La Fortaleza Edomita de Sela

Arqueología bíblica Apr 24, 2016
Juegos Cristianos

¿Es aquí donde 10.000 edomitas fueron arrojados a su muerte?

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Rodeado por profundos cañones entre ásperas montañas en el sur del Jordán, la escabrosa “roca” de es-Sela puede ser donde el rey Amasías de Judá masacró a 10.000 edomitas

En uno de los episodios más fríos y brutales del Antiguo Testamento, el rey Amasías de Judá (801-783 a.C.), después de haber asesinado a casi 10.000 edomitas en batalla cerca del sur del Mar Muerto, se dice que arrojó a otros 10.000 de la cima de la cercana Sela, donde ellos “se hicieron pedazos” (2 Crónicas 25:12- 2 Reyes 14:7). Aunque el relato bíblico provee solo pistas vagas acerca de dónde este horrible evento tomó lugar (Sela simplemente significa “roca” en hebreo), la arqueología de una fortaleza poco conocida en el sur de Judá puede tener la respuesta.

Ubicada solo 5 kilómeotros al norte de la capital edomita de Bozrag (la Buseirah moderna) en las ásperas montañas del sur del Jordán, está una impactante fortaleza natural de piedra que aún posee el nombre de es-Sela. Rodeada por todos lados por profundos precipicios, la elevada, escabrosa roca de es-Sela le levanta más de 250 metros sobre los valles a su alrededor, culminando en una amplia y plana cima que solo puede ser alcanzada mediante una antigua y bien escondida escalera que sigue un estrecho pasaje en el lado oriental de la montaña. Aunque es-Sela no ha sido excavada, la superficie que se encuentra en la cima indica que fue ocupada durante varios períodos (incluyendo la Edad de Bronce y el período nabateo), pero que vio su ocupación y uso más extenso entre el 1000-500 a.C., el tiempo de los edomitas bíblicos.

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El área de la puerta y la torre natural de roca que forma la única entrada a la fortaleza montañosa de es-Sela. La estrecha entrada que lleva a la ciudad puede ser vista a la izquierda.

El carácter defensivo de es-Sela se vuelve inmediatamente evidente después de ascender las muchas curvas de la escalera y pasar a través del estrecho pasaje cortado en la roca que sirve como la única entrada de la fortaleza. Rodeando el pasaje hay torres naturales de roca equipadas con puestos de guardias y restos de muros fortificados muy bien construidos. Junto a los bordes de la cima hay numerosas habitaciones y cámaras excavadas en la roca con vistas estratégicas a los valles circundantes, además de más de dos docenas de cisternas excavadas en la roca de arenita blanca, todas las cuales almacenan agua de lluvia mediante un sistema interconectado de canales.

Dado que es-Sela no ha sido excavada, es difícil saber cómo y en qué ocasiones los edomitas hicieron uso de su fortaleza montañosa, aunque se pede evidenciar la importancia del sitio por los misteriosos edificios cortados en la roca que cubren la cima. Además de la miríada de cámaras y habitaciones en los numerosos domos rocosos en la cima (que probablemente funcionaban como moradas), hay otras características enigmáticas, como una escalera excavada que aparentemente no va a ninguna parte, y un asiento parecido a un trono posicionado en el centro de una cámara vacía. Y sobre un gran bloque de piedra sobresaliendo del suelo, hay una imagen dañada, aunque delicadamente esculpida de la cabeza de un toro, probablemente una representación de Hadad, el dios de la tormenta.

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Esculpido en la superficie de la roca está esta representación de una figura real mesopotámica parada ante varios símbolos astrales. La escena probablemente representa al rey babilónico Nabonido, quien realizó una campaña a través de Edom a mitad del siglo VI a.C.

Pero la indicación más clara de la importancia de es-Sela durante el tiempo de los edomitas proviene de un relieve grabado en la superficie de la roca a mitad de camino en la parte más escabrosa de la montaña. El relieve mesopotámico, gravemente dañado, pero aun claramente discernible, muestra una figura real con una tiara cónica llevando un largo cayado frente a símbolos del sol, la luna y las estrellas. Estas figuras están rodeadas por desvanecidos trazos de una extensa inscripción cuneiforme neo-babilónica, aunque demasiado dañada como para ser leída. La iconografía de la escena, sin embargo, sugiere fuertemente que fue grabado para conmemorar la conquista de es-Sela y Edom durante la campaña sur del reino babilónico Nabonido (555-539 a.C.), quien es famoso por haber residido en el noroeste de Arabia durante la mayor parte de su reinado[1].

Por supuesto, nada de esto arroja alguna luz sobre la masacre de los edomitas tal como es registrada en la Biblia. De hecho, otros candidatos para la Selá bíblica han sido propuestos, como la montaña de Umm el-Biyara en las cercanías de Petra[2]. Aunque no sabremos más acerca de la historia edomita de es-Sela hasta que el sitio sea sistemáticamente explorado y excavado, la evidencia disponible muestra que esta fascinante fortaleza montañosa ciertamente era un lugar importante de refugio para los edomitas en la Edad de Hierro, al menos hasta el tiempo de Nabonido, y tal vez durante el reinado de Amasias también.

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La cima de es-Sela solo puede ser alcanzada mediante una antigua escalera (los escalones más bajos han sido reconstruidos recientemente) que sigue un estrecho cañón en la superficie de la roca.

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En el área cercana a la entrada, con torres, rocas con forma de domos en la cima de es-Sela fueron fortificadas con muros de piedra, los restos de los cuales aún pueden ser vistos actualmente.

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Esparcidas a lo largo de la cima de es-Sela hay numerosas habitaciones y cámaras excavadas en la roca, incluyendo esta residencia con un puesto de guardia que fue equipada con una cisterna.

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Entre las características más interesantes en la cima de es-Sela es esta escalera esculpida que aparenta ir a ningún lado.

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Dentro de una de las muchas cámaras excavadas en la roca sobre la cima de el-Sela está este gran bloque de piedra, aparentemente esculpida con la forma de un asiento o trono gigante.

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Esculpido en un relieve a ras del suelo en un bloque de arenisca en la cima de el-Sela está un dibujo dañado de la cabeza de un toro, muy probablemente el ampliamente adorado dios de la tormenta, Hadad.

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La ubicación del relieve de Nabonido sobre la roca de es-Sela está señalado en rojo en esta fotografía.

Autor: Glenn J. Corbett | BAS | Traducido por Eric Richter

Referencias


  1. Vwe “Who Was Nabondius?” columna en respuesta a Matt Waters, “Making (Up) History,” Archaeology Odyssey, Noviembre/Diciembre 2005. ↩︎

  2. Ver Joseph J. Basile, “When People Lived at Petra,” Archaeology Odyssey, Julio/Agost 2000. ↩︎

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