que Gálatas y Romanos estén estrechamente unidos no parece ser antojadizo, sino que está basado sobre fuertes evidencias teológicas. Por ejemplo, podemos ver una clara dependencia en Gál.3:6 y Rom. 4:3:

Estas dos referencias son hechas a partir del texto de los LXX encontrado en Génesis 15:6: ἐπίστευσεν Ἀβρὰμ τῷ θεῷ, καὶ ἐλογίσθη αὐτῷ εἰς δικαιοσύνην.[16] Otro desarrollo más interesante que podemos encontrar en Romanos, es el concepto introducido por Pablo en Gál.3:8, ahí se hace una apelación a andar “en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”, mientras que esta idea será desarrollada de manera más detallada en Rom. 8:1-17. También es digno de resaltar que la expresión Αββα ὁ πατήρ ocurre solo dos veces en las epístolas paulinas (Gal.4:6 cf. Rom.8:5). Incluso, Gálatas 4:7 habla de que somos κληρονόμος διὰ θεοῦ, mientras que Romanaos 8:17 dice que somos κληρονόμοι μὲν θεοῦ. Otra expresión solo utilizada en Romanos y Gálatas es κατὰ πνεῦμα (prep. + sustantivo acusativo: Rom. 1:4; 8:4 cf. 4:29).

Como se ha podido aprecia, hasta aquí solo hemos visto dependencias lingüísticas, y es que en efecto merece la atención la particularidad de la interconexión de estas dos cartas más allá de su contenido teológico que es evidente. Puesto que es a partir de estas conexiones lingüísticas que podemos desglosar la dependencia teológica subyacente, pues Gálatas nos enseña que solo somos justificados por fe mediante Cristo cuya enseñanza es enraizada en Abraham, de ahí la cita que el apóstol realiza en las dos epístolas discutidas y cuyo origen se remonta a Gén. 15:6.

Cristo en Gálatas

Sin duda Cristo es el mensaje central de Pablo en la epístola. Esto lo vemos claramente en el contexto de la justificación por fe y en el que, ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia por la cruz de Cristo (3:19-4:7; 5:18). Todo este evangelio, esta buena nueva, Pablo dice que fue el mismo Jesús quién lo reveló, fue por ἀποκαλύψεως Ἰησοῦ Χριστοῦ.

Ahora, ahondando más en el significado de este vocablo, ἀποκάλυψις, se puede ver que tiene una fuerte connotación de “destapar,”[17] “divulgar,”[18] “revelar un misterio Divino.”[19] En su narratio, Pablo deja de manifiesto que su evangelio no es propio de hombres, sino que tiene su origen en Cristo. Es interesante notar que eruditos estén de acuerdo en que la palabra παραλαμβάνω (recibir) en tiempos de Pablo se haya comportado como un término técnico para hablar de un traspaso de una tradición.[20] Aunque esta palabra sí denota una especie de traspaso de tradición (Mar.7:4: “Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron (παρέλαβον) para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos.”), no podemos negar el hecho de que el apóstol especifique que no fue recibida (παρέλαβον) ni enseñada (ἐδιδάχθην) por hombres, sino que es en esencia una ἀποκαλύψεως Ἰησοῦ Χριστοῦ. Quizás es por ello que Pablo use διδάσκω en aposición con παραλαμβάνω para enfatizar que no es producto de una tradición rabínica la enseñanza de su evangelio (i.e., pasada por tradición), sino que proviene del mismo Cristo.[21]

Entendiendo todo lo anterior, resulta trascendental para delimitar la enseñanza del apóstol en toda su carta, puesto que no es una enseñanza de Pablo, sino que es la manifestación misma del Maestro. Es por ello que podemos resumir, a groso modo, que la cruz es una revelación del carácter eterno de Dios (2:20); que es Cristo quien se manifestó a Abraham para justificarlo (3:6); es en la cruz de Cristo que hallamos “una nueva creación” (6:15). Finalmente es correcto concluir que es él, el que revela a Pablo el evangelio de la cruz para que este lo predicase entre los gentiles (1:16).

Aplicación práctica de Gálatas

Una de las aplicaciones prácticas que podemos obtener del libro de Gálatas, es sin duda la justificación por la fe. Es interesante notar la correspondencia entre el judaísmo y lo que Pablo propone como nueva vida en Cristo, gracias a la justificación que es por fe; los judíos basaban su creencia salvífica en la circuncisión, mientras que el cristiano ahora es salvo por la justicia de Cristo y el bautismo se transforma en un acto público de fe; el judaísmo mantenía la nacionalidad por las obras de la ley, mientras que el cristiano es adoptado por el Espíritu Santo para una nueva vida. El esquema tomado de Raúl Quiroga[22] puede resumir mejor esta idea:

La nueva vida en Cristo no está restringida a un país, ni a una denominación religiosa; para Pablo, la salvación en Cristo era para todos, y es mediante la propiciación de nuestros pecados que realizó el Galileo que, ahora, podemos ser herederos de Dios, de manera que “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (3.38).

Conclusión

Como hemos visto, la literatura clásica jugó un rol importante en poder comprender el estilo discursivo de la epístola y así proponer una estructura de carácter apologético cuyo origen se remonta a las obras griegas. Aunque no es nuestra intención dar evidencias de que Pablo sí conocía de este tipo de retórica en el primer siglo, es evidente, por la evidencia documentaria de que sea una posibilidad de que este la haya conocido. Por lo tanto, nos sumamos a la propuesta literaria impartida por D. H. Betz cuyo método es el criticismo retórico como herramienta exegética para entender el estilo discursivo de Pablo en la epístola a los Gálatas, pero así mismo, no descartamos el valor epistolar que esta posee, quizás la unión de ambas sea la clave para estudios futuros.

Por otro lado, hemos visto que el apóstol es enfático en remarcar que el evangelio que predicó a los gentiles es una revelación del mismo Maestro; que no la recibió de hombre ni fue enseñada por un maestro terrenal, sino que proviene del mismo Jesucristo. Al entender que su evangelio es de origen divino, es que entonces podemos apreciar mucho más el valor teológico que hay de sobra en epístola a los Gálatas.

Referencias:


  1. John Bligh, Galatians: A Discussion of St. Paul's Epistle (London: St. Paul Publications, 1969) citado en Richard N. Longenecker, Galatians en World Biblical Commentary vol.41 (Dallas, Texas: Word Books, Publisher, 1990). ↩︎

  2. Douglas Mangum y Derek R. Brown, Galatians, Lexham Research Commentaries (Bellingham, WA: Lexham Press, 2012), Gl 1.1–24. ↩︎

  3. R. Alan Cole, Galatians: an introduction and commentary, vol. 9, Tyndale New Testament Commentaries (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1989), 60. ↩︎

  4. Martinus C. de Boer, Galatians: A Commentary, ed. C. Clifton Black, M. Eugene Boring, y John T. Carroll, The New Testament Library (Louisville, KY: Westminster John Knox Press, 2013), 14, aunque, sin embargo, el autor después propone una estructura de seis partes que merece al menos una mención:

    Section I: Letter Opening (1:1–10)
    Section II: The Origin and the Truth of the Gospel (1:11–2:21)
    Section III: The spirit and the True Heirs of the Promise Made to Abraham (3:1–4:7)
    Section IV: The Grave Dangers Confronting the Galatians (4:8–5:12)
    Section V: Life at the Juncture of the Ages (5:13–6:10)
    Section VI: Epistolary Closing (6:11–18) ↩︎

  5. Hans Dieter Betz, Galatians: a commentary on Paul’s letter to the churches in Galatia, Hermeneia—a Critical and Historical Commentary on the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1979), 11 También puede ser consultado en: Hans Dieter Betz, “Galatians, Epistle to the” en The Anchor Yale Bible Dictionary (New York: Doubleday, 1992), 873. Los siguientes autores siguen la propuesta hecha por H. D. Betz: F. F. Bruce, The Epistle to the Galatians: a commentary on the Greek text, New International Greek Testament Commentary (Grand Rapids, MI: W.B. Eerdmans Pub. Co., 1982), 57-58; Charles B. Cousar, Galatians, Interpretation, a Bible Commentary for Teaching and Preaching (Atlanta, GA: John Knox Press, 1982), 7; James D. G. Dunn, The Epistle to the Galatians, Black’s New Testament Commentary (London: Continuum, 1993), 20; Ronald Y. Fung, The epistle to the Galatians, The New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids, Michigan: Wm. B. Edermans Publishing Company, 1988), 28. ↩︎

  6. El “criticismo retórico” es una herramienta que permite clasificar los elementos discursivos del Nuevo Testamento y de las epístolas de Pablo a la luz de la literatura Greco-Romana, más específicamente el uso de la retórica. Pero es en la obra de H. D. Betz que se introduce el criticismo retórico como herramienta exegética para el NT, Walter B. Russell, “Rhetorical Aalysis of The Book of Galatians, Part 1”, Bibliotheca Sacra 150 (July-September 1993): 341-58. Por otro lado, Duane F. Watson y Alan J. Hauser en Rhetorical Criticism of the Bible: A Comprehensive Bibliography with Notes on History and Method (Leiden: E. J. Brill, 1994), 110, definen que: “Rethorical criticism of the New Testament using only Greco-Roman rhetoric is an historical enterprise. It utilizes a systematized and well-conceptualized discipline from the Greco-Roman era to analyze the New Testament...Thie aproach assumes that the writers of the New Testament were familiar with rhetoric either from formal education, or interaction with oral and written hellenistic culture which was pemeated with rhetorical practice.” Es decir, el “criticismo retórico” intenta usar la literatura Greco-Romana como estilo de escritura o de discurso para poder entender la composición literaria de los libros del NT. Cabe señalar, sin embargo, que el Nuevo Testamento tiene influencia como corpus literario la veterotestamentaria, la intertestamentaria (pseudoepigráficos y apócrifos), qumrámica, filoniana y josefiana. Es por ello que no debemos subestimar que a pesar de que exista una dependencia retórica a partir de la literatura Greco-Romana, hay, por consiguiente, un marcado estilo epistolar en Pablo, quizás la unión de estas dos formas de entender el estilo literario en el apóstol nos arroje una mejor luz sobre el contexto sociocultural en que el apóstol se desenvolvía. ↩︎

  7. Adaptada por F.F. Bruce, 57-58 ↩︎

  8. H. D. Betz, Galatians, 14–25 ↩︎

  9. Arnaldo Momigliano, The Development of Greek Biography (Cambridge: Harvard University, 1971), 60: “The Socratics produced not only famous apologetic speeches wich amounted to biography, though purporting to be autobiography: the also produced apologetic letters… We can not, therefore, see the exact place of Plato’s letter in the history of ancient autobiographical production. But one vaguely feels the Platonic precedent in Epicurus, Seneca, and perhaps St. Paul.” ↩︎

  10. Hans-Josef Klauck, Ancient Letters and the New Testament (Waco, Texax: Bylor University Press, 2006), 221-227. ↩︎

  11. Kurt Aland et al., Novum Testamentum Graece, 28th Edition. (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 2012), Gl 1.11. ↩︎

  12. Ibid., Gl 1.12. ↩︎

  13. Id. ↩︎

  14. La palabra πεπλήρωται es un perfecto pasivo de πληρόω. Según Johannes P. Louw y Eugene Albert Nida, Greek-English lexicon of the New Testament: based on semantic domains (New York: United Bible Societies, 1996), 199, esta palabra posee los siguientes campos semánticos: “a) fill; b) make complete; c) finish; d) provide fully; e) proclaim completely; f) give true meaning; g) cause to happen.” Dado el significado contextual, es quizá correcto traducirlo como “dar verdadero significado” o “resumir”, tal como lo hace la NVI: “toda la ley se resume”. William Arndt, Frederick W. Danker, y Walter Bauer (A Greek-English lexicon of the New Testament and other early Christian literature [Chicago: University of Chicago Press, 2000], 828) dicen que la lectura de este pasaje puede ser leída como “the whole law has found its full expression in a single word or is summed up under one entry”, puesto que el perfecto pasivo así lo requiere. Entonces, el significado pleno y escritural es atestiguar que la Ley encuentra el significado pleno en “amar al prójimo”. ↩︎

  15. La cronología generalmente aceptada de las cartas paulinas puede ser la siguiente en palabras de J. B. Lightfoot: “It will be seen then that according to the generally received opinion, which dates this epistle from Ephesus, the chronological order of the letters of the period will be Galatians, 1 Corinthians, 2 Corinthians, Romans”, en Saint Paul’s Epistle to the Galatians (New York: Macmillan and Co., 1896), 40. ↩︎

  16. Henry Barclay Swete, The Old Testament in Greek: According to the Septuagint (Cambridge, UK: Cambridge University Press, 1909), Gn 15.6. ↩︎

  17. William Arndt, Frederick W. Danker, y Walter Bauer, A Greek-English lexicon of the New Testament and other early Christian literature (Chicago: University of Chicago Press, 2000), 112. ↩︎

  18. Luc 2:32; Rom 16:25; 1 Co 1:7; 14:6; 2 Co 12:1; Gál 1:12; Efe 1:17; 2 Tes 1:7; 1 Pe 1:7; Apoc 1:1, James Swanson, Dictionary of Biblical Languages with Semantic Domains: Greek (New Testament) (Oak Harbor: Logos Research Systems, Inc., 1997). ↩︎

  19. “So of that which before was concealed, as the Divine mysteries, purposes, doctrines, Rom. 16:25; 1 Cor. 14:6, 26; of revelations from God or Christ, 2 Cor. 12:1, 7; Gal. 1:12; 2:2; Eph. 3:3. 3) appearance, said of Christ’s appearance from heaven, 2 Th. 1:7; 1 Cor. 1:7; 1 Pet. 1:7, 13; 4:13,” S. T. Bloomfield, A Greek and English Lexicon to the New Testament (London: Longman, Orme, Brown, Green, & Longmans, 1840), 38. ↩︎

  20. Anthony C. Thiselton, The First Epistle to the Corinthians: a commentary on the Greek text, New International Greek Testament Commentary (Grand Rapids, MI: W.B. Eerdmans, 2000), 1186; Hans Conzelmann, 1 Corinthians: a commentary on the First Epistle to the Corinthians, Hermeneia—a Critical and Historical Commentary on the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1975), 251; John Meier, “The Circle of the Twelve: Did It Exist during Jesus' Public Ministry?”, Journalal of Biblical Literature (1997): 659-663; Gerhard Kittel, Geoffrey W. Bromiley, y Gerhard Friedrich, Theological dictionary of the New Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1964–), 12–15. ↩︎

  21. Además, es interesante notar que cuando el apóstol usa esta palabra, es seguida de una especificación de quién recibió la enseñanza: “lo que aprendiste y recibisteis… en mi” (Fil 4:9); “de la manera que recibisteis de nosotros” (1 Tes. 4:1); “la enseñanza que recibiste de nosotros” (1 Tes.4:6). ↩︎

  22. Raúl Quiroga, Comentario a las epístolas de Pablo (Argentina, Entre Ríos, Libertador San Martín: Editorial Universidad Adventista del Plata, 2006), 157. ↩︎