2300 tardes y mañanas: una revisión de la profecía de Daniel 8:14

Revista Sefer Olam Feb 26, 2017
Juegos Cristianos

Los temas en el libro de Daniel son variados, sin embargo cuando el profeta escribió acerca de los reinos que le fueron revelados fue consistente y coherente a lo largo de su libro[1]. En este escrito analizaremos el flujo de las naciones hasta el juicio y la venida de Jesús; también encontraremos algunas similitudes entre el cuerno del cap. 7 y 8, entendiendo que ambos cuernos son uno, y veremos que los 2300 días han de entenderse como una alusión a Gén. 1, es decir como días enteros, pero en un contexto simbólico, y posteriormente llegaremos a la conclusión de que la limpieza/restauración del santuario ha de efectuarse en los últimos días.

El flujo de las naciones

El capítulo 2 del libro de Daniel nos presenta a Nabucodonosor soñando y a Daniel interpretando lo que el rey había soñado (v. 38-45). Se describe una estatua con cuatro diferentes metales en orden descendente y una piedra que se establece en un reino eterno (v. 31-35). En esta imagen la gran mayoría de los teólogos está de acuerdo que el flujo de los reinos es: Babilonia, Medo-Persia, Grecia, Roma.

El capítulo 7 es análogo[2] al capítulo 2 y ambos capítulos deben de ser leídos de manera paralela. Allí se nos presentan cuatro bestias, siendo la última indescriptible, y posteriormente un personaje que emite un juicio y finalmente establece su reino para siempre (v. 3-14). En la interpretación que presenta el ángel a Daniel le dice que estas cuatro bestias son cuatro reinos que se levantaran en la tierra (v. 17). También, como en el capítulo 2, unánimemente por teólogos de las diferentes escuelas de interpretación profética se ha sostenido que los cuatro reinos son Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma.

En el capítulo 8 miramos un carnero con dos cuernos, uno más grande que el otro, atacando a dos direcciones distintas de su procedencia (v.3, 4), para luego aparecer en escena un macho cabrío con un cuerno notable que venia del oeste a gran velocidad y atacó al carnero derribando los dos cuernos; sin embargo en el momento de más poder su único cuerno se cayó y en su lugar surgieron otros cuatro (v. 5, 8). No tenemos que adivinar los símbolos porque el ángel en los vs. 20 y 21 dice que son el reino Medo-Persa y el reino de Grecia que en su mayor gloria cae, y cuatro generales asumen el poder. Después de uno de los vientos[3] salió un cuerno pequeño que ataca al pueblo de Dios y quiere usurpar el lugar de Dios (v. 9-12).

En resumen los capítulos 2 y 7 del libro de Daniel nos hablan de cuatro grandes reinos, todos ellos de manera consecutiva y sucesiva, precedentes al reino eterno de Dios, presentando una excelente unidad en dichos capítulos y en todo el libro. En el caso del cap. 7 de manera explícita se habla de un juicio en el cielo y después el reino, mientras que el cap. 8 nos habla de tres reinos, que al compararlos con los del cap. 2 y 7 nos abren un panorama más amplio y nos explica que la purificación/restauración ha de llevarse a cabo al final de los días o tiempos. Un diagrama[4] sencillo puede ser presentado así:

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Similitudes entre el cuerno pequeño de los capítulos 7 y 8

Aparte del flujo de las naciones que miramos en la sección anterior, pueden encontrarse entre los capítulos 7 y 8 algunos aspectos destacables, de los cuales Doukhan[5] y también Shea[6] escriben de manera más abundante:

  1. Tanto en el capítulo 7 como en el hecho un “cuerno pequeño” representa a un poder determinado (7:8, 8:9).
  2. Este poder demuestra gran arrogancia (7:8; 8:23) e inteligencia (7:8; 8:23, 25).
  3. Tanto en el capítulo 8 como en el capítulo 7, este poder quiere usurpar a Dios. Primero, al igual que el cuerno pequeño del capítulo 7, el del capítulo 8 asume las prerrogativas del “príncipe de los ejércitos” (vers. 11). Además, al igual que el cuerno pequeño del capítulo 7, el del capítulo 8 desprecia la Ley: “Echó por tierra la verdad” (literalmente, “pisoteó”, verso 12). La palabra emeth, traducida aquí como “verdad”, es sinónimo de “ley” (ver Sal. 43: 3; 119: 43; etc.).
  4. En ambos capítulos este poder persigue a los santos (7:21; 8:24).
  5. Y, finalmente, en ambos capítulos el cuerno pequeño sucede al reino de bestias y permanece hasta el final como el único poder.

La gran mayoría de los teólogos está de acuerdo que las bestias del capítulo 7 son Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma[7]; entonces si esto es cierto, el cuerno pequeño de los capítulos 7 y 8 no puede ser Antíoco IV, pues ambos son destruidos de forma sobrenatural; entonces se trata de Roma en sus dos fases, imperial y papal, que llegarían hasta los “últimos días” y no el rey seleucida (cf. Dan. 7:26; 8:25).

Otro aspecto que sugiere Shea[8] es el uso de zü'êrâ en Dan. 7:8, adjetivo que se utiliza para describir el cuerno de Daniel 7, indicando que es “pequeño”. Sin embargo la palabra más común usada en el AT es qä†ön que aparece 25 veces desde Génesis hasta Abdías. En Daniel 8 se pudo utilizar la palabra más usual pero se utilizó un cognado o palabra semejante para describir al cuerno pequeño, cü'îrâ (Dan. 8:9), siendo la diferencia un cambio fonético entre la צ y ז. Esto nos indica que Daniel de forma explícita unió estos dos cuernos.

Aproximaciones veterotestamentarias de las 2.300 tardes y mañanas

Algunos estudiantes de la Biblia han entendido que Daniel 8:14 “se refiere al sacrificio diario, y se realizaban dos sacrificios diarios, por lo tanto 2.300 sacrificios son solo 1.150 días”.[9] A continuación presentaremos algunos textos donde se indica esta expresión en relación con el santuario y también su uso idiomático a través del Antiguo Testamento (Exo 29:39, Lev 6:20, Núm 28:4, 2 Cro 2:4, Exo 18:13, 1Sa 17:16, Sal 90:6, Ecle 11:6).

Las citas presentadas anteriormente nos enseñan primero que la expresión tarde/mañana no es usada para los “sacrificios diarios”, pues el uso más común es “mañana/tarde”, y no la mencionada en Daniel 8:14. Su uso no se descarta en el lenguaje del santuario (tal es el caso de Lev 24:3 o Núm 9:15), sin embargo no señala precisamente el “sacrificio continuo”, sino otras actividades en el santuario.

También cabe señalar que la palabra “sacrificio” es una suposición en el texto de Daniel 8:14, pues el versículo 13, solo hace referencia al “ha TTämîd” [10] más no al sacrificio (zeºbaH).[11] “Tamíd”[12] es usado continuamente en el lenguaje del santuario y su uso no se restringe solamente al sacrificio; por ejemplo en Éxodo 25:30 hace referencia al “pan de la presencia, o continuo”, en Éxodo 27:20 hace referencia a la luz encendida “continuamente”, en Levítico 6:13 hace referencia al fuego que debía estar continuamente encendido sobre el altar de sacrificios. Considerando lo anterior podemos entonces concluir que este cuerno pensará en quitar el rol o usurpar las funciones o los ritos en el santuario, esta vez el celestial, donde Cristo es sumo sacerdote.

Hablando de la expresión tarde/mañana, puede ser equiparada con la descripción que se hace de la creación en Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31. Albert Barnes dice, “el lenguaje aquí, es evidentemente derivado de Gén 1”.[13] Entonces 'eºreb Böºqer es más una alusión a Génesis 1, y por tanto el dueto tarde/mañana no es una expresión dividida y así es tomada como un día entero.[14] Doukhan comenta acerca de esta expresión lo siguiente: “Para el israelita, el Kippur simbolizaba la purificación del mundo, una verdadera re-creación. Por eso Daniel utiliza la expresión “tardes y mañanas” (Dan. 8:14), una frase que se da estrictamente en el contexto de la Creación”.[15] Además nos conecta nuevamente con el juicio del capítulo 7, esta vez evocado por el carnero, macho cabrío y las continuas alusiones al lenguaje del santuario, y también nos empieza a dar indicios que los días mencionados son simbólicos, tanto como lo son el carnero, el macho cabrío y el cuerno. Los días presentados en esta cita no pueden tomarse de manera literal, porque:

  1. La profecía está hablando simbólicamente, entonces si el carnero, macho cabrío y el cuerno son simbólicos, también sería correcto pensar que los días son simbólicos.
  2. Si los días son literales equivaldría a seis años y unos días, sin embargo, Antíoco asoló solo tres años a Jerusalén; por otro lado si decimos que fueron 1150 dividiendo los 2300, los días del asolamiento fueron 1080. Pero como hemos visto este cuerno estaría hasta la venida de Jesús o durante el juicio/purificación.
  3. Tomar días como años es incluso más coherente con todo el contexto danielico en la sección profética, pues entendemos sin lugar a dudas que el cuerno pequeño es un poder romano que en el tiempo del fin atacaría al pueblo de Dios y atentaría contra el mismo Dios y su santuario entendiendo correctamente el cap. 8.

El santuario y su purificación

Los eruditos que aceptan la limpieza del santuario en la era de los Macabeos, descrita en dichos libros apócrifos, entienden que esta restitución o purificación ya se llevó a cabo. En la primera sección entendimos que antes del establecimiento del reino existirá un último reino. Antíoco IV desapareció hace muchos siglos y según el capítulo 7 el juicio o según el capítulo 8 la purificación seria en los últimos días, antes de establecerse el reino de Dios. Entonces ¿a qué purificación y a que santuario hace referencia Daniel 8:14?

El santuario descrito en Dan 8:14 no puede referirse al santuario terrenal, pues según la profecía el santuario a ser purificado estaría de pie hasta los últimos días, y el santuario terrenal o templo ha sido destruido desde hace muchos siglos. Los adventistas del séptimo día entendemos que el servicio del santuario fue traspasado de la tierra al cielo por medio de Jesús nuestro “Gran Sumo Sacerdote” (cf. Heb 7:26-8). Entonces es allí donde se efectuaría el juicio al cuerno pequeño de Daniel 7 y la “purificación/restauración” del santuario de Daniel 8. Cabe mencionar que el ataque del cuerno pequeño de los capítulos 7 y 8 se da en dos direcciones, que son: terrenal y celestial. Así, su solución tiene que ser celestial, efectuada por Cristo nuestro “Sumo Sacerdote”. Es por eso que al final de los días el cuerno pequeño de los capítulos 7 y 8 es destruido de forma sobrenatural (cf. Dan 7:26; 8:25).

Conclusión

El flujo de las naciones nos enseña que no existe ninguna brecha entre el último reino, el juicio o purificación y la segunda venida. Entonces las acciones de Antíoco IV no pueden ser el cumplimiento de las profecías descritas en el v. 14 de Daniel 8. También aprendimos que el cuerno pequeño de Daniel 7, entendido por muchos teólogos como Roma, es paralelo al cuerno pequeño del capítulo 8, nuevamente desacreditando al rey Epífanes como muchos lo han interpretado. Hemos apreciado que las tardes/mañanas no pueden dividirse pues es una expresión tomada de la creación, que por su contexto ha de ser tomada de forma simbólica dejando a un lado la interpretación preterista de Antíoco IV y llegando al final de los días o al tiempo del fin con Roma en sus dos fase; finalmente aprendimos que es ahora que nuestro Sumo Sacerdote ministra en el santuario haciendo juicio y purificación/restauración, al santuario y a su pueblo.

Esto nos ha de llenar de alegría y seguridad pues la Biblia nos enseña sin sombra de duda que Dios está triunfando y ganará la batalla final cuando el cuerno pequeño sea destruido y los santos reciban el reino (cf. Dan 7:27; 8:25).

Autor: Pr. Marcos García

Referencias


  1. A continuación se presentan algunos libros que podrán servir de referencia en estudios tanto introductorios, históricos y exegéticos: Frank B. Halbrook, ed., Simposio Sobre Daniel: Estudios Introductorios y Exegéticos (Doral: APIA, 2010), C. Mervin Maxwell, El Porvenir del Mundo Revelado, 3 ed. (Florida: APIA, 1990), Jacques B. Doukhan, Secretos De Daniel: Sabiduría y sueños de un príncipe judío en el exilio, trad., Miguel Á. Valdivia (México D.F.: GEMA Editores, 2008). William H. Shea, Una Guía Para el Estudio, trad., Raúl Lozano Rivera (Buenos Aires: ACES, 2011). E-Book ↩︎

  2. Son paralelos estos capítulos por la estructura quiastica, reforzándose y siendo complementarios, ver Shea, Una Guía Para el Estudio, 53. ↩︎

  3. “El cuerno pequeño, entonces, ha surgido de uno de esos vientos y no de uno de los cuernos…Gramaticalmente hablando, la expresión hebrea traducida como “de uno de ellos” (Dan. 8: 9), en realidad, debiéramos leerla como “de una [femenino] de ellos [masculino]”, que sugiere una conexión con la expresión anterior: “los cuatro vientos [femenino] del cielo [masculino]”.” Véase Doukhan, Secretos de Daniel, 125. ↩︎

  4. Si aceptamos en el diagrama que el cuerno pequeño es Antíoco IV dejaríamos una brecha, hasta el reino de Dios, que no existe en los capítulos precedentes inmediatamente después del último reino, por eso la propuesta de los teólogos adventistas es mirar en este cuerno pequeño dos fases, una imperial y la otra religiosa de Roma, que finalmente es la que más se apega al texto bíblico. También, si aceptamos encajar a Antíoco IV rompemos la unidad de Daniel. ↩︎

  5. Doukhan, Secretos de Daniel, 124, 125. ↩︎

  6. Shea, La Unidad de Daniel, en Frank B. Halbrook, ed., Simposio Sobre Daniel, 191. En esta página se da una explicación más abundante entre estos dos cuernos. ↩︎

  7. Evis L. Carballosa, Daniel y el Reino Mesiánico (Grand Rapids: Portavoz, 1999), 132-152 ↩︎

  8. Shea, La Unidad de Daniel, en Frank B. Halbrook, ed., Simposio Sobre Daniel, 192. ↩︎

  9. Clifford Goldstein, “Ataque Contra el Lugar Santísimo: Una Respuesta Contundente a Recientes Ataques Contra el Santuario y Elena G. de White”, Trads. Sergio V. Collins, Miguel Valdivia, Fernando Zabala (México, D.F.: Gema Editores, 2005), 99. ↩︎

  10. Tomado de “transliterated BHS hebrew old testament 2001”, BibleWorks, CR-ROM, Versión 8.0.013z.1 (Norfolk, VA: BibleWorks, 2009). ↩︎

  11. זֶ֣בַח , Es la palabra hebrea que se emplea para sacrificio y aparece aproximadamente 308 veces en la Biblia hebrea, en Daniel aparece solo en 9:27. Si Daniel hubiera querido especificar el “continuo sacrificio” creo que lo hubiera hecho en el 8:13,14, usando la palabra especifica. ↩︎

  12. “Tämîd” no es empleada como sustantivo por si sola salvo en el libro de Daniel 8:11, 12 ,13; 11:31; 12:11 de un total de 104 veces que aparece aproximadamente, se usa como un adverbio y de manera constructa para diferentes usos en el santuario, entonces nos permitirían interpretar “Tämîd” como rito o “ceremonias continuas”. Siegfried J. Schwantes, “Repaso de `eºreb Böºqer en Daniel 8:14”, en Frank B. Halbrook, ed., Simposio Sobre Daniel, 471, 472. ↩︎

  13. “Albert Barnes’ Notes on the Bible”, CD ROM, e-Sword, versión 9.9.1 (USA: Franklin TN, 2000-2011), ver comentario a Daniel 8:14. ↩︎

  14. Algunos eruditos de la Biblia han hecho esta división de los días, para que la profecía encaje con Antíoco Epífanes con la profanación en el templo hebreo, otros no lo hace pero el computo de los años (6 años y días o 2300 días) que gobernó también los intentan hacer cuadrar con el rey seleucida. Hay un desacuerdo marcado por tomar los días literales. ↩︎

  15. La concepción hebrea del juicio aludiendo a la creación nos da un parámetro más para conectar los días de la creación con Dan. 8:14 en Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel, 130. El énfasis es nuestro. ↩︎

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