Los “tres días y tres noches” de Mateo 12:40

Revista Sefer Olam Jul 23, 2012
Juegos Cristianos

Jesús dijo en Mateo 12:40 que estaría tres días y tres noches en la tumba. De acuerdo a nuestro pensamiento occidental esto correspondería a tres días de 24 horas cada uno (contando día y noche) sumando 72 horas cronológicas.

Pero para un judío no significa eso, puesto que ellos contaban el tiempo en forma inclusiva, es decir, en un periodo de días, meses o años, consideraban el primero y el último como completos aunque fuese solo una parte del ciclo. Por ejemplo: si un rey comenzaba a reinar en diciembre de cierto año, el año nuevo, el año por comenzar, no era contado como algunos días o un mes, sino como un año, y el siguiente año nuevo cumpliría dos años de reinado en vez de un año y un mes.

¿Confirma esto la Palabra de Dios?

Sí, puesto que Dios inspiró a los profetas hebreos en su lenguaje y de acuerdo a su cultura, para incluir en su mensaje ejemplos de cálculo inclusivo:

a) Daniel 1:1 comparado con Jeremías 36:1. Daniel dice que Judá cayo en el tercer año de Joacim porque su público es mixto (judíos y caldeos), para que los caldeos también pudieran entender. En cambio Jeremías, que escribe solo a judíos en Palestina, dice que fue en el cuarto año de Joacim. Obviamente usó el cálculo inclusivo.

b) 2 Reyes 18:9-10. Allí dice que la caída de Samaria duró tres años (v.10), comenzando en el cuarto año de Ezequías rey de Judá, el cual concordaba con el séptimo año de Oseas rey de Israel. Este asedio terminó el sexto año de Ezequías y en el noveno de Oseas. De acuerdo a nuestra mentalidad actual no serían tres años sino dos, puesto que del cuarto al quinto año de Ezequías contamos un año completo y del quinto al sexto serían dos años. En el caso de Oseas contamos del séptimo al noveno dos años también, pero para un judío la parte de cuarto año en que comenzó el ataque y la parte del sexto en que terminó el ataque eran contados como años completos, lo mismo con los años séptimo al noveno de Oseas.

c) En Ester 4:16 la reina Ester pide a los judíos que la acompañen en un ayuno de “tres días, noche y día” (para nosotros 72 horas), y luego entraría a hablar con el rey. Nosotros esperaríamos que hubiera entrado a hablar con el rey al cuarto día, pero en Ester 5:1 dice: “al tercer día. . . entró.”

¿Cómo deberíamos entender la Biblia, con nuestra forma de pensar occidental o con la forma de pensar judía?

Con la mentalidad judía. De hecho, los cristianos que guardamos el sábado no lo guardamos desde las 12 de la noche del viernes a las 12 de la noche del sábado como se calcula el tiempo en occidente, sino de puesta de sol a puesta de sol de acuerdo al cómputo judío. Además recordemos que en Mateo 12:40 Jesús y sus oyentes eran judíos.

Hay evidencias neotestamentarias de que Jesús también usó el cálculo inclusivo. Por ejemplo, Lucas 13:32-33. Para nosotros “hoy y mañana y pasado mañana” nos indican dos días completos, puesto que de hoy a mañana contamos un primer día y de mañana a pasado mañana contamos un segundo día. Sin embargo, para Jesús pasado mañana es “el tercer día.” Juan 19:31 afirma que Jesús murió un día de preparación; la Biblia generalmente llama así al viernes (Éxodo 16:31), día en que se hacían los preparativos para el sábado. El cordero pascual se preparaba el día 10 de Aviv, 4 días antes de la Pascua (Éxodo 12:3), por lo cual la preparación de la Pascua no es un día antes, sino, cuatro. En los Evangelios el texto original no dice “preparación de la Pascua” sino “preparación para el sábado”.

El reposo anual de la Pascua concedió con el sábado semanal “pues aquel sábado era de gran solemnidad”. Los judíos llamaban sábado de gran solemnidad a un sábado semanal en que concedía una fiesta anual.

La palabra sábado que aparece allí en griego es σαββατον, que la Biblia sólo aplica al sábado semanal y al día de expiación. Cuando las Escrituras se refieren a los otros seis sábados anuales usan la palabra griega αναπαυσις, “descanso”, “reposo” o “confort”. En el Antiguo Testamento hebreo (AT) ocurre lo mismo, la palabra hebrea sólo se usa para el sábado semanal y el día de expiación; para los otros “sábados” anuales se usa la palabra hebrea “reposo”, “descanso”. Por lo tanto, Jesús murió un viernes antes del σαββατον (en griego).

En Lucas 23:54-56 no existen “dos sábados” (jueves y sábado) como algunos piensan. El texto afirma que cuando Jesús fue sepultado “era día de preparación, y estaba para comenzar el sábado (en griego σαββατον) y las mujeres… vieron el sepulcro y como fue puesto su cuerpo (¿Qué día fue puesto su cuerpo en el sepulcro? El viernes) y vueltas prepararon especial aromáticas y ungüentos (¿vueltas de dónde? Del sepulcro. ¿Qué día? El viernes); y descansaron el sábado (en griego σαββατον), conforme al mandamiento.”

Si el sábado del v.54 fuese un jueves, entonces el día en que Cristo fue sepultado fue un miércoles; y el v.56 cuando dice “y vueltas” (del sepulcro) el miércoles antes de oscurecerse indicaría que el día que “descansaron conforme al mandamiento” fue un jueves.

El versículo siguiente (24:1) dice que “el primer día de la semana (domingo)… vinieron al sepulcro) a ungirle. Si prepararon las especias el miércoles ¿por qué no le ungieron el viernes? Y si Jesús murió un miércoles, de nada servía ungirle el domingo, si ya con 4 días un cuerpo estaba en descomposición (Juan 11:39), pues el objetivo de la unción era evitar la rápida descomposición de los cadáveres.

Lucas 24:13 dice que “el mismo día” en que fueron las mujeres al sepulcro, es decir, el domingo, iban 2 discípulos por el camino a Emaus, donde se les apareció Jesús, y sin que lo reconocieran ellos le dijeron: “…ahora, además de todo esto, hoy (domingo) es ya el tercer día que todo esto ha acontecido” (Lucas 24:20-21). Si el domingo era el tercer día de sepultura ¿por qué no resucitó al final del día para completar las 24 horas? Y si el domingo era su tercer día de sepultura, ¿cuál fue el segundo día? Obviamente el sábado. Y ¿cuál sería el primero? Indiscutiblemente el viernes. Esto es confirmado en los vv.22-23 donde dice que las mujeres fueron “de madrugada” ese día (Biblia de Jerusalén) y no le hallaron. La Versión Reina Valera 1960 no contiene la mejor traducción al decir “antes del día”, porque la palabra griega usada allí es ορθινος, que significa “de madrugada”; la palabra griega que significa día es ήμερα, esta palabra es la que aparece en el v.21.

Conclusión

Podemos entonces concluir lo siguiente:
a) los tres días y las tres noches, de acuerdo a la mentalidad judía y bíblica, comienzan el viernes, sus últimas horas contadas en forma inclusiva como un día de tarde y mañana. En Mateo 27:57 y Marcos 15:42 donde dice, de acuerdo a la Reina Valera de 1960 que “fue sepultado en la noche”, podría pensarse que Jesús fue sepultado en horas del sábado, y por lo tanto, no estuvo nada del viernes en la tumba. Pero la palabra griega que aparece allí no es “noche” (en griego νυξ), sino “tarde” (en griego οψιοs). En otras versiones este texto está mejor traducido; la Biblia de Jerusalén la traduce “al atardecer”, lo que coincide con Lucas 23:54, donde se afirma que Jesús fue sepultado en horas del viernes.

Además las Escrituras exigían que a un colgado en un madero “sin falta lo enterrarás el mismo día” (Deuteronomio 21:22-23), y Jesús cumplió todas las Escrituras, incluso ésta (Gálatas 3:13).

b) el segundo día en la tumba fue el sábado, su tarde y su mañana. Jesús consumó la obra de la redención en viernes con su muerte (Juan 19:30), y reposó el séptimo día como lo había hecho en la creación.

c) el tercer día en la tumba fue el domingo, una parte de su mitad oscura.

De esta forma la muerte y resurrección de Cristo coincidió con la fiesta bíblica de la Pascua (Juan 19:31), que comenzaba en las últimas horas del 14 de Abib (primer mes judío, Éxodo 12:2; 13:4) con el sacrificio pascual (Éxodo 12:6). El día 15 de Abib era un reposo ceremonial (Levítico 23:5-7). Y el 16 de Abib se ofrecían las primicias (Levítico 23:10-11). El sacrificio pascual del 14 de Abib coincidió con la hora, día y mes del sacrificio de Cristo (1 Corintios 5:7), y las primicias pascuales del 16 de Abib coincidieron con la resurrección de Cristo, quien es llamado “primicia de los que durmieron” (1 Corintios 15:20).

Si el sacrificio pascual hubiera sido un miércoles 14, y el reposo pascual un jueves 15, entonces la primicia pascual, símbolo de la resurrección de Cristo, habría ocurrido el viernes 16, pero esto no es sostenido por nadie, ya que Jesús resucitó un primer día de la semana (domingo).

La pascua bíblica no solo simbolizaba y anunciaba la muerte de Cristo, sino también su resurrección. Cristo no es solo el sacrificio pascual sino también la primicia pascual, habiendo sido presentado vivo al Padre como garantía de una gran cosecha final (Apocalipsis 14:14-16). Cristo murió por nosotros y resucitó por nosotros (Romanos 4:25; 1 Corintios 15:14, 17).

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Apéndice

Mateo, el que antes fuera cobrador de tributos (Mateo 9:9-13), es el único evangelista[1] que claramente dirige su evangelio a los judíos, pues su propósito era demostrar a su pueblo que Jesús es el Mesías Rey que ellos esperaban, que en Jesús se cumplieron todas las profecías dadas a Israel. Las palabras “rey” o “reino” aparecen 50 veces en este evangelio; de los cuatro evangelios Mateo es quien más cita las Escrituras hebreas, es decir, el Antiguo Testamento, habiendo más de 40 citas textuales y 60 referencias alusivas al Mesías, y es característica de Mateo la frase: “todo esto aconteció para que se cumpliera…” Marcos, en cambio, dirigió su evangelio a los romanos. Ellos eran hombres de acción, prácticos. Marcos no presenta al Mesías como Rey sino como Siervo, el que sirve y actúa a favor del prójimo. Marcos es el evangelio más práctico y breve, no se explaya en los sermones de Cristo como lo hace Mateo, sino en sus acciones, es decir sus milagros. Marcos se propone demostrar al mundo romano que Jesús es el Mesías por las señales que hizo, no porque cumple las profecías; después de todo los romanos poco sabían de profecías. Mateo en cambio enfatiza lo que Jesús dijo. Mientras que Mateo inicia el ministerio de Cristo con el “sermón de la montaña” (caps.5-7), Marcos lo comienza con el sanamiento de un endemoniado y varios milagros más (cap.1:21-2:12). Por otra parte, Mateo no explica expresiones y costumbres judías, puesto que los judíos las conocían, en cambio Marcos se preocupa de explicar costumbres y conceptos propios del judaísmo (por ejemplo: 3:17; 5:41; 7:1-4,11,34; 12:42; 14:12; 15:34), porque los romanos no las conocían. Además Marcos usa a veces palabras latinas,[2] por ejemplo: 6:27→speculator “guardia”, 12:14→censo “tributo”, 15:39→jenturion “centurión”, etc.

El evangelio de Lucas está dirigido al mundo griego, recordemos que él es el único autor del Nuevo Testamento que no es judío (Colosenses 4:11-12), se piensa que era griego de Macedonia. Lucas dedica su evangelio a un personaje griego (Teófilo, Lucas 1:1-4). Mientras Mateo comienza con la genealogía de Jesús[3], Lucas la desarrolla en el capítulo 3 de su evangelio. Mateo comienza su genealogía con David, el principal rey de los judíos, y con Abraham, el padre de la nación judía, además menciona 14 reyes judíos como antepasados de Jesús; en cambio Lucas solo menciona a David, y sin llamarle rey, y no lo menciona de los primeros puesto que comienza con José y termina con Adán que no era padre de los judíos sino de toda la humanidad (Lucas 3:13-38).

Lucas presenta a Jesús como humano, amigo de la humanidad (no solo de judíos), él es quien relata más hechos de Jesús a favor de los gentiles, gente despreciada por los judíos. Por ejemplo, sólo Lucas menciona la parábola del buen samaritano.

Juan, que escribió su evangelio a fines del siglo I, cuando ya Jerusalén había sido destruida y los judíos como pueblo dispersados, no dirige su evangelio a los judíos sino a la iglesia cristiana en general. Ya eran conocidos los otros evangelios, ya se había escrito lo que Jesús dijo e hizo, y por eso Juan se preocupa de enseñar el significado de lo que Jesús dijo e hizo.

Juan tiene interés en demostrar la divinidad de Cristo, no su humanidad como lo hace Lucas. Juan omite el nacimiento mariano de Jesús; a diferencia de los otros evangelios, él nos muestra el origen eterno del verbo, cuando el verbo “era Dios” solamente (Juan 1:1-3). Ahora bien, la “señal de Jonás” solamente la registraron Mateo y Lucas, pero sólo Mateo cita el texto completo de Jonás mencionando los tres días y las tres noches (12:40) porque sus lectores como judíos entendían el lenguaje de Jonás que uso el calculo inclusivo; en cambio Lucas menciona la señal de Jonás pero omite los tres días y las tres noches porque su público gentil no entendería claramente esta expresión (11:29-30).

Por último, si interpretamos Mateo de acuerdo a nuestra comprensión actual, y no como lo entendían los judíos, tendríamos problemas con todo el libro, comenzando con el v.1 del capítulo 1 donde dice: “Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”, porque para nosotros “hijo” es aquel que fue engendrado por el padre, y aunque sea criado por otro hombre siempre nos referimos al que lo engendró como “padre biológico”. Por ejemplo: si yo digo que soy hijo de Héctor Urrutia quiero decir que Héctor Urrutia me engendró, y así lo entienden los demás, pero para un judío “hijo” significa principalmente “descendiente”, ya que no existía una palabra diferente para descendiente en el idioma bíblico, pero sí en el nuestro. Si nosotros interpretamos literalmente y de acuerdo a nuestra cultura occidental este pasaje tendríamos que sostener que Jesús fue engendrado por lo menos por tres hombres: David, Abraham y José. Pero si lo entendemos como los judíos lo entendían no tendremos problemas, simplemente David y Abraham son ascendientes de Jesús. Todo esto esta apoyado por evidencias históricas y arqueológicas, pero creemos que con las evidencias bíblicas es suficiente.

Notemos además que para un judío decir tres días y tres noches es lo mismo que decir:

a) “en tres días” Mat.26:61; 27:40; Mar.14:58; Juan 19:21.

b) “después de tres días” Mat.27:63; Mar.8:31.
c) “al tercer dia” Mat.16:21; 17:23; 27:64;Mar.9:31; Luc.9:22; 24:21, 46.

Es interesante que Mateo sea el único que usa las 3 expresiones para referirse al mismo evento, la resurrección de Cristo. Para nosotros decir que resucitaría “al tercer día” significa en horas del tercero, dentro de ese día, y “después de tres días” significa en el cuarto, el día siguiente al tercero, Mateo en cambio no piensa así. Por su parte Lucas usa solo la expresión “al tercer día” para no confundir a sus lectores.

Autor: Pr. Héctor Urrutia

Referencias


  1. Recordemos que los cuatro evangelios son: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. ↩︎

  2. Recordemos que el Nuevo Testamento fue escrito en griego, el idioma más popular del tiempo apostólico, por su parte el latín era el idioma de los romanos. ↩︎

  3. Para los judíos era trascendental la genealogía de un Mesías, fuese sacerdote o rey, recuérdese que en tiempos de Nehemías fueron rechazados los sacerdotes que no pudieron demostrar su genealogía desde Aarón. ↩︎

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