¿Hay Jesuitas en la Iglesia Adventista?

Jul 14, 2016
Juegos Cristianos

Después de las declaraciones del Pr. Ted Wilson acerca de los jesuitas, hemos recibido la misma pregunta por un tubo y siete llaves. Si me preguntas a mí personalmente respondería: En la Iglesia Adventista del Séptimo Día hay de todo. ¿Por qué? solamente hay que ir a la Biblia. Leamos lo que dice Mateo 13:24-30:

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Es una de las parábolas más conocida de Jesús. En ella podemos leer el contexto en que la iglesia de Cristo aún en el tiempo del fin se encontraría. Es triste ver a hermanos salirse de la iglesia por razones como: la iglesia está en apostasía, la iglesia ya no es la misma de antes y otras razones similares que estoy seguro ustedes han escuchado decir. No pretendo decir que la iglesia salva, no y no. El único que salva es Jesucristo, sin embargo, ¿por qué no hacer una reforma desde adentro? ¿por qué abandonarla?

La Hna. White comentando las primeras palabras de Cristo en su libro Palabras de vida del Gran Maestro Pág. 49 escribió:

“El campo -dijo Jesús- es el mundo”. Pero debemos entender que esto significa la iglesia de Cristo en el mundo. La parábola es una descripción de lo que pertenece al reino de Dios, su obra por la salvación de los hombres; y esta obra se realiza por medio de la iglesia.

El campo es la iglesia, o sea, tú, la hermana, el hermano y yo. Eso quiere decir que tanto tú como yo podemos ser trigo o cizaña, por lo que nosotros trabajemos, eso seremos o representamos. Esa declaración de la Hna. White es importante, porque muchos todavía creen que la Iglesia Militante debe ser perfecta y eso no es así. Hay personas dentro de la iglesia que aman a Dios con todo su corazón y con toda su alma, lo mismo podemos decir de personas que aman con todo su corazón y alma a Satanás, no con palabras pero, si con sus acciones. Lo que nosotros hacemos en nuestro diario vivir nos debe decir de que lado estamos, a quien nosotros servimos y amamos. Y recordemos, la salvación es individual, lo mismo que la consagración diaria. Nadie puede suplirnos nuestras necesidades espirituales, ni el pastor, esposa, esposo, padre, madre… ¡Nadie! Ese es un trabajo que nos toca a nosotros.

Leamos la siguiente declaración de la Hna. White que se encuentra en Testimonios para los ministros Pág. 94:

¿No tiene Dios una iglesia viva? Tiene una iglesia, pero es la iglesia militante, no la iglesia triunfante. Nos sentimos apenados de que haya miembros defectuosos… Mientras el Señor trae dentro de su iglesia a los que están verdaderamente convertidos, al mismo tiempo Satanás trae a personas que no están convertidas. Mientras Cristo siembra la buena semilla, Satanás siembra la cizaña. Hay dos influencias opuestas que obran continuamente en los miembros de la iglesia. Una influencia obra la purificación de la iglesia, y la otra, la corrupción del pueblo de Dios…

Es una de las citas mas fuertes que he leído de la Hna. White. Siempre que la leo, la leo como si fuera la primera vez. Es aterrador pensar como Satanás en su afán por destruir el pueblo de Dios trabaja y ha sido una de las citas que me ha ayudado a llevar todo el conflicto a mi esfera, mi iglesia local.

El Pr. Wilson fue muy criticado por algunos adventistas, el Pr. Wilson no negó la existencia de los jesuitas como algunos afirmaron. Lo que el Pr. Wilson negó fue la influencia de los jesuitas centros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El Pr. Wilson fue muy inteligente y responsable con su respuesta, de hecho, yo estoy de acuerdo con su respuesta. Pero, en el principio mencioné que en la Iglesia Adventista hay de todo, sí, y lo sostengo. Sin embargo, el Pr. Wilson dejó una declaración y a la vez nos dio un consejo en su respuesta que son imperdibles y no se pueden pasar por alto, leamos primero la declaración donde habla de las influencias de la Iglesia Adventista:

Las influencias guiadoras de la Iglesia Adventista son la Biblia, el Espíritu de Profecía y nuestra comprensión de ser el remanente de Dios para estos últimos días, tal como se describe en Apocalipsis 12:17. Estas son las influencias que importan.

Recordemos mis amados en Cristo que el Pr. Wilson es un hombre, no es Dios. El no puede estar en todos los lugares para controlar la iglesia, de hecho, no lo quiere hacer, ha demostrado que es una persona humilde y ha declarado que el líder de la iglesia es Dios mismo y no los hombres. A pesar de que la Iglesia Adventista es dirigida por hombres, dentro de ella la influencia de la Biblia y los escritos de la Hna. White sigue vigente, nos podemos dar cuenta de ello por las enseñanzas de la Iglesia Adventista.

Leamos ahora el consejo bíblico que nos deja el Pr. Wilson al final de su respuesta. Filipenses 4:8:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Creo que no pudo terminar con mejor versículo, ¿por qué? bueno porque ahora hay algunos adventistas que quieren ser cazadores de jesuitas dentro de la iglesia. Dentro de las preguntas que nos llegaron adjuntaron una imagen donde literalmente te decían “cómo reconocer un jesuita dentro de la iglesia adventista”, y no, no es broma. Cuando miré la imagen por primera vez mi reacción fue: ¿y qué no me dice que el creador de la imagen/lista es un jesuita? podría sonar contradictorio pero, ese estilo ha sido parte del proceder de infiltrados no necesariamente dentro de la iglesia y mucho menos jesuitas. Pero es una manera de borrar toda sospecha contra el que pudiera ser un verdadero infiltrado, ¿si se entiende lo que quiero decir?

En fin, la pregunta ahora es: ¿Estamos nosotros capacitados o tenemos el derecho de señalar o sacar de la iglesia a “x” o "y" hermano/a por pensar que es de la orden de los jesuitas? La respuesta es un rotundo no, y gracias a Dios que la respuesta no es mía sino del mismo Jesucristo.

Volvamos al texto bíblico, Mateo 13:28-30:

Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Los siervos de la parábola querían arrancar la cizaña del trigo. Podría decir que en ocasiones es normal que nuestro celo por la verdad juzgue a nuestro hermano el cual creemos está en error, y estoy hablando del hermano adventista, no del hermano de otra denominación. Escribo que es normal porque no dejamos de ser seres humanos imperfecto y es por ello que ese trabajo, el de arrancar la cizaña, separar a los fieles adventistas de los infieles (que nosotros creemos) no se nos ha dado a nosotros, nuestro juicio está nublado. La Hna. White comentando esa parábola dice con respecto a ese punto algo muy interesante:

Cristo ha enseñado claramente que aquellos que persisten en pecados manifiestos deben ser separados de la iglesia; pero no nos ha encomendado la tarea de juzgar el carácter y los motivos. El conoce demasiado bien nuestra naturaleza para confiarnos esta obra a nosotros. Si tratásemos de extirpar de la iglesia a aquellos que suponemos cristianos falsos, cometeríamos seguramente errores. A menudo consideramos sin esperanza a los mismos a quienes Cristo está atrayendo hacia sí. Si tuviéramos nosotros que tratar con estas almas de acuerdo con nuestro juicio imperfecto tal vez ello extinguiría su última esperanza. Muchos que se creen cristianos serán hallados faltos al fin. En el cielo habrá muchos de quienes sus prójimos suponían que nunca entrarían allí. El hombre juzga por la apariencia, pero Dios juzga el corazón. La cizaña y el trigo han de crecer juntamente hasta la cosecha; y la cosecha es el fin del tiempo de gracia.

Las líneas que tienen el énfasis en ese párrafo nos deberían enseñar muchas cosas a nosotros. No debemos creernos jueces, no podemos ni debemos hacer un trabajo que no se nos ha encomendado, debemos predicar la verdad que es en Cristo Jesús. ¡Claro que sí! Debemos predicar el mensaje profético distintivo de la Iglesia Adventista y no perder el tiempo. Si cada vez que subimos al púlpito predicamos la verdad, los hermanos reconocerán la falsedad, solo hay que conocer un billete verdadero para reconocer uno falso. De que hay de todo en la Iglesia Adventistas, por supuesto, más sin embargo, no es mi trabajo decir que la hermana Rivera o el hermano Ortiz es un jesuita. Recuerden, no es más adventista que nadie el que solo usa los escritos de la Hna. White, incluso olvidando el libro de los libros, nuestra única regla de Fe, la Biblia.

Casi terminando su comentario la Hna. White menciona lo que sucedió con algunos personajes de la Iglesia Primitiva:

El mundo no tiene derecho a dudar de la verdad del cristianismo porque en la iglesia haya miembros indignos, ni debieran los cristianos descorazonarse a causa de esos falsos hermanos. ¿Qué ocurrió en la iglesia primitiva? Ananías y Safira se unieron con los discípulos. Simón el mago fue bautizado. Demas, que desamparó a Pablo, había sido contado como creyente. Judas Iscariote figuró entre los apóstoles. El Redentor no quiere perder un alma; su trato con Judas fue registrado para mostrar su larga paciencia con la perversa naturaleza humana; y nos ordena que seamos indulgentes como él lo fue. El dijo que los falsos hermanos se hallarán en la iglesia hasta el fin del tiempo.

Cristo mismo decidirá quiénes son dignos de vivir con la familia del cielo. El juzgará a cada hombre de acuerdo con sus palabras y sus obras. El hacer profesión de piedad no pesa nada en la balanza. Es el carácter lo que decide el destino.

Que el Señor nos ayude a examinar nuestro corazón y humillarnos delante él. A tener paciencia con el hermano y a entender que la obra de separar la cizaña del trigo no es algo que nos compete.

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Galvin Misael

Estudió Teología, Historia y Piano