Exégesis sobre Apocalipsis 17:8-11: El Contexto de αἱ ἑπτὰ κεφαλαὶ

Jan 9, 2017
Juegos Cristianos

Introducción

El texto escogido, para muchos, es uno de los más problemáticos del libro de Apocalipsis.[1] Lo enigmático del texto se centra en torno a descifrar quiénes son los siete reyes y a quiénes representan, ya sea un reino o literalmente a reyes. El acertijo de “cinco han caído”, “uno es”, y “el otro aún no ha venido” (v.11) deja perplejos a los teólogos de las distintas escuelas de interpretación como veremos más abajo. Incluso, los adventistas del séptimo día se han esforzado por tratar de encontrar la identidad profética de estos reyes a lo largo de toda su historia sin obtener muy buenos resultados. Entre más se buscan identidades para estos reyes, más posturas salen a la palestra y menos concenso interpretativo se logra; sin ir más lejos, algunos se han visto tentados a declarar que son siete “papas” que se suceden hasta la segunda venida de Cristo. Esta interpretación, sin embargo, es sostenida más por pastores y laicos; aunque, en ambientes académicos el consenso sigue siendo dispar.

Pues bien, dejando de lado lo problemático del texto, es nuestra intención encontrar la identidad de estos reyes por medio de un análisis exegético, en comparación, por consiguiente, con las distintas posturas que promueven las escuelas de interpretación profética.

Corrientes de Interpretación sobre los siete reyes de Apocalipsis 17

Antes de realizar un análisis exegético, es preciso saber, a grandes rasgos, cuáles son las distintas posiciones que los teólogos toman sobre esta parte de la profecía. Por lo mismo, y por la gran variedad de documentos bibliográficos y a la brevedad de esta investigación, es que el escritor ha tenido que acotar la bibliografía de las distintas posturas. Para ello, sólo se han querido tomar los “representantes” de cada una de las escuelas de interpretación. Así, se dará una vislumbre de cada una de ellas, en torno a los distintos enfoques que los teólogos realizan sobre este texto tan problemático.

Preterismo: Siete Emperadores Romanos

Los preteristas sostienen que la bestia sobre la cual la mujer se sienta, es Roma, por consiguiente, los siete reyes deben ser netamente emperadores romanos. David Aune, en el Word Biblical Commentary, resume las distintas posturas preteristas del texto[2] :

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Así vemos que varios toman la posición de que el octavo (17:10), debe entenderse como un octavo rey (a, c, d, e, i), otros, entienden que no hay ocho reyes, sino sólo siete y que el octavo es la bestia (b, f, g, h). Además, cuatro posturas toman la posición de que deben ser reyes susecivos (a, c, e, f), mientras que otros sostienen que son de acuerdo a características especiales que poseen los emperadores romanos (b, d, g, h, i). Por otro lado, tres posiciones coinciden que el “uno es” debe ser Domiciano (g, h, i), otras dos coinciden en que debe ser Nerón (a, b). Y por úiltimo, respecto al que “aún no ha venido” son diversas, unos creen que debe ser Galba, Otón, Vespaciano, Tito, Domiciano, Nerva, o una especia de un “Nerón revivido”.

Como se aprecia, la diversidad es abundante, teniendo presente que Aune sólo presenta un resumen. Esta incertidumbre, incluso, se ve reflejada en las otras escuelas de interpretación como veremos.

Futurismo: Poderes que se oponen la nación de Israel

Los futuristas sostienen que los siete reyes deben entenderse como poderes que se oponen a la nación de Israel. Ellos postulan que, el que “aún no ha venido” será un “anticristo” que se levantará para oponerse al Israel restaurado. Para ellos, por otro lado, la bestia no alude al Imperio Romano:

La postura de que los siete montes se refieren a Roma tiene algunos defectos serios. El primero es la asumida relación entre la mujer y los montes. Las siete cabezas están asociadas con la bestia, no con la mujer. Hay una diferencia entre la mujer y la bestia; y es la bestia quien tiene las siete cabezas. El ángel dijo “te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas” (17:7). Sí los siete montes son Roma, entonces lo más gue se puede determinar es que el imperio del Antic1isto Apocalipsis estará centrado en la ciudad de Roma. Ello no identifica la localización de la ramera, porque ella no forma parte de la bestia.[3]

Por lo mismo, la mayor cantidad de autores futuristas y dispensacionalistas optan por elegir a Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia y Grecia aludiendo a los cinco que “han caído”; consecutivamente, ellos creen que Roma debe ser el “uno es”; y el que “aún no ha venido” será el Imperio Romano bajo el poderío del Anticristo:

El séptimo reino será el Imperio Romano reavivado de los postreros días con su correspondiente rey, es decir, el Anticristo.[4]

La explicación que tiene mayor peso identifica a los reyes como reinos sucesivos que tienen importancia por sus relaciones con la nación de Israel antes y después del tiempo de Juan. En Daniel 7 y 8, los “reyes” y “reinos” son sinónimos, y la siguiente lista incluye a los cuatro imperios de Daniel. En este esquema, la secuencia es: 1) Egipto, 2) Asiria, 3) Babilonia, 4) Persia, 5) Grecia (“cinco de ellos han caído”), 6) Roma (“uno es” en el tiempo de Juan), 7) Roma restaurada, en la primera mitad de la tribulación (el que “aún no ha venido” y que durará “breve tiempo”), y 8) el reino satánico de la bestia, en la segunda mitad de la tribulación (“el octavo”). La bestia restaurará al imperio romano (“es de entre los siete”), pero también será líder político y religioso de un reino distintivamente diabólico (“el octavo”) en los tres años y medio que preceden a la venida de Cristo.[5]

Historicismo: Poderes que se oponen al pueblo[6] de Dios

El Comentario Bíblico Adventista establece dos posturas.[7] La primera dice que los cinco reyes que “han caído” pueden ser Babilonia, Medo-Persia, Grecia, Roma y Roma Papal; el “uno es” en base a la bestia que aparece en 11:7 y su interpretación historicista como Francia atea, es la cabeza que reina; mientras que, el que “aún no ha venido”, sería Estados Unidos por la interpretación de la segunda bestia que aparece en Apoc.13 y que hace que todos se postren ante la imagen de la primera bestia[8]. La segunda postura, es muy parecida a la que sustentan los futuristas, pues insertan a Egipto y Asiria hasta llegar a Grecia, apuntando a los cinco que “han caído”; el “uno es”, por consiguiente, sería el Imperio Romano, y el séptimo, el que “aún no ha venido” lo entienden como el “Papado”.[9] Otra de las posibles interpretaciones de estas cabezas viene de la mano de C. Marvyn Maxwell, el cual coincide con los que comienzan en Babilonia, pero cambia su perspectiva del rey que “es” al no aplicarlo a Francia atea, sino más bien al Papado con sus facultades perdidas; el que “aún no ha venido” lo interpreta como el Papado revivido y, el octavo (la bestia), es “la suma demoniaca de todos los gobiernos perseguidores, de estilo romano”.[10]

En síntesis, para obtener una concepción más acabada del asunto, esquematizaremos las interpretaciones historicistas de la siguiente forma:

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Como es de notar, cada escuela de interpretación bíblica plantea una posición distinta, y aún dentro de una misma escuela interprtativa es difícil encontrar un consenso. Por ello, el autor de esta investigación cree que para descifrar el acertijo debemos volver al antiguo método utilizado por los reformadores, es decir, la sola Scriptura.

Análisis Literario de Apocalipsis 17:8-11

A menos que se indique lo contrario, la versión del texto Griego que se ha utilizado en esta investigación es la UBS4.[11] Por otro lado, para el Antiguo Testamento[12] y para el Nuevo Testamento[13] será utilizada la versión bíblica Nueva Versión Internacional,[14] a menos que se indique lo contrario.

Traducción personal del texto Griego

Antes de hacer un análisis literario del texto, el autor de este ensayo ha querido hacer una traducción personal del texto Griego. He aquí, el texto original y la traducción:

8 Τὸ θηρίον ὃ εἶδες ἦν καὶ οὐκ ἔστιν καὶ μέλλει ἀναβαίνειν ἐκ τῆς ἀβύσσου καὶ εἰς ἀπώλειαν ὑπάγει, καὶ θαυμασθήσονται οἱ κατοικοῦντες ἐπὶ τῆς γῆς, ὧν οὐ γέγραπται τὸ ὄνομα ἐπὶ τὸ βιβλίον τῆς ζωῆς ἀπὸ καταβολῆς κόσμου, βλεπόντων τὸ θηρίον ὅτι ἦν καὶ οὐκ ἔστιν καὶ παρέσται. 9 ὧδε ὁ νοῦς ὁ ἔχων σοφίαν. Αἱ ἑπτὰ κεφαλαὶ ἑπτὰ ὄρη εἰσίν, ὅπου ἡ γυνὴ κάθηται ἐπʼ αὐτῶν. καὶ βασιλεῖς ἑπτά εἰσιν· 10 οἱ πέντε ἔπεσαν, ὁ εἷς ἔστιν, ὁ ἄλλος οὔπω ἦλθεν, καὶ ὅταν ἔλθῃ ὀλίγον αὐτὸν δεῖ μεῖναι. 11 καὶ τὸ θηρίον ὃ ἦν καὶ οὐκ ἔστιν καὶ αὐτὸς ὄγδοός ἐστιν καὶ ἐκ τῶν ἑπτά ἐστιν, καὶ εἰς ἀπώλειαν ὑπάγει.

8 La bestia que viste era y no es y está para subir del abismo e ir a perdición, y los habitantes de la tierra se maravillarán, aquéllos cuyos nombres no [están] escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, al ver a la bestia que era y no es y será. 9 Aquí [está] la mente que tiene sabiduría: las siete cabezas son siete montes sobre los cuales se sienta la mujer. 10 Y son siete reyes, cinco han caído, uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga es necesario que dure breve tiempo. 11 Y la bestia que era y no es, es también el octavo y es [uno] de los los siete, y va a perdición.

Estructura Literaria[15]

La estructura propuesta del texto elegido está basada netamente sobre el texto Griego y la frecuencia de las palabras que parecen direccionarse una con la otra.

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A: El v.8a con el v.11 se interrelacionan notablemente. El v.11 establece una conexión entre el estado de la bestia con el estado de los siete reyes al intercambiar la expresión “subir del abismo” con la nueva frase “es también el octavo y es uno de los siete”:

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B: Por otro lado, es interesante señalar que la tierra se maravillará por la bestia que “era, no es, y será”. La progresión es clara, la bestia está subiendo del abismo, y cuando lo haga, toda la tierra se maravillará.

C: Por último, el ángel establece que debemos tener sabiduría para poder descifrar el acertijo de las siete cabezas, pues son a la vez siete montes, y siete reyes que gobiernan.

Variantes textuales

El texto escogido no presenta muchas variantes textuales, excepto el verbo ὑπάγει, traducido como “ir lejos”[16]: en el v.8. Bruce Metzger dice que en algunos manuscritos se presenta como un infinitivo presente, ὑπάγειν (א P 046 051 1006 1854 al).[17] Es por ello que “los copistas habrían sido propensos para alterar el infinitivo después de μέλλει.”[18]: Aun así, la UBS4 y la NA27 prefieren usar ὑπάγει en el presente, indicativo, tercera persona, singular. De todos modos, si se usa el infinitivo presente, la traducción podría ser “e ir a perdición” en vez de “y va a perdición”.

El Contexto y Estructura de Apocalipsis

En la primera visión presentada en Apocalipsis se le encomienda a Juan γράψον οὖν ἃ εἶδες καὶ ἃ εἰσὶν καὶ ἃ μέλλει γενέσθαι μετὰ ταῦτα (1:19). Este mandato de “escribir” (γράψον) lo que “has visto” (ἃ εἶδες), “las que son” (ἃ εἰσὶν) y “las que han de suceder después de estas” (ἃ μέλλει γενέσθαι μετὰ ταῦτα) demuestra una forma de poder entender la forma estructural- temática del Apocalipsis. Algunos piensan sobre la base de estos tres mandatos, que el texto hace una alusión estructural de todo el libro: (1) “las cosas que has visto” (cap.1), (2) “las que son” (cap.2- 3), y (3) “las que han de ser después de estas” (4-22).[19] David Aune, por ejemplo, dice que la formula usada en este texto se explica por “el énfasis triple sobre el pasado, presente, y futuro”, puesto que, “es una formula estrechamente asociada con la profecía en el mundo Greco-Romano”, sin embargo, reconoce que “es raramente encontrada en textos Judíos”.[20] Otros teólogos, dicen que esta estructura no debe ser triple, sino doble: (1) “las que son” (2-3) y (2) “las que sucederán después de estas” (4-22).[21]

Aunque estas propuestas son bastante sugestivas, debemos tener presente que el libro de Apocalipsis se estructura en siete partes[22] y que la mayor parte de su contenido son alusiones prestadas del AT. Por otro lado, también debemos considerar el hecho de que en el cap.12 se introduce un nuevo tema en el libro, de modo que “las cosas que han de suceder después de estas”, no pueden ponerse bajo el rango de los cap.4 hasta el 22.[23] Más que considerar una estructura triple en base a 1:19, debemos unirlo a Daniel 2:29; de hecho, la versión de Theodotion establece la siguiente traducción del texto arameo de Daniel γενέσθαι μετὰ ταῦτα, lo que “ha de ser después de esto” (2:29)[24]. Por lo tanto, más que una estructura triple de 1:19, es una alusión al libro de Daniel:

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Los dos textos establecen una correlación escatológica, el mandato no es para estructurar el Apocalipsis, sino más bien, es para advertir que su contenido es profético y en base a lo profetico tematizar el libro en su totalidad. Quizás por esto mismo, Beale dice: “el significado del v.19 es crucial, ya que por lo general se entiende que es pragmático para la estructura y el contenido de todo el libro”.[25]

Pero como dijimos más arriba, el libro se estructura en siete partes[26] y es en torno a esto que el libro gira y se interrelacione de forma simétrica:

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El cap.17, por consiguiente, está estructurado en relación a la “ira de Dios”. Es parte de las siete plagas postreras y de la caída completa de Babilonia descrita en el cap.18. El motivo principal de dicha sección (16:1-18:24) tiene como fin destruir por completo a Babilonia.[27] De hecho, el mismo ángel que llega a hablar con Juan, es uno de “los siete ángeles que tenían las siete copas” (17:1), lo cual evidencia una progresión temática más que temporal y cronológica en relación al cap.17.

Así, todo el libro da evidencias que pertenece a una profecía referente a la escatología, por su clara conexión lingüística con Daniel 2:29. Y por ende, más que considerar una estructura triple en base a Apoc.1:19, debemos entender que su función principal es unirse con Daniel. Además, Apocalipsis está estructurado en siete partes, dentro de las cuales, nuestro capítulo para analizar se encuentra en la sección de “la ira de Dios”, lo cual nos provee un aspecto temático y nos pone en contexto a la hora de analizar en detalle los aspectos claves de los siete reyes.

Palabras y frases importantes en el contexto del Apocalipsis

Es preciso entender ciertas palabras claves e importantes que se interrelacionan entre el capítulo 17 con el resto de todo el libro para obtener una visión más amplia del asunto. Con esto podremos entender más acabadamente el contexto de las siete cabezas de la bestia.

La bestia de Apocalipsis 17

Τὸ θηρίον es el sustantivo que nuestras Biblias traducen como “bestia”, pero su significado es más amplio pues no se restringe sólo a una “bestia”, pues apunta a “alguna criatura viviente, animal, bestia”.[28] Dentro del contexto del Apocalipsis, hay cuatro θηρίον (11:7;13:2, 11;17:8). La primera (11:7), no presenta una descripción física, sólo se nos informa que “sube del abismo”. La segunda (13:1,2), se nos dice que es una mezcla de las bestias encontradas en Daniel 7. La tercera (13:11), se dice que es una bestia con cuernos “como de cordero”. Mientras que la última, se nos dice que es escarlata, que tiene siete cabezas, y que tiene diez cuernos, y llena de nombres de blasfemia (17:3). Entendemos, por ende, que la bestia de 17:3, es la que más se asemeja a la de 13:1 por sus características, Grant R. Osborne, dándose cuenta de esta similitud dice:

La descripción de la bestia (llena de nombres de blasfemia, teniendo siete cabezas y diez cuernos) se extrae de la aparición de la bestia del mar en 13:1.[29]

Si hacemos una comparación entre estas dos bestias directamente del texto Griego veremos una notable similitud:

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Las dos bestias tienen κεφαλὰς ἑπτὰ (siete cabezas), tienen κέρατα δέκα (diez cuernos), y en la cabeza tienen ὀνόματα βλασφημίας (nombres de blasfemia). No es de extrañar, por consiguiente, que haya una conexión entre los caps. 13 y 17, no sólo en relación a la bestia.

La tierra se maravilla por la bestia

La tierra se impresionará al ver que la bestia ha resucitado. El verbo θαυμάζω que se traduce como “ser extraordinariamente impresionado”[30] está en futuro pasivo, tercera persona, plural, θαυμασθήσονται, “se asombrarán” (v.8). El texto dice que cuando la bestia suba del abismo, todos aquéllos que no se encuentren en el libro de la vida (v.8), se “maravillarán”. Es interesante ver nuevamente otra similitud entre la bestia de 17:8 con 13:3. Vemos, por ejemplo, que 13:3 dice ἐθαυμάσθη ὅλη ἡ γῆ ὀπίσω τοῦ θηρίου, “toda la tierra se impresionó en pos de la bestia”. La frase, ὅλη ἡ γῆ, “toda la tierra”, parece amplificarse y apuntar a 17:8, οἱ κατοικοῦντες ἐπὶ τῆς γῆς, “los habitantes de la tierra”. El θαυμάζω de 13:3, es producto de que la “herida mortal” de la bestia fue sanada. Lo mismo sucede en 17:8, cuando la bestia suba del abismo, toda la tierra se “maravillará”. De modo que el “sanamiento” de 13:3 está vinculado con la “subida del abismo” de 17:8. “La admiración de la humanidad por la Bestia es debido a su vitalidad, su poder recuperativo, su poder de reafirmar su autoridad cuando ellos han creído que está agonizante o muerta.”[31]

La bestia sube del abismo

καὶ μέλλει ἀναβαίνειν ἐκ τῆς ἀβύσσου (“y está para subir del abismo”). Sólo hay dos bestias que “suben del abismo” en el libro de Apocalipsis. La primera se encuentra en 11:7: τὸ θηρίον τὸ ἀναβαῖνον ἐκ τῆς ἀβύσσου, “la bestia que sube del abismo”. Esta bestia “sale del abismo” para “hacer guerra” contra los dos testigos. Mientras que la bestia de 17:8 parece estar en el abismo por alguna razón, es decir, no sale porque es su morada, sino que resucita para recuperar su poder, por lo mismo se dice que “está a punto” (μέλλει) de “subir”, en otras palabras, está volviendo a recuperar su autoridad. El abismo, por su parte, se nombra por primera vez en 9:1, en la quinta trompeta, cuando una estrella que cae del cielo y se le entrega las llaves del abismo. Al abrir el abismo salen unas especies de langostas (9:2) y posteriormente surge una bestia (11:7). Quizás, la misma bestia de 11:7 es la encargada de enviar a la bestia de 13:3 al abismo por medio de una “herida como de muerte”, es por eso que en 17:8 “está para subir del abismo”. Esta apreciación de creer que la bestia de 13:1 es la misma de 17:8 no es antojadiza, ya que Mounce, un autor de corte preterista, comentando 17:8 declara:

Este increíble poder de resucitación que se pone de manifiesto es lo que hace que los moradores de la tierra queden estupefactos. Se trata de la bestia del capítulo 13 que había recibido una herida mortal en una de sus cabezas y, sin embargo, sobrevivió.[32]

Por ende, podemos entender que la bestia que sube del abismo de 11:7 fue la encargada de enviar a la bestia del cap.13 al abismo. Que la herida mortal sea sanada y toda la tierra se maraville en pos de la bestia (13:3), equivale al “salir del abismo” de la bestia de 17:8. Los dos textos son paralelos y se posicionan en el mismo evento escatológico. Así, concluimos que el “sanamiento” de la “herida mortal” es equivalente al salir del abismo, y que producto de ese evento, es que toda la tierra se maravilla en pos de la bestia.

La resurrección y “segunda venida” de la bestia

τὸ θηρίον ὅτι ἦν καὶ οὐκ ἔστιν καὶ παρέσται (“la bestia que era y no es y será”). Esta descripción es una parodia de Cristo (cf.1:8; 4:8).[33] Incluso, el verbo que describe la “restauración” de la bestia, παρέσται, está “estrechamente relacionado con el sustantivo que normalmente describe la parousia o segunda venida de Cristo”.[34] El ángel, por lo tanto, relaciona notablemente la resurrección de Cristo y su segunda venida con el resucitar (“subir del abismo”) de la bestia que volverá por segunda vez a reinar breve tiempo.[35] Lo mismo establece Swete, al contrastar la obra de Cristo con la de la bestia: “el Cordero desciende del cielo, la Bestia surge del abismo; el Cordero viene para celebrar su triunfo, la Bestia recibe su destino final.”[36] La bestia sólo intenta replicar e imponerse en el lugar de Cristo, pero esto resulta en un final trágico que nadie podrá ayudarla.

El tiempo de la visión

Hay un aspecto fundamental que debemos considerar en la visión para poder entender dos puntos sobresalientes: 1) cuándo sale del abismo la bestia, y 2) cuándo comenzará el reinado del “rey” que aún no ha venido (17:10). Debemos localizar, por tanto, el “presente” de la visión, para responder a aquéllas interrogantes.

El v.8 establece al momento temporal en contraposición con los siete reyes del v.10.

Τὸ θηρίον ὃ εἶδες ἦν καὶ οὐκ ἔστιν καὶ μέλλει ἀναβαίνειν ἐκ τῆς ἀβύσσου (17:8)

Aquí el ángel establece el punto temporal de la visión para poder identificar los siete reyes, pues dice que la bestia ἦν, “era” (pasado), οὐκ ἔστιν, “no es” (presente), καὶ μέλλει ἀναβαίνειν ἐκ τῆς ἀβύσσου, “y está para subir del abismo” (futuro). Lo mismo puede verse en el v.10 en relación con los siete reyes.

οἱ πέντε ἔπεσαν, ὁ εἷς ἔστιν, ὁ ἄλλος οὔπω ἦλθε (17:10)

El texto nos dice que οἱ πέντε ἔπεσαν, “cinco han caído” (pasado), ὁ εἷς ἔστιν, “uno es” (presente), “el otro aún no ha venido” (futuro). Por lo tanto, podríamos ilustrar esta paradoja entre los reyes y la bestia de la siguiente forma para entender el pasado, presente y futuro de los siete reyes en relación a la bestia:

apocalipsis-17-9

Así, vemos que el “era” de la bestia se conecta con el “cinco han caído” de los siete reyes; de la misma forma como lo hace el “no es” con el “uno es” de los siete; y finalmente el “está para subir del abismo” con el rey que “aún no ha venido”. El pasado, el presente, y el futuro quedan delimitados al analizar este aspecto trascendental entre la bestia y los siete reyes.

Muchos entienden[37] que el presente de Juan deba direccionarse hacia el presente de los reyes, es decir, el “uno es” (la cabeza reinante), para identificar al Imperio Romano como la sexta cabeza.[38] Sin embargo, desde ése punto de vista se pasa a llevar la relación que existe entre la bestia que “no es” con la cabeza que reina. La sexta cabeza reina desde el abismo, no aparte de la bestia. Es por ello que la bestia reina desde la perspectiva de la herida de muerte (13:3).

La bestia y la prostituta ebria

El autor del libro de Apocalipsis ve a la mujer completamente “ebria” (17:6). El verbo μεθύουσαν es un participio presente activo, acusativo, femenino, singular. La idea de este verbo es “emborracharse”,[39] es decir, la mujer está totalmente embriagada por la sangre de los santos. Beale[40], Swete[41] y Mounce[42] asocian la borrachera de la prostituta producto de una cruenta persecución. Lo cual lo hace evidente el mismo texto al decir que es por “la sangre de los santos”. De hecho, Aune dice que “es posible que la καί, ‘y’, sea epexegética conectando a los dos sintagmas nominales, y por lo tanto, debe entenderse como ‘la sangre de los santos, esto es, la sangre de aquéllos que murieron por su lealtad a Jesús’, entendiendo así, la segunda frase como una explicación de la primera”.[43] La borrachera de la prostituta, por lo tanto, se debe a una persecución de los santos, aquéllos quienes murieron en el nombre de Jesús. La mujer está ebria, y por ende, ha perdido sus facultades de asesinar y perseguir. Esto debe concordar con la descripción de la misma bestia que “no es”. Es decir, la bestia y la prostituta comparten el mismo estado, pues la mujer está “ebria”, sus facultades han sido trastocadas; mientras que la bestia, por otro lado, está en el abismo, sin sus facultades autoritativas.

Las siete cabezas son siete montes y siete reyes

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Esta imagen presenta la descripción de una moneda en tiempos de Vespaciano.[44] Y como se aprecia, hay siete montes sobre los cuales se sienta el sujeto de la moneda. Por lo mismo, algunos preteristas creen que el “uno es” debe ser por defecto Vespaciano, ya que esta moneda acuña una descripción parecida a la que el texto bíblico declara, “siete montes sobre los cuales se sienta la mujer”. Sin embargo, es difícil considerar a Vespaciano, debido a la evidencia exegética que hemos visto hasta ahora. Cabe destacar, por lo tanto, que los siete montes pueden asociarse a Roma, puesto que la descripción dice que “las siete cabezas, son siete montes” y entendiendo, además, que la visión tuvo parte durante el Imperio Romano. Por lo mismo, sus lectores primarios, estarían consientes de aquélla descripción. Sin embargo, la relación no debe estar intrínsecamente relacionada a las montañas romanas, pues, “[m]ontañas simbolizan reinos en el AT y escritos Judíos.”[45] La asociación principalmente implica una alusión a la concepción de “montaña” que el AT posee, y de forma secundaria a las colinas de la provincia Romana.

Lo mismo sucede con el sustantivo “reyes”[46], pues el libro homónimo de Apocalipsis relaciona estrechamente la palabra “rey” con “reino”.[47] Por otro lado, βασιλεύς en el concepto Griego denota a un “rey legítimo (generalmente hereditario, distinguido después de los ‘usurpadores’ tyrannos).”[48]. Las siete cabezas, los siete reyes y los montes, aluden a un mismo concepto: poderes terrenales, reinos gobernados por reyes.

¿El octavo rey, es la bestia o es un nuevo rey?

Muchos preteristas consideran el octavo como un nuevo emperador más que dirigirlo a la misma bestia, es decir, al Imperio Romano. No obstante, la sintaxis griega impide pensar que el octavo sea un nuevo rey. La frase es clara, el octavo ἐκ τῶν ἑπτά ἐστιν, “es de uno de los siete”. Daniel B. Wallace en su libro, Greek Grammar Beyond the Basic: An Exegetical Syntax of the New Testament[49], establece un diagrama para entender las preposiciones desde el punto de vista sintáctico. De esa forma, podemos entender la idea que conlleva la preposición ἐκ en el texto Griego del NT:

apocalipsis-17-11

Como se aprecia, la preposición ἐκ da una idea de “salir”, más que “desde” como lo implica la preposición ἀπὸ. Por otro lado, la preposición ἐκ junto a un genitivo, puede significar que sea partitivo, puesto que “el genitivo partitivo está fuertemente reprimido en el NT por el uso de ἐκ (y ἀπό). Esto se observa con frecuencia en la literatura Juanina.”[50] ¿Qué implica el genitivo partitivo? Pues, según Wallace, implica “el conjunto del cual el sustantivo es una parte. Este uso es relativamente común en el NT.”[51] De hecho, “esta palabra debe ser leída, ya sea como una preposición Partitiva o de Fuente.”[52] La preposición de fuente también se adhiere a esta posibilidad, pues expresa que una de las cabezas es la fuente del elemento derivado, es decir, el octavo.[53] Al parecer, toda esta evidencia –considerando que el partitivo es poco común en el Griego clásico–, indica que el vocablo ἐκ equivaldría a la preposición hebrea que lleva el mismo significado[54] ןִמ.

Es evidente, por tanto, que “el octavo” no es una nueva cabeza, ni mucho menos un nuevo rey, sino que más bien es la misma bestia y a la misma vez es uno de los reyes que han caído, pero que con el “subir del abismo” de la bestia, una de sus cabezas revivirá juntamente con ella y reinará con el séptimo rey. ¿Por qué debemos creer esto?, pues si consideramos que el ἐκ τῶν sea un genitivo partitivo, tendría que traducirse como “es [uno] de los siete”, ahora, si entendemos que este genitivo es uno de fuente, podríamos traducirlo como “es de [entre] los siete”. De cualquier forma, la sintaxis es clara para nuestra exégesis, el octavo, no es un nuevo rey, es una de las cabezas que vuelve a reinar, y que a la vez, es la misma bestia.

Una de las traducciones que alcanza a entender este punto es la New American Standard Bible[55], que traduce el v.11 como: “and is one of the seven” [y es uno de los siete]. El cardinal “one” [uno] está en cursiva porque el texto no lo menciona, pero la idea es ésa, que el octavo, es decir, la bestia misma, es uno de los siete; también la Biblia del Peregrino lo traduce como “aunque es uno de los siete”.

Cuando la bestia vuelva a reinar, una de sus cabezas que reinó en el pasado, volverá a adquirir sus facultades, es por eso que el texto es enfático en decir que la bestia “también es el octavo”.

Propuesta interpretativa sobre las siete cabezas

Después de ver las posturas de las distintas escuelas de interpretación, podemos afirmar correctamente que este tema sigue y seguirá siendo totalmente problemático, y basarnos en una conclusión taxativa nos llevaría a una postura dogmática más que analítica. Sin embargo, hemos podido analizar exegéticamente el texto y hemos encontrado rastros evidentes para optar por una postura. Creemos, además, que el texto escogido se debe interpretar de forma historicista, ya que, Strand ha probado que la forma preterista de interpretación carece de fundamentos.[56] Por otro lado, no hemos desechado del todo la forma interpretativa futurista, pues comparte con la interpretación historicista la forma de interpretar el texto, aunque, claramente no su aplicación.[57] En síntesis, podríamos resumir los aspectos claves que hemos encontrado en este análisis exegético:

  1. La bestia de 17:3 es la misma bestia de 13:1, esto no es una conclusión antojadiza, pues, la mayoría de los teólogos relaciona la bestia del 17 con la que aparece primeramente en el 13. Por lo mismo, los eventos relacionados entre los capítulos 13 y 17 presentan una correlación espacial y temporal.

  2. Además, es notorio ver una parodia de Cristo en la bestia al contrastar la fórmula usada en 17:8 con 1:8 y 4:8. La bestia que sube del abismo, es una parodia de la resurrección de Cristo.

  3. La bestia que sube del abismo en 11:7, no es la misma de 17:8, sin embargo, parece ser evidente que la bestia de 11:7 envía a la bestia de 13:1 al abismo por medio de una “herida mortal”. El texto es claro en decir que la bestia “era”, es decir, tenía facultades autoritativas, las mismas descritas en 13:4-7.

  4. El asombro de toda la tierra es porque una de sus cabezas fue sanada (13:3), esto es paralelo al subir del abismo de la bestia de 17:8. La conexión lingüística por medio del verbo θαυμάζω es sugestiva.

  5. El tiempo en que la visión fue dada está en el marco de Domiciano, no obstante, hay evidencias temáticas, que el “no es” (17:8) de la bestia y el “uno es” (17:9) de los reyes, no deba considerarse apuntando al “presente de Juan”, pues, esto presupone un problema interpretativo respecto a las cabezas y descoloca la temática envuelta en la sección titulada por Paulien, “la ira de Dios” (16:1-18:24).

  6. Las cabezas, son reyes, y a la vez son los montes donde la mujer se siente. Por un lado, los montes hacen alusión a Roma. Mientras que por el otro, los reyes representan reinos, y estos a su vez, hacen alusión a las bestias descritas en el libro homónimo de Daniel y Apocalipsis. De modo que, más que hablar de siete reyes literales, debemos hablar de siete reinos.

  7. El hecho de que la mujer esté ebria de la sangre de los santos, evidencia que su borrachera es producto de una cruenta persecución. Dicha persecución podemos vincularla con los 1260 años de Daniel 7:25. El hecho de que esté embriagada, evidencia que la persecución acabó, por lo mismo, es necesario situarnos en un punto posterior a aquél evento.

  8. El octavo que aparece en 17:11, creemos que es la misma bestia que sale del abismo, pues la sintaxis del texto nos obliga a pensar de este modo. La frase “es uno de los siete”, parece un eco de una de las cabezas que fue herida de muerte y toda la tierra se maravilló. La octava, es decir, la bestia, que es una de las siete cabezas que recibió una herida de muerte, reinará juntamente con la séptima cabeza.

Entontes, ¿cuál parece ser la solución de todo esto? Considerando el análisis exegético, parece ser que la solución más apegada a lo que el texto dice, es la primera que expone el CBASD. De esa forma, podríamos hacer un esquema, intentando explicar los hallazgos hechos en esta investigación, justificando la posición que toma el investigador en este ensayo.

apocalipsis-17-12

Creemos que el octavo es el papado, debido a que el evento de 13:3 sobre la herida de muerte de una de sus cabezas la conecta con la bestia que sube del abismo en 17:8. Francia fue quien le dió esa “herida de muerte” al papado, y por ende, la sexta cabeza debe considerarse como Francia atea. De esa forma, la cabeza herida, es en efecto el papado, y es a la vez la quinta y la octava que volverá a reinar juntamente con la séptima. Esto es evidente, por la progresión temática y temporal del cap.13 de Apocalipsis. De hecho, la segunda bestia puesta en escena que tenía cuernos como de cordero (13:11), ha sido identificada de forma unánime por los intérpretes adventistas como EEUU. Es la segunda bestia, EEUU, que “ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia cuya herida mortal fue sanada” (13:12), este evento está aún en el futuro, lo cual es claro que todavía estemos en la sexta cabeza. Sin embargo, después que la sexta cabeza deje de reinar, la séptima, la bestia que ejerce una autoridad semejante a la “primera bestia cuya herida mortal fue sanada” (13:1), reinará por breve tiempo. De esa forma, EEUU impondrá una forma de revivir las facultades autoritativas del papado en la forma inquisidora de la Edad Media. Por lo visto, todo parece vincularse, pues la invitación de 13:18: “Aquí hay sabiduría”, se vincula estilísticamente con 17:8: “Aquí está la mente que tiene sabiduría”, aunque es más notorio en el texto griego.[58] Por lo mismo, creemos que esta posición es la que se apega más a lo que el texto dice. Esta conclusión está totalmente abierta a críticas, por lo mismo, no se toma una posición definitiva, sino más bien, es una propuesta que, aunque sea vetusta, sigue siendo respaldada por lo que el texto arroja.

Conclusión

El texto elegido es reconocido por los teólogos como uno de los más problemáticos. Esta incertidumbre se refleja en cada una de las escuelas interpretativas. Los adventistas no están exentos de esto, pues aun cuando no está todo dicho sobre este tema, hay algunos que se atreven a decir, incluso, que son papas que gobiernan a partir de 1929 y que se suceden hasta la venida de Cristo. El investigador de este ensayo no ha querido analizar dicha posición, puesto que ni si quiera es respaldada por una sana exégesis. El lector interesado en saber la verdad podrá consultar los análisis hechos en esta obra, aunque sus conclusiones no sean idénticas a las del autor.

En síntesis, el escritor de esta obra ha tomado una posición historicista que le parece más apegada a lo que el texto dice, por lo mismo, este ensayo no debe ser usado para defender una posición u otra, sino más bien, para entender lo que la providencia quiso decirnos. Por otro lado, en este ensayo hemos querido volver al antiguo método usado por los reformadores, es decir, la Sola Scriptura, puesto que es la única forma de acercarnos más a lo que el texto dice realmente. Producto de lo anterior, parece ser imperante que, antes de realizar una interpretación bíblica, consideremos el contexto como un todo, y no saquemos las partes de su contexto. Apocalipsis 17 se interrelaciona notablemente con el resto del libro, por ende, desvincularlo es ante todo insano, que sólo nos lleva a una eiségesis.

Por lo tanto, más que una conclusión sobre esta investigación, es una propuesta de cómo interpretar el texto y ver qué arroja. No obstante, el autor ha elegido una posición vetusta sobre la interpretación de las siete cabezas, entendiendo que es la que más se acerca a lo que el texto dice.


APENDICE A

apocalipsis-17-13

Estracto del Código Sinaitico (א) de Apoc.17:859. (El subrayado del texto es nuestro para resaltar el uso del verbo en el infinitivo presente.)

Referencias


  1. Esta incertidumbre no sólo se ve en ambientes académicos acotados netamente al mundo adventista. Como veremos, es una de los textos más problemáticos del libro de Apocalipsis que los mismos teólogos reconocen como incierto. ↩︎

  2. D. E. Aune, Vol. 52C, Word Biblical Commentary: Revelation 1-5:14 (Dallas: Word, Incorporated, 1998), 947. ↩︎

  3. Charles H. Dyer, “The identity of Babylon in Revelation 17-18 Part 2” (Biblioteca Sacra, October-December, 1987), 439. ↩︎

  4. Evis L. Carballosa, Apocalipsis: La Consumación del Plan Eterno de Dios (Michigan, EUA: Editorial Portavoz, 1997), 335. ↩︎

  5. S. Orth, Estudios Bı́blicos ELA: La Consumación de los Tiempos, Apocalipsis. (Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C., 1998), 125. ↩︎

  6. El historicismo es netamente acuñado por los adventistas del séptimo día, aunque hay algunos teólogos no adventistas que sostienen dicha interpretación. Sin embargo, los adventistas entienden que el “Israel de Dios” no se restringe netamente a la nacionalidad sanguínea, sino al pueblo de Dios, así, en el AT éste fue el pueblo hebreo, mientras que en el NT y a lo largo de los siglos es el cristianismo “no corrompido”. Para un análisis más acabado de este tema, ver Hans K. LaRondelle, The Israel of God in Prophecy: Principles of Prophetic Interpretation (Berrien Spring, Michigan: Andrews University Press, 1983). ↩︎

  7. Francis Nichol, ed., Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995) vol.7: 865-6. Desde ahora será abreviado como CBASD. ↩︎

  8. Esta postura fue parcialmente sostenida por Hans K. LaRondelle, Las Profecías del Fin (Buenos Aires, Argentina: ACES, 1999), 419-20, ya que establece que la sexta cabeza son las monarquías reinantes desde la Revolución Francesa y la séptima sería el papado revivido. Antolín Diestre Gil se adhiere in toto a la primera postura que encontramos en el CBASD, El Sentido de la Historia y la Palabra Profética (Terrassa: CLIE, 1995), 2:536-550. ↩︎

  9. Mayormente fue sostenida por Kenneth Strand, “The Seven Heads: Do They Represent Roman Emperors?”, Symposium on Revelation book II (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992), 177-206; y actualmente defendida sin mayors pruebas por Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ: Commentary on the Book of Revelation (Berrien Springs, Michigan: AUP, 2002), 515. ↩︎

  10. C. Marvyn Maxwell, Apocalipsis: Sus Revelaciones (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1989), 473. Al parecer Jaques B. Doukhan se adhiere a esta posición, Secretos del Apocalipsis: El Apocalipsis visto a través de ojos Hebreos (Buenos Aires, Argentina: ACES, 2008), 176-177. ↩︎

  11. Kurt Aland, Matthew Black, Carlo M. Martini et al., The Greek New Testament, Fourth Revised Edition (Deutsche Bibelgesellschaft, 1993; 2006). ↩︎

  12. Desde ahora será abreviado AT. ↩︎

  13. Desde ahora será abreviado NT. ↩︎

  14. Abreviada como NVI. ↩︎

  15. La siguiente estructura literaria de los vv.8-11 es netamente del autor de esta investigación, por lo mismo, está abierta a correcciones y/o propuestas. ↩︎

  16. William Arndt, Frederick W. Danker and Walter Bauer, A Greek- English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 3rd ed. (Chicago: University of Chicago Press, 2000), 1028. ↩︎

  17. Para observar el texto de 17:8 y el uso del verbo ὑπάγειν en el Código Sinaitico (א), ver Apéndice A. ↩︎

  18. Bruce Manning Metzger and United Bible Societies, A Textual Commentary on the Greek New Testament, Second Edition a Companion Volume to the United Bible Societies' Greek New Testament (4th Rev. Ed.) (London; New York: United Bible Societies, 1994), 682 cf. Constantin von Tischendorf, Caspar René Gregory and Ezra Abbot, eds., Novum Testamentum Graece: Apparatus Criticus, (Lipsiae: Giesecke & Devrient, 1869-94), Apoc.17:8. ↩︎

  19. H. A. Ironside, Lectures on the Book of Revelation (Neptune, N. J.: Loizeaux Brothers, 1920), 32. ↩︎

  20. D. E. Aune, Vol. 52A, Word Biblical Commentary: Revelation 1-5:14 (Dallas: Word, Incorporated, 1998), 112. Esto presupone claramente una dependencia literaria con fuentes Greco-Romanas, puesto que el autor está inmerso en su cultura. Sin embargo, aunque no se puede negar del todo esta premisa, es preciso señalar que las primeras fuentes del autor de Apocalipsis son el AT, en especial los libros de Ezequiel y Daniel, como también la literatura apocalíptica Judía, más precisamente y en mayor grado, 1 de Enoc. Por lo mismo, el estilo literario no pareciese ser Greco-Romano, sino más bien judío. ↩︎

  21. Robert H. Mounce. Comentario al Libro del Apocalipsis (Colombia: Editorial Clie, 2007), 110. ↩︎

  22. Jon Paulien. “The Role of the Hebrew Cults, Sanctuary, and Temple in the Plot and Structure of the Book of Revelation” (AUSS 33/2, 1995), 248. Para un análisis más detallado sobre la estructura de Apocalipsis, ver, Jon Paulien, The Deeps Things of God: An Insider’s Guide to the Book of Revelation (USA: Review and Herald Publishing Asosiation, 2004), 123. ↩︎

  23. No obstante es interesante notar que la frase de 1:19 γενέσθαι μετὰ ταῦτα vuelva a usarse en 4:1 γενέσθαι μετὰ ταῦτα. ↩︎

  24. La LXX establece una traducción no tan apegada al arameo, pues pone δεῖ γενέσθαι ἐπ ̓ ἐσχάτων τῶν ἡμερῶν, “lo que ha de ser en los últimos días”. Sin embargo, el texto arameo dice ָ֛מה ִ֥דּי ֶל ֱהֵ֖וא אַ ֲחֵ֣רי ְדָ֑נה “¿Qué sucederá después de esto?”, la frase אַ ֲחֵ֣רי ְד ָ֑נה es un equivalente de μετὰ ταῦτα y no de ἐσχάτων τῶν ἡμερῶν. ↩︎

  25. G. K. Beale, The Book of Revelation: A Commentary on the Greek Text (Grand Rapids, Mich.; Carlisle, Cumbria: W.B. Eerdmans; Paternoster Press, .216 ,)1999 ↩︎

  26. Jon Paulien, “The role”, ibíd. ↩︎

  27. Se debe tener presente que el objetivo principal de las siete plagas postreras siempre fue la destrucción de Babilonia, aunque se encuentren muchas alusiones a las plagas de Egipto (16:1-11) todo apunta al clímax de la destrucción babilónica (v.17-21). ↩︎

  28. William Arndt, Frederick W. Danker and Walter Bauer, Ibíd., 455. ↩︎

  29. Grant R. Osborne, Revelation, Baker Exegetical Commentary On The New Testament (Grand Rapids, Mich.: Baker Academic, 2002), 610–611. ↩︎

  30. William, Frederick and Walter, Ibid., 444. ↩︎

  31. Henry Barclay Swete, ed., The Apocalypse of St. John, 2d. ed. (New York: The Macmillan company, 1907), 216.
    ↩︎

  32. Mounce, 426. ↩︎

  33. G. K. Beale, The Book of Revelation, 864. ↩︎

  34. Mounce, 427 cf. A.T. Robertson, Word Pictures in the New Testament (Oak Harbor: Logos Research Systems, 1997), Revelation 17:8. ↩︎

  35. Kendell H. Easley, Revelation, Holman New Testament Commentary; Holman Reference (Nashville, TN: Broadman & Holman Publishers, 1998), vol. 12: 308–309. Recordemos que en el cap. 13 la bestia es descrita como una que persiguió a los santos y se le dió autoridad para vencerlos (v.7), sin embargo, en el cap.17 la vemos en el abismo, sin esas facultades extraordinarias, pero claramente pronta y lista a recuperarlas, aunque esto será por un “breve tiempo”. ↩︎

  36. Swete, The Apocalypse of St. John, 216. ↩︎

  37. Ver arriba los detalles de las distintas posturas que se toman sobre las siete cabezas. ↩︎

  38. Por ejemplo, algunos preteristas optan por identificar al “uno es” con Domiciano, puesto que fue él quien reinó en el tiempo cuando el Apocalipsis fue escrito. Por otro lado, intérpretes futuristas y aún historicistas, ven el “uno es” apuntando a Roma, el imperio reinante en el “presente de Juan”. ↩︎

  39. Johannes P. Louw and Eugene Albert Nida, Greek-English Lexicon of the New Testament: Based on Semantic Domains, (New York: United Bible societies, 1996), 283. ↩︎

  40. G. K. Beale, 860. ↩︎

  41. Swete, 214. ↩︎

  42. Mounce, 423. ↩︎

  43. D. E. Aune, Vol. 52C: 937 (énfasis del autor). ↩︎

  44. Ibíd., 920. ↩︎

  45. Isa. 2:2; Jer. 51:25; Ezek. 35:3; Dan. 2:35, 45; Zech. 4:7; 1 En.52; Targ. Isa. 41:15, Beale, 868. ↩︎

  46. El sustantivo βασιλεύς puede aludir a: “A) rey mesiánico; B) Dios el rey; C) Rey. En sentido general; D) Rey de los espíritus malignos.” A. E. Tuggy, Lexico Griego-Español del Nuevo Testamento. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2003), 160. ↩︎

  47. Ver cómo interactúan los términos en Daniel 7:17: ταῦτα τὰ θηρία τὰ μεγάλα τὰ τέσσαρα τέσσαρες βασιλεῖαι ἀναστήσονται ἐπὶ τῆς γῆς αἳ ἀρθήσονται. Daniel 7:17 dice que las cuatro bestias son τέσσαρες βασιλεῖαι, “cuatro reyes”. ↩︎

  48. Gerhard Kittel, Gerhard Friedrich and Geoffrey William Bromiley, Theological Dictionary of the New Testament (Grand Rapids, MI: W.B. Eerdmans, 1995), 97. ↩︎

  49. Daniel B. Wallace, Greek Grammar Beyond the Basic: An Exegetical Syntax of the New Testament (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 1996), 358. ↩︎

  50. Horst Robert Balz and Gerhard Schneider, vol. 1, Exegetical Dictionary of the New Testament (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 1990), 403. ↩︎

  51. Wallace, Greek Grammar Beyond the Basic, 84. ↩︎

  52. Albert L. Lukaszewski and Mark Dubis, The Lexham Syntactic Greek New Testament: Expansions and Annotations (Logos Research Systems, Inc., 2009) Rev. 17:11. ↩︎

  53. Albert L. Lukaszewski, The Lexham Syntactic Greek New Testament Glossary (Logos Research Systems, Inc., 2007), n/a. ↩︎

  54. Moisés Chávez, Diccionario de Hebreo Bíblico (El Paso, Tx.: Editorial Mundo Hispano, 1992), 359. ↩︎

  55. Abreviada como NASB. ↩︎

  56. Ver la nota 9. ↩︎

  57. Como pudimos ver, los futuristas interpretan el texto apuntando a reinos más que a reyes literales, de esa forma, no desechamos del todo la forma interpretativa futurista, pues concuerda en cierto sentido con la historicista. ↩︎

  58. Ὧδε ἡ σοφία ἐστίν. ὁ ἔχων νοῦν (13:18) cf. ὧδε ὁ νοῦς ὁ ἔχων σοφίαν (17:9). ↩︎

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Josué Gajardo

Estudió Ingeniería en Computación e Informática y tiene una maestría en Teología.